Perú: Cultura preserva 6 pinturas y esculturas de Semana Santa declaradas Patrimonio Cultural

Se encuentran en Puno, Cusco, Arequipa y Lima

En el marco de la Semana Santa, el Ministerio de Cultura informó que, entre el patrimonio que preserva para las próximas generaciones, se cuenta con seis bienes muebles relacionados a esta conmemoración religiosa, tan arraigada en nuestro país.

Estos bienes son parte del Patrimonio Cultural de la Nación. A través de estos, se podrá conocer la riqueza cultural por medio de una recopilación de bienes culturales muebles, cargados de historia y devoción, que plasman diversos sucesos que acontecieron durante esta sagrada fecha, y a su vez, nos conectan con las tradiciones y la fe que han perdurado hasta la actualidad.

Los bienes relacionados con la Semana Santa, son los siguientes:

Pintura en óleo “Entrada a Jerusalén” (Anónimo, Puno, S. XVIII): Retrata el momento en el que Jesús ingresa a Jerusalén, sentado sobre un pollino y bendice a la multitud, mientras las personas lo reciben con hojas de palma. Puede visitarse en el Templo Museo San Juan de Letrán, en Puno. 

Pintura en óleo “Encuentro con la Verónica” (Anónimo, S. XVII): Plasma la escena en la cual Jesús aparece caído con la cruz a cuestas, mientras se apoya sobre una piedra. Ante él aparece Verónica, quien extiende un paño blanco hacia su rostro. Puede visitarse en el Museo Histórico Regional de Cusco – Casa Garcilaso, en Cusco.

Retablo con la Crucifixión de Cristo (Joaquín López Antay, Ayacucho, S. XX): Elaborado en madera y pasta, nos transporta a la escena de la Crucifixión de Cristo. Destacan sus detalles como los querubines dorados, la Virgen María y María Magdalena flanqueando al Salvador, y los motivos florales en las puertas. Puede visitarse en el Museo de la Cultura Peruana, en Lima.

Escultura tallada en piedra de huamanga y plata “Descendimiento” (Anónimo, Ayacucho, S. XIX): Representa el momento en que Cristo es bajado de la cruz, acompañado de la Virgen María, San Juan Evangelista y María Magdalena. En la zona inferior, podemos observar motivos florales con rosas de color rojo y hojas en verde. Puede visitarse en el Museo Nacional de la Cultura Peruana, en Lima. 

Escultura tallada en madera “Señor del Santo Sepulcro” (Anónimo, Sierra Sur, S. XVIII): Observamos al Señor del Santo Sepulcro vestido en el paño de pureza, recostado y con heridas en todo el cuerpo. Pertenece a una colección privada en Arequipa. 

-Escultura en metal “Cristo resucitado” (U. Luisi & Co., S. XX): Representa el momento de la resurrección de Cristo, en el que lleva puesta una corona de espinas y viste una túnica que le cae por sus brazos dejando al descubierto su torso con llaga en su lado derecho. Puede visitarse en el Cementerio General Presbítero Maestro – Lima.

(FIN) NDP/LZD

La Virgen descoronada: Santa Isabel Tepetzala resiste al robo de arte sacro

El robo de una pieza de arte sacro en la parroquia de Santa Isabel Tepetzala marcó un antes y un después para los habitantes de Acajete, Puebla, que han pasado de feligreses a guardianes del patrimonio cultural.

La desaparición de la corona de la Virgen de la parroquia una mañana de 2022 puso rápidamente en jaque a la cuidadora del templo, que alertó al resto de la comunidad para que buscaran al sujeto con capucha y cubrebocas que rondaba sospechosamente la iglesia. 

La rápida acción a través de mensajes de celular fue crucial para detener al sospechoso y evidenció el poder de la vigilancia colectiva, señala Roberto Tzoni, cronista municipal de Acajete.

El cronista Roberto Tzoni durante un recorrido por el municipio de Acajete y la comunidad de Santa Isabel Tepetzala, Puebla. Fotografía: Eduardo Cordero

“Lo interrogaron, él se negó a que lo auscultaran y, sorpresa, tenía la corona de la Virgen. Estuvieron a punto de lincharlo, pero llegó la policía y se lo llevaron para procesarlo o darle seguimiento”, relata Tzoni.

El robo y posterior devolución de la corona de la venerada imagen no es un caso aislado, sino la manifestación de una problemática que ha escalado en México: el saqueo de arte sacro.

