México: Museo Urbano Interactivo: iniciativa cultural de cara al futuro

“Lo único constante es el cambio”, razón por la que el MUI incluirá modalidades en línea con base en 3 proyectos que le dan fuerza para dar entrada al futuro.

El MUI (Museo Urbano Interactivo) es la nueva personalidad del Museo Tec, resultado de un trabajo colectivo, desarrollado a través de un proceso abierto y colaborativo, haciendo partícipe de los resultados y prospectiva a su público.

Esta iniciativa gestionada por la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey (EAAD) se constituye como el espacio físico y conceptual para desarrollar ciudadanos conscientes, capaces de producir un México con futuro como una alternativa global.

Las herramientas propias de las industrias creativas y las artes son los recursos que  utiliza para operar desde el contexto territorial en el que está situado. 

El MUI evoluciona y se adapta al entorno, su creación y proyección surge desde la perspectiva del ciudadano, buscando interactuar por medios digitales, estimulando la creación de proyectos de impacto social, científico y artístico.

El MUI es adaptable a futuros entornos


“La pandemia generada por el Coronavirus nos plantea un gran reto, la adaptación de conceptos convencionales a medios virtuales, hemos decidido enfrentarlo a través de una estrategia de contenidos digitales, enlaces y transmisiones en vivo, entre otros proyectos de involucramiento social” señala Victorino, director del MUI

FABRICAR CONFIANZA

Dentro de la nueva oferta digital, se lanzó la iniciativa “Fabricar Confianza”, creada por Andrea Bartoli y Florinda Saieva, del Nuevo Centro Cultural “Farm Cultural Park”, ubicada en la ciudad italiana de Favara,  a partir de la contingencia en ese país.

Fabricar Confianza es una recolección de ideas desde diferentes puntos de vista con respecto a qué pasará después de esta contingencia explica Marco Lampugnani, Coordinador del C+LAB, Región Sur del Tecnológico de Monterrey.

Lampugnani comentó que propuestas concretas de proyectos de impacto serán seleccionadas para la recuperación posterior a la pandemia, y que se integrarán en la próxima exhibición del museo.

"Fabricar confianza" es un trabajo conjunto con el Nuevo Centro Cultural “Farm Cultural Park” de Italia
“Fabricar confianza” es un trabajo conjunto con el Centro Cultural “Farm Cultural Park” de Italia


Uno de los objetivos de “Fabricar Confianza” es generar ideas que se transformen en proyectos, políticas públicas e iniciativas ciudadanas que ayuden a la sociedad en su recuperación, se trata del“Diseño de Futuros”, con un grupo de personas visionarias capaces de transmitir sus conocimientos y contagiar su entusiasmo, que tomen riesgos y que potencialicen el talento.

El proyecto convocó a 100 personas para que escribieran un texto y enviaran un video de 5 a 10 segundos, con la explicación del mensaje fundamental y su semblanza, para compartir su visión a la comunidad digital en las redes sociales del MUI.

RESIDENCIA COVID

La oferta ofrece un enfoque científico-artístico con el proyecto “Residencia Covid”, con inmersiones virtuales conjuntas con el Departamento de Bioingeniería y Ciencias de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de la Región Sur, encabezado por la doctora Janet Gutiérrez Uribe.

“Residencia Covid” es un detonador de dinámicas a través del contacto entre la comunidad docente, estudiantil y autores experimentados. Tiene como timón un “enfoque antidisciplinario” para generar el cruce de diferentes esferas del conocimiento.

El proyecto contempla que las inmersiones virtuales se realicen de manera semanal, con contenidos para su difusión a través de las plataformas, streamings, videos y clases virtuales entre otras.

"Residencia Covid" es un detonador de debates
“Residencia Covid” es un detonador de debates


Los retos están presentes entre los participantes para generar una exhibición “Site specific”, que se presentará al reabrir las puertas físicas del museo.

En el proyecto participan el artista visual Luis Canseco, el doctor Miguel Ángel Ontiveros Torres, quien trabaja actualmente la epidemiología y diagnóstico molecular de agentes infecciosos, y el doctor Iván Martínez Ruiz, quien cuenta con Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y colabora en proyectos de investigación.

NOCORONAPANIC

La labor que este espacio ha desarrollado durante estos tiempos genera un impacto significativo para convertir las eventualidades en nuevos retos.

"Nocoronapanic" es una recopilación de buenas prácticas
“Nocoronapanic” es una recopilación de buenas prácticas


“Estamos llevando a cabo una transformación de nuestras redes sociales y hemos recopilado una serie de buenas prácticas de varias partes del mundo que hemos denominado como Nocoronapanic; parte de estas iniciativas las estamos compartiendo en redes para generar conciencia social e ideas de proyectos que puedan replicarse en la comunidad”.

Victorino Morales resalta que, en tiempo de crisis, la gente genera proyectos e iniciativas de impacto social y con ello demuestra que unidos podemos superar los problemas.

El MUI ahora
El MUI ahora


El equipo del MUI programa el lanzamiento de la nueva identidad a mediados de mayo, momento en el que dará a conocer la nueva estructura y manera de trabajar del museo.

Campus: Puebla
Categoría: Arte y Cultura
 
 
Por: YULIANA VÁZQUEZ ORTEGA | CAMPUS PUEBLA – 30/04/2020
 

Colombia: Sustancias para desinfectar el COVID pueden echar a perder bienes culturales

El Servicio de Patrimonio Histórico del Consell de Mallorca ha advertido que las sustancias indicadas para la desinfección del coronavirus (COVID-19) pueden echar a perder bienes culturales.

