Egipto vuelve a reclamar al Museo Británico la piedra Rosetta

Historiadores e intelectuales de Egipto reiteraron el pedido de devolución de la piedra de Rosetta, una de las piezas más visitadas del Museo Británico, que contiene un decreto sacerdotal en jeroglíficos, demótico y griego antiguo, y que permanece en poder de los ingleses como trofeo de guerra desde 1802, mientras el gobierno británico y las autoridades del museo se niegan a reintegrarla a ese país, situado en el noreste de África.


El reclamo es encabezado por el arqueólogo y ex ministro de antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, quien anunció el inicio en octubre próximo de una nueva ofensiva para que regrese ese histórico bloque de granito de 760 kilos desde el Museo Británico, a través de una petición formal firmada por historiadores e intelectuales egipcios.

Con ese mismo objetivo, Hawass enviará una misiva similar al Neues Museum de Berlín para que devuelva el busto de Nefertiti y al Louvre, para que restituya el techo del Zodíaco de Dendera, consigna el diario español ABC.

“Creo que esos tres objetos son únicos y su hogar debería estar en Egipto”, afirmó el arqueólogo al periódico de Oriente Medio ‘The National’, quien señaló que su petición se enmarca en el movimiento de repatriación de objetos de museos occidentales, como los bronces de Benin.

La venerada piedra de Rosetta, tallada en el año 196 antes de Cristo, se transformó en una fuente de constante polémica desde que pasó a manos de los ingleses en 1802, cuando los soldados la trasladaron a Londres como un trofeo de guerra tras la derrota de las tropas de Napoleón en la batalla de Abukir, del 15 de julio de 1799. En ese momento, un destacamento militar francés desenterró una antigua fortaleza en la ciudad de Rashi, en el delta del Nilo, y descubrió la controversial reliquia.

Este nuevo reclamo egipcio se da cuando se cumplen 200 años desde que en 1822 el lingüista y egiptólogo francés Jean-François Champollion logró descifrar el sistema de escritura inventado por los egipcios, un recordatorio que el Museo Británico aprovechó para montar una exposición y Egipto para reanudar los reclamos de devolución.

El gobierno británico y las autoridades del museo se niegan, como en el caso del los Mármoles del Partenón, que Grecia también reclama, a entregarla a su país de origen.

Por otro lado, el próximo 13 de octubre se inaugurará una exhibición organizada por el Museo Británico y denominada “Jeroglíficos: descifrando el antiguo Egipto”, que hasta el 19 de febrero de 2023 reunirá más de 240 objetos, incluidos préstamos de colecciones nacionales e internacionales, muchos de los cuales se mostrarán por primera vez e incluyen documentos como poemas de amor o tratados internacionales.

Otra de las reliquias que formarán parte de la exposición es el sarcófago de Hapmen, construido en granito negro aproximadamente en el año 600 a. C., que está cubierto con jeroglíficos e imágenes de dioses.

Asimismo, se exhibirá el papiro ricamente ilustrado del ‘Libro de los Muertos’ de la reina Nedjmet, de cuatro metros de largo y más de 3.000 años, que contiene hechizos rituales destinados a ser pronunciados para demostrar el poder de la palabra hablada, como el vendaje de la momia de Aberuait, que pertenece al Louvre de París y que nunca fue vista en el Reino Unido.

Turismo patrimonial: contribuyendo a enfrentar la crisis social

Vivimos un momento de incertidumbre y convulsión tanto en Chile como en el mundo. Todavía sentimos los estragos producidos por la pandemia, que dejó más de 6 millones de fallecidos a nivel internacional y alrededor de 60 mil decesos en nuestro país. Además, observamos y sufrimos los profundos conflictos sociopolíticos que afectan a nuestra nación y al planeta, incluyendo la guerra en Ucrania, y padecemos la crisis de la economía internacional, con sostenidas alzas de los precios de productos básicos. A esto se suman las devastadoras consecuencias del cambio climático a escala global.

En medio de este escenario tumultuoso, conmemoramos este año el aniversario número 50 de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, un valioso acuerdo adoptado en 1972 y ratificado por 191 países hasta el día de hoy, que contribuye a enfrentar los acuciantes desafíos sociales y medioambientales que aquejan a la humanidad en la actualidad. Este instrumento multilateral impone a los Estados adherentes la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio, en concordancia con las condiciones de cada país.

Para la consecución de estos objetivos, el turismo puede jugar un rol de gran importancia. Como señala la Organización Mundial del Turismo (OMT), esta actividad tiene un potencial único en cuanto a proteger el patrimonio cultural y natural y apoyar a las comunidades en relación con su progreso material y social. En un sentido más amplio, el turismo puede ser una poderosa palanca de crecimiento económico, desarrollo inclusivo y sostenibilidad ambiental, constituyendo una herramienta que contribuye a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

A diferencia de sectores productivos vinculados a la explotación de recursos naturales, en los cuales el concepto de sostenibilidad consiste más bien en mitigar los impactos negativos, en el rubro turístico la preservación medioambiental y patrimonial es un bien en sí mismo que permite hacer sustentable el recurso y, a la vez, potenciarlo y darle más valor. La oportunidad para Chile de enfocar los esfuerzos en esa dirección ya tiene un camino avanzado: contamos con 6 sitios declarados patrimonio de la humanidad y más de mil monumentos nacionales. Adicionalmente, más del 20% del territorio nacional se encuentra protegido bajo alguna categoría de conservación del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado.

Para avanzar con mayor impulso en la consolidación de Chile como un destino turístico sostenible atractivo a nivel internacional, es necesario profundizar un trabajo conjunto entre el sector público y privado, a escala nacional, regional y local, velando especialmente por la planificación y cuidado de las zonas de Interés patrimonial y turístico. Como reconoce la OMT, es necesario contar con un turismo más inteligente y competitivo, potenciando la innovación y promoviendo la inversión y el emprendimiento, pero siempre desde una óptica que ponga el énfasis en la responsabilidad social y ambiental de esta actividad.

Todavía queda mucho por hacer, sobre todo en algunas regiones del país donde la amenaza de un desarrollo sostenible no es entendida aún a cabalidad por los distintos actores. Sin embargo, tenemos los insumos necesarios para avanzar en el sentido correcto, aportando desde el turismo patrimonial con un granito de arena al desafiante reto de superar la crisis social y medioambiental que aqueja a nuestro país y al mundo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Bruselas prescribe museos para cuidar la salud mental

Un proyecto piloto de la alcaldía de Bruselas y de un hospital psiquiátrico de la ciudad han llevado a cabo una iniciativa que permite “recetar” la visita a museos a pacientes con problemas como la ansiedad o la depresión como parte de su tratamiento.


Museos para ver arte, pero también museos para el alma y para el bienestar emocional de las personas. La alcaldía de Bruselas, junto con el reputado Hospital Brugmann de la capital belga, empezaron un proyecto piloto en septiembre en que, a los pacientes con problemas de estrés, depresión, ansiedad o burn-out se les recomienda una salida gratuita a alguno de los cinco museos públicos de la ciudad acompañados de amigos o familiares. Durante seis meses se va a probar esta medida que ya se aplica desde hace años en la región de Quebec (Canadá).

En un estudio publicado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud, se demostró que el arte puede ayudar en el tratamiento de las enfermedades mentales y pedía una mayor colaboración entre los profesionales de cultura, las autoridades locales y regionales y profesionales de la salud, para incentivar las actividades culturales, dada la evidencia encontrada en los últimos años. También una investigación publicada en el Journal of Positive Psycology el pasado año llegaba a la conclusión de que visitar exposiciones de arte tenía un impacto en las hormonas del bienestar de las personas, como el cortisol y la serotonina.

La idea de prescribir museos a los pacientes le vino a la actual consejera municipal de Cultura, Delphine Houba, después de leer en septiembre de 2018 un artículo en el periódico francés Le Monde. En él se relataba cómo los pacientes residentes en Montréal que sufrían depresión podían visitar gratuitamente el Museo de Bellas Artes de la ciudad. Tras ser elegida y nombrada encargada de la Cultura y de Grandes Eventos de la ciudad de Bruselas, Houba decidió ir de viaje a Quebec a finales de 2019 y ver en qué consistía el proyecto.

“Me fui allí pensando que era una buena idea y volví pensando que era una idea increíble y apasionante”, cuenta Houba en una entrevista con RFI. Entonces empezaron los contactos con el Hospital Brugmann, centro médico público de Bruselas de gran reputación en el tratamiento de enfermedades mentales. Cuando ya avanzaba el proyecto, en marzo de 2020, estalló la pandemia de Covid-19. Los museos cerraron durante meses y los hospitales estaban sobrecargados de pacientes… no tenía sentido lanzar el proyecto. Tuvo que pasar casi dos años para lanzar la idea.

Houba asegura que el tiempo que les dio la pandemia les permitió estudiar un poco mejor la idea, añadir “salsa bruselense” al proyecto y cambiar algunas cosas. Así, se decidió primero empezar por trabajar con el Hospital Brugmann y que los pacientes pudieran visitar los cinco museos públicos de la ciudad.

El médico Vincent Lustygier, que dirige la unidad psiquiátrica del hospital Brugmann, explica que “todos los pacientes” son susceptibles de que se les pueda prescribir una visita al museo, aunque suelen estudiar “caso por caso”. En el caso de las personas que sufren y están en tratamiento para la depresión, ir a visitas culturales puede ser algo muy positivo para su bienestar. Personas “a las que se les debe ayudar a salir, sobre todo ayuda a la desestigmatización, ayudarles a hacer las mismas cosas que el resto del mundo”.