Detalle del retablo de Jesús Nazareno, conocido popularmente como “jesusitos”,, en parroquia de Santa Isabel Tepetzala, Puebla. Fotografía: Eduardo Cordero

Este episodio en Acajete es uno de tantos: según un estudio realizado por Isabel Fraile Martín y María Guízar Villalvazo para la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, entre 2007 y 2016 se registraron 461 robos de arte en iglesias de México, de los cuales 172 tuvieron lugar en Puebla.

“Es a partir de los años noventa cuando empezamos a tener un mayor registro de lo que ocurre en los casos de robo, lo que sugiere un aumento en la frecuencia de estos sucesos”, comenta Isabel Fraile.

La paradoja, según Fraile Martín, radica en la necesidad de proteger estos bienes sin alertar a los posibles ladrones, un desafío que se ha abordado mediante el uso de fotografías y la memoria colectiva en ausencia de un catálogo formal.

La Parroquia de Santa Isabel Tepetzala alberga desde óleos de gran formato hasta esculturas del siglo XVI y XVII. La corona es solo una muestra de la riqueza del patrimonio que resguarda.

“Tú no dejas una joyería abierta”, apunta Fraile, que enfatiza la necesidad de concientizar a los grupos religiosos o a las personas encargadas de cuidar de estos espacios sobre la importancia de la seguridad y la conservación.

El INAH publicó en 2017 el Manual de prevención de robo en recintos religiosos, donde se indica que el comercio ilícito de bienes culturales genera ganancias a nivel mundial que superan los 64 millones de dólares.

La base de datos sobre objetos de arte robados de la Policía Internacional (Interpol por sus siglas en inglés), que incluye más de 52,000 ítems en 134 países, pone de manifiesto la dimensión global de este delito.

A pesar de las estadísticas y la falta de avances significativos en la recuperación de piezas robadas, la respuesta de la comunidad de Santa Isabel Tepetzala ha sido ejemplar, considera Tzoni. O l

Tras el incendio del retablo principal en 1977 y los subsiguientes robos, se ha ido fortaleciendo el compromiso colectivo con la vigilancia y la conservación, como la instalación de un circuito cerrado de televisión en la parroquia o la comunicación a través de Whatsapp.

“El sistema de organización, cuidado y comunicación es importantísimo”, dice Tzoni, que hizo su tesis de maestría en la BUAP sobre el patrimonio de la parroquia.

Mientras el sol se pone sobre el monte conocido como El Pinar, que la comunidad considera un lugar sagrado, el repique de las campanas de Santa Isabel Tepeztala, más que una simple llamada a la oración, se ha convertido en un himno de resistencia. 

La frase en la entrada del templo, atribuida a Santa Isabel de Portugal, sirve de guía: “Tanta mayor libertad de espíritu tendrás, cuantos menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas”.

Descubren importante naufragio europeo del siglo XVII en Venezuela

Un cañón de hierro de estas embarcaciones se encontraría en el club Playa Grande de La Guaira

El arqueólogo José Miguel Pérez-Gómez fue el responsable de dirigir un estudio en las profundidades del archipiélago Las Aves, Venezuela, donde se hallaron más de 12 barcos de la escuadra del rey francés Luis XIV. 

El mayor naufragio registrado en la historia fue durante 1678, debido a la cantidad de embarcaciones con las que contaba la flota francesa del rey Luis XIV y, recientemente, fue descubierto su paradero en el archipiélago Las Aves, una agrupación de pequeñas islas concentradas entre Bonaire, los Roques y La Guaira.

Tal estudio inició en 1998, cuyo autor principal fue el arqueólogo José Miguel Pérez-Gómez, siendo un reconocido científico venezolano, quien se graduó en la Universidad Simón Bolívar y es miembro del Museo Marino de Margarita. 

Los primeros resultados de la investigación se publicaron bajo el nombre de “Arqueología Subacuática y Costera en América Latina”, siendo editado en la Universidad de Florida, con más de 80 autores de América Latina. 

En dicha publicación, hay un capítulo que destaca el descubrimiento histórico de Jose Miguel Pérez-Gómez. 

Hasta ahora, se han contabilizado más de 130 cañones en Aves de Sotavento, así como una importante cantidad de anclas de gran tamaño y otros artefactos que, con el paso del tiempo, ya se incorporaron al ecosistema del arrecife. Todo ello pertenece a esta flota.

