Fundación comienza plan para revalorar patrimonio minero

La iniciativa tiene previsto como final la elaboración de una exposición itinerante que dé a conocer la historia e influencia de esta industria en el país.

Itinerario cultural del patrimonio industrial minero de Bolivia es el nombre de la iniciativa que actualmente lleva adelante la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (Fcbcb), un proyecto que busca la revalorización de la herencia cultural e histórica que dejó la explotación de minerales.

  “Este sector integra tecnología, equipamiento, infraestructura y manifestaciones culturales asociadas a estos elementos. Es el legado histórico de la economía minera del país y que, planteado como patrimonio desde una mirada integral, orienta la capacidad de promover la dinámica cultural, turística, investigativa, histórica, económica y política del país”, desarrolló Flavio Escobar Gonzales,  responsable del proyecto. 

En un período de siete meses los expertos de la fundación identificarán los itinerarios y paisajes culturales relacionados;  sistematizarán documentación relevante,  realizarán talleres de promoción y preservación con autoridades y elaborarán una museografía para poder organizar exposiciones itinerantes sobre este tema en al menos cinco de los centros que administra la Fundación Cultural del BCB.

   Un detalle importante de esta iniciativa, que actualmente se encuentra terminando su primera fase, es que permitirá abarcar otros patrimonios culturales relacionados con diversas industrias en el país.

 “No se puede ver a la minería como un espacio económico  individual y aislado, está profundamente integrado con otros campos. Uno de los más obvios es el ferroviario. Ambas dependen la una de la otra para prosperar”, indicó Escobar.

El trabajo está dividido en cinco fases. La primera, que se encuentra en su recta final, consiste en la identificación y registro general de los componentes de valor patrimonial cultural identificados en los paisajes culturales industriales mineros. 

 Para ello, la Unidad Nacional de Gestión Cultural visitó el municipio y puerto de Guaqui; los centros mineros de Milluni, Colquiri, Matilde y Coro Coro en La Paz. En  Oruro  los destinos fueron Machacamarca, la ruta Los Caminos del Tío, Poopó, Sora Sora, Pazña, Antequera, Huanuni, Japo, Morococala y Santa Fe.

En Potosí se trabajó en el  Cerro Rico y en los centros mineros de Llallagua, Siglo XX, Uncía, Catavi, Pulacayo, Huanchaca; también se visitó el Cementerio de Trenes de Uyuni.

La segunda etapa consiste en la sistematización de la documentación de esos puntos. Le seguirá la identificación del itinerario cultural del patrimonio industrial minero y ferroviario, además de la realización de talleres de trabajo con gobernaciones, municipios y autoridades de las comunidades.

La cuarta fase se centrará en la elaboración de una museografía específica para el tema, para después concluir con la mencionada exposición itinerante.

   
David Aruquipa,  jefe  nacional de Gestión Cultural de la Fcbcb, dijo que “el patrimonio cultural industrial minero se sitúa en extraordinarios paisajes culturales que guardan relación con la historia de un lugar, con su gastronomía, su música, su arquitectura, su ritualidad, con sus luchas sociales y sindicales. En la muestra museográfica que vendrá, la población podrá conocer esta información a través de una investigación y de distintos soportes como la fotografía, el audiovisual, los mapas y las líneas de tiempo entre muchos otros recursos”.

 

También destacó que en la iniciativa no sólo participa la fundación, sino que también involucra a  los gobiernos autónomos municipales y departamentales de La Paz, Oruro y Potosí, así como con la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), con la cual se tiene un convenio. Se espera que esta alianza se mantenga en la protección de otros patrimonios nacionales.
 

Puntos  visitados

  • Potosí  El Cerro Rico en la capital departamental y en los centros  mineros de   Llallagua, Siglo XX, Uncía, Catavi, Pulacayo y  Huanchaca, además  del cementerio de trenes de Uyuni, fueron visitados.
  •  Oruro Machacamarca, Poopó, Sora Sora, Pazña, Antequera, Huanuni, Japo, Morococala y Santa Fe. También se estudió la llamada ruta Los Caminos del Tío, que recorre los pasos de la producción minera en ese departamento.
  •   La Paz El trabajo se realizó en el  municipio y puerto de Guaqui, así como los centros mineros de Milluni, Colquiri, Matilde y Coro Coro.

Recuperado de Página Siete (2021)

Chuquisaca: Confirman hallazgo de trazas de mantarrayas del Cretácico en Camargo

Son de las primeras en descubrirse para el periodo Cretácico a nivel mundial

Un reciente levantamiento de información en el sector La Quemada, del municipio de Camargo, obtuvo nuevos datos que permitieron confirmar la existencia de unas de las primeras trazas de mantarrayas para el periodo Cretácico a nivel mundial allí donde hasta ahora se pensaba que había huellas de dinosaurios.

El español Fernando Muñiz, profesor de la Universidad de Sevilla y paleontólogo especialista en trazas fósiles, aseveró que se trata de un yacimiento único y pidió a las autoridades que se preocupen por conservarlo.

El nuevo hallazgo

CORREO DEL SUR presenció el jueves pasado este nuevo hallazgo científico que estuvo encabezado por el investigador Omar Medina, en el mismo lugar donde se produjo, a 15 kilómetros de la ciudad de Camargo, en el departamento de Chuquisaca. Un sitio donde las mantarrayas dejaron sus trazas hace aproximadamente 80 a 70 millones de años.

De la misión también participó Roxana Acosta, consultora en Turismo y parte del equipo multidisciplinario de trabajo. Acosta fue quien hizo los contactos entre la Alcaldía de Camargo y el investigador Medina para reactivar la investigación en la zona, después de una primera parte realizada en 2009.

El yacimiento donde se concretó este hallazgo se trata de una pared vertical. En palabras de Muñiz, con “una exposición difícil, compleja… que tiene su dificultad, pero tenemos muy claro lo que es”.

La explicación

“En esta zona, concretamente en la localidad de La Quemada (15 km al SO Camargo) hay expuesto un estrato en cuyo techo se reconocen decenas de estructura circulares-subcirculares que clásicamente han sido interpretadas como huellas de dinosaurios”, comenzó explicando Medina a este periódico.

Pero un reciente estudio exhaustivo permitió evidenciar una nueva interpretación biogénica, que el especialista describe técnicamente así:

“Las trazas fósiles estudiadas se corresponden con un comportamiento de depredación de peces raya (Batoidea) que conforme detectan las presas (moluscos y crustáceos endobentónicos) los desentierran inyectando con su boca chorros de agua dirigidos que levantan el sedimento, generando así depresiones de contorno subcircular y perfil vertical en ‘cuenco’ a cónico (icnogénero Piscichnus Fiebel, 1987), lejos de la esperada sección con base plana de una huella”, adelantó también Medina.

En efecto, el investigador chuquisaqueño indicó que las huellas de dinosaurios son planas, pero este no es el caso. Las mantarrayas dejaron allí marcas de su presencia que hoy se divisan e n forma cónica (como un embudo). Además, son de diferentes tamaños mientras que las pisadas de dinosaurios deben ser similares y secuenciales.

“Las huellas de dinosaurios aún esperan ser encontradas… Esa posibilidad no se descarta”, aclaró Medina.