La novedad del proyecto piloto reside en que se puede ir de forma gratuita acompañado de amigos y/o familiares, hasta un máximo de tres personas. Es la alcaldía de Bruselas quien cubre los gastos de la entrada a los cinco museos públicos de la ciudad. En sus visitas, podrán adentrarse en los pasillos del alcantarillado de la ciudad de Bruselas, seguir el trazado del río de la ciudad, el Senne, que quedó prácticamente sellado y enterrado para evitar enfermedades y que explica muy bien la historia de la ciudad; pero también se puede ver el increíble edificio de la Maison du Roi (Casa del Rey), y que ahora es el Museo de Historia de Bruselas, con espectaculares vistas a la célebre Grand Place.

También se pueden ver los más de 1000 trajes del Manneken Pis, el pequeño monumento, símbolo de la capital belga, (y que representa a un niño orinando) y que cuenta con espectaculares trajes minuciosamente confeccionados con las mejores telas y bordados. Los pacientes pueden también visitar el pequeño —pero coqueto— museo de la Moda o el flamante Centro de Arte Contemporáneo. “La idea es poder ofrecer una variedad dentro de los diferentes perfiles de los pacientes”, defiende Houba.

La gratuidad de la actividad es especialmente importante, porque en muchos casos son personas que, en ese momento, no suelen tener trabajo al estar de baja médica y suelen recibir ayudas sociales, de ahí la importancia de que ni ellos ni sus familiares tengan que pagar por las visitas. Con tan solo un documento impreso es suficiente. En él consta el nombre del paciente y unas casillas con los nombres de los cinco museos que se pueden visitar.

Lustygier también explica que este tipo de salidas son recomendables para personas que han sufrido burn-out, trabajadores “quemados” debido a un estrés continuado en el ámbito laboral. Se trata de un síndrome que el médico destaca haber visto en los últimos años, “personas que no pueden más debido a la presión, que solo se han dedicado a trabajar”. Por ello, las visitas culturales son “muy útiles para recordarles que hay otras cosas además del trabajo y que hay cosas positivas fuera de él”, explica el médico.

El proyecto piloto lleva ya más de dos meses en marcha y según el médico la impresión es que “está siendo muy positivo” para los pacientes. Una vez han hecho su primera visita, les preguntan cómo se han sentido, si tendrían ganas de volver. “Lo que intentamos es motivarles a buscar hábitos culturales. No solo museos, también ir a conciertos, al cine o al teatro”, agrega.

Tanto Lustygier como Houba coinciden en que tras la pandemia la iniciativa cobra, además, más sentido que nunca. El psiquiatra asegura que no ha visto “un aumento” de casos, sino “una explosión” de personas que sufren más enfermedades mentales. La consejera municipal explica que tienen datos de cómo se han incrementado. En Bélgica, los problemas de salud mental “se han multiplicado por dos en los últimos diez años”, apunta Houba.

“Cuando hablamos de salud no es solo físico. Es también la salud mental. Estoy realmente preocupada por la salud mental de los ciudadanos, por eso pienso firmemente que la cultura puede formar parte de la solución”, subraya.

En el Hospital Brugmann de la capital belga llevan treinta años con tratamientos para enfermedades mentales, en que siempre se ha querido incluir la cultura como una parte de la mejora de los pacientes. Se hacían ya visitas a museos con los pacientes y los médicos, con actividades fuera del hospital, como ir a exposiciones o a conciertos. Además, también desarrollan “arte bruto” en que artistas diplomados trabajan con los pacientes para que la pintura o artes plásticos sean una parte más de su tratamiento hacia una mejora.

El próximo marzo, la alcaldía analizará el resultado del proyecto piloto y de su futuro. De momento, la respuesta ha sido muy positiva y varios museos de la ciudad ya se han mostrado interesados en sumarse en el proyecto.

Museo Británico negocia con Grecia repatriar los mármoles del Partenón

El exministro de Economía conservador, designado responsable del museo londinense en junio del año pasado, se reunió el lunes con el líder griego en un hotel del acomodado distrito de Knightsbridge de la capital británica, detalló el periódico. Mitsotakis, que durante su visita al Reino Unido fue recibido por el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el rey Carlos III, había mantenido «conversaciones exploratorias» con Osborne el pasado noviembre, según ha revelado la prensa griega.


El presidente del Museo británico, George Osborne, mantuvo esta semana una conversación «secreta» con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en la que abordaron la repatriación de los mármoles del Partenón de Atenas, informó este sábado el diario «The Times».

El exministro de Economía conservador, designado responsable del museo londinense en junio del año pasado, se reunió el lunes con el líder griego en un hotel del acomodado distrito de Knightsbridge de la capital británica, detalló el periódico.

Mitsotakis, que durante su visita al Reino Unido fue recibido por el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el rey Carlos III, había mantenido «conversaciones exploratorias» con Osborne el pasado noviembre, según ha revelado la prensa griega.

La nueva reunión en Knightsbridge, cuyo único objetivo era abordar la devolución de las esculturas de 2.500 años de antigüedad, ha impulsado las expectativas de que se avance hacia la resolución de la agria disputa que enfrenta al Reino Unido y Grecia.

Atenas reclama las piezas desde hace años y construyó expresamente en 2009 un nuevo Museo de la Acrópolis para demostrar que cuenta con un lugar adecuado para albergar ese tesoro arqueológico.

Las esculturas, conocidos como los Mármoles de Elgin, ocupan un lugar preeminente del Museo Británico, que cuenta con una amplia colección de piezas de la antigua Grecia y otras culturas de la antigüedad, además de poseer la mayor muestra de objetos del Egipto faraónico fuera de El Cairo.

Los mármoles del Partenón fueron adquiridos por el aristócrata escocés Thomas Bruce, séptimo conde de Elgin, entre 1801 y 1805, cuando era embajador ante la corte Otomana en Estambul -que ocupaba Grecia-, y vendidos después al Reino Unido, transacciones que Grecia ha calificado como «saqueo».

Perú y Ecuador recuperaron piezas históricas decomisadas en Italia 

Ecuador y Perú recuperaron piezas arqueológicas prehispánicas que fueron decomisadas por la policía italiana. Perú es uno de los países más afectados por el tráfico ilegal de piezas, según un informe de la UNESCO sobre tráfico ilícito de bienes culturales.

Los objetos fueron incautados en el marco del operativo ACHEI, en el que los carabineros (la policía militar de Italia) revelaron la existencia de “un vasto tráfico nacional e internacional de hallazgos arqueológicos procedentes de excavaciones clandestinas”. Francia, Reino Unido, Alemania y Serbia formaban parte de este tráfico de piezas.

Los embajadores de Ecuador y Perú en Italia, Patricio Troya y Eduardo Martinetti, respectivamente, recibieron los bienes culturales en una ceremonia oficial en el Museo de Pitágoras de Crotone.

Perú recuperó una jarra aulladora, un recipiente lenticular y cuello abombado. Esta pieza es de la cultura Chimú-Inca, producido entre los años 1470 y 1534.

Mientras que Ecuador recuperó un cuenco semiesférico con una base con forma de tronco, fabricado en Tuza-Cuasmal entre 1250 y 1534. También recuperó una taza de cerámica de la cultura Piartal, producida entre los años 750 y 1250.

Según las autoridades italianas, a través del operativo ACHEI, unas 23 personas recibieron medidas cautelares por su participación en la “asociación delictiva destinada a cometer delitos dirigidos a dañar el patrimonio arqueológico”.

La mayor parte de las piezas incautadas en el marco de este operativo son de culturas que habitaron la península italiana.

Según la UNESCO, Argentina es uno de los países que desde 2004 está a la vanguardia de las restituciones de bienes culturales

Perú, uno de los países más afectados por el tráfico ilícito de su patrimonio cultural, encabeza la lista de Estados a los que Argentina restituye objetos patrimoniales. En segundo lugar está Ecuador.

“En 2016, unos 439 objetos robados del patrimonio ecuatoriano y 4.150 del peruano fueron devueltos a sus países de origen”, indicó el organismo de la ONU en un informe de 2020.

La UNESCO entrega al Estado chileno las recomendaciones para la gestión del sitio de Patrimonio Mundial en Valparaíso

El informe es el resultado de la misión realizada entre el 7 y el 11 de noviembre de 2022, cuyo objetivo fue brindar al Estado chileno y a la Corporación Municipal de Administración del Sitio de Patrimonio Mundial, asesoría técnica para orientar futuras prácticas y estrategias de gestión, conservación y protección del valor excepcional del sitio. Los resultados de la misión también contribuirán a la finalización del informe sobre el estado de conservación del sitio, documento que se encuentra en preparación y que Chile deberá presentar a la UNESCO en el contexto de la próxima sesión del Comité del Patrimonio Mundial, que tendrá lugar a mediados del 2023.


La UNESCO entregó al Estado chileno las recomendaciones para la gestión del sitio de Patrimonio Mundial en Valparaíso, según informó este jueves el Ministerio de las Culturas.

Luego de una visita que se extendió durante una semana, y en la que el jefe de la Unidad de América Latina y el Caribe del Centro del Patrimonio Mundial, Mauro Rosi, y el experto, Luis Ignacio Gómez Arriola, se reunieron con más de cien personas de diversas instituciones y organizaciones, el informe emanado desde la UNESCO constata que el sitio Barrio histórico de la ciudad portuaria de Valparaíso mantiene sus atributos de valor universal excepcional.