Según ha informado el Consell este lunes en una nota de prensa, el Servicio de Patrimonio Histórico del área de Cultura, Patrimonio y Política Lingüística ha alertado que las sustancias indicadas para la desinfección del COVID-19, como lejía y alcohol, pueden echar a perder elementos patrimoniales.

En concreto, Patrimonio ha alertado que los productos que se recomendaban hasta ahora para la desinfección de superficies y de las manos –las soluciones hidroalcohólicas con hielo, alcohol etílico, agua oxigenada, lejía, amoníaco y jabón– son peligrosos para los materiales constitutivos de los bienes patrimoniales –piedra, cerámica, ladrillos, metales, vidrio, madera, pintura, textiles, papel, etc.–

En este sentido, ha anunciado que Dirección Insular de Patrimonio ha elaborado y difundido un documento que recoge pautas de actuación en caso de tener que desinfectar bienes culturales. El documento se ha hecho de acuerdo con las recomendaciones que ha elaborado el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y adaptándolas a las características de los bienes y materiales de Mallorca, con el objetivo de garantizar que las medidas de desinfección obligadas sean compatibles con la protección del patrimonio cultural.

Así, entre las advertencias que recoge el documento, ha destacado que no se tiene que actuar directamente sobre los bienes culturales, independientemente que sean muebles o inmuebles, y que se tiene que optar, preferiblemente, por retirar o precintar el lugar o el bien concreto, antes de actuar.

También, figuran entre las recomendaciones el cierre, incluso con elementos que hagan de barrera, de los espacios donde no se pueda garantizar la distancia de seguridad entre personas y respecto de los bienes culturales, para evitar la propagación del virus y tener que descontaminar elementos.

*ESPACIOS PÚBLICOS DONDE SE HALLE PATRIMONIO*

En cuanto a la desinfección de espacios públicos, donde se hallen bienes culturales, el documento recoge que se tiene que evitar la desinfección por polvorización de zonas próximas a los mismos, como zócalos, aceras, entre otros, y nunca se tienen que pulverizar de manera directa los objetos o edificios con valores patrimoniales.

En todo caso y a una distancia mínima de un metro, ha matizado el Consell, en el entorno directo de los bienes culturales se tiene que utilizar una disolución de etanol al 70% con agua proyectada a baja presión.

*EDIFICIOS HISTÓRICOS*

Por otro lado, ha señalado, en caso de que un edificio histórico tenga que estar abierto, si hay que actuar en pavimentos y suelos antiguos o de madera, se tienen que usar jabones neutros –la gran mayoría del jabón ecológico lo es–; mientras, en a los pavimentos modernos de baldosas o mármoles, se puede usar agua y jabón y lejía sin superar el 0,5% y evitar el contacto con las paredes y cualquier otra superficie.

Respecto a los bienes muebles, Patrimonio ha recordado que la pervivencia del virus en las superficies se ha delimitado a entre seis y nueve días, por lo tanto, si el inmueble o espacio donde se ubica el mueble ha sido cerrado, no se tiene que hacer ninguna actuación.

CÓMO ACTUAR ANTE ELEMENTOS PATRIMONIALES SOSPECHOSOS DE CONTAGIO*

En cuanto a los elementos que pueden ser desplazados, si se tiene la sospecha que puede estar contaminado, se tiene que reubicar en zonas no accesibles y dejar pasar el periodo de cuarentena –no menos de nueve días y hasta 14. Todos los traslados se tienen que hacer con la protección adecuada de mascarillas y guantes.

Sin embargo, si se trata de objetos que por sus medidas o peso no se pueden desplazar a un espacio no accesible, se tienen que instalar barreras físicas para evitar el contacto.

 

Con todo, el Consell ha insistido en que en ningún caso se tiene que actuar con los desinfectantes señalados y ha aconsejado que, antes de emprender ninguna actuación o ante cualquier duda, se contacte con el personal técnico de Patrimonio al siguiente correo phistoric@conselldemallorca.net.

Además, ha hecho hincapié en que este documento se ha difundido en ayuntamientos e instituciones y entidades responsables de bienes patrimoniales para garantizar que las medidas de desinfección obligadas sean compatibles con la protección del patrimonio cultural.

 

Tomado de: https://www.eluniversal.com.co/mundo/sustancias-para-desinfectar-el-covid-pueden-echar-a-perder-bienes-culturales-BY2771993

231 especies de animales regresaron a casa

Luego de recuperar más de dos centenares de animales silvestres, que iban a ser comercializados ilegalmente, estos fueren devueltos a su hábitat natural en el departamento de Cesar. Una acción conjunta entre varias corporaciones autónomas regionales. El tráfico ilegal de especies  de fauna silvestre es un problema que aún aqueja a Colombia. Es tan grave este hecho que el país ocupa el segundo lugar en el mundo con mayor comercio ilegal de animales y plantas.

Frente a este hecho las autoridade ambientales regionales hacen constantemente opertativos para incautar dichas especies y luego proceder a su reestablecimiento y devolución a su hábitat natural. 

Esto fue lo que sucedió con 231 epecies en el Cesar. Gracias al trabajo conjunto y articulado de la Corporación Autónoma Regional del Cesar – Corpocesar, la Corporación Autónoma Regional del Quindío – CRQ y la Corporación Autónoma Regional del Tolima – Cortolima, fueron liberados un total mas de dos centenares de animales silvestres en áreas rehabilitadas de la empresa privada Drummond Ltd.