Preservación

Muñiz, a través de un audio de WhatsApp, pidió a Medina que él transmitiese a las autoridades locales su recomendación sobre la necesidad de preocuparse por la salvaguarda de este patrimonio que describió, en dos oportunidades, como “único”.

“…algo que se señala inicialmente como huella de dinosaurio, pues el conocimiento científico, el estudio más profundo de repente pone encima de la mesa otro tipo de yacimiento y otro tipo de estructura que es único…”, dijo.

Muñiz, provisto de fotografías enviadas por Medina, denomina lo hallado como un “comedero de mantarraya del Cretácico”. Y, finalmente, remarca que “de momento es un yacimiento único”.

Recuperado de Correo del Sur (2021).

Prestes en Oruro, una muestra de prestigio popular y poder económico

Las fiestas patronales son el momento más esperado de muchas comunidades para demostrar su fuerza cultural y monetaria. Los prestes pueden costar entre 10.000 y 100.000 dólares. 

Al son de la cumbia, la morenada o el eurodance cientos de pobladores de Oruro se reúnen en torno a celebraciones en honor a algún santo, el patrón o patrona cambia según la localidad, pero todas tienen un denominador común: son una muestra de prestigio popular y poderío económico. Los pasantes —aquellas personan que se adjudican la responsabilidad de organizar y costear la fiesta— de los denominados prestes asumen un reto fundamental, superar al anterior anfitrión, y para ello el desborde de dinero a veces no conoce límites, tanto así que, en lugares alejados de la capital orureña, en medio del Altiplano y a bajas temperaturas, el jolgorio y alegría inunda de calor a los pobladores y recibe a grupos mundialmente conocidos. 

Hace poco, se viralizó la llegada de bandas europeas de gran prestigio hasta suelo del Pagador, una muestra no solo del ostento económico, sino del valor cultural que trasciende normas, como las prohibiciones de reuniones para frenar los contagios de coronavirus. 

El antropólogo José Antonio Rocha explica que el concepto preste proviene de la palabra “prestar” y que simboliza dar algo en beneficio de la comunidad en un determinado año, va rotando por familias, ya que cada una debe tener la oportunidad y, a la vez, la obligación de entregar algo. 

La ostentosidad es característica de cada celebración. “Las mejores ropas, joyas, grupos, contratar a la mejor cocinera de la zona, preparar el plato más agradable, todo eso es parte de la visión del preste porque tiene que dar lo mejor de sí a los otros”, asegura Rocha. 

FIESTAS QUE VALEN MILES

La cantidad de dinero que se invierte en estos prestes es variable, pero, sin duda, mientras más se pueda mostrar los días de fiesta, el éxito es mayor. 

Algunos comunarios y pasantes comentan que los montos oscilan entre los 10.000 y 100.000 dólares, que cubre el pago a los grupos musicales, el escenario, la comida y la bebida, entre otras cosas. 

De hecho, cuando hubo una explosión durante el Carnaval de Oruro, en 2018, se declaró duelo departamental y se pidió a los pasantes que suspendan sus actividades. Sin embargo, varios afirmaron que ya tenían contratos firmados y que sus gastos eran bastante altos como para no realizar la celebración.

En aquel momento, Nancy Ramírez, pasante de la comparsa Chutas, indicó que suspender la fiesta significaba una pérdida económica de entre 60.000 y 70.000 dólares por pasante. “Yo tengo nueve orquestas, la banda Pagador está. Usted sabe que las orquestas mejores son caras. Está Delirios, Emerson, esos grupos ahorita me están costando 80.000 dólares. Por ahí, ya he adelantado 70.000 dólares”, afirmó Ramírez a Urgente.

Eso es solo una muestra del movimiento económico que existe en el departamento. Además de bandas o grupos musicales, también están involucrados comerciantes y dueños de otros servicios como amplificación, alquiler de sillas y dueños de locales. 

Sobre el punto aquel año, Ramírez detalló que los mejores salones de eventos cobraban alrededor de 11.000 dólares el día, y en la mayoría de los casos se reservan mediante contratos con bastante tiempo de anticipación. 

Además de estos gastos, Oruro cuenta con el Decreto Municipal 090, que establece una tabla arancelaria para “bailes de temporada en hoteles, clubes sociales y salones de fiesta de actividad permanente”. La misma indica que se debe pagar un monto de 8.217 bolivianos en caso de fiestas con conjuntos internacionales, y 6.327 bolivianos si la celebración es con grupos nacionales. Todos estos gastos deben ser cubiertos por los pasantes en caso de que decidan hacer el preste en zonas más céntricas durante la celebración del Carnaval. 

El antropólogo Rocha explica este fenómeno económico y argumenta que la generosidad es parte fundamental de la comunidad, lo que, a su vez, se puede asociar al derroche económico. “Lo que piensan es que, para dar lo mejor, necesito dinero, entonces, hay que hacer esfuerzos porque luego la comunidad me va a reconocer y el día de mañana me va a devolver. Se valora a una persona que no es tacaña, que da”, señala. 

De hecho, muchas de estas personas trabajan todo el año y viven una cotidianeidad medida para poder celebrar al máximo durante el preste. “Es gente trabajadora, que apenas tiene, pero hace un esfuerzo por un año para lucir lo mejor ese día. Hay esa cuestión de esforzarse por un tiempo porque va a tener su recompensa. Es una lógica que los andinos siguen en todas sus acciones”, añade.

CELEBRACIÓN DE ALTO NIVEL

A más de tres horas de distancia, unos 200 kilómetros, de la ciudad de Oruro se encuentra Huachalla, un municipio altiplánico de clima frío y seco, que mantiene estrecha relación con Chile mediante el comercio. 

Precisamente en este desértico y árido lugar se armó una tarima de unos tres metros de altura, aproximadamente, se instaló pantallas led y juego de luces para recibir a Modern Talking, el dúo alemán de música eurodisco que alcanzó fama mundial en la década de los 90’s y llegó a posicionarse como el segundo grupo más exitoso en Alemania, con más de 120 millones de discos vendidos, solo después de Scorpions. 

En un video difundido en redes sociales se ve a los cantantes y al resto de la banda tocando sobre el escenario en Huachalla. En el mismo se observa a una pareja sobre la tarima, con bandas que los identificaban como los pasantes de la fiesta, bailando al son de temas como “Cheri Cheri Lady” o “Brother Louie” mientras los invitados los miraban de frente y disfrutaban el momento, sin medidas de bioseguridad, como si la pandemia se hubiera detenido para festejar con ellos.

Y para tener una mejor apreciación de la imponente celebración que se llevó a cabo, varios asistentes publicaron videos del concierto donde se puede apreciar otro escenario más. 

Además del dúo alemán, que fue el plato fuerte de la noche, también llegaron agrupaciones reconocidas en la movida tropical, como La Banda de Lechuga y Marilin, entre otras más, quienes transmitieron parte del show en su página oficial de Facebook. Asimismo, la banda Poopó fue parte de la celebración, según el medio El Deber. 

Estos conjuntos internacionales suelen llegar recurrentemente hasta Oruro para las fiestas patronales. De hecho, desde que inició la pandemia y se prohibieron los conciertos, este tipo de eventos, irregulares en su mayoría, fueron su principal ingreso. 