En documento realizado por los expertos, entrega 31 recomendaciones de mediano y largo plazo que servirán de guía para el trabajo de la Corporación Municipal de Administración del sitio del Patrimonio Mundial (SPM), entidad que comenzó a sesionar este martes 20 diciembre de 2022.

En relación con la gobernanza del sitio, el documento sugiere la integración de diversos instrumentos para la ejecución de un plan de gestión integral y participativo que cuente con un modelo de manejo para el desarrollo sostenible. Un ejemplo es el fortalecimiento de incentivos aplicables a la rehabilitación y recuperación de inmuebles en los diferentes instrumentos de planificación.

Dentro de las recomendaciones, los expertos expresan la necesidad de cooperación de distintas instituciones del Estado, que permitan el fortalecimiento de las herramientas actuales de planificación aplicables en el sitio de Patrimonio Mundial, a través de la articulación de diversas carteras.

Alcalde Sharp

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, destacó la relevancia de este informe explicando que “nos parece que este informe es una importante orientación en las acciones que debemos realizar junto con el Estado».

«Apunta también de forma muy clara la importancia de sacar adelante lo legislativo y lo presupuestario en materia patrimonial a nivel central, que hagan posible tutelar con mejores herramientas el valor excepcional del sitio y, también, es una ratificación de lo que hemos emprendido como administradores. El informe es enfático en considerar la creación de la corporación municipal para la administración del sitio como extremadamente beneficiosa para la gobernanza del sitio”, dijo.

Asimismo, el jefe comunal indicó que “el informe recomienda un “plan piloto para Barrio Puerto” donde la corporación ha priorizado la cartera de iniciativas. La cual fue sociabilizada ayer en la primera asamblea ordinaria de la corporación donde los directoras y directores quienes apoyaron, complementaron y comprometieron acciones para el cumplimiento de la misma. Es un gran desafío pero que hoy, existe una forma diferente de abordarlo con una agenda urgente, porque hablamos de un sitio habitado, con problemas sociales importante.”

Reacción ministerial

“Vemos las recomendaciones de este informe como una señal muy positiva, que nos servirá como hoja de ruta para seguir avanzando en la protección del Sitio de Patrimonio Mundial», dijo por su parte Carolina Pérez, subsecretaria del Patrimonio Cultural, quien además es parte del directorio de la corporación.

«Agradecemos a todos quienes fueron parte de esta misión, en la que los expertos de la UnNESCO escucharon a todas las actorías involucradas en la gestión del patrimonio del sector. Como Estado estamos comprometidos con la salvaguardia del barrio puerto, y seguiremos generando instancias de cooperación para enfrentar este gran desafío”, comentó.

Si bien la mayoría de las recomendaciones son de largo alcance, también se plantean acciones que se pueden trabajar en el corto plazo, como la implementación de la cartera de proyectos inmuebles patrimoniales y la colocación de placas oficiales con el emblema de Patrimonio Mundial de la UNESCO junto a un texto informativo sobre el valor universal excepcional del sitio.

El informe puede ser descargado aquí.

Coleccionismo en los museos 4

Las colecciones de museos hoy. ¿Qué, por qué, para qué y cómo coleccionan? ¿Objetos o costumbres? ¿Curadores o etnógrafos? (PARTE IV)

¿Reformulando la Colección permanente del museo?

Proyecto de los Museos del University College of London, “Disposal?Se producen hoy dos tendencias/cambios en la (re)concepción y (re)operación con y a partir de las colecciones de patrimonios culturales, que llevan a re-considerar lo que se venía concibiendo y haciendo con ellos:

1) Redimensión de conceptos de sentido y “uso” de la colección permanente del museo.

2) Incorporación de patrimonios intangibles (o inmateriales) en términos más amplios.

¿Tú, qué piensas? ¿qué guardarías para tus hijos, sobrinos, nietos?

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¿Reformulando la Colección permanente del museo?

Las colecciones de museos hoy. ¿Qué, por qué, para qué y cómo coleccionan? ¿Objetos o costumbres? ¿Curadores o etnógrafos? (PARTE IV)

Se producen hoy dos tendencias/cambios en la (re)concepción y (re)operación con y a partir de las colecciones de patrimonios culturales, que llevan a re-considerar lo que se venía concibiendo y haciendo con ellos:

1) Redimensión de conceptos de sentido y “uso” de la colección permanente del museo.

2) Incorporación de patrimonios intangibles (o inmateriales) en términos más amplios.

Miremos con atención cada tendencia.

 

1) ¿Reformulando la Colección permanente del museo? Redimensión de sus conceptos de sentido y “uso”.

El proceso de apreciación, circulación, consumo y reapropiación de los patrimonios, de las colecciones permanentes de museos, ya no se limita a lo estético y delectable (lo “bello”), noción valiosa y vigente. Este proceso, social por excelencia, se abre a los enfoques temáticos más que solo cronológicos, a alternativos esquemas de presentación de las colecciones, a las relaciones entre los sujetos y sus capacidades de interpretación compartida, legítima e individual.

No es solo el objeto, sino el contexto de la trama social en la que están inmersos, al momento de ser creados y en la actualidad. Las colecciones permanentes de los museos (y los patrimonios culturales), son ahora también colecciones de contextos, y de otras consideraciones actuales.

Desde hace unos cinco años, varios importantes museos del mundo reconsideran, reestudian y re-exponen sus colecciones permanentes. Hay muchas referencias a ello en los casos del Museo Reina Sofía y el Museo del Prado, ambos en Madrid, con cuyas colecciones permanentes se están haciendo reenfoques y remontajes de verdadera avanzada en nuevos y alternativos términos.

OnCurating - #12El más reciente número, 12 diciembre 2011, de la revista digital suiza de curaduría On Curating dedica su contenido a las colecciones permanentes de museos: “Reinterpreting Collections Fresh breeze in the depots–curatorial concepts for reinterpreting Collections” [“Reinterpretando las colecciones Brisa fresca en los depósitos: conceptos curatoriales para la reinterpretación de colecciones”]. Traduzco algunos detalles de su Introducción, firmada por la curadora e historiadora de arte alemana Marjatta Hölz:

Hoy en día podemos observar claros cambios en relación con el trabajo con las colecciones. Un cambio es el regreso a la colección como base para el programa expositivo (…,) lo que refleja el origen del museo. ¿Cuál es el significado de la colección hoy en día, y cómo puede ganarse el interés de la audiencia? La clave de algunos de sus éxitos y proyectos críticos irradian el tema desde otra perspectiva, capacitándonos para adecuar nuestras ideas con los conceptos del trabajo curatorial con las colecciones. En este número de On-Curating nuestra intención fue la de encontrar posibilidades para captar nuevas atenciones hacia la colección por parte de los visitantes, artistas y curadores: no sólo para sus piezas más destacadas, sino para la colección como totalidad, y para su historia. Este número igualmente explora cuáles contextos pueden disparar nuevas interpretaciones sobre antiguas obras, y cuáles métodos externos de intervención de las estructuras del museo puedan hacerle menos fosilizado.

Las colecciones necesitan tener estrategias de adquisición y exposición. La democratización de esos procesos ha llevado a diferentes métodos de involucramiento: nuevos conceptos curatoriales pueden presentar la colección bajo una luz diferente, crear un diálogo entre lo contemporáneo y lo histórico. Nos enfocamos en dos nociones y sus límites: participación e intervención. [… Así, se muestra] cómo las sugerencias del visitante pueden afectar las políticas de la colección afinándole su perfil (2011, 3).

Este número reporta proyectos de estrategia curatorial que involucraron la participación de los públicos en la toma de decisiones sobre lo que debería coleccionar y disponer: casos como el de los Museos de la University College London, y luego el del Van Abbemuseum de Eindhoven, Holanda. Del mismo modo lo hace con proyectos que involucraron la participación curatorial externa por parte de artistas, con visiones de la historia del arte distintas de lo meramente lineal.

El proyecto de los Museos del University College of LondonDisposal? [“¿Disposición?”, o “¿Disponemos de esto?”], llevado a cabo en octubre de 2009, consistió en

Proyecto de los Museos del University College of London, “Disposal?acoger una democrática y consultiva exposición sobre el más controversial tema del sector museístico. Disposal? tomó en innovador paso de preguntar a sus públicos y audiencias sobre qué deberían coleccionar los museos de la Universidad, y de cuáles cosas deberían deshacerse. La participación de los públicos fue el componente externo clave de la exposición. Al visitar la muestra, los estudiantes y el público en general pudieron contribuir con sus puntos de vista sobre cómo ellos pensaban que las colecciones debían desarrollarse. El objetivo era incorporar esas opiniones en los documentos rectores, las políticas y los procedimientos del museo y sus colecciones. Como un actual servicio a, y como un futuro recurso para la Universidad y el gran público, creemos que es esencial que todos tengan una voz y que sus miradas sean tomadas en cuenta. (2011, 5).

El proyecto del Van Abbemuseum“Play Van Abbe” [“Juega con el Van Abbemuseum”], de 2009 y 2011, montó su colección “para proponer y debatir cuestiones como: ¿Cuál es el rol de un museo de arte en el siglo 21?, ¿Cuáles son las convencionalidades de un museo y en qué medida estamos conscientes de ellas? Esto se enfoca no solamente las obras de arte de la colección, sino también en el modo en que se nos permite mirarlas en el museo.” (cit., 8).