Las especies liberadas fueron: 130 tortugas morrocoy (chelonoidis carbonaria); 38 hicoteas (trachemys callirostris); 30 tortugas (rhinoclemys melanosterna); 10 guacamayas azules (ara ararauna); 5 monos aulladores (alouatta seniculus); 4 babillas (caiman crocodilus); 3 tigrillos (leopardus pardalis); 3 boas (boas constrictor); 3 canarios (sicalis flaveola); 2 toches (icterus chrysater); un papayero (saltador coerulescens), un turpial (icterus) y una mirla (turdus merula).

Cuatro babillas regresaron a su hábitat natural. Foto: Corpocesar

Según Julio Suárez Luna, director de Corpocesar afirmó que “esta liberación será memorable, no hay nada más gratificante que regresar todas las especies que han sido capturadas por traficantes a su hábitat natural. Desde la creación de nuestro Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, Corpocesar ha rescatado más de 6.500 individuos de 150 especies de fauna silvestre y se han liberado más de 5.000 animales, y permanecen en rehabilitación alrededor de 530 animales entre reptiles, aves y mamíferos”.

Los animales silvestres fueron trasladados por vía terrestre desde el municipio de Calarcá en el Quindío e Ibagué en el Tolima, hasta la ciudad de Valledupar, luego de meses de recuperación en los distintos centros de atención y valoración de fauna silvestres de las tres Corporación Autónoma Regional del país.

Estos animales que regresaron al departamento del Cesar, pertenecen a esta zona del país, por tal motivo, las Corporaciones Autónomas están en el deber de incautar, rehabilitar y liberar los especímenes en su zona de origen, “lo que se maneja técnicamente es la reintroducción de individuos que han sido sacados de manera ilegal de sus hábitats; a raíz de la demanda que tienen en otros departamentos”, afirmó Adriana Cardoso, líder de Control y Vigilancia de Cortolima.

Así mismo, la coordinadora de la Corporación del Quindío, Zoreida Vargas, argumentó que las cifras de tráfico ilegal de fauna silvestre en el Quindío, son muy altas. En el año 2018 habían en el Centro de Atención 465 animales. A el día de hoy se han liberado alrededor de un  80% de las especies que llegan a rehabilitarse, “hay que fortalecer la educación en nuestros niños, para que ellos crezcan con esa cultura de que no podemos sacar del medio natural a especies que van a vivir como en cárceles, porque no se van a poder reproducir. Decirle a la gente que no compre fauna silvestre, porque si no hay quien compra, se acaba el negocio”, agregó.

Tres tigrillos encontraron su libertad luego de meses de recuperación. Foto: Corpocesar.

El director de la Red de Fauna y Flora Silvestre del Cesar, Edgar Patiño Flórez, dijo que uno de los grandes problemas en la tenencia de animales silvestres como mascotas consiste en que se vuelve un factor primordial para fortalecer el tráfico ilegal. “La cultura de la tenencia de fauna como mascota crece en muchos departamentos, aun sabiendo que es ilegal, y esto permite que el tráfico de animales silvestres se convierta en un negocio cada vez más rentable y que está afectado de manera acelerada la biodiversidad“.

Tomado de: https://sostenibilidad.semana.com/actualidad/articulo/231-animales-silvestres-regresan-a-los-bosques-del-cesar/44496


 

Tráfico de animales silvestres: un delito que crece ante la indiferencia ciudadana

Nueve de cada 10 ejemplares de fauna nativa mueren durante su transporte ilegal. Corpoboyacá estima que el 50 por ciento de los que continúan ‘secuestrados’ permanecen amarrados o enjaulados. 

“Este es un negocio que se lucra del dolor de la fauna silvestre, que beneficia a unos pocos y que se alimenta de la indiferencia de muchos”. De esta manera, Claudia Rivera, bióloga del programa de Fauna Silvestre de la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá), cataloga el tráfico de animales. 

Según un diagnóstico realizado por las autoridades ambientales del país, este delito comienza cuando algunos habitantes de las áreas rurales capturan loros, micos, serpientes, venados y otras especies para venderlos o tenerlos como mascotas.

Los responsables colocan trampas, talan árboles y sacrifican a los padres de los animales con el propósito de apoderarse de sus crías. Luego las transportan ocultas y comercializan a precios irrisorios. Las condiciones en que son movilizados influye directamente en la muerte de los cachorros. Las cifras son alarmantes: 9 de cada 10 animales fallecen por las circunstancias en las que se da este desplazamiento.

“El negocio existe porque en la ciudad o en los pueblos la gente quiere tener un lorito, una tortuguita o un miquito, porque son tan bonitos, juguetones y raros. Se dejan llevar por el capricho y por la indiferencia”, señaló Rivera, quien aseguró que la situación se sigue presentando a pesar de los esfuerzos de divulgación para advertir a la comunidad
sobre el daño que se causa a los ecosistemas el hecho que estos ejemplares son extraídos de su medio natural.

Le experta afirmó que cuando los animales silvestres se vuelen un problema en las casas porque defecan con frecuencia,  no hacen caso o empiezan a ser vistos como una amenaza, son amarrados o enjaluados. A ello se suma la deficiente alimentación que se les brinda y su propensión a contraer enfermedades, situación que, por supuesto, aumenta su estado de vulneración.

¿Cómo protegerlos?