El hecho de que no existan más cañones bajo el agua obedece a que un año después del naufragio los franceses enviaron una misión de rescate para recuperar la mayor parte de la artillería.

Técnica avanzada de investigación 

Con el fin de comprobar el origen del naufragio, tanto Pérez-Gómez como un grupo de especialistas implementaron diversos métodos como las imágenes satelitales, las expediciones en buceo y la documentación histórica. 

El primer elemento encontrado durante la expedición fue uno de los cañones de las embarcaciones, el cual se hallaba en tierra firme y fue llevado a La Guaira.

«Resulta que un ciudadano francés residenciado en Venezuela, el Señor Gilbert Cuenod, tenía conocimiento sobre un cañón de hierro que fue trasladado desde Aves de Sotavento hasta un club de playa en el litoral central… Me pongo en contacto inmediatamente con Cuenod, quien me contó cómo fue recuperado el cañón en el año 1973 y llevado hasta el club Playa Grande en La Guaira», declaró Pérez-Gómez. 

«Esto amerita que los arqueólogos no solo debamos documentar, sino también explicarle a la gente la importancia de no remover este tipo de objetos antiguos de sus contextos originales, pues estudiarlos en sus sitios de origen nos permite a los arqueólogos dibujar el pasado con más precisión».

También realizaron un procedimiento de análisis computarizado y digitalización sobre un mapa desconocido dentro de un curioso libro que descubrió Pérez-Gómez en la biblioteca Huntington, California. 

Este ofrecía diversos detalles sobre los nombres de las embarcaciones que naufragaron, sus capitanes, las coordenadas de los navíos, la cantidad de cañones y de víctimas del incidente. 

«Si bien es cierto que tenemos una amplia narrativa histórica sobre casi todos los naufragios que existen en aguas caribeñas y venezolanas, los registros arqueológicos son prácticamente nulos. Cada naufragio tiene una historia que contar y los hallazgos arqueológicos están llenos de contenido patrimonial», puntualizó.

«Casos como el del naufragio de la Flota Francesa prácticamente cambiaron la historia, pues si los holandeses hubiesen sido atacados con éxito, muy posiblemente hoy lo que es Aruba, Curazao y Bonaire serían provincias francesas y no holandesas».

Dos décadas de investigación 

Durante veinte años, el profesor Pérez-Gómez identificó naves naufragadas en el lugar del accidente al contar y ubicar los lastres, piedras utilizadas para contrapeso y estabilidad en la navegación.

El análisis de lastres fue esencial para identificar naufragios, ya que las piedras restantes reemplazan a la madera perdida de las naves. Estudios petrográficos revelaron datos clave sobre las embarcaciones, como dimensiones y origen geológico./RD

Ciudadana estadounidense devuelve, de manera voluntaria, 13piezas arqueológicas a México

La entrega se llevó a cabo en el consulado general de nuestro país en la ciudad de Tucson, Arizona
El INAH determinó que datan de los periodos Clásico mesoamericano (200-750 d.C.) y Posclásico mesoamericano (1200 d.C.-1521 d.C.)

El Consulado General de México en Tucson, Arizona, informó sobre la  recuperación de 13 piezas arqueológicas, obtenidas mediante la restitución  voluntaria que realizó una ciudadana estadounidense. 

De acuerdo con expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), instancia de la Secretaría de Cultura federal, se determinó que estos  bienes patrimoniales corresponden a culturas del Altiplano Central, las cuales  fueron elaboradas durante los periodos Clásico mesoamericano (200-750 d.C.) y  Posclásico mesoamericano (1200 d.C.-1521 d.C.). 

Destacan piezas de estilo teotihuacano, como una máscara miniatura y  fragmentos de figurillas antropomorfas; así como una figurilla antropomorfa, de  estilo mexica, la cual representa a un personaje femenino que porta un tocado,  orejeras y quechquemitl (prenda formada por dos rectángulos unidos), y  sostiene sobre su regazo a un infante. Además de un collar de cuentas esféricas  y discoidales, elaboradas en roca metamórfica de coloración verdosa; un cuchillo  bifacial y un par de malacates. 

Los objetos, considerados monumentos arqueológicos muebles de la nación  mexicana, fueron entregados en el consulado, en una ceremonia a la que acudió  la ciudadana estadounidense Julie Qashu, con el objetivo de que sean  resguardadas para preservar y promover el patrimonio cultural de México. 

En coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores se organizó el  traslado a la Ciudad de México por valija diplomática, asegurando la integridad  de las piezas en su retorno a nuestro país.

Esta devolución, realizada de forma voluntaria, muestra un importante cambio  respecto a la posesión sobre piezas arqueológicas e históricas que forman parte  de colecciones privadas, pues demuestra respeto a nuestro patrimonio cultural  y cercanía entre ambas naciones. 

La restitución de estas piezas constituye una muestra de la cooperación entre  México con diversos países en materia de protección de bienes patrimoniales,  así como un ejemplo de buenas prácticas internacionales para la conservación  del pasado histórico de las naciones y del compromiso de particulares con el  retorno de los objetos culturales a sus lugares de origen. Se invita a coleccionistas privados en el extranjero que actualmente tienen en  posesión piezas mexicanas a sumarse a la protección y salvaguarda de estos bienes, y a restituirlos para su estudio, conservación y difusión, ya que son objetos  que dan testimonio de la identidad y la memoria de los pueblos originarios de  México.

FBI recupera invaluable pieza teatral que fue robada del Perú hace 100 años

El gobierno de los Estados Unidos ha llevado a cabo un gesto significativo al restituir al Perú un objeto invaluable que data del siglo XVI. Esta reliquia, que estaba en posesión del Museo y Biblioteca Rosenbach de Filadelfia, fue recuperada por el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Según información proporcionada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la colaboración entre el Departamento de Estado de los EE. UU., el FBI y la Embajada del Perú en dicho país permitió la repatriación de esta valiosa pieza al territorio nacional.

¿Cual es la reliquia invaluable que regresa al Perú?

El manuscrito en cuestión, fechado el 28 de junio de 1599 y constando de seis páginas, se sustrajo aproximadamente hace 100 años de los Archivos Nacionales de Perú. Este documento detalla un momento histórico crucial para la escena cultural de la región en aquella época: la creación de la primera compañía de teatro en Lima, que en ese entonces era la única de su tipo en toda América.

Aunque las circunstancias del robo aún no están claras, alguien adquirió el manuscrito en la década de 1920 y lo guardó en la colección Rosenbach hasta diciembre de 2023. Después de que el FBI informara sobre el origen del manuscrito, los responsables del Museo y Biblioteca Rosenbach decidieron devolver voluntariamente esta pieza histórica al Estado peruano.

En la ceremonia de devolución, participaron el ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Javier González-Olaechea, y el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, junto con otras autoridades extranjeras. Blinken destacó la importancia de la colaboración entre ambos países para fortalecer el patrimonio cultural peruano.

González-Olaechea reafirmó el compromiso del Perú de trabajar en conjunto con Estados Unidos para combatir el tráfico ilegal del patrimonio cultural.

Esperan la llegada del presidente Biden

Tras la ceremonia, Blinken y González-Olaechea dialogaron sobre la próxima cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebrará en Perú en los próximos meses. El canciller expresó el deseo del Gobierno peruano de recibir al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la cumbre internacional, considerando que sería una excelente oportunidad para fortalecer los lazos bilaterales y mostrar lo que Perú puede ofrecer bajo su liderazgo.

Bordadoras yucatecas exponen su arte textil en foro de la Unesco en EU

Dos bordadoras yucatecas compartieron con integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el arte textil que realizan y que está a punto de ser declarado Patrimonio Cultural Intangible del Estado.

Foto: Sedeculta

Sheri Avilés de Maní, quien es de las pocas personas que domina el bordado Chuuy, y Cándida Jiménez Bojórquez, representante del grupo U Najil Chuy del mismo lugar, platicaron sobre la labor de revalorización del bordado maya que ayuda al desarrollo social de las comunidades.

Las mujeres compartieron el proyecto Desarrollo Económico y Social con Perspectiva de Género a Través del Arte Textil Yucatán, el cual es implementado con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco), Fundación Banorte y el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) en Abalá, Dzán, Hoctún, Izamal, Maní, Muna, Oxkutzcab, Tahdziú, Teabo, Tekax, Tekit y Valladolid.

En el foro Eliminando la pobreza: Intervenciones estructurales a través de la Educación, la Cultura y la Ciencia, realizado en Nueva York, las bordadoras compartieron que se ha fortalecido la red colaborativa para preservar saberes y prácticas, propiciando el empoderamiento femenino en comunidades de Yucatán.