Vale destacar que la diferente estrategia de muestra de esta exposición no estaba enfocada sobre las obras de arte, sino sobre el rotulado y etiquetado, asignando un rol importante a la opinión del visitante, quien era confrontado y estimulado a reescribir sobre estos a partir de un estímulo original dado por la curaduría: ¡eran referencias de entrada que proveían un punto de partida para la interpretación!

Y continúa la revista: “Así, al visitante se le solicitaba interactuar con las obras, escribiendo términos clave en las etiquetas y rótulos. Con estos paneles y rótulos interactivos, se agregó una lámina de texto sobre las obras. A la entrada de la exposición uno de los paneles proponía la pregunta ‘¿Qué significó para ud. 1989?’. El punto crucial de los sucesos políticos de 1989 [caída del Muro de Berlín] proveyó el marco contextual sobre la historicidad de las obras de arte, y consultaba el punto de vista del visitante para relacionarlo con su propio nivel personal.” (cit., 9).

“Como resultado –dice la revista- los términos clave para estos prospectos de curaduría fueron democratización, contextualización, educación y aprendizaje. [La curadora] Uwe M. Schneede opina que ‘el museo solo puede preservar su importancia societal y, a largo plazo, solamente alcanzar su misión educacional, cuando sea capaz de renovarse permanentemente desde dentro, sin abandonar sus obligatoria tradición’. Y, podríamos añadir, solamente si permanece abierto a las ideas frescas, los comentarios honestos, y al intercambio con el exterior. Las figuras centrales en este contexto son los artistas, los curadores invitados, los visitantes, y, al menos, la crítica honesta y responsable.” (cit., 4).

Acciones como estas tienden puntos de análisis contextual sobre el patrimonio de las colecciones, sobre el alcance de la museología misma, y sobre el rol activo del sujeto re-interpretante que se la reapropia, en un sustancial compromiso con el patrimonio y el público; así, el público así reeducado y estimulado en sus habilidades y curiosidad, convencido de la importancia de sus patrimonios custodiados en las colecciones de los museos e instituciones patrimoniales, pues cada uno es co-propietario de ella, en una bien entendida manera. Las colecciones museísticas se formulan de otra manera.

3) incorporación de patrimonios intangibles en términos más amplios.

Los contenidos patrimoniales incorporan “intangibilidades mayores”, que no siempre expresan el lado optimista y motivo de orgullo de la historia de sus pueblos. Implican mucho más que la intangibilidad de ítems que expresan la memoria positiva, la identidad cohesionante, el uso, valores y significaciones positivas de los pueblos y culturas. Podría acaso decirse que la noción de patrimonio intangible, conocida y propuesta por la UNESCO, no resulta del todo adecuada para este tipo de “intangibilidades mayores”.

Hoy -no sin controversia y provocación- los museos que coleccionan estos “intangibles mayores”, los llamados Museos de la memoria, o Sitios de Conciencia, se abren a coleccionar las memorias de hechos pasados, sobre todo recientes, o contemporáneos, negativos o dolorosos: guerras internas e internacionales, expolios, destrucción y reconstrucción de etnias, nacionalidades, territorios y mapas, expolios, invasiones, dictaduras, nazismo, y los sucesos y consecuencias que han generado y marcado estas permanencias “inmateriales”. Cosas de un pasado cercano que no debe olvidarse, para no ser repetido, para reafirmar cohesiones posteriores “por defecto”, sobre lo positivo y optimista. Podemos decir que estos son unos Museos de víctimas.

Resulta peculiar, acaso, pues las colecciones de estos museos son mayoritariamente patrimonios inmateriales intangibles, negativos y dolorosos, generadores no obstante de altos niveles de conciencia y memoria histórica. Materialmente sus depósitos y salas acumulan fotografías, filmes, objetos, y a veces los recintos mismos donde ocurrieron los hechos de negativa memoria son sitios museados. Pero estos objetos materiales referidos no son la colección o el patrimonio en sí mismo; son los meros soportes o relacionantes de aquello realmente coleccionado, memoriado. Son museos que coleccionan la memoria, la palabra, eminentemente intangibles, aunque pueden incluir los lugares, pues estos casos remiten a sucesos pasados acaecidos en ellos: conflictos, hechos armados, sitios de tortura y muerte. Es la memoria-patrimonio (intangible por excelencia) del suceso lo que se colecciona.

Referiremos ejemplos de Museos de la Memoria o Sitios de conciencia en América Latina, para comentar al final el caso de un museo europeo (Alemania), cuya labor expositiva actual no ha estado ajena a la polémica, y lo cual nos lleva a un comentario de cierre en relación con el primer artículo de la presente serie. Países suramericanos como Chile Argentina y Uruguay han creado y mantienen sus Museos de la Memoria, con sus colecciones que mantienen el necesario recuerdo de las etapas trágicas de las dictaduras militares de los años 70 y 80 pasados.

Particularmente, Argentina recientemente crea y mantiene su Museo de la Memoria Argentina, en la ciudad de Córdoba, hecho no exento de discusión y polémica en ese país, que motivó foros de discusión reseñados por medios de comunicación museológicos. En este mismo país, y por circunstancias peculiares de su historia en los pasados años 45-80, existe el Museo del Holocausto Argentina: la presencia en ese país de “refugiados” ex oficiales nazis. La actual página web principal de este Museo es elocuente. Y podemos referir dos ejemplos fuera de Latinoamérica, relacionados con esta misma memoria del período nazi, y con el concepto mismo de Museo de la Memoria y sus “intangibilidades mayores”: el Museo del Holocausto en Washington, D.C., y el Museo Auschwitz, situado en las mismas instalaciones donde funcionó el campo de concentración homónimo en Polonia, que claramente muestra su carácter de Sitio de Conciencia.

Cerramos esta entrega comentando un caso de este tipo de acciones museísticas de la Memoria, de vigente polémica. No es un Museo de la Memoria propiamente, pero despliega una actual exposición sobre el período nazi; un caso no menos polémico y que aun enciende resentimiento y vergüenza, y que nos remite a la primera entrega de esta serie de artículos. El Deutsches Historischen Museum [Museo de Historia Alemana] de Berlín presenta, desde octubre pasado hasta febrero de 2012, la exposición Hitler und die deutschen Volksgemeinschaft und verbrechen [Hitler y los alemanes. Nación y crimen]. Se aprecia una visita panorámica virtual completa.

Deutsches Historischen Museum-Hitler und die deutschen Volksgemeinschaft und verbrechen [Hitler y los alemanes. Nación y crimen].

El catálogo de la exposición enfoca la permanencia “explosiva” del tema del nazismo, luego de 65 años de su caída, y de las interrogantes que persisten en generaciones actuales sobre cómo Hitler y su nacionalsocialismo pudieron llegar al poder, su responsabilidad en tantos crímenes y genocidios y su aceptación por parte de la sociedad alemana. Buscando respuestas a estas cuestiones, la exposición examina el fenómeno Hitler y el significado de su proyecto, y las condiciones socio-políticas, la mentalidad alemana de entonces y la entusiasta violencia de sus métodos de aniquilación.

Se plantea que Hitler no hubiera logrado su poder sin la aceptación popular de su condición de Führer (“Líder”), y sus mitos de Volksgemeinschaft (“Comunidad nacional”), y la exclusión de los “ajenos a esa Comunidad”, en un proceso que llevó a la destrucción de las estructuras del estado y de los valores morales, con el fin conocido. La exposición contempla actividades relacionadas, como un ciclo de conferencias dadas por los curadores y el museógrafo de la muestra, historiadores y periodistas, filmes históricos y contemporáneos, simposios y foros de discusión. El enfoque principal parece ser el hecho mismo de que se le dedique todo el museo al proyecto hitleriano, desde una óptica histórica y crítica, y un punto muy álgido es el simposio sobre el régimen de migraciones establecido por los nacionalsocialistas desde la Volksgemeinschaft.

Esta exposición muestra neutral y “académicamente” imágenes, lugares, hechos y objetos relacionados con el tema; de alguna manera lo expuesto se haya coleccionado, en custodia por parte de instituciones museísticas e históricas alemanas. No obstante, podría decirse que el principal “objeto” expuesto allí y conservado, es el de la memoria, el de la “intangibilidad mayor” resultante del saldo negativo que arrojó y significó el nacionalsocialismo. Y de esto resulta la muy entendible emoción derivada de ello, dolorosa, negativa, en nada motivo de orgullo sino más bien tabú para el pueblo alemán, destilada de lo expuesto y abordado por los curadores.

Es la primera vez que se realiza una exposición de ese tipo y tema en Alemania, y exponer esta colección de objetos e intangibilidades mayores ha sido valiente. La exposición y sus actividades relacionadas se hallan en pleno desarrollo (enero 2012), así como las reacciones y emociones que pudieran despertarse en las gentes.

Y aquí es donde se nos relaciona el enfoque con el tema de nuestra primera entrega de esta serie.

Recordemos el caso del Rijksmuseum holandés, y la aun vigente polémica desatada –encuestas y foros de por medio- ante las gestiones del museo para incorporar a sus colecciones de historia holandesa el arma con la que fue asesinado el activista político Pym Fortuyn, y el auto chocado con el que se intentó agredir a la familia real. Este museo hizo un intento consciente de coleccionar algo de su historia contemporánea, con miras a su historia futura, a sabiendas de la polémica y atracción-rechazo que tal acción despertaría en las comunidades holandesas.