Incluso, no es la primera vez que los íconos del euro Modern Talking llegan a estas localidades. En 2018, también participaron de un concierto de pasantes. Y antes de iniciar la pandemia en el país, fueron las estrellas de un concierto en la fiesta patronal de San Juan Bautista de Corque, capital de la provincia Carangas, ubicada a casi 90 kilómetros de la ciudad de Oruro. 

Esta tradición está tan arraigada en la cultura andina que motiva a que los anfitriones busquen destacar cada año y den lo mejor a sus invitados. 

Algo particular que destacó en los últimos  prestes es que los pobladores de Oruro son amantes del eurodance, estos sonidos ochenteros y noventeros que cautivaron a gran parte del mundo y que ahora llegaron hasta el departamento altiplánico. 

El preste que puso en la mira a estas fiestas patronales fue la que se realizó el 2 de mayo de este año, en Sabaya, una localidad ubicada a dos horas y media, unos 180 kilómetros, de Oruro. Esta serranía, que posee un suelo con alta concentración de cenizas volcánicas, fue el escenario que recibió al grupo Mr. President desde Alemania, unos íconos del eurodance, al igual que Modern Talking.   

De hecho, como una muestra de la importancia del preste, el propio líder de la banda, Deloy Rennalls, envió un mensaje de invitación a los asistentes: “Hola Bolivia, desde Alemania les saluda Mr. President. Comunicarles que este 2 de mayo estaremos en Villa Pagador, Sabaya, en Oruro, en la festividad del Señor San Felipe, pasantes Luis Mollo y Eliza Moya”, dijo en el video. 

En una imponente tarima, con juegos de luces y pantallas led, los músicos iniciaron su presentación con la popular canción “Coco Jamboo”, entre otros éxitos más.

SIN TEMOR A LA PANDEMIA

La tradición del preste está tan arraigada en la cultura popular que, incluso, pudo ignorar en varias oportunidades la crisis sanitaria que vive actualmente el país. La tercera ola de la pandemia está en uno de sus momentos más álgidos, con cientos de casos nuevos confirmados por día y un sistema de salud colapsado. 

Ante ello, la realización de estas fiestas causó indignación en redes ya que no se evidenció el uso de medidas de protección, como barbijos, distanciamiento o máscaras faciales. 

Debido a eso, la Gobernación de Oruro y la Alcaldía de Huachacalla anunciaron que se constituirán en parte querellante en un proceso judicial contra los responsables de la fiesta que se realizó en ese municipio ya que, además, infringieron la cuarentena establecida. 

Inicialmete, la Alcaldía se reunió con los pasantes y firmaron un acuerdo para que en Corpus Christi solo haya una misa. Incluso, los compromisos fueron elevados a ley municipal y se mandó conminatorias a los pasantes con el objetivo de que suspendan las fiestas, pero algunos no quisieron recibirlas y agredieron a los miembros de la Alcaldía. Al final, la fiesta se realizó de todas maneras.

Rocha explica que esta situación es bastante compleja, ya que toca un tema cultural de fondo. “Hay un choque de visiones. Quizás muchos de ellos dicen ‘de algo tengo que morir, y si de esto voy a morir, por lo menos dejaré algo’. Habría que plantear que eso les puede hacer daño”, indica Rocha. 

“Pero eso no puede ser, hay que cuidarse todo, ya en otro momento se podrá demostrar y alegrarse. Es un tema que hay que hablar con mucha claridad”, sentencia. 

https://www.opinion.com.bo/articulo/revista-asi/prestes-oruro-muestra-prestigio-popular-poder-economico/20210611213811823093.htmlRecuperado de Opinión (2021). 

Denuncian subasta de piezas arqueológicas en París; aseguran que son mexicanas

Ante la realización de dos remates de piezas arqueológicas mexicanas, el gobierno mexicano presentó denuncias ante la FGR

Una subasta online, realizada el miércoles pasado desde París, logró recaudar 90 mil 721 euros (más de 2 millones 274 mil pesos) por la venta de 20 piezas arqueológicas, supuestamente de manufactura mexicana. Frente a la imposibilidad de detener el remate, el gobierno mexicano ha vuelto a interponer una denuncia ante la FGR y solicitado asistencia “diplomática y jurídica” de la Interpol.

Después de que El Heraldo de México informó de la subasta virtual, realizada por Shoteby’s, y de otro remate presencial de 23 piezas, efectuado el 29 de junio por la casa, también parisina, Binoche et Giquello, el INAH informó que “en ambos casos se interpusieron las denuncias correspondientes” y “se hizo del conocimiento de la Consultoría Jurídica de la SRE y de la Dirección General de Asuntos Policiales Internacionales e Interpol de la Policía Federal Ministerial”.

En total, las subastas, efectuadas a pocos días de que los gobiernos de México y Francia firmaron una “declaración de intenciones” contra el tráfico de bienes culturales, lograron vender conjuntamente 43 piezas atribuidas a culturas mexicanas antiguas.

“No obstante las condiciones adversas que enfrentan para detener este tipo de actividades comerciales consideradas ilegales e inaceptables para el Gobierno de México, la Secretaría de Cultura y el INAH continuarán dando la batalla e impulsando acciones en contra del tráfico ilícito de bienes culturales y seguirán trabajando, en el marco de sus competencias, por la recuperación del patrimonio mexicano que se encuentra fuera de nuestras fronteras”, agregó la dependencia.

SOBRE BIENES

  • 18,900 euros alcanzó un incensario maya en la subasta virtual. 
  • Una escultura azteca de la diosa Chicomecoatl alcanzó el mismo precio.

Recuperado de El Heraldo (2021).

Manatíes, nutrias y delfines de río, entre otros, son atendidos y protegidos en Lagos de Tarapoto, Amazonas

Se trata de un trabajo entre la Fundación Omacha, 22 comunidades indígenas y Corpoamazonia. Juntos, identifican los animales que se encuentran en peligro, los atienden cuando están heridos y enfermos, y los cuidan hasta que estén en óptimas condiciones para seguir en libertad.

Argentina: ¿Qué hace únicos a sus patrimonios?

Los Patrimonios de la Humanidad de Argentina no son como cualquier otro. En esta oportunidad, te contamos algunos datos que los hacen únicos. 

En palabras de la Unesco, son “lugares de la Tierra con un valor universal excepcional”. Argentina se ubica como el cuarto país de Latinoamérica con más Patrimonios de la Humanidad en su haber. Once son las coordenadas repartidas a lo largo y ancho de su territorio en las provincias de Misiones, Córdoba, Buenos Aires, Santa Cruz, Chubut, La Rioja, San Juan, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y Mendoza.

De los once, seis son sitios culturales y cinco naturales. Cada uno de ellos constituye una razón más para visitar un país con cientos de maravillas, ya sea por la magia de sus paisajes como por la importancia de su historia.

  • Parque Nacional Los Glaciares, Santa Cruz

Conocerlo implica un espectáculo para todos los sentidos. Los grandes protagonistas son el Perito Moreno, siendo el glaciar más famoso del país y de los más imponentes del mundo, y el inconfundible monte Fitz Roy.