Loros, monos cariblancos y maiceros, el margay o gato tigre y osos, como el perezoso y el hormiguero, son las principales víctimas de los traficantes y mercaderes.

En muchos casos son hallados con desnutrición severa, deterioro en su pelo ocasionado por el estrés, laceraciones provocadas por las cuerdas, correas o cadenas con las que son atados y cuadros de depresión como consecuencia de su captura y cautiverio.

El venado de cola blanca es una de las especies amenazadas con las que se vienen ejecutando acciones de preservación por parte de Corpoboyacá. Foto: prensa Corpoboyacá. 

Una vez son recuperados por las autoridades, ingresan al programa de atención y rehabilitación en el Centro de Paso de Fauna Silvestre, ubicado en el municipio de Soracá, que opera la Fundación Universitaria Juan de Castellanos en convenio con Corpoboyacá.

Allí reciben valoración profesional y se determina cuáles pueden volver a su hábitat y cuáles, por su grado de desorientación, edad y situación de salud, deben ser enviados a zoológicos.

Las cifras son reveladoras: durante los últimos cinco años Corpoboyacá ha recibido 611 ejemplares de fauna silvestre. De ese total, 344, que corresponden al 51 por ciento, volvieron a su entorno natural.

De manera paralela, y con el apoyo de la Policía Ambiental, se desarrollan estrategias de información y educación orientadas a prevenir la caza, captura, transporte y venta de animales silvestres. A través de ellas se pide a la ciudadanía denunciar este tipo de situaciones a la Línea de Emergencia 123 y al número de atención al usuario 57 (8) 7457186.

Estrategias de conservación

Además de la caza y del tráfico de fauna, hay otro factor que incide en su calidad de vida: la destrucción del hábitat natural que le permite el sustento. La intervención del bosque y el páramo para establecer cultivos o ganaderías se constituye en una amenaza adicional.

Una de las estrategias implementadas por Corpoboyacá para revertir esta situación es la consolidación del Sistema Regional de Áreas Protegidas, a través de la cual se han declarado 12 parques regionales naturales, 14 sistemas municipales de áreas protegidas y 35 reservas naturales de la sociedad civil.

Por los servicios ambientales que ofrecen se destacan el Parque Natural Regional Serranía de las Quinchas, el Parque Regional Natural Serranía El Peligro y el Parque Regional Natural Siscinsí – Ocetá, además de páramos, bosques andinos, bosques secos y humedales como el Lago de Tota.

Por sus servicios ambientales, el Lago de Tota es una de los áreas protegidas de Corpoboyacá. Foto: prensa Corpoboyacá. 

A la fecha se dispone de un inventario de 142.000 hectáreas que hacen parte del Sistema Regional de Áreas Protegidas de la Corporación que albergan y mantienen a varias especies de animales silvestres.

Como complemento, y en el marco del proyecto denominado Protección y Conservación de Fauna Silvestre, se ejecutan acciones de preservación de especies amenazadas.

En 2018, por ejemplo, se avanzó en labores a favor del oso andino y del venado cola blanca, y en convenio con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) se realizaron monitoreos de aves en el Lago de Tota, humedal que tiene la condición de Área Importante para la Conservación de Aves (AICA). En ese lugar el seguimiento se adelantó especialmente para el manejo de cinco especies: cucarachero de apolinar (Cistothorus apolinari), Alondra cornuda (Eremophila alpestris), Pato zambullidor (Oxyura jamaicensis), Tingua (Rallus semiplumbeus) y gallineta pintada (Porphiriops melanops).

 

Tomado de: https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/trafico-de-animales-silvestres-un-delito-que-crece-ante-la-indiferencia-ciudadana/42503

 

Perú: inescrupulosos causan grave daño a patrimonio arqueológico de Caral

De los doce sitios arqueológicos en los que interviene la Zona Arqueológica Caral, Unidad Ejecutora 003 del Ministerio de Cultura, se han identificado actos ilícitos en tres de ellos, con grave daño al patrimonio arqueológico.

Durante el estado de emergencia nacional y aislamiento social obligatorio decretado por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus (covid-19), inescrupulosos sujetos dañaron de manera grave el patrimonio arqueológico monumental de la Civilización Caral, la más antigua de América, ubicado en el valle de Supe, en la provincia de Barranca, región Lima.

 
De los doce sitios arqueológicos en los que interviene la Zona Arqueológica Caral, Unidad Ejecutora 003 del Ministerio de Cultura, se han identificado actos ilícitos en tres de ellos, con grave daño al patrimonio arqueológico.
 
En el área intangible de la Ciudad Sagrada de Caral y Chupacigarro, declarada Patrimonio Cultural de la Nación (2002) y Patrimonio de la Humanidad (Unesco, 2009), invasores provistos de tractores abrieron surcos en dos sectores, de 2 y 2,5 hectáreas, respectivamente, alterando y dañando los espacios protegidos. Se ha identificado como autores de este ilícito a Luis Alberto Solís Saavedra y Víctor Jesús Solís Solís.

El tercer sitio arqueológico monumental donde se han registrado daños es Allpacoto. En ese lugar, de forma inescrupulosa y evadiendo las disposiciones que regulan la protección estatal del Patrimonio Cultural de la Nación, en un área de 1,5 ha., Yorry Warton Varela instaló un cultivo intensivo de palta.

En los tres casos, las zonas dañadas han sido calificadas como de “Potencial Alto”; es decir, con evidencias arqueológicas importantes y cualidades únicas. Las zonas dañadas se encuentran debidamente inscritas en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos, como bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación peruana.
 