Un adicional elemento de relación entre ambas acciones museísticas europeas, ha sido la preocupada crítica ante la posibilidad de que actuales admiradores –neo-nazis, neo-fanáticos- puedan encontrar en estas exposiciones razones provocadoras de sus inclinaciones. Y resulta cuando menos curioso que los Museos de Memorias, europeos y latinoamericanos, se enfocan sobre las víctimas, pero la actual exposición sobre Hitler en el Deutsches Historischen Museum se enfoca sobre los victimarios. Este sería un interesante punto de discusión y confrontación para los casos de este tipo de museos existentes en Latinoamérica.

Entonces, acciones museísticas contemporáneas como las que hemos referido acá son rico motivo para establecer escenarios de reflexión-discusión acerca del rol del museo en su perfil coleccionista, y de la naturaleza misma de aquello coleccionado como patrimonio cultural e histórico, y de lo que por ello se está entendiendo ampliadamente hoy.

¿Son, entonces, elementos a considerar a la hora de definir las líneas de una colección patrimonial de museos –y de las exposiciones que con ellas se realicen- los objetos en sí (tangibles, intangibles e “intangibles mayores”), más las opiniones y reacciones emocionales de las comunidades quienes de alguna manera se ven reflejadas o afectadas por ellas? En una adicional y V entrega final de nuestra actual serie lo abordaremos.

 
Referencias bibliográficas

ON CURATING (Revista). (2011). Issue 12, diciembre, “Reinterpreting Collections Fresh breeze in the depots–curatorial concepts for reinterpreting Collections”Postgraduate Program in CuratingInstitute for Cultural Studies in the Arts (ICS), Zurich University of the Arts (ZHdK). Suiza. http://www.on-curating.org/issue_12. (recuperado en enero de 2012).

DEUTSCHES HISTORISCHEN MUSEUMHitler und die deutschen Volksgemeinschaft und verbrechen. Octubre 2011-febrero 2012. Berlín, Alemania.

*Fernando Almarza Rísquez
fernando@ilam.org


Lista Roja Dominicana: bienes en peligro

El Consejo internacional de Museos (ICOM), asociado a la Unesco, publicará una Lista Roja de bienes culturales dominicanos en peligro, en su lucha contra el tráfico ilícito de piezas valiosas que abarcan los períodos prehispánico, colonial y republicano de índoles religiosos, monedas y esculturas.

La publicación procura completar el dispositivo de protección del patrimonio cultural de la isla La Española, iniciado en 2010 tras la publicación de la Lista Roja de emergencia de bienes culturales haitianos en peligro que fue redactada después del terremoto que devastó a ese país.

La Lista Roja será presentada oficialmente en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD) el martes 9 de este mes, a las 6:30 de la tarde. En esas mismas instalaciones, al otro día, a las 10:00 de la mañana, también se tiene previsto realizar un seminario sobre el tráfico ilícito de bienes culturales.

Al evento fueron invitados profesionales del patrimonio y representantes de la Policía Nacional, Dirección de Aduanas.

El Icom advirtió que el crecimiento en el ámbito mundial del tráfico ilícito de bienes culturales ha dado razones a la comunidad patrimonial razones para inquietarse.

“El saqueo, contrabando y comercio ilícito de bienes culturales resultan en una pérdida importante en la comprensión de la historia”, advirtió el Icom.

La Lista Roja dominicana estará disponible en cuatro idiomas; español, inglés, francés y alemán. Unas 7,000 copias impresas serán distribuidas a oficiales de Policía y Aduanas de todo el mundo, así como a profesionales del patrimonio, comerciantes de arte y antigüedades, y otros organismos involucrados en la protección del patrimonio cultural.

Luisa de Peña Díaz, miembro del consejo ejecutivo del ICOM y directora del MMRD, representará oficialmente la organización durante el evento y presentará la Lista Roja a los invitados.

La iniciativa busca fomentar la concientización de las poblaciones locales, los agentes del orden y el mercado internacional de arte y antigüedades.

La creación de la Lista Roja de bienes culturales dominicanos en peligro fue posible gracias al apoyo de la Oficina Federal de Cultura de la Confederación Suiza.

De Peña resaltó que el hecho de que la República Dominicana sea incluida en este programa mundial es un gran triunfo y permitirá combatir más eficazmente el tráfico ilícito de bienes culturales.

“En nuestro país el saqueo de nuestro patrimonio prehispánico, religioso/colonial, colonial-subacuático y republicano ha sido una constante por décadas”, agregó.

Agradecimiento

El ICOM agradeció a De Peña, directora del MMRD; a César Iván Feris Iglesias, presidente del Programa APEC Cultural; Esteban Prieto Vicioso, director de la Oficina de la Obra y Museos de la Catedral de Santo Domingo y a Risoris Silvestre, directora del Centro de Inventario Patrimonial.

Además, Museo Naval de las Reales Atarazanas, Alcázar de Colón, Iglesia de Santo Domingo, Museo Bellapart y Museo Numismático del Banco Central.

Tras la presentación oficial, la Lista Roja de bienes culturales dominicanos en peligro estará disponible para descarga gratuita en todos los idiomas y será integrada a la base de datos del ICOM. Pueden acceder a estas informaciones a través del siguiente enlace:

http://icom.museum/recursos/banco-de-datos-de-las-listas-rojas/L/1/.

En 2012, las autoridades francesas indicaron específicamente que la Lista Roja de urgencia de antigüedades iraquíes en peligro del ICOM, publicada en 2003, ayudó en la recuperación y restitución de 13 piezas arqueológicas iraquíes datando de 2350 antes de Cristo ( a.C.) a 1700 a.C., de la antigua civilización de Mesopotamia. Los objetos incautados, conos y tabletas de arcilla, fueron identificados por los investigadores oficiales a través de un sitio de subastas, debido a sus probables orígenes iraquíes.

En los procesos intervenienen la Interpol, que es la que ejecuta el programa, tras alianza con el Idecom,y la Federación Mundial de Aduanas para ejecutar fuera y dentro de las fronteras. Entre los países de América Latina que cuentan con una Lista Roja se encuentran Perú, Colombia, México y Haití. En esta última nación-país fue aprobado luego del terremoto para evitar que las piezas fueran saqueadas y sacadas fuera del país. Centroamérica tiene uno general y Guatemala tiene uno particular.

Objetos

El documento incluye categorías de objetos abarcando los períodos Prehispánico, Colonial y Republicano, y presenta una gran variedad de estos, incluyendo aquellos de índole religioso, monedas y esculturas.

Los taínos sepultaban a los difuntos en las costas con todas sus pertenencias. En esas zonas puede haber muchas piezas valiosas. Por eso es imposible saber qué cantidad de piezas pueden ser objetos de tráfico ilícito y con cuántas cuenta el país”, dijo la directora del MMRD.

Recordó que cuando ella era directora de museos inició dos procesos y recuperon 186 piezas detectadas en Miami, Estados Unidos.

La lista dominicana incluye recipientes y vajilla: cerámica, vasos efigie y caritas de indios, ollas y asas. Pueden ser de piedras, cerámica, terracota y conchas marinas. En el período colonial y republicano figuran vajillas: vasos, copas, vasijas de cerámicas, vajilla y objetos esculpidos, de índole religiosa y accesorios y objetos de decoración.

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PROTECCIÓN DE PATRIMONIOS

El Consejo Internacional de Museos (ICOM), creado en 1946, y representando a los museos y profesionales de museos, se dedica a la promoción y la protección del patrimonio natural y cultural, presente y futuro, tangible e intangible. Con 30 mil miembros en 137 países, el ICOM es una red única, activa en una amplia gama de disciplinas relacionadas con el ámbito museístico y del patrimonio.

Las Listas Rojas son herramientas eficaces, destinadas a ayudar a los oficiales de policía y aduanas, a los profesionales del patrimonio y a los negociantes de arte y antigüedades a identificar los bienes más susceptibles al tráfico ilícito y por lo tanto sujetos al contrabando. El proyecto incluye la especialización de un personal de Aduanas para que trabaje en la identificación de piezas que pudieran ser patrimonio cultural.

Fernando Quiroz

fernando.quiroz@listindiario.com

Tomado de: http://www.listindiario.com.do/la-republica/2013/7/3/283155/Lista-Roja-Dominicana-bienes-en-peligro

 

Coleccionismo en los museos 2

“Estrategias para coleccionar: Las colecciones digitalizadas”, según François Mairesse.

Las colecciones de museos hoy. ¿Qué, por qué, para qué y cómo coleccionan? ¿Objetos o costumbres? ¿Curadores o etnógrafos? (PARTE II)


[…] En cuanto a estos asuntos, Mairesse plantea un enfoque que comienza siendo controversial, provocador y arriesgado: estrategias para el coleccionismo en los museos, con la sustitución relativa del objeto físico por su archivo de imagen y documentación digitalizados.

[…]  Dice Mairesse que como la sociedad y la economía global postulan un mayor consumo, igualmente el ideal del museo está basado en la acumulación y crecimiento ilimitado de sus colecciones. Es entonces cuando propone el planteamiento de hacer “decrecer” las colecciones museísticas, del mismo modo en que ciertas propuestas económicas actuales hablan de la necesidad del decrecimiento del consumo y del calentamiento global. Entonces, propone un desarrollo sustentable en nuestros hábitos de consumo, un cambio en el principio de acumulación (de colecciones) del museo.