Se trata del parque más grande de todo el país y más del 30% de su territorio está conformado por hielo. El Glaciar Perito Moreno es de los pocos glaciares en el mundo que se encuentra en equilibrio, es decir, que no retrocedió con el tiempo, cosa que sí sucede con el resto por la situación climática.

  • Misiones Jesuíticas Guaraníes, Misiones

San Ignacio Miní, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y Santa María la Mayor son las cuatro Misiones Jesuíticas argentinas seleccionadas por la Unesco en su listado de Patrimonios de la Humanidad.

La historia y el vínculo entre los jesuitas y los pueblos originarios guaraníes se asoman entre sus ruinas, eso y mucho más lo convierten en una visita imperdible.

  • Parque Nacional Iguazú, Misiones

Adentrarse en el corazón de la selva, conocer su inmensa fauna y flora, maravillarse por los 275 saltos y – quizás- dejar escapar una lágrima en lo más alto, la Garganta del Diablo, hacen a la visita.

¿Cuándo se pueden ver más mariposas? La respuesta es sencilla: en días calurosos. ¿Por qué? Porque les atrae la sal y, en días de mucho sol, el sudor humano las llama. Otro dato curioso es que el parque fue escenario de muchas escenas de películas conocidas, entre ellas Indiana JonesBlack Panther y La Misión.

  • Cueva de las Manos del Río Pinturas, Santa Cruz

Habitada 9.300 años atrás en el tiempo, es una imagen nítida de la vida de civilizaciones anteriores, en excelentes condiciones de conservación, donde cientos de manos quedaron inmortalizadas en piedra. En el sitio se llegaron a contar 829 manos izquierdas y solo 31 manos diestras.

  • Península Valdés, Chubut

Ver una función de la naturaleza desde la primera fila: así se siente visitar la Península Valdés. ¿De qué trata el show? De saltos de ballenas, juegos entre lobos marinos, varamientos de orcas, colonias de pingüinos y mucho más.

Las ballenas se acercan a la península durante los meses de junio a diciembre, por lo que en esta época tu visita es imperdible. La Isla de Los Pájaros fue fuente de inspiración de Antoine de Saint Exupéry para “la boa que se tragó el elefante”, por su idéntico contorno.

  • Manzana y estancias jesuíticas, Córdoba

Oportunidades sobran para recrear el legado jesuita en Córdoba. Por un lado, se encuentra la Manzana Jesuítica en el corazón de la ciudad y, por el otro, las seis estancias: Colonia Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio.

  • Parques naturales de Ischigualasto, San Juan, y Talampaya, La Rioja

Existen lugares que, al visitarlos, dan la sensación de estar en otro planeta. Uno al lado del otro, en estos parques los paisajes crean una postal de acantilados y figuras naturales de tonos rojos, rosas, naranjas y ocres. Además de ser bellísimos, guardan una relevancia fascinante por los hallazgos arqueológicos y paleontológicos realizados en el área.

Talampaya significa en idioma diaguita “río seco del tala” (especie de vegetal local) y el parque Ischigualasto es comúnmente llamado “valle de la luna”, por su tierra y geoformas que se asemejan al paisaje lunar.

  • Quebrada de Humahuaca, Jujuy

Los pueblitos pintorescos se asientan a lo largo de la montaña y el recorrido es la fusión perfecta entre cultura, tradición y paisajes únicos. Por supuesto, el buen vino y la gastronomía típica se suman a la ecuación.

Se observan colores que van desde el verde hasta el blanco. Esto se debe a la sedimentación de los diferentes minerales durante millones de años.

  • Qhapaq Ñan – Sistema vial andino

A lo largo de las siete provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza, se deja descubrir lo que fue el Sistema Andino de Carreteras: una de las obras más fascinantes del siglo XV.

El Qhapaq Ñan denota las capacidades tecnológicas y de ingeniería de las comunidades prehispánicas andinas, es una herencia milenaria que transporta sin escalas a la época del Imperio Inca a quien visite alguno de sus fragmentos. El nombre Qhapaq Ñan significa “camino principal” en lengua quechua, el mismo atraviesa seis países y, el del territorio argentino, tiene una longitud de 119 kilómetros distribuidos en 32 sitios arqueológicos de las diferentes provincias.

  • Obra arquitectónica de Le Corbusier, Buenos Aires

Todas las obras del arquitecto suizo Le Corbusier fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2016. En total son 17 y se distribuyen por siete países distintos. Una de ellas está en La Plata, la ciudad de las diagonales, capital de la provincia de Buenos Aires: la Casa Curutchet. Un edificio histórico, insignia de la modernidad y la vanguardia, sello indiscutido del arquitecto.

  • Parque Nacional Los Alerces, Chubut

Constituido por lagos de colores increíbles, fauna súper diversa y su protagonista: la selva valdiviana -región de bosque verde de configuración densa y húmeda por la cantidad de precipitaciones que recibe- donde crece el alerce, uno de los árboles más longevos del mundo. Dentro del parque se puede visitar uno de los árboles más antiguos del planeta, con 2620 años, sorprendentemente tiene ni más ni menos que la edad del Partenón de Atenas y la altura del Obelisco de Buenos Aires.

Recuperado de Última Hora (2021).

 
 

‘El Sotol como Patrimonio Cultural de Coahuila’

El funcionario compartió que la idea es trabajar en este posicionamiento no solo a través de la gastronomía, sino en iniciativas culturales.

“El Sotol como Patrimonio Cultural de Coahuila” es una iniciativa que se dio a conocer este viernes en conferencia de prensa por parte de la Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura del Estado, la cual tiene por objetivo posicionarlo no solo como una bebida, sino por todo el proceso que esto conlleva para su elaboración y lo que ello contribuye culturalmente en México y la entidad.

En la conferencia de prensa hicieron acto de presencia, Rodolfo Haro Pámanes, presidente Omecs, Miguel Vesuña Rivero, Comisario Omecs, (Organismo Mexicano Certificador para la Regulación de la Calidad y Preservación del Sotol).

“El sotol que se está protegiendo no es el líquido, sino todo el proceso que implica el poder producir el sotol, estamos hablando de procesos de agricultura, económicos, sociales, incluso antropológicos, hasta sociales; y la idea es eso, posicionar primero el sotol como una bebida importante que además tiene la denominación de origen que esto es bien importante, lo cual viene desde el 2002 por la UNESCO, que solo tres estados del país lo tienen que es Chihuahua, Durango y Coahuila”, expuso.

Dijo que la idea además es proteger la planta ya que radica una de las principales acciones de preservación para la elaboración de esta bebida ancestral, “A los productores, ayudarlos a capacitarlos de la mejor manera y poder distribuirlo en cualquier lugar, la idea es fortalecer a través de iniciativas culturales donde se dé a conocer el sotol, hablábamos ahorita de los Cardencheros, de las artesanías que se desprende de la propia planta, haremos por ejemplo actividades desde charlas, concursos, artes visuales, generar toda una iniciativa y que su impacto sea interesante que también lo convirtamos en un punto interesante de turismo cultural”” añadió.