Chile: Museo de Arte y Artesanía de Linares vuelve a abrir sus puertas

LINARES. La reapertura del Museo de Arte y Artesanía de Linares era esperada en esta ciudad y en el mundo de la cultura. Y se concretó ayer con la presencia de la directora nacional del Servicio del Patrimonio Cultural (Serpat), Nélida Pozo, la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Ángela Campos, y la directora regional de Patrimonio, Ana Paz Cárdenas.

Durante siete meses, el museo permaneció cerrado mientras se llevaban a cabo trabajos exhaustivos de reparación y mejoramiento, tras los severos daños ocasionados por el sistema frontal que en agosto del año pasado golpeó a la zona centro sur del país. Estas labores incluyeron la preservación del acervo patrimonial, la recuperación del mobiliario, así como la implementación de medidas para fortalecer la infraestructura, como la mejora del sistema eléctrico y la instalación de nuevas bombas de agua.

Uno de los logros más destacados fue la recuperación de casi 350 objetos que resultaron afectados por el agua durante las inundaciones. Gracias a un meticuloso proceso de rescate y salvataje, todas estas piezas pudieron ser recuperadas sin sufrir daños mayores.

La directora nacional del Serpat, Nélida Pozo, expresó que “para nosotros es un hito muy importante poder abrir nuevamente este museo, que es un espacio muy visitado que alberga valiosas colecciones de arte y artesanía de la región y también obras de nivel mundial. Después de siete meses de cierre, hoy volvemos a poner a disposición de las comunidades las obras y los objetos que aquí se resguardan. Además, quiero reconocer y agradecer la labor de las funcionarias y funcionarios del museo cuya rápida respuesta fue clave para salvaguardar estas piezas”.

Por su parte, la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Maule, Ángela Campos, agregó que “estamos felices de ver cómo este espacio se abre nuevamente a la comunidad de manera gratuita, lo cual es fundamental para que los ciudadanos de Linares y de toda nuestra región puedan acceder al patrimonio cultural. También extendemos la invitación a personas de todo el país a que nos visiten. Este museo es único en su género, por lo que su reapertura es de gran importancia”.

RECUPERACIÓN

El proceso de preservación implicó acciones como el traslado de las obras afectadas a espacios adecuados para su secado controlado, evitando así la proliferación de hongos. Aquellas piezas que requerían tratamiento especial fueron colocadas en cuarentena para su posterior atención, sin riesgo de contaminación para otras obras. Además, se implementaron medidas de seguridad para proteger las piezas de la humedad ambiental que afectó al edificio durante meses.

Fue clave para el éxito de esta empresa el esfuerzo conjunto de los siete funcionarios del Museo de Arte y Artesanía de Linares, junto con la colaboración de alumnos en práctica del Liceo Comercial, estudiantes de la Universidad Autónoma de Chile sede Talca, voluntarios y profesionales especializados. Asimismo, se contó con el apoyo del Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR), para el tratamiento de las obras más deterioradas.

La directora (s) del museo, Margarita Valenzuela, destacó que “afortunadamente la pérdida fue mínima. Aunque aún estamos trabajando en la conservación y restauración de algunas obras, de las más de 300 piezas afectadas por el agua, solo alrededor de diez sufrieron daños significativos. Quiero agradecer especialmente a nuestro equipo, a los voluntarios y a los profesionales del CNCR por su valiosa ayuda en este proceso, que nos permitió actuar de manera segura y pertinente”.

Mujeres y Patrimonio Cultural Inmaterial: Tensiones y luchas por la igualdad de derechos

Una revisión del patrimonio inmaterial que ha sido calificado como Patrimonio de la Humanidad, proyecta una escena que reproduce mayoritariamente los roles tradicionales de género, al recaer en las mujeres el resguardo de un saber de la comunidad que también debe transmitir. De esta manera, existe una relación entre la gestión del patrimonio cultural inmaterial y los procesos de construcción del género.

A comienzos del siglo XX la lucha de las mujeres por mejoras en sus condiciones laborales, y la denuncia por la histórica opresión a las que se encontraban sometidas en distintas dimensiones de la vida cotidiana, comenzó a ser visibilizada en la esfera pública a través de manifestaciones, huelgas y marchas cuya principal consigna era igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en definitiva, los Derechos de la Mujer.