Tú, ¿qué coleccionarías o conservarías? ¿el original o el holograma?

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“Estrategias para coleccionar: Las colecciones digitalizadas”, según François Mairesse.

Las colecciones de museos hoy. ¿Qué, por qué, para qué y cómo coleccionan? ¿Objetos o costumbres? ¿Curadores o etnógrafos? (PARTE II)

Continuando con esta II entrega de nuestra serie sobre el coleccionismo en los museos, referiremos las reflexiones que hace el museólogo belga François Mairesse. Reflexiones como estas son ejercicios útiles para el pensamiento museológico y la práctica museística de nuestras latitudes latinoamericanas, desde donde podemos evolucionarlas para beneficio común.

En cuanto a estos asuntos, Mairesse plantea un enfoque que comienza siendo controversial, provocador y arriesgado: estrategias para el coleccionismo en los museos, con la sustitución relativa del objeto físico por su archivo de imagen y documentación digitalizados.

Esa es la opinión de este autor, quien propone que las colecciones de objetos materiales de los museos sean sustituidas (casi del todo) por sus imágenes digitalizadas (o por lo que él llama “colecciones digitalizadas / sin materia”)!

Sin embargo, si bien nosotros estamos claros con ese asunto, al final Mairesse parece retractarse un poco: él reconoce la naturaleza propia de las colecciones museísticas en tanto que tenedoras, primeramente, de objetos físicos, materiales; esto no niega la existencia dentro de ellas de otros objetos inmateriales o intangibles, que es lo que conocemos como cuentos, testimonios, memorias, historias, relatos, valores… (el aspecto incluso etnográfico, que profundizaremos en nuestra III entrega de esta serie).

Entonces, primero establezcamos la clara diferenciación entre la manera en que se expresa Mairesse y el criterio que manejamos acá. Lo que Mairesse denomina “sin materia [digital]” es la imagen digitalizada del objeto físico; lo que nosotros denominamos con ese mismo término es el objeto intangible, explicado en el párrafo anterior. Nosotros estamos bien claros en estos matices del idioma.

Notamos muy puntualmente que en referencia a esto de las imágenes digitalizadas, éstas no se circunscriben a la reproducción bidimensional de un objeto, recreada en un monitor de computadora. Los adelantos de esta tecnología ofrecen adicionales alternativas, mucho más complejas, como el holograma (o imagen “casi” tridimensional, densa, del objeto), que incluso permite algunos niveles de interacción casi sensorial.

Hay obras de arte actual creadas ex profeso para su reproducción virtual (al final referimos puntualmente al Adobe Museum of Digital Media); esa es su naturaleza artística o creativa. No tiene que ser necesariamente el caso de las obras de arte de base material que coleccionan los museos, física o digitalmente, aunque eso es tema de una interesante discusión en otros artículos.

Más allá de este comentario puntual, los planteamientos de Mairesse merecen ser considerados, y estimulan la reflexión en nuestras latitudes latinoamericanas. En todo caso, lo que plantea este autor es importante para el enriquecimiento de las bases criteriales y teóricas de nuestro hacer museístico; Mairesse es un autor destacado e imprescindible para la museología actual, y alto miembro del ICOM.

Antes de desmenuzar un poco el artículo de Mairesse, conviene que reafirmemos: los museos siempre almacenarán colecciones de objetos, tanto materiales como inmateriales (y/o digitalizados). Los objetos materiales siempre requerirán de su cuidado físico; para ello las ciencias de la conservación-restauración en el museo están muy bien desarrolladas, técnica y criterialmente. De modo que los museos siempre serán los custodios y cuidadores de estos objetos.

Lo anterior implica, adicionalmente, que los objetos materiales (especialmente de arte-artesanía) mantienen un carácter de originalidad (un “aura”, de la que comentaremos líneas más abajo). En ese sentido, el museo colecciona, preserva, estudia y expone-transmite conocimientos sobre estos objetos y sus originalidades, pero también sobre otras dimensiones de la creación humana.

En su trabajo titulado Collection strategies Now! (2010), Mairesse apunta que comúnmente a los museos se les suele ver simplemente como instancias tenedoras y de resguardo de colecciones. Pero hoy la realidad de esa creencia ha comenzado a cambiar.

Dice el autor que “el campo del museo ha cambiado, y las colecciones museísticas han evolucionado drásticamente, especialmente por su relación entre las colecciones, sus profesionales y el público.” (Mairesse: 2010, 1) [traducción del inglés mía, FAR, también para las sucesivas citas textuales].

¿Conservar el original?

 

Mairesse considera que la tecnología utilizada en los museos para el resguardo y archivos de sus colecciones es obsoleta. Esto tendría más implicaciones de lo que nos imaginamos, especialmente en sus consecuencias “coleccionísticas” como tales, y en el rol mismo de las curadurías, registros e informaciones administradas y puestas a disposición del público. Afirma el autor que

dado que la tecnología heredada del siglo XVIII se basaba en el estudio material de las colecciones, el modo en que los museos operan ahora se ve desafiado, particularmente por las nuevas tecnologías y arquitecturas. Para algunos, la emergencia de nuevas tecnologías de información y comunicación marca un radical punto de giro en el modo en que leemos imágenes […]. La creación de nuevos lieux de mémoire (reinos de memoria), para usar la expresión acuñada por Pierre Nora y reforzada por Peter van Mensch (2005), gira en un movimiento hacia una más o menos material, y una más o menos auténtica colección científica [y podemos agregar, de artes]. Es clara la influencia de la televisión y los nuevos medios sobre las generaciones más jóvenes. Mientras que el número de visitantes del museo está obviamente relacionado con su potencial para adaptarse a esos nuevos modos de lectura, tenemos que admitir su verdadera “raison d’etre” [razón de ser].  En tanto que lugares para la preservación de colecciones y conducción de investigaciones [, los museos] están siendo desafiados por esta revolución digital. Podríamos ir más lejos y preguntarnos si la presencia física de las colecciones en los museos no obstaculizaría el sistemático análisis científico: algunas veces, las bases de datos digitales parecen más beneficiosas que el estudio clásico de objetos, tal como el análisis computarizado produce mejores resultados estadísticos (…).

Dice Mairesse que como la sociedad y la economía global postulan un mayor consumo, igualmente el ideal del museo está basado en la acumulación y crecimiento ilimitado de sus colecciones. Es entonces cuando propone el planteamiento de hacer “decrecer” las colecciones museísticas, del mismo modo en que ciertas propuestas económicas actuales hablan de la necesidad del decrecimiento del consumo y del calentamiento global. Entonces, propone un desarrollo sustentable en nuestros hábitos de consumo, un cambio en el principio de acumulación (de colecciones) del museo.

¿Es suficiente tener solo información?

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Google Earth Model of Machu Picchu / Modelo 3D de Machu Picchu

 

Mairesse refiere que ha habido un creciente desarrollo de las técnicas de conservación de las colecciones, aunado a la emergencia de nuevas categorías de profesionales del museo a partir de los años 80, especialmente de registradores. Igualmente, dice, ha habido un paralelo incremento de los costos relativos al almacenamiento, filtros de aire, controles de humedad, iluminación, exposición y prevención, aun en los casos en que las colecciones se mantienen constantes en su tamaño. Y a ello se aúna la dificultad creciente para la consecución de fondos.

Ante estas consideraciones, y otras que versan sobre la discusión acerca de a quién pertenecen las colecciones y patrimonios (casos como los mármoles griegos, o el busto de Nefertiti, o los objetos culturales de indígenas norteamericanos, que por razones de espacio acá a ninguno incluimos), Mairesse propone considerar las colecciones inmateriales (es decir, colecciones de imágenes digitalizadas de los objetos materiales). Escribe Mairesse:

¿Por qué todos los objetos deben ser preservados cuando pueden ser perfectamente bien documentados? ¿La documentación digital puede solucionar los problemas creados por las colecciones museísticas? Las nuevas tecnologías para el desarrollo de las bases de datos de museos y la creación de ciber-museos ha permitido notables progresos (Hemsley, Cappellini and Stanke 2005; Kalay, Kvan and Affleck 2008; Parry 2010). La práctica de la documentación, obviamente, es mucho más antigua, lo que se refiere a los sustitutos y documentación. Hay un completo continuum de posibilidades entre el trabajo original y su indirecta descripción por medio de la escritura: moldeado, copia, fotos, etc. (Mairesse; 2010, 59). [negritas mías, FAR]

Mairesse agrega algo tal vez polémico al asunto, aunque reconoce que la sola presencia de los objetos materiales de una colección permite diferentes percepciones,

referidas más a los sentidos que al entendimiento. A través de su propia presencia y su aura (Benjamin, 1939) [refiere a Walter Benjamin, quien en los años 40 propuso en su libro La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica que la obra de arte viene acompañada de un “aura”, que se pierde cuando ésta es reproducida por medios técnicos], la “cosa real”, aun difiere de manera bastante obvia a partir de la copia digital. Sin embargo, la diferencia entre esos dos mundos se está reduciendo, como lo atestiguan los filmes en 3D y otros métodos holográficos, por ejemplo. ¿Unos pocos años después acaso no será posible capturar digitalmente un objeto al extremo de hacer ver que sus términos materiales devengan superfluos? [negritas mías, FAR].

El belga reconoce que la tecnología no es una solución en sí misma, aunque comenta que son muchos los museos que han recurrido a ella dentro de una estrategia de conservación de sus colecciones a largo plazo, basándose en el análisis de las fortalezas y debilidades de sus colecciones.