Recuperado de Sol de la Laguna (2021)

La acusación a Nike, Louis Vuitton y Oysho: la delgada línea entre la inspiración y la apropiación cultural

La denuncia de México a varias multinacionales textiles por imitar supuestamente prendas indígenas reabre el debate sobre el plagio artístico a las minorías.

Si escribe en Google “Bolsa Hamaca de San Andrés Larráinzar, Chiapas”, encontrará entre las primeras fotos una bolsa larga de tela y dos asas como trenzas que simulan una hamaca en miniatura, con una paleta de tres o cuatro colores. Este artículo se ofrece en casi todas las tiendas de artesanía del pueblo turístico de San Cristóbal de las Casas por unos 200 pesos mexicanos (unos 8 euros). Pero si va a la web de la empresa española Oysho encontrará una muy parecida a 799 pesos si está en México o a 25 euros si está en España. Hay otra casi idéntica en la página de la empresa americana Madewell, de J. Crew, a unos 48 dólares en Estados Unidos. Y otra más de la empresa italiana Marni, a 170 euros. Por último, si hace la misma búsqueda pero añade el nombre de Francisca Pérez Gómez, encontrará a la creadora del modelo original, una artesana indígena Tzotzil de 39 años que vive en el pequeño pueblo de San Andrés Larráinzar. Allá, ella la vende por 350 pesos (unos 14 euros). 

Nike, Zara, Louis Vuitton, Isabel Marant, Carolina Herrera, Mango, Anthropologie, Patowl y Rapsodia son algunas de las marcas que han sido denunciadas por usar diseños indígenas en sus productos. Y no solo es una reinvindicación en las redes sociales: también algunos de los gobiernos de los países afectados han pedido explicaciones oficialmente a las marcas. El complejo debate de la apropiación cultural en el mundo textil enreda tantos hilos y trenzas como la bolsa de Francisca Pérez, una artesana que lleva tejiendo desde los 9 años. Pérez nunca ha denunciado en redes sociales apropiación cultural, pero su opinión es la que rara vez se escucha en este debate. Su experiencia puede iluminar muchos de los nudos más complicados de la discusión. “Yo quería hacer mis propios diseños”, cuenta Pérez en el salón de su casa sobre ese momento, hace 11 años, cuando se inspiró en una tela ligera para guardar tortillas para tejer la bolsa hamaca.

Tampoco se suele escuchar a otras tantas artesanas de la región, como las ocho a las que ha visitado EL PAÍS en Tenejepa, en los Altos de Chiapas (México), en una zona rodeada por cultivos de maíz. Durante la charla, las mujeres más jóvenes con niños pequeños amamantan y las que tienen hilos de colores en sus bolsas aprovechan para adelantar algunos trazos más de sus telares. Las empresas tienen una obligación de “consultar a las artesanas”, dice desde allí Viviana Girón López, una mujer Tzetzal de 36 años que aprendió a tejer a los 12. “Ellos obtienen los diseños con facilidad, lo copian y lo maquilan de manera industrial, y eso no está bien, a nosotras nos cuesta mucho terminar una pieza”.

Las herramientas para defender sus diseños desde las verdes montañas de Tenejapa son escasas: la pelea no es en Twitter, ni en cartas diplomáticas. Allí solo se teje con paciencia y se cruzan los dedos para que sus bolsos o camisas gusten y se vendan. Y para que no terminen plagiados en un catálogo de alguna multinacional.

Esta cuestión recurrente en el mundo de la moda volvió al primer plano hace un mes, cuando la Secretaría (Ministerio) de Cultura del Gobierno Mexicano envió una carta a Zara, en la que acusaba al gigante textil gallego de privatizar una propiedad colectiva, en este caso, un vestido de mujer casi idéntico a los tradicionales huipiles hechos por la comunidad mixteca. Desde el mundo de la moda reconocen que la apropiación cultural es un tema complejo, pero Pepa Bueno, directora de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME), zanja así el debate: “La línea roja es el plagio; pero el arte y la moda de autor siempre ha trabajado con los códigos culturales del país en que se desarrolla y otros países”.

En la misiva, el Gobierno mexicano también señalaba a dos empresas estadounidenses, Anthropologie y Patowl. A la primera por haber calcado un bordado de la comunidad Santa María Tlahuitoltepec en unos pantalones cortos vaqueros, mientras que Patowl sacó a la venta unas blusas florales con motivos del pueblo zapoteco, en San Antonino Castillo Velasco. Anteriormente fueron acusadas otras firmas internacionales como Louis Vuitton, Isabel Marant, Carolina Herrera, Mango y Rapsodia.

“El arte tiene que ver con mirar a tu alrededor y, a partir de ahí, elaborar un nuevo discurso”, afirma Bueno. “Pero tiene que ser un nuevo discurso”, insiste. La representante de ACME no entra a valorar casos concretos, ya que desconoce las piezas de ropa en las que pueden estar inspiradas, pero sí entiende que cualquier plagio a un pueblo indígena es especialmente reprochable: “El problema de fondo es la enorme explotación a la que está sometido el pueblo indígena. Más del 70% vive en la extrema pobreza”.

El Estado mexicano preguntaba a estas firmas internacionales, a través de la carta, si tienen pensado redistribuir parte de los beneficios a estas comunidades como autores originales de los diseños. El grupo Inditex, al que pertenece la firma y que tiene 415 tiendas en México, se remite a lo ya expuesto en su momento: “El diseño en cuestión no fue de ninguna manera tomado prestado intencionalmente o influenciado por el arte del pueblo mixteco”.

Pepa Bueno, también historiadora del arte y especializada en historia del diseño, entiende que en caso de que un diseñador se base en otras culturas, simplemente tiene que reconocerlo: “Es fundamental que se especifique que existe la inspiración; que se ponga en valor la fuente de la que se han extraído esos motivos”. Bueno pone de ejemplo a Victorio & Lucchino, que sin ser gitanos mostraron el vestido de lunares al mundo: “Su trabajo puso en valor una estética desconocida para muchos”, explica la experta. Pero entonces, ¿dónde está la separación entre la inspiración y la apropiación cultural? Una pregunta sin respuesta clara.

Diseños exclusivos

Francisca Pérez trabajó muchos años tejiendo en talleres para diseñadoras del centro de México y estaba algo frustrada por la apropiación que se hacía de los diseños allí. “Muchas veces las diseñadoras te dicen ‘este diseño es solo para mí, no lo puedes vender en otro lado’”, recuerda. Dejó entonces esos trabajos para armar una red independiente de 80 artesanas donde hoy todas comparten diseños y venden productos sin preocuparse por la exclusividad. “Yo respeto mucho su trabajo”, dice con respecto a las diseñadoras, “pero sin las artesanas, no pueden hacer nada”.

Fue a una de esas diseñadoras a quien Pérez le mostró primero el diseño de la bolsa hamaca. Una bolsa hecha en telar de cintura, una técnica prehispánica en el que cuelgan de un lado decenas de hilos para determinar las dimensiones de la pieza, y luego se enredan allí otros hilos de colores. La idea de la bolsa hamaca le encantó también a muchas artesanas de pueblos vecinos que empezaron a copiarla y reproducirla hasta volverla icónica de Chiapas. “A mí eso me hace feliz”, dice.