El cuidado, protección y defensa de los sitios arqueológicos es fundamental y forma parte de la puesta en valor integral del patrimonio arqueológico. Recuperar la historia social de Caral, la civilización más antigua del continente americano, nos permite reforzar nuestra identidad, mejorar la autoestima, y contribuir con el bienestar social.
 
De acuerdo con el Código Penal, el daño al patrimonio arqueológico, en la categoría de alteración al sitio, con remoción y excavación con maquinaria pesada, es calificada como Delito contra el Patrimonio Cultural de la Nación, que tiene pena privativa de la libertad, no menor de tres ni mayor de seis años y con 120 a 365 días multa.
 
Recientemente se promulgó el Decreto Legislativo N° 1467, para reforzar las acciones y establecer medidas especiales para la preservación del patrimonio cultural durante la emergencia sanitaria actual.
 
La norma  establece que: “(…) cuando exista riesgo de afectación a los bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación, los Gobiernos Locales y la Policía Nacional son responsables de adoptar las medidas necesarias para prevenir, proteger e impedir los daños y/o alteraciones que produzcan destrucción y/o pérdida del Patrimonio Cultural de la Nación, en coordinación y con la asistencia técnica del órgano competente encargado de proteger, conservar, defender e impedir la destrucción de los bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación (…)”.
 
La Zona Arqueológica Caral continuará desplegando esfuerzos para la protección y defensa del patrimonio cultural de los peruanos y de la humanidad.
 
Datos
La denuncia fue puesta en la Comisaría Policial del distrito de Supe. Asimismo, se acudió al Ministerio Público para que se inicien las investigaciones y se sancione a los que son responsables por el daño al patrimonio cultural.
 
La Zona Arqueológica Caral viene acatando la medida de aislamiento social obligatorio dispuesta por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus (covid-19). El personal, en su mayoría, se encuentra laborando bajo la modalidad de trabajo remoto. Un reducido número de trabajadores, cumpliendo las medidas de salubridad, realiza actividades estrictamente orientadas a la protección de los sitios arqueológicos.
 

Los trabajos de investigación liderados por Ruth Shady, directora de la Zona Arqueológica Caral, han llevado a la identificación de 25 asentamientos relacionados a la Civilización Caral solo en el valle de Supe. 
 
Actualmente la Zona Arqueológica Caral interviene en doce sitios: la Ciudad Sagrada de Caral, Patrimonio Mundial; Áspero, ciudad pesquera; y Vichama, ciudad agropesquera de Végueta, Huaura. También en Chupacigarro, El Molino, Piedra Parada, Era de Pando, Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, Pueblo Nuevo y Peñico, para poder comparar ciudades, pueblos y aldeas;  y conocer el complejo sistema social que hizo posible el precoz desarrollo de la Civilización Caral.
 
Tomado de: https://andina.pe/agencia/noticia-estado-emergencia-inescrupulosos-causan-grave-dano-a-patrimonio-arqueologico-caral-795673.aspx
 

Chile: Liberan a 14 ejemplares de ñandú para preservar su especie en la Patagonia

14 ejemplares de ñandú se liberaron en el Parque Nacional Patagonia, en el sur de Chile. Esto se llevó a cabo en el marco de un programa que busca preservar al ñandú. Ya que, que se encuentra al borde de la extinción en esa región, informó la organización conservacionista.

Los 14 ejemplares de esta ave parecida al avestruz se liberaron en el interior de la Patagonia, donde los últimos años se había experimentado una notable disminución de las poblaciones de ñandúes debido a la caza furtiva, la ganadería, la destrucción de sus nidos, la recolección de sus huevos y los ataques de perros.

Un censo realizado en 2005 en este parque determinó que existían apenas 20 ejemplares de ñandú.

aves Patagonia Chile aves Ñandúes
Foto: MARCELO MASCARENO / TOMPKINS CONSERVATION CHILE / AFP

Esto mostró que la especie se hallaba al borde de la extinción en esa zona de la región de Aysén, Chile.

“Con ese reducido número de ejemplares, el ñandú tenía pocas expectativas de aumentar su población y sobrevivir a la extinción”, explicó a la AFP Cristián Saucedo, director de reintroducción de especies de Tompkins Conservation, que lleva adelante el programa de preservación de estas aves junto a la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

ñandú Patagonia Chile aves ñandúes
Las ñandúes exploran la región.
Foto: Foto: MARCELO MASCARENO / TOMPKINS CONSERVATION CHILE / AFP

Pero gracias a la crianza y posterior liberación de estas aves -que realiza el Centro de Reproducción para la Conservación del Ñandú, creado en el parque en 2015 por Tompkins Conservation- se logró incrementar el número de ñandúes a unos 65 ejemplares.

“Esta es la cuarta liberación realizada en el parque. Hemos logrado triplicar la población de esta especie en peligro de extinción en menos de cinco años”, sostuvo Saucedo.

Patagonia Chile Aves ñandúes
El objetivo fortalecer la población silvestre.
Foto: Foto: MARCELO MASCARENO / TOMPKINS CONSERVATION CHILE / AFP

El experto afirma que no existe claridad sobre el número determinado de ejemplares de ñandú a nivel nacional. Sin embargo, aseguró que “la tendencia de las poblaciones es a la disminución”.

La liberación es la última etapa de un complejo proceso, que comienza con la recolección de huevos en la Estancia Baño Nuevo, ubicada a unas ocho horas del Parque Nacional, donde existen unos 400 ejemplares.