Bien sabemos que en un comienzo la lucha se concentró en los derechos laborales, sin embargo, esta fue ampliando sus márgenes e incluyendo en las demandas aquello que tenía que ver con la política, la educación, los vínculos familiares y el control sobre el cuerpo, entre otros aspectos.

En esta lucha por la igualdad de derechos, el campo del patrimonio cultural y sus prácticas de conservación, organizadas en el binarismo de material e inmaterial, permite dar cuenta de un espacio en el cual se tensionan -manteniéndose algunos y transformándose otros- los roles atribuidos a lo femenino. En todo ello, y atendiendo a una acepción más clásica del patrimonio, como “herencia cultural” (Ibarra, Bonomo y Ramírez, 2014).

Desde el año 2003, con la aprobación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial por UNESCO y su definición como los “usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”, se promovió la construcción de instrumentos que permitieran identificarlo y tender a su salvaguarda.

Consiguientemente, una revisión del patrimonio inmaterial que ha sido calificado como Patrimonio de la Humanidad, proyecta una escena que reproduce mayoritariamente los roles tradicionales de género, al recaer en las mujeres el resguardo de un saber de la comunidad que también debe transmitir. De esta manera, existe una relación entre la gestión del patrimonio cultural inmaterial y los procesos de construcción del género.

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) dio paso a tres Listas de Patrimonio Inmaterial que se reconocen como Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere Medidas Urgentes de Salvaguardia y Registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia. En ellas, desde el año 2008 a la fecha, se han inscrito 730 elementos entre los cuales existen varios vinculados al conocimiento y transmisión atribuidas a la mujer, particularmente en lo relacionado a prácticas culinarias, textilería, alfarería, bordado y tejido, así como también al cuidado de las personas y la curación de enfermedades.

Para enumerar algunos, encontramos la tradición de la fabricación de alfombras en Chiprovtsi, Bulgaria (2014), la ornamentación mural tradicional “al-Qatt al-Asiri”, Arabia Saudita (2017), y el Tejido Tradicional Al Sadu, también de Arabia Saudita (2020). El arte del bordado en Palestina: conocimientos, técnicas, prácticas y rituales, de Palestina (2021). El arte de la alfarería del pueblo chăm, de Vietnam (2022), la xhubleta, conocimientos tradicionales, artesanía y formas de utilización, Albania (2023). Las técnicas ancestrales y tradicionales para la elaboración del ‘Poncho Para’í de 60 listas‘, de la ciudad de Piribebuy en Paraguay (2023) y la Partería: conocimientos, competencias y prácticas, Colombia/Chipre/Alemania/Kirguistán/Luxemburgo/Nigeria/Eslovenia/ Togo (2023), entre otros.

En el caso de Chile el año 2022 se inscribió en esta Lista de PCI la tradición de la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, desarrollada por varios siglos en la actual región del Ñuble y que ha sido dominio exclusivo del saber femenino y la transmisión de este conocimiento se ha desarrollado mediante la línea materna, generándose con ello estilos y diseños específicos de cada familia o linaje.

Ahora bien, la multiplicidad que condensa el patrimonio cultural como manifestación abre también otros rasgos menos visibles y que lo tensionan. Por ejemplo, muchas de las manifestaciones locales de PCI también han brindado a las mujeres la oportunidad de generar ingresos económicos y con ello transitar a mayores grados de independencia. Las creaciones que resultan de las técnicas y conocimientos que poseen y transmiten las mujeres, son comercializadas en diferentes espacios permitiendo con ello la difusión e impacto en contextos diferentes al de su origen.

Sin embargo, al ser desarrolladas por las mujeres en el ámbito doméstico y en conjunto con la crianza, han sido históricamente subestimadas, obviando, incluso, que algunos de estos conocimientos permitieron la sobrevivencia de grupos, ya sea desde la alimentación, los cuidados o la sanación.

Visibilizar estas tensiones y puntos de encuentro en la gestión del patrimonio en el contexto de otro 8M, no es sólo “una oportunidad, sino un imperativo ético”, pues el desarrollo de políticas de salvaguarda nos permite pensar en cómo aseguramos que el PCI contribuya a seguir sosteniendo luchas por la igualdad de derechos teniendo en este patrimonio «una garantía de creatividad permanente” (Quirosa y Gómez, 2010: 87).