También le ha llegado el rumor de que empresas extranjeras venden versiones idénticas, aunque no recuerda bien el nombre de las marcas, y parece no importarle demasiado. Al preguntarle si conoce el término apropiación cultural indebida responde “no”, a secas. Pero al explicarle lo que quiere decir este concepto, ya no le resulta tan indiferente el debate. “Los grandes empresarios, las grandes empresas, tienen la oportunidad de apoyar a las artesanas, y así debería ser. Pero ya ves que eso no pasa así. A mí no me afectan [las copias] de las artesanas, pero estoy hablando de nosotras como artesanas”. Pérez, madre de cuatro hijos, encontró en este trabajo una forma de sobrevivir, y ve en estas copias de otras artesanas una salida a la violencia doméstica y a la pobreza en la que viven muchas de sus compañeras.

El gran argumento en contra de utilizar el concepto de apropiación cultural suele ser que la cultura fluye, que nunca es fija, que siempre es un intercambio constante que toma elementos de unas y otras culturas para incorporarlos o resignificarlos. A Francisca Pérez Gómez eso le parece obvio. Su vida ha sido un intercambio entre su abuela, su madre, una vecina, una suegra, una compañera de otro pueblo o un colectivo de artesanas en otro Estado de México. Pero una cosa es la apropiación cultural entre iguales y otra muy distinta es la apropiación cultural indebida de una empresa multinacional, sostiene. El debate para ella no es tanto sobre la propiedad intelectual, sino sobre la desigualdad: mientras unos tienen tiendas alrededor del mundo, otras tejen para darle de comer a sus hijos.

De la red al debate político

El debate de apropiación cultural indebida tiene múltiples ejemplos en el mundo textil e indígena de América Latina: desde los tejidos de comunidades Wayúus en Colombia que se venden en tiendas de alta costura en Nueva York; hasta las comunidades Gunas en Panamá que denunciaron a Nike en 2019 por copiar sus diseños de molas. Normalmente esas denuncias se hacían desde la sociedad civil y las redes sociales. Pero desde que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en 2018, el debate ha entrado de lleno en la política.

En 2019, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, envió una carta a los diseñadores Carolina Herrera y Wes Gordon denunciando apropiación cultural indebida en una de sus colecciones, tomando bordados tradicionales de Tenango de Doria (Hidalgo) y de Tehuantepec (Oaxaca). En respuesta, los diseñadores alegaron que solo estaban “intentado poner en valor este magnífico patrimonio cultural”. Y hubo más cartas: contra Louis Vuitton por hacer unas sillas con bordado de Hidalgo; contra la diseñadora francesa Isabel Marant por una colección en la que aparecen símbolos de la cultura purépecha en Michoacán; y las últimas ya citadas contra Zara, Anthropologie y Patowl.

Frausto, en conversación telefónica con El PAÍS, dice que antes de hacer cada una de esas acusaciones se aseguró de que las empresas no estaban trabajando en conjunto con artesanas de la región. “No nos interesa cerrarnos al mundo, sino tender puentes de respeto, de diseñador a diseñador, de tú a tú”, aclara. A los diseñadores extranjeros que dicen que los plagios son en realidad homenajes, les responde: “A los homenajes se invita a los homenajeados”.

La secretaria de Cultura de México dice que con la nueva estrategia epistolar, más efectiva que la vía legal, ha recibido respuestas muy diversas. Cuenta que Louis Vuitton se comprometió a hacer un proyecto con artesanos de Oaxaca, y que Isabel Marant accedió a abrir un diálogo entre las dos en el que la diseñadora se disculpó. En enero, además, una representante de Nike en México le contó que en la empresa trabajan en una nueva colección de tenis con símbolos del día de los muertos, que se lanzará en octubre. Pero antes de salir a mercado, quieren seguir el protocolo de aprobaciones que la Secretaría de Cultura indique. “Esa petición de Nike para mí ya es un logro”, dice orgullosa.

En noviembre, la secretaria prepara su propio fashion show: una feria de moda llamada “Original” que se celebrará en los Pinos, el antiguo palacio presidencial que López Obrador abrió al público. Allí, dice, artesanas cuyos tejidos han sido plagiados exhibirán sus tejidos en pasarelas o salones de negocios, y los diseñadores internacionales serán los que se sientan entre el público.

Un debate sin salidas fáciles

Elk’anel. Esa es la traducción de apropiación cultural indebida de un grupo de artesanas del pueblo de Tenejapa, Chiapas. Elk’anel quiere decir, literalmente, robo. “Robo o como un despojo”, explica Imelda Gómez, una mujer de 29 años originaria de allí. No es artesana pero trabaja en la ONG mexicana Impacto que busca alternativas para proteger el patrimonio cultural indígena y también promover comercialmente los tejidos tradicionales de forma más justa. “Algunas palabras [como apropiación cultural indebida] no tienen mucho impacto en estas mujeres, porque son creadas desde el mundo occidental”, explica Gómez. Impacto, basada en San Cristóbal de las Casas, es una de las pocas organizaciones en México que rastrea casos de apropiación cultural indebida por empresas mexicanas y extranjeras: desde 2014, han identificado más de 40.

Andrea Bonifaz, de la misma ONG, activista de 32 años de Aguascalientes, lleva mucho tiempo pensando en cómo resolver el problema de la apropiación cultural desde lo legal, lo político o lo social. Una ley de derechos de autor que habla del tema está congelada en el poder legislativo; una demanda ejemplar de un grupo indígena en Hidalgo contra Nestlé está frenada en el poder judicial. Y la vía legal, además, no es obligatoriamente la mejor. “Mi preocupación es que se burocratice todo este proceso y se vean afectados emprendimientos sociales”, explica.

Sobre las cartas del Gobierno, Bonifaz considera que han ayudado a poner el debate en el foco, aunque todavía no se les ha dado voz a las artesanas. Y se pregunta: “¿Qué pasa con marcas mexicanas o de Latinoamérica que también incurren en eso?”. La Secretaría de Cultura, por el momento, solo ha hecho pública la pelea contra las marcas multinacionales más famosas.

Una mañana de julio, Gómez y Bonifaz viajan a una casa de cemento en Tenejapa para escuchar las opiniones de ocho artesanas sobre quién (o quiénes) debe ser la autoridad responsable para proteger el patrimonio indígena. La conversación es en Tzetzal, y Imelda Gómez traduce pacientemente para las tres hispanohablantes. “Yo creo que deben estar ahí los de derechos humanos”, opina Viviana Girón López.

Las mujeres hacen una lista de responsables: desde rezadores y guías turísticos del pueblo, al presidente municipal, al gobernador, a las empresas, al presidente de la república, a los compradores. Una mujer llamada Antonia Pérez habla de la responsabilidad de los que regatean (“¿Para qué pregunta si no me va a pagar el precio mío?”), otra llamada Antonia Santis de lo difícil que es que otros reconozcan el enorme tiempo que le toma hacer algunas prendas (uno de sus huipiles puede demorar cuatro meses), y otra llamada Emma Hernández López dice que es difícil aliarse con autoridades para combatir este tema. “No tienen interés en las artesanías” dice López. “A menos que nosotras vayamos a protestar, a insistir, a decirles que nos vean como artesanas”.