El ñandú es de menor tamaño que la avestruz.
Foto: MARCELO MASCARENO / TOMPKINS CONSERVATION CHILE / AFP

Los huevos se incuban artificialmente en la ciudad de Coyhaique y luego de nacer los polluelos se trasladan al parque, donde los adoptan los machos reproductores del centro.

Tras cinco meses son liberados a la naturaleza. El ñandú es una especie endémica de América del Sur que mide entre 1.50 y 1.80 metros. Es un ave incapaz de volar pero sus largas piernas pueden correr a gran velocidad al igual que los avestruces, sus primos africanos. Son mayormente herbívoros pero también comen insectos y lagartijas.

 

Tomado de: https://www.ngenespanol.com/animales/liberan-a-14-ejemplares-de-nandu-para-preservar-su-especie-en-la-patagonia-de-chile/

Argentina: en Catamarca encontraron 30 hornos de fundición del imperio Inca que datan del siglo XV

En uno de los hornos los investigadores hallaron un tejido antiguo de más de 500 años de antigüedad. También encontraron restos de herramientas, ocho recintos de habitaciones y elementos decorativos.

El hallazgo sucedió en Quillay, un sitio arqueológico que está ubicado en la zona central de la provincia de Catamarca, a unos 40 km al norte de la ciudad de Belén. Se trata de un asentamiento de dimensiones acotadas, preparado para alojar a los trabajadores especializados en la fundición mineral por espacios de tiempo limitados.

Este estudio permitió recomponer el mapa de la producción metalúrgica y la explotación minera en minas ubicadas al oeste de la provincia, basada principalmente en la extracción de cobre y estaño para la realización de bronce, que es la mezcla de ambos.

El doctor Marco Antonio Giovannetti, investigador del CONICET, aseguró que “a partir de las excavaciones que se realizaron en estos hornos, se registró una tecnología que no se conocía hasta ese momento para lo que sería la extracción primaria del cobre en el imperio Inca”.

“La extracción de estos minerales en este sitio tiene que ver con la cercanía de importantes minas. Los metales luego eran trasladados hacia otras localidades para realizar distintos objetos que eran distribuidos e intercambiados, como hachas, cuchillos ceremoniales, instrumentos como cinceles y adornos como colgantes o aretes”, afirmó a la Agencia CTyS-UNLaM.

“Estos hornos, que constaban de dos cámaras, lo que hacían posible es que los pedazos de rocas extraídos de las minas se pulverizaran, se molieran en este lugar y luego fueran colocados y fundidos en una cámara superior”, explicó Giovannetti, uno de los autores del artículo publicado en la Revista de Antropología Chilena Chungara.

En la cámara inferior se colocaba el combustible, se encendía el fuego y, por medio de unos canales fluía el material fundido que caía a través de unos huecos que conectaban ambas cámaras. Una vez enfriado, era recolectado en esta cámara con herramientas diseñadas por los pobladores.

Si bien el asentamiento Inca tenía su núcleo en Perú, este imperio se extendía desde el sur de Colombia, hasta Chile y, particularmente en Argentina, ocupaba las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja, San Juan y Mendoza. Según descubrimientos recientes, también ocupaba parte de Santiago del Estero.

Campañas de excavación

Se realizaron un total de tres campañas entre los años 2013 y 2015, la primera fue destinada a la exploración de los hornos metalúrgicos. “Tuvimos que excavar hacia el interior de los hornos, donde descubrimos que eran estructuras más complejas que la cámara superior que se visualizó primero”, agregó el arqueólogo.

“Esto llevó a que en una segunda campaña tuviéramos que ampliar y que realizáramos una excavación profunda, donde encontramos que los hornos disponían de dos cámaras y con esto entender cómo eran estos hornos de fundición, qué características tenían y cómo funcionaban”.

En esta segunda expedición, se descubrieron restos de escoria, que son desechos que surgen de la fundición de minerales, también restos de algunas herramientas de piedra y en uno de los hornos, los investigadores hallaron un tejido antiguo de más de 500 años de antigüedad, que tendría fin decorativo.

Según Giovannetti, “estos textiles eran muy preciados para la época por su buena calidad y creemos que fue colocado a propósito, como un ritual de clausura, puesto que en el pasado andino era común que, cuando se abandonaba un lugar, se realizara una ofrenda para dejar ese lugar en paz”.

Asimismo, al año siguiente de las excavaciones de los hornos, los investigadores se dedicaron al análisis de los recintos de habitaciones de piedra. “Excavamos dos; y descubrimos que una de ellas eran restos de una antigua cocina, para cubrir las necesidades básicas de alimentación de los trabajadores de la metalurgia”, comentó.

En la población incaica era común que estuvieran bien definidos los roles: por un lado, los trabajadores de la metalurgia; otros en campos de cultivo y, en muchos casos, mujeres que se ocupaban de la manutención de estos trabajadores.

Los arqueólogos indicaron que se podría haber tratado de un grupo de orfebres originarios de las comunidades locales que trabajaban para el imperio Inca en la producción de cobre, y que luego eran enviados a otras regiones.

“Es probable que en las otras habitaciones durmieran trabajadores que llegaran de lugares lejanos a realizar estas tareas que exigía la población Inca a los habitantes”.