Referencias

  • Ibarra, Macarena, Bonomo, Umberto, & Ramírez, Cecilia. (2014). El patrimonio como objeto de estudio interdisciplinario: Reflexiones desde la educación formal chilena. Polis (Santiago), 13(39), 373-391. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682014000300017
  • Quirosa, V. y Gómez L. El papel de la mujer en la conservación y transmisión del patrimonio cultural. Asparkía, 21; 2010, 75-90.
  • UNESCO (2008). Patrimonio cultural y género. https://ich.unesco.org/doc/src/34300-ES.pdf [Consultado: 4 de marzo, 2024]
  • UNESCO. La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. https://ich.unesco.org/es/USL/la-alfareria-de-quinchamali-y-santa-cruz-de-cuca-01847 [Consultado: 4 de marzo, 2024]

Chile: Serpat inaugura seminario internacional sobre negacionismo, crímenes de odio y memoria

Con las palabras de la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), Nélida Pozo; la directora del Goethe-Institut, Verena Lehmkuhl; el consejero de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia y director del Instituto Francés de Chile, Patrick Flot; y la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez, se dio por iniciado esta mañana el seminario internacional “Pensar el negacionismo y los crímenes de odio desde la perspectiva de la memoria y el patrimonio cultural”.

Organizado por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, este encuentro que se realiza este 13, 14 y 15 de marzo busca proveer de un espacio de intercambio de ideas, experiencias  artísticas, territoriales y comunitarias, destinadas a pensar y analizar el fenómeno del negacionismo desde la perspectiva del patrimonio y los procesos culturales vinculados a la memoria.

Esta jornada inaugural inició con el saludo de la directora nacional Serpat, Nélida Pozo, quien destacó el relevante diálogo público que se generará producto de este encuentro. “Nos preguntaremos ¿qué lugar ocupa la memoria al interior de la producción de comunidad? ¿por qué es un derecho cultural? Y, todavía: ¿por qué el negacionismo debe ser abordado desde la gestión pública y la sociedad civil desde un enfoque intersectorial e interinstitucional? Estamos seguros de que este espacio y la riqueza de los intercambios, será un aporte para el fortalecimiento de la política pública en memoria y patrimonio y, por añadidura, del mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de nuestro país”, afirmó.

Asimismo, la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez señaló que “este seminario nos presenta un desafío relevante desde el sector patrimonial, que es trabajar el negacionismo desde la perspectiva de la memoria. Sin duda alguna, este seminario nos pone muchísimas preguntas interesantísimas que podamos abordar de manera internacional. Podemos recoger mucha experiencia internacional relativa a cómo trabajar de memoria y, sobre todo, cómo fortalecer la política pública y nuestras legislaciones vigentes relativas a un enfoque de derechos humanos y no repetición”.

En la ocasión también se ofreció un reconocimiento a Verónica Reyna y Claudio González, abogada y secretario ejecutivo, respectivamente, de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), por la promoción y defensa de los Derechos Humanos que ofrece la fundación en los ámbitos legal, social y de salud mental. Se les obsequió una arpillera de la artista nacional Aurora Ortiz.

Presentación de apertura y mesas

La presentación de apertura estuvo a cargo de Anne Thomas, coordinadora internacional de la Fundación Stolpersteine quien expuso “Stolpersteine como práctica memorial: Las piedras del tropiezo del artista alemán Gunter Demnig” donde la especialista dio a conocer el desarrollo artístico de este proyecto que ha instalado alrededor de 100 mil Stolpersteine o “piedras de tropiezo” en más de 30 países con el fin de ser un recordatorio de la historia y de las personas que fueron perseguidas por los nazis. Este proyecto simbólico y de largo plazo,  considera la instalación de piedras de hormigón que llevan placas metálicas que se instalan en el último lugar donde vivió una persona y que el artista  Gunter Damnig prepara y graba letra por letra para recordar, impedir el olvido y traer el nombre de la persona perseguida a la memoria. “La piedra es un lugar de memoria, dedicada a aquellas personas que no tuvieron una lápida”, explicó la especialista.

Posteriormente se llevó a cabo la Mesa I: Pensar el negacionismo desde las ciencias sociales, a  50 años del golpe de Estado, con la participación de Manuel Antonio Garretón, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales; y Jorge Magasich, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Comunicación Social (IHECS), Bélgica, moderado por Constanza Symmes, encargada nacional de la Unidad Sitios de Memoria del Serpat.