Recuperado de El País México (2021).

Legislatura: Iglesia de Piedra “Santa Teresita”, de Colonia Polana, fue declarada Patrimonio cultural

Los diputados misioneros declararon Patrimonio Histórico, Cultural, Turístico, Paisajista y Arquitectónico a la Iglesia de Piedra “Santa Teresita”, del paraje Naranjito, en el municipio de Colonia Polana.

Se trata de iniciativas presentadas por la diputada Liliana Rodríguez y por el ex legislador Raúl Flach. Al momento de la votación, la legisladora señaló que la Iglesia de Piedra es una “edificación única en su tipo en la región y en la Provincia, con una belleza singular en su estilo arquitectónico que data de la década de 1940, en la que se utilizó para su construcción piedra itacurubí –‘piedra triturada’ en idioma guaraní-”.

Rodríguez explicó que este tipo de piedra solamente se las puede encontrar “en algunas zonas de Misiones, incluida cerca de donde iba a ser emplazada esta iglesia, con el agregado de que la sacaban de una cantera, la moldeaban a mano, con agua, y la dejaban secar tres días, luego le daban forma de una manera ingeniosa y artesanal”.

La iglesia fue construida por Alejandro Hume y su esposa Isabel Vayo de Hume, propietarios de un establecimiento yerbatero denominado “Santa Teresita”, y “durante la construcción, la señora Isabel viajó exclusivamente a Francia para traer una imagen de Santa Teresa, la cual aún hoy se conserva en el interior de la misma”, relató la legisladora.

El objetivo de esta medida es “que se pueda cuidar y conservar de otra manera a esta iglesia con una rica historia de una vasta zona de la provincia y que es única, en su tipo en Misiones”, precisó la legisladora en los fundamentos de su proyecto.

Recuperado de Noticias del 6 (2021).

Cambio climático y patrimonio cultural (Segunda y última parte)

Los daños al patrimonio cultural por el cambio climático se propagan vertiginosamente en diferentes entornos.

En 2015 un grupo ambientalista de Holanda y la Fundación Urgenda demandaron al gobierno de ese país por incumplir sus obligaciones internacionales de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). La Corte holandesa concluyó que aquél había realizado esfuerzos insustanciales en tal sentido y, por lo mismo, soslayado los graves riesgos ambientales del cambio climático (CC), motivo por el cual lo condenó a limitar 25% esas emisiones en relación con las registradas en 1990, meta que debería ser alcanzada en 2020.

La Corte fundó y motivó su resolución en la constitución de los Países Bajos (artículo 21), en la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH), en el principio de no causación de daño o de prevención (No harm principle) del derecho internacional, en la tesis de la negligencia azarosa, en el principio de equidad, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) y, finalmente, en la política europea en la materia.

Si bien la Corte fue omisa en precisar la forma en que el gobierno debería ajustar la reducción, aunque hizo énfasis en que éste observara algunas de las indicaciones previstas en el Protocolo de Kyoto (en vigor hasta 2020), como limitar el fomento del comercio y las exenciones fiscales que derivaran en actividades productoras de emisiones altas de CO2. Ésta fue la primera resolución judicial que ordenó a un gobierno a adoptar ese género de medidas. Holanda apeló el fallo y alegó que en el caso no era aplicable la CEDH.

En octubre de 2018 la Corte de Apelaciones ratificó la sentencia; más aún, sostuvo que la CEDH obliga a los Estados a proteger la vida individual y familiar, y rechazó el argumento de la autoridad de que el a quo había creado un nuevo orden jurídico y con ello había quebrantado la división de poderes prevista por la Constitución. La riqueza de este precedente es enorme: la Corte no dudó en avocarse al examen del cumplimiento de las obligaciones internacionales asumidas por los Países Bajos y, como resultado de ello, sostuvo que ninguna disposición doméstica puede excluir el cumplimiento de aquéllas. Más aún, reivindicó su competencia para juzgar al respecto. El gobierno holandés recurrió a la Suprema Corte, que en mayo de 2019 confirmó las resoluciones (Urgenda Foundation v. State of Netherlands).

En mayo de 2021 la jueza holandesa Laris Alwin, con sede en La Haya, condenó a la petrolera Shell (RDSa.L) como parte del juicio interpuesto por Greenpeace y Friends of the Earth Netherlands con miras a que la compañía redujera 45% sus emisiones de CO2 para 2030 en relación con las de 2019. La trascendencia de esta resolución es sustantiva, pues recurre a la noción de obligaciones diligentes (duty of care), que hace extensivas a la protección de los derechos humanos ante la conculcación de éstos originada por actos perpetrados por particulares, en la especie las personas morales (Precedente C/09/571932 /HA ZA 19-379, en su versión en inglés).

La Corte fundamentó su resolución en el Acuerdo de París –que incluye la aplicación de normas narrativas no vinculantes (soft law) a multinacionales, ahora complementado con el Paquete Climático de Katowice– e incluyó las sugerencias de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los Principios Rectores de las Naciones Unidas para Empresas y Derechos Humanos y las Directrices para las Empresas Multinacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); estas últimas imponen obligaciones a multinacionales, independientemente de las asumidas por los Estados. Por lo tanto, debe considerarse que el cumplimiento de los acuerdos sobre el (CC) no es opcional para aquéllas.

Los precedentes empero se empiezan a multiplicar, lo que revela la vocación universal del movimiento contra el CC. En septiembre de 2015 la Corte paquistaní, como parte de una demanda incoada por un campesino, condenó al Estado por sus transgresiones al UNFCCC, con base en los derechos doméstico e internacional, por su parsimonia y letargia en la implementación de sus obligaciones internacionales, lo que trasgredía los derechos de los paquistaníes. De manera muy innovadora, la Corte ordenó la creación de un comité independiente en materia de CC, con suficiente legitimidad y autoridad, compuesto principalmente por representantes de ONG, para monitorear el cumplimiento de las obligaciones internacionales de Paquistán.

La cultura

Los daños al patrimonio cultural (PC) por el CC se propagan vertiginosamente en diferentes entornos. En 2011 el huracán Irene, uno de los más violentos de este siglo, tuvo efectos devastadores poco imaginables en el ámbito cultural: llegó hasta Nueva York, donde inundó las bodegas de resguardo de Christie’s en Brooklyn (Christie’s Fine Art Storage Services), en las cuales causó daños incalculables que se hicieron extensivos al Barrio de Chelsea, en Manhattan, uno de los centros nerviosos más importantes del comercio internacional del arte, con más de 200 galerías.

El CC ha obligado a la literatura especializada a iniciar el debate sobre la dimensión cultural del fenómeno, que parte del axioma de que el PC y el clima universal son bienes globales públicos y, por ello, trascienden los intereses de los Estados y resultan esenciales para la comunidad internacional. Por mencionar lo obvio, los objetivos primarios de la legislación del CC consisten en la protección del medio ambiente, el desarrollo sustentable y en la preservación de los ecosistemas para las generaciones presentes y futuras.

Por su parte, la finalidad de la legislación en materia de PC consiste en la preservación de toda manifestación cultural, material o intangible, regida por valores disímbolos como los artísticos, los históricos o los simbólicos, para asegurar con ello su transmisión a las generaciones futuras. La conclusión es irrefragable: los activos culturales son parte indisociable del entorno ambiental, lo que supone una composición holística entre los patrimonios natural y cultural.