En el año 2019, la arqueóloga Josefina Spina, investigadora del CONICET, defendió la tesis doctoral en la Universidad de La Plata cuya investigación fue fundamental para entender la dinámica de este particular sitio inca. En la misma se concentraron los resultados de todas las excavaciones y el análisis de numerosos objetos de metal hallados en la provincia de Catamarca.

Del estudio de este centro metalúrgico y de explotación minera en Quillay también participó el investigador Edgardo Ferraris (UNLPCONICET).

 

Por: Agustina Lima

Tomado de: http://infoblancosobrenegro.com/noticias/27986-gran-hallazgo-en-catamarca-encontraron-30-hornos-de-fundicion-del-imperio-inca-que-datan-del-siglo-xv

México: El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”

Una irrespetuosa construcción en Cancún limita el acceso a este sitio arqueológico maya que por derecho pertenece a los mexicanos, el Templo del Alacrán o las ruinas de Yamil Lu’um.

Uno de los sitios arqueológicos más escondidos que tiene el destino turístico de Cancún es el Templo del Alacrán, una construcción de la antigua civilización Maya que fue atrapada por un hotel y que parte de las construcciones del todo incluido están arriba de los vestigios histórico, lo que indigna a la poca gente que conoce la historia.

Durante la creación del proyecto de Isla Cancún, hoy la zona hotelera, destacan diversos sitios arqueológicos que se encontraban en el lugar, como el montículo de Villas Tacul, Las Ruinas del Rey y La Pirámide de San Miguelito, Las Ruinas de Pok Ta Pok, las ruinas en el hotel Dreamers y por supuesto El Templo del Alacrán, el cual su verdadero nombre es ruinas de Yamil Lu’um.

El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”
El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”

El primer hotel que se instaló cerca de esta construcción Maya coma fue el Hotel Sheraton, actualmente ya no existe pues fue demolido para darle paso a otros hoteles en la zona, sin embargo, antes este hotel respetaba una entrada a los mexicanos desde el bulevar Kukulcán, ahora con el nuevo hotel esto es imposible ya que el acceso es restringido.

El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”
El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”

El hotel Westin Lagunamar construido en lugar del Sheraton, no ha respetado el derecho de los mexicanos y ha “secuestrado” uno de los pocos vestigios mayas que se conservan en Cancún, el templo de Yamil Lu’um, el cual pareciera solo estar disponible solo para los huéspedes de dicha empresa.

El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”
El templo del Alacrán en Cancún, ruina maya en la que se construyó un hotel “encima”

Actualmente el acceso se hace por el área de la playa, sin embargo hay que caminar cerca de 3 kilómetros en la línea costera para poder llegar a este lugar sagrado de los antiguos mayas, esto ha incomodando a muchas personas debido a que anteriormente el acceso era público, como debe de ser y como las leyes mexicanas no indican.

 

Por: Angel Balán

Tomado de:https://laverdadnoticias.com/quintanaroo/El-templo-del-Alacran-en-Cancun-ruina-maya-en-la-que-se-construyo-un-hotel-encima-20200426-0001.html

Las manifestaciones artísticas en la época precolombina

Por lo general, se reconoce que el arte rupestre, pictografías y petroglifos, constituye la primera gran manifestación artística. Esto es muy cierto, aunque la gran dificultad estriba en la imposibilidad técnica de fechar el arte rupestre.

Consideraciones preliminares

¿Cuándo surge el arte entre las antiguas sociedades nativas americanas? ¿Cuándo, en efecto, se decide ir más allá de la mera funcionalidad para agregar un elemento, un rasgo estético que no tiene sentido práctico y que se integra a la herramienta, la vivienda o la vasija? Estas son preguntas esenciales y muy difíciles. Quizás no seamos aún capaces de dar una respuesta definitiva a estas cuestiones, pero con seguridad tenemos elementos importantes que nos permiten comprender las circunstancias que rodearon estos procesos hace miles de años.

Hay que considerar varios aspectos: el primero de ellos es que el arte entre las antiguas comunidades americanas estaba profundamente imbuido de nociones mitológicas y cosmológicas. Son los conceptos sobre el origen, la naturaleza y la sociedad los que generan, en primer lugar, las imágenes que habrán de alimentar el naciente arte americano. En este sentido, estas manifestaciones están pobladas de animales ancestrales, esquematizaciones de seres astrales y cuerpos humanos concebidos como representaciones del cosmos y la naturaleza.

En segundo lugar, y como consecuencia lógica del primer aspecto, hay que entender que estas manifestaciones artísticas tienen un carácter fundamentalmente social, colectivo. Sociales son la mitología y la cosmología y social, por tanto, su expresión iconográfica. Esto no quiere decir, por supuesto, que los individuos que ejecutaban directamente las obras que habremos de llamar arte no tuvieran cierta libertad creativa y no pudieran imprimir su sello personal en lo que hacían. No obstante, la creación de imágenes en cualquier tipo de soporte era un asunto mucho menos individual de lo que estamos acostumbrados a ver en la historia posterior del arte.

Por último, es necesario que nos acostumbremos a la presencia de un faltante importante. La arqueología nos ofrece la oportunidad de aproximarnos al mundo de las comunidades ya desaparecidas, pero se enfrenta siempre al hecho inevitable de que buena parte de su legado ha desaparecido. Muchos materiales que constituyeron el soporte material del arte nativo sucumbieron frente al paso del tiempo, así que por esta vía hemos perdido textiles, cortezas, madera y la misma piel de muchas personas que sirvió como lienzo de la pintura corporal. Lo que nos queda es un fragmento, muchas veces pequeño, del mundo de imágenes y representaciones del pasado que no siempre hace justicia a lo que fue el inventario original.