En todo caso, Mairesse comenta razonablemente que es ideal, ante esta salida posible de la sustitución digitalizada de algunos ítems de colecciones, mantener el balance entre los deseos de coleccionar, el desarrollo de las tecnologías de cuidado de las colecciones, los costos y los espacios físicos de almacenamiento.

A modo de una previa conclusión, Mairesse afirma que “dado que la documentación digital aparece algunas veces como una brillante solución de espacio y ahorro de dinero, existe la tentación de desarrollar una colección de ilimitadas perspectivas. Exactamente de la misma manera en que el escenario de espacio ilimitado en el museo tuvo preeminencia”. Y más adelante agrega que “sin embargo, no hay duda de que el museo, así como el mundo, no son de ilimitado crecimiento”. (Mairesse: 2010, 62-63). 

Un filón del interés y provecho de disponer de las colecciones digitalizadas (aunque no por ello necesariamente sustituyentes de las originales físicas) se encuentra en las redes digitales de museos, y en el uso de la web para disponer en ellas al menos parte de las colecciones museísticas.

Incluso, las potencias de la web 2.0 están permitiendo más posibilidades de intercambio, participación colaborativa e interacción entre estas instituciones y los públicos. Y se podría decir que esto ha sido posible gracias a la tenencia de los patrimonios museísticos en forma digital en la web, lo que no ha significado necesariamente, repetimos, la sustitución total de los originales físicos por estos equivalentes digitales, o “inmateriales”; como los denomina Mairesse.

 

Un punto muy importante que destaca Mairesse es el hecho de que la web 2.0, interactiva, inclusiva y participativa, ha generado repercusiones en el manejo de las colecciones de museos. Las experiencias desarrolladas a partir de la nueva museología en Francia así lo demuestran, junto con sus repercusiones actuales en las comunidades aborígenes de América del norte, Australia y Nueva Zelanda, entre otros sitios, quienes cada vez más se hacen partícipes del manejo y circulación de sus patrimonios heredados y museados.

Mairesse asoma una conclusión ante estos planteamientos, dejando ver que la tenencia de las colecciones en formatos digitales, y dispuestos en la web, es de enorme utilidad y pertinencia, especialmente ante las actuales crecientes participaciones de los públicos a la hora de compartir y disfrutar sus herencias culturales y patrimonios museados.

La tecnología digital, entonces, lejos de ser algo que des-humanice la carga cultural de los objetos creados por el hombre, y si es inteligentemente utilizada y dispuesta, puede convertirse en un elemento que refuerce en nuevos términos esa misma humanidad, y los sentimientos y vivencias compartidas. El patrimonio cultural museado y digitalizado, entonces, devendría en elemento cohesionador.

Referencia bibliográfica:

Mairesse, François. (2010). “Collection strategies Now! en Encouraging Collections Mobility – A Way Forward for Museums in Europe. Edited by Susanna Pettersson, Monika Hagedorn-Saupe, Teijamari Jyrkkiö, Astrid Weij.  


conversemos_azul.pngHe afirmado que algunas veces partimos de reflexiones y experiencias de latitudes europeas, pero sabemos que podemos encontrarnos con situaciones de esa naturaleza en nuestra especificidad latinoamericana; tendremos oportunidad de reflexionar y actuar en nuestras tierras, valorando toda experiencia por ajena que fuere.

Peculiarmente, Mairesse comienza sus líneas de estrategias para el coleccionismo, considerando la sustitución relativa del objeto físico por su archivo de imagen y documentación digitalizada. Sonando muy radical en principio, al final reconoce que esta propuesta no necesariamente tiene que implicar la sustitución total del objeto material museado. Sin embargo, más que radical es su afirmación de que “¿no son a veces las colecciones en sí mismas algo superfluo?”. Provocador, cuando menos.

Hagamos un trasvase hacia nuestras realidades museísticas latinoamericanas. Es indudablemente sensata la propuesta de Mairesse en cuanto al cambio en el principio de acumulación (de colecciones) del museo. Pero, ¿entonces, nuestros museos tendrán que fijarse un límite en su crecimiento físico y en el de sus colecciones?

¿No es acaso el principio de crecimiento y acumulación ilimitada el motor que rige prácticamente a la totalidad de los museos latinoamericanos? Es un interesante y estimulante ejercicio para construir entre todos acá la reflexión sobre esta afirmación.

Vemos que Mairesse no logra despojarse de un cierto encandilamiento tecnológico, pues casi al final de su artículo referido se empeña en afirmar: “¿Unos pocos años después acaso no será posible capturar digitalmente un objeto al extremo de hacer ver que sus términos materiales devengan superfluos?”. Este ideal pareciera querer llevar al mundo de los museos a su mera existencia virtual.

¿Desaparecerían, entonces, los espacios físicos museísticos, con sus arquitecturas clásicas y nuevas (mismas que Mairesse destaca), y sus colecciones de objetos preciados, de ciencias y de artes? ¿Es el futuro de los museos convertirse en algo como el Adobe Museum of Digital Media?

 

*Fernando Almarza Rísquez
fernando@ilam.org

Definiciones de Museo de Arte Moderno y Contemporáneo

Una definición de Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Contemporáneo.

  • La definición de Museo de Arte Moderno y de Museo de arte Contemporáneo que formulábamos considera el tipo y bases de análisis que se realice a sus colecciones permanentes, la lectura y ejercicio curatorial practicado, y la metodología de tales lecturas. Esto se amplía, entrando en juego adicionales consideraciones, recursos analíticos y experiencias adelantadas en algunas prácticas museísticas de hoy.

  • La diferencia definitoria entre un tipo de museo y otro radicaría, ampliadamente, en su acción curatorial, en el tipo de análisis y lectura, y no en la nomenclatura del museo: lo contemporáneo sería la relectura sobre otras bases criteriales de aquello considerado moderno. Y con grandes implicaciones, nos asomaría a una concepción de la museística contemporánea como el espacio ampliado y multidimensional en el que operarían consistentemente y sin conflicto estas tres hipótesis.

Fernando Almarza-Risquez, Editor

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Nota del Editor
Agosto de 2010

Nota final del tema:
Para una definición de Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Contemporáneo.
Con esta Nota finalizamos el presente y primer tema de reflexión, que sostuvimos durante un año. Todos los comentarios aportados por nuestros lectores quedan en nuestra Sección, para futuras consultas, aunque siempre habrá la posibilidad de agregar más comentarios, que serán bienvenidos, publicados y agradecidos, previa revisión. Próximamente abriremos un nuevo tema de Reflexión, para lo cual mantendremos la misma dinámica desarrollada hasta ahora. Todo nuevo comentario, reflexión, artículo o aporte que tengan a bien hacer nuestros lectores será bien recibido, en una sinergia enriquecedora para todos quienes nos involucramos con la fascinante profesión museológica y la necesaria reflexión actualizada sobre ella. En nuestra Sección aparecen los requisitos para proponer artículos sobre los temas tratados.

Unas definiciones en constante enriquecimiento
Queridos colegas de la museística hispanoamericana y del mundo: 

En todas nuestras reflexiones a lo largo de este año, hemos evolucionado y enriquecido de manera importante nuestra búsqueda y propuesta de una definición para Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Contemporáneo. Si algo podemos tener claro es lo que ya hemos avanzado, en el sentido de que tales definiciones no podrán ser configuradas únicamente por referentes temporales ni estilísticos, elementos que sin embargo permanecerán como pistas de abordaje, nunca conclusivas ni terminantes.

Así, estas definiciones que hemos venido construyendo, o actualizando en su formalización, incorporan consideraciones que trascienden en mucho aquellos otros referentes, y se ubican en acciones y prácticas museológicas y curatoriales, en términos que comenzamos a señalar en nuestras últimas Notas del Editor, y que en la presente ampliamos o puntualizamos más, como evolución de las hipótesis de arranque ya planteadas en los dos artículos extensos que forman parte de nuestra Sección. Hemos afirmado las necesarias referencias hechas a destacados profesionales de la museísticas de otras latitudes, manteniendo siempre la aspiración a que contemos, también, con las de prácticas desarrolladas en nuestras propias latitudes hispanoamericanas. En la presente Nota de cierre no podemos dejar de referir aportes y prácticas reflexivas que detectamos imprescindibles y de enorme acuciosidad y trascendencia, como las que apuntamos a continuación.

Apuntábamos en pasadas Notas del Editor que es la práctica, lectura, análisis, construcciones de lenguajes, estéticas, formas y estrategias de curaduría y museografía con que trabajan sus colecciones permanentes las que hacen moderno o contemporáneo al museo; incluso, afirmábamos que eso va más allá de la “denominación de origen” que tenga un museo (“Museo de Arte Moderno de…”, o “Museo de Arte Contemporáneo de…”). En la presente Nota de cierre de este tema, puntualizamos adicionales elementos que amplían las estrategias y los criterios de operación con el museo [de práctica o hacer] contemporáneo.