Por la tarde se desarrolló la Mesa II: Geopolítica, memoria y alteridad integrada por Sandra Piñeiro, jefa de Educación y audiencias, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos; a Deín Portela, antropólogo de la Universidad Alberto Hurtado; y a Luis Campos, sociólogo de la Universidad de Chile y Rodrigo Karmy, filósofo de la Universidad de Chile. Moderó Osvaldo Torres, asesor de la Subsecretaría de Derechos Humanos.

Se continuó con la Mesa III: La no repetición y la memoria como una política de Estado compuesta por Leigh A. Payne, académica de sociología y especialista en Latinoamérica, Universidad de Oxford, Reino Unido; Verónica Reyna, abogada de la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) y moderada por Nélida Pozo, directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat).

Esta primera jornada cerrará con la Cantata memorial, a cargo de Mario Cárdenas, Carolina Gallardo, Gunter Monroy, Mauricio Arismendi y Judith Chávez. Grupo Melipulli, Puerto Montt.

La programación de este primer seminario internacional sobre negacionismo, crímenes de odio y memoria está disponible en www.patrimoniocultural.gob.cl y la transmisión de las tres jornadas del encuentro se realiza vía streaming en el canal YouTube del Servicio del Patrimonio www.youtube.com/@patrimonio_cl/

Destrucción del legado ancestral: Dos sitios arqueológicos en el sur de Chile fueron gravemente dañados

En diversas regiones del sur de Chile, los sitios arqueológicos milenarios, portadores del invaluable legado de las culturas ancestrales, enfrentan una creciente amenaza, que da cuenta de la falta de implementación de medidas más efectivas para su protección y conservación.

Desde conchales hasta espacios con obras rupestres, estos lugares han sido víctimas de la contaminación industrial, el avance inmobiliario descontrolado, y el turismo irresponsable. Dos recientes casos, uno en Chiloé y otro en Aysén, resaltan la magnitud del problema, revelando una lamentable realidad que pone en peligro la comprensión del desarrollo cultural y la conexión ancestral con la naturaleza.

Según lo reportado por Cecpan, en Chiloé, a fines de febrero de este 2024, la denuncia realizada por la Asociación de Comunidades Indígenas Costa Norte de Quemch en el marcó de la gestión del Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) evidencia la destrucción del conchal de Punta Huite, comuna de Quemchi, sitios de relevancia histórica y espiritual para las comunidades indígenas.

Este conchal, que alberga vestigios de hasta 4.000 años de antigüedad, ha sido afectado por la instalación de servicios básicos por parte de una inmobiliaria, a pesar de conocerse la existencia de sitios arqueológicos en la zona desde años atrás. La omisión de medidas de protección y el desdén por el patrimonio cultural constituyen una afrenta a la historia compartida de la región.

Acceder a galería de Cecpán

Por otro lado, de acuerdo con el reporte de CONAF Aysén, la «Cueva de las Manos» del Río Pedregoso, reconocida como uno de los sitios arqueológicos más emblemáticos, enfrenta una situación similar. La irresponsabilidad, la falta de respeto y la falta de conciencia sobre el valor cultural de este lugar han llevado a la intervención irresponsable en sus grabados rupestres, desafiando la Ley de Monumentos Nacionales.

La magnitud de los daños no solo afecta la integridad física del sitio, sino que también socava el vínculo que une a las generaciones presentes con sus antepasados. La gravedad resuena en las palabras de los involucrados en la preservación del patrimonio.

Ronald Valenzuela, de CONAF Aysén, expresó a medios locales, su consternación ante el vandalismo que atenta contra las expresiones culturales de los pueblos nómades de la estepa patagónica, subrayando la importancia de conservar estos lugares como legado para las futuras generaciones. Andrea Bahamonde, también de CONAF, hace un llamado urgente a proteger estos monumentos arqueológicos como parte esencial de la identidad nacional y como testigos silenciosos de la historia humana en el territorio.

Ante esta alarmante situación, existe claridad por parte de diversos actores defensores del patrimonio, de la necesidad de un mayor compromiso conjunto de las autoridades, las comunidades, y la sociedad en general, para proteger y preservar estos tesoros arqueológicos para las generaciones venideras.

Se ha señalado que es imperativo que se implementen medidas más estrictas de protección y vigilancia, así como programas educativos que promuevan el respeto y la valoración del patrimonio cultural. La conservación de estos sitios no solo es un deber legal, sino un acto de justicia histórica y un tributo a la diversidad cultural que enriquece la identidad de los territorios y un país.