Los orígenes

Hechas estas salvedades podemos rastrear el desarrollo de estas manifestaciones a lo largo de la historia precolombina del territorio de la actual Colombia. Por lo general, se reconoce que el arte rupestre, pictografías y petroglifos, constituye la primera gran manifestación artística. Esto es muy cierto, aunque la gran dificultad estriba en la imposibilidad técnica de fechar el arte rupestre. Estos grandes conjuntos de motivos pintados o tallados sobre rocas pueden pertenecer a cualquier época desde el poblamiento inicial hasta el momento mismo del contacto indo-europeo e incluso se pueden haber ejecutado a todo lo largo del período precolombino.

Múcura. Cerámica de la cultura Guane, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. G-09621 Volante de uso y sellos de cerámica. Cultura Quimbaya, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Regs. Q-02126, Q-07717 y Q-11382

Con la invención de la cerámica se hace disponible un soporte plástico con posibilidades de modelado casi ilimitadas. Actualmente, las fechas más antiguas para la producción de cerámica en Colombia están alrededor de 3.800 a. de C. (sitios de San Jacinto y Monsú en la costa Caribe) y ya en esa época se hace presente la decoración en forma de bandas, líneas, punteados, semicírculos, círculos,  triángulos y volutas hechos por incisión o excisión sobre la pasta blanda, antes de la cocción. A lo largo de los siguientes 2.700 años esta tradición alfarera se diversificó y se expandió por toda el área circum-Caribe acompañada de la gradual adopción de la agricultura y una vida cada vez más sedentaria. 

Paralelamente en la costa central del Ecuador, casi por la misma época, surgió otro foco de desarrollo alfarero en el sitio de Valdivia que habría de tener una gran importancia en la costa Pacífica, incluyendo el sur de Colombia. En Valdivia son muy frecuentes las figurinas humanas estilizadas que representan mujeres de diferentes edades y que probablemente están asociadas con la fertilidad.

Hacia el 1.100 a. de C. una nueva tradición, mucho más rica en elementos figurativos, aparece en el sito de Malambo, sobre la costa Caribe. En Malambo las mascarillas y figuras humanas, las vasijas en forma de cuadrúpedos y la profusa decoración denotan un notable avance tecnológico en el manejo de la arcilla y la intención de representar, con mayor fidelidad y detalle, lo antropomorfo y zoomorfo que serán, de aquí en adelante temas obligados en el arte precolombino.

Figura de mujer con vasija y niño en brazos. Cerámica antropomorfa. Cultura Sinú, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. S-12566. 
Tapa de urna funeraria. Cerámica antropomorfa. Cultura Magdalena Medio, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. RM-06100

Las grandes tradiciones alfareras y orfebres

Hacia el 500 a. de C. en la región de Tumaco, costa Pacífica sur, se vive una verdadera explosión creativa en la cerámica. Las figurinas tumaco, muy posiblemente hechas para servir como ofrendas o ser parte de rituales, exploran la figura humana en todas sus dimensiones. Hay representaciones de hombres y mujeres en todas las etapas de su vida, desde el parto hasta la muerte, deformaciones producidas por enfermedades, escenas sexuales, falos, diversos atavíos y tocados, oficios diferentes indicados por herramientas o accesorios, deformaciones craneales intencionales, etc. También se representaron animales, especialmente peces, lagartos, mamíferos y jaguares y objetos como ralladores, máscaras, botes y viviendas. 

La maestría en el modelado les permitió representar en forma detallada las facciones y expresiones en los rostros que muestran claramente dolor, ira o placer. El jaguar tiene una especial importancia, es usual verlo representado con todos los atributos de su poder, sus enormes colmillos y garras. Muchas veces se combina el jaguar con la figura humana; estos hombres–jaguares tienen rasgos aún más feroces, tal vez los de los poderosos chamanes que cubiertos con las pieles de jaguar ejercían un enorme poder en las comunidades.

La aparición de la metalurgia en la cultura Tumaco, la de mayor antigüedad en Colombia, ofreció otro soporte con enormes posibilidades plásticas para la iconografía mitológica. En Tumaco se trabajaron el oro y el platino, y hay piezas que combinan los dos metales formando un juego de colores que realza los rasgos de mujeres, hombres–jaguares, aves, venados y otros seres fabulosos. Las máscaras, mascarillas y figuras de oro y platino tumaco tienen una cualidad escultórica y hay incluso algunas muy semejantes a las figurinas de arcilla. La cerámica y los metales les permitieron a los artesanos tumaco crear un vivo retrato de su propia sociedad en el cual todas las edades, condiciones, costumbres, oficios y creencias adquieren una calidad plástica que va más allá del mero registro etnográfico.

Cerámica con formas ornitomorfas. Cultura Magdalena Medio, período prehispánico. 
Figura cerámica antropomorfa. Cultura Tumaco, período prehispánico. 300 a.C. – 300 d.C. Colección Museo Arqueológico,
Casa del Marqués de San Jorge. Regs. RM-09445 

La tradición escultórica en arcilla y metal se difundió hacia el norte durante los siguientes cuatro siglos y es así como lo encontramos en la región Calima, en la cordillera Occidental y el valle del río Cauca alrededor del primer siglo a. de C. Durante el período más antiguo (ilama) de la arqueología de esta zona se hicieron en arcilla figuras humanas con grandes extremidades o portando enormes canastos a sus espaldas. También