Insoslayable es la nueva reflexión de Manuel Borja-Villel, Director del Museo Reina Sofía de Madrid, de quien ya hemos incorporado análisis en pasadas Notas del Editor. En el primer Número de la Revista CARTA, editada por ese Museo, con dirección del mismo Borja-VillelAnchorhttp://www.ilam.org/viejo/plugins/editors/artofeditor/plugins/link/images/anchor.gif?t=B8DJ5M3″) 0% 50% no-repeat;”>[1] , éste, en el Editorial “¿Pueden los museos ser críticos?” afina sus reflexiones en el tenor que venimos desarrollando en nuestra Sección, considerando al museo (aquél contemporáneo según nuestra reflexión) como el dispositivo institucional dentro, y en el que, posibilitar su crítica a las ambivalencias del sistema y la sociedad en general, sus lógicas de funcionamiento y aparatos ideológicos, dada la forma más significativa de hacer artístico en las últimas décadas, en tal sociedad en la que el conocimiento forma parte de la base económica. Estas reflexiones las entendemos como pertinentes en nuestra reflexión que nos ocupa.

Borja afirma que “el conocimiento está en la base de nuestro sistema económico [y en él] se generan e intercambian subjetividades con la misma fluidez con la que mercadeamos con marcas y productos comerciales, [y] no nos sorprende que la crítica sea percibida más como un feedback que abre potencialidades y fortalece los flancos de la institución, que como un peligro real.” A fin de cuentas, los museos hoy, como los diversos dispositivos y discursos sociales son un poder director en sí, más que simples instrumentos acaso inocuos de transmisión de valores, sentidos o estéticas decimonónicas. Obviamente, las referencias a pensadores como Michel Foucault vienen a colación.

De allí que las prácticas artísticas y museológicas hoy –contemporáneas- trasciendan las pretensiones develadoras de verdades “escondidas o eternas”, pues éstas se instalan más bien, dice Borja, en las acuciosas miradas sobre las resultantes de “una conjugación de poderes y a un dispositivo del que la propia crítica forma también parte. Nos parece que hoy es mucho más pertinente aquel arte que se desarrolle a partir de nuevas formas de relación y que sea capaz de generarlas.” De modo que las prácticas del museo hoy, de la mano con la práctica del artista, y de las obras que conforman sus colecciones permanentes, se ejerce sobre una crítica institucional, no solo de la museística, sino de lo social mismo, y esto por medio de “la propuesta imaginativa de espacios y modelos de agenciamiento diferentes”. Esto es, bajo la forma de prácticas curatoriales y museográficas, en general, dentro de las estructuras sistémicas de intercambio simbólico y cultural, de estímulos e intercambios de sensibilidad, de poéticas, de estética, de multi-sentidos y las actuales alternativas condiciones de producción de éstos, de carácter planetario hoy.

De lo anterior es que resulta tan pertinente lo que dice Borja, pues “el sentido de la obra de arte, como el de cualquier otro signo, está en perpetua negociación y en una relación de intertextualidad abierta con múltiples y cambiantes estratos discursivos y diferentes niveles de interpretación y de acción. Es fundamental generar dispositivos narrativos y mantener vivas estructuras de interpelación que impidan, como temía [Walter] Benjamin, la cristalización y fijación de significados espurios en nombre de los valores eternos del arte y de la cultura. Los museos se ven hoy ante la alternativa de trabajar en un sentido o en el otro”. Y, ya lo venimos diciendo, la práctica del museo como institución de hacer contemporáneo, se conecta con ello, en actualísimas estrategias de reflexión, análisis, estímulo mental y sensorial; es decir, curaduría y museografía, pero también gerencia, y lo que se desprende de todo ello.

Entonces, frente a la pretendida inocuidad y neutralidad de la institución museística clásica (moderna, el “cubo blanco”, el que “preserva los tesoros”, aquella que acá reflexionamos en una especie de oposición con la contemporánea), es que Borja, desde el Museo Reina Sofía y en las reflexiones de las que nos hemos venido haciendo eco en nuestra Sección, dice:

  • El proyecto del Reina Sofía [y en nuestras reflexiones, el museo de hacer, de gestión, de práctica contemporánea] está orientado hacia la transformación crítica del museo. Una transformación que nunca llega del todo a su objetivo, pero que permanece siempre en proceso. Esta se opera a distintos niveles. El primero y más general se refiere a su modelo de educación. El museo ha sido, por su ideario ilustrado, una institución pedagógica destinada a formar sujetos más libres y por ello más felices. Esta misión lo hizo copartícipe en la construcción disciplinaria de subjetividades normalizadas y en la governance general de la sociedad. Hoy cumple estas funciones mediante la reproducción de un perfil de visitante integrante de una masa consumidora indiferenciada, que asiste pasivamente al espectáculo de la cultura, sin tener el más mínimo resquicio para interrogar o interrogarse ante aquello que se le ofrece.

Y más adelante Borja continúa:

  • […] el Reina Sofía vuelve críticamente sobre los principios ilustrados del proyecto educativo moderno al reivindicar la figura del visitante como sujeto político; un agente que ve enriquecidas y estimuladas sus capacidades críticas a través de una experiencia de la diferencia, de la discontinuidad, que pone en entredicho la ligazón transparente entre un presente incuestionable y la imagen fija del pasado que a menudo transmiten los museos. La misión pedagógica del museo es la de estimular actitudes refractarias frente a la cristalización de imágenes paralizantes de la realidad que permitan atisbar horizontes alternativos de sentido. Estas operaciones de puertas adentro serían solo una bienintencionada excepción dentro de la diseminación generalizada del nuevo catecismo ideológico, si no se abordara simultáneamente una relectura crítica de los principios mismos de legitimidad y autoridad cultural, que sustentan el museo mediante un reconocimiento de facto de la urgencia de renegociar el contrato social de la cultura.

En el marco de estas ricas reflexiones sobre la práctica contemporánea del museo, quienes nos involucramos en la búsqueda de una definición –siempre temporal, parcial, incompleta, relativa, legítimamente difusa- hemos aportado referencias e ideas, y entre éstas, las de Borja-Villel han resultado imprescindibles. Del marco de las reflexiones borjianas, ya hemos tomado importantes puntos, que se encuentran incorporados en varias Notas del Editor de nuestra Sección (las relecturas de las colecciones permanentes, el trabajo en red de museos, los microrrelatos, el Proyecto Potosí, etc.), puntos que por su naturaleza siempre estarán abiertos a reconsideración y evolución. Ya hemos manifestado antes nuestro deseo de encontrar e incorporar reflexiones de otros pensadores de la museística contemporánea procedentes y activos en latitudes hispanoamericanas.

El caso es que, para cerrar la presente Nota del Editor, y el tema en discusión, puntualizamos la pertinencia insoslayable de la conciencia de la labor crítica y autocrítica del museo de hacer, de gestión, de práctica contemporánea, su apertura a lo re-criticable y re-cuestionable constructivamente, estimuladora de lo inquietante, que en palabras de Borja, “debería ser un fermento de posiciones críticas que se proyecten más allá de los muros del museo: unos muros que deseamos se trasmuten en puntos de referencia provisionales en la triangulación de nuevos espacios sociales más abiertos y libres”. Hay que decir que la revista CARTA que reseñamos hoy recoge esencialmente esas inquietudes.

Al cierre…

Entonces, en la búsqueda de las definiciones que sobre Museo de Arte Moderno y Museo de Arte Contemporáneo emprendimos ya hace un año en nuestra Sección Reflexionemos sobre… del sitio web del Instituto Latinoamericano de Museos (ILAM), vinimos construyendo y viviendo un proceso en el que nos alimentamos más de reflexiones y aportes ajenos que propios, lo cual nos honra, y podemos decir que a la hora de considerar estas definiciones, podemos formularlas en buena medida en los términos más avanzados que desarrollamos en nuestros dos artículos o ensayos en la Sección. Reflexionar y practicar la museística hoy, en forma contemporánea, exige hacerlo en un amplio ejercicio intelectual de áreas del conocimiento y espacios de reflexión que tradicionalmente habían sido concebidos como extraños a “la cultura” y a la museística misma. Ya dijimos: lo contemporáneo es el modo de hacer la museística hoy, aun sobre contenidos, producciones, edificios o instituciones modernas o anteriores.

Así, y siempre con un bien entendido carácter provisional, abierto, en constante construcción y evolución, proponemos que esas definiciones –tanto para museos que ya existan con tales “denominaciones de origen” como para aquellos que a futuro se fundaren, en cualquier latitud- consideren lo que apuntamos en nuestras reflexiones:

  • La definición de Museo de Arte Moderno y de Museo de arte Contemporáneo que formulábamos considera el tipo y bases de análisis que se realice a sus colecciones permanentes, la lectura y ejercicio curatorial practicado, y la metodología de tales lecturas. Esto se amplía, entrando en juego adicionales consideraciones, recursos analíticos y experiencias adelantadas en algunas prácticas museísticas de hoy.
  • La diferencia definitoria entre un tipo de museo y otro radicaría, ampliadamente, en su acción curatorial, en el tipo de análisis y lectura, y no en la nomenclatura del museo: lo contemporáneo sería la relectura sobre otras bases criteriales de aquello considerado moderno. Y con grandes implicaciones, nos asomaría a una concepción de la museística contemporánea como el espacio ampliado y multidimensional en el que operarían consistentemente y sin conflicto estas tres hipótesis.

En nuestra Sección Conversemos sobre… del sitio web del ILAM quedan nuestras reflexiones y propuestas, más aquellas de quienes tuvieron a bien aportar tan válidamente con sus comentarios. Repetimos que siempre quedarán abiertas a adicionales o futuras reflexiones. Su evolución nos beneficiará a todos los involucrados en el hacer museístico y museológico de hoy. Que les sean de utilidad a todos, queridos colegas.

*Fernando Almarza Rísquez
fernando@ilam.org