Aun cuando participan de la misma naturaleza, como bienes globales públicos, en la salvaguarda del patrimonio cultural (PC) y de los entornos ambientalistas, persiste una profusión de interrogantes: ¿El derecho internacional ha desarrollado disposiciones relativas a la salvaguarda del PC por las amenazas del CC? ¿Cuáles son, si existen, los puntos tangenciales de las disposiciones de protección del PC y las relativas al régimen en torno del CC? ¿Son las legislaciones del PC y del CC complementarias?

Ambas legislaciones internacionales han acusado empero serias insuficiencias en cuanto al mandato que se les ha conferido, con escasos barruntos de puntos tangenciales, y si bien conservan su singular independencia, no son excluyentes y en el análisis se constata una misma racionalidad. A una y otra las guía el principio de prevención (no harm or prevention principle) reconocido por el derecho internacional consuetudinario, que consiste en determinar la obligación de todo Estado de no permitir, e incluso de no tolerar en su jurisdicción actividades que pudieran causar daño al medio ambiente provenientes de otros Estados.

Pero es la narrativa de los derechos humanos la que pareciera ser el ámbito natural de convergencia entre ambos órdenes jurídicos. El basamento de los precedentes de las Cortes sobre el CC es claramente esta narrativa, en la que existen perspectivas similares y una armonía natural si se pondera la concepción de la culturalización de los derechos humanos.

Esta hipótesis, sin embargo, se halla sujeta a demostración. Para ello resulta indispensable ampliar el perímetro de análisis a la relatoría de informes sobre derechos humanos y CC elaborados desde 2008 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Era predecible que la mera introducción del tema generaría polémicas sobreexcitadas por parte de muchos Estados reticentes a asumir otro cúmulo de obligaciones; por ello cuestionaron desde el inicio si del impacto del CC en el derecho internacional pudieran colegirse puntos de cumplimiento forzoso en cuanto a los derechos humanos.

Resultaba evidente que la construcción normativa correlativa a derechos y obligaciones se asociaría a los esfuerzos internacionales para mitigar el CC. La interrogante correcta era, por lo tanto, inquirir que, si bien el CC alteraba el uso y goce de los derechos humanos, no resultaba claro en qué medida esto pudiera calificarse de trasgresión a los derechos humanos. Para ello es imprescindible retornar a la conclusión cardinal de distinguir en los derechos humanos dos perspectivas: la legitimidad y la obligación de los Estados. La primera responde al enunciado de la necesidad de preservar la vida, la alimentación, la salud y el entorno cultural, entre otros aspectos. Existen, por lo tanto, evidencias de que, en la perspectiva de la legitimidad, hechos como la tardanza en lo que respecta a la mitigación del CC constituyen transgresiones a los derechos humanos en su versión cultural.

Más aún, los informes en este orden son concluyentes: el CC afectará con mayor acerbidad a los grupos vulnerables, como son los infantes y las comunidades indígenas.

En lo que atañe a la segunda perspectiva, uno de los puntales en el sistema de la legislación de los derechos humanos es la imposición de obligaciones a los Estados. El mandato es claro: éstos deben someterse a las disposiciones de los derechos humanos con base en el derecho internacional, y lo es respecto a toda la comunidad internacional conforme al principio erga omnes/erga omnes partes.

La interrogante básica en esta perspectiva resulta en considerar si las emisiones de CO2 por parte de los Estados y su consecuente impacto en el CC constituyen una trasgresión a los derechos humanos.

Para ello debe analizarse el hecho de que resulta imposible desagregar el complejo vínculo causal entre las emisiones de CO2 de un Estado en específico y el CC, y menos concluir a partir de ello que existe una trasgresión a los derechos humanos.

De igual manera las emisiones de CO2 preconstituyen una de las múltiples causas del CC. Finalmente, este último obedece a una racionalidad de prospecciones, cuando la trasgresión de los derechos humanos se evalúa una vez que el daño ha acaecido. Los precedentes jurisdiccionales, sin embargo, van en el sentido contrario.

Epílogo

Uno de los debates más intensos consiste en definir si el CC debe considerarse como una amenaza para la paz y la seguridad internacionales, en tanto que altera la estabilidad de los Estados y el sistema de derechos humanos. En efecto, el CC subvierte la efectividad de una miríada de derechos humanos, como son los relativos a la vida y a la salud, y desde luego a los culturales. De prosperar, esta tesis obligaría al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar y adoptar resoluciones que, en términos de su carta constitutiva, son vinculantes para la comunidad internacional.

Los precedentes jurisdiccionales que se registran en el ámbito internacional exhiben fisuras importantes en el canon jurídico tradicional, anclado en nuestra región con atavismos manifiestos; al mismo tiempo intentan dar respuesta a necesidades sociales básicas emanadas del CC cuando el corpus jurídico ortodoxo ofrece escasas alternativas en la judicialización del CC.

Resulta por demás evidente que el sistema de responsabilidad basado en puntales como la evidencia de la culpa y del daño y de su relación causal acusa serias insuficiencias, toda vez que el CC es multipolar y multifacético. Ahora, con el CC, este modelo de responsabilidad prueba que se le arrastra como vestigio en nuestra legislación. La causación directa e inmediata entre el daño y la culpa ha sido abandonada por la jurisdicción internacional, que funda y motiva sus resoluciones en las evidencias científicas del efecto acumulativo del CC por la actividad antropogénica.

En el ámbito cultural, por su especificidad, se agregan otros planteamientos, como la salvaguarda de las tradiciones, de las memorias, de los mitos y de la historia. Este fue el caso de la demanda interpuesta por la Conferencia Circumpolar Inuit en 2005 en contra de Estados Unidos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por su omisión en lo concerniente a la reducción de las emisiones del carbono, en trasgresión de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y la alteración en consecuencia de la cultura inuit.

El derecho internacional relativo a la salvaguarda del PC fue confeccionado en la década de los setenta y evidencia un asincronismo con la legislación actual del CC. Sin embargo, la actualización de la legislación del PC no resulta plausible; una de las soluciones apunta al rediseño de las directrices operativas.

Iniciativas como Our World Heritage y Europa Nostra se suceden rápidamente y dan cuenta de la creciente zozobra que abruma a la sociedad civil, cada vez más militante en la toma de decisiones. Ahora el G20 cultural, bajo el liderazgo italiano, ha mostrado gran sensibilidad en esto, que es uno de los temas cruciales de la agenda internacional del siglo XXI.

La interrogante básica ante el CC consiste en inquirir cuál de ese legado cultural sobrevivirá y, en consecuencia, podría beneficiar a las siguientes generaciones, y cuáles serán los nuevos entornos con los que las comunidades culturales de toda índole asociarán sus mitos, leyendas y tradiciones.

Entre tanto, la premonición transita por las arcadas culturales, y los vestigios que sobrevivan devendrán en palimpsestos incompletos ante los cuales deberán resolverse los enigmas del pretérito para asegurar la transmisión del conocimiento.

Recuperado de Proceso (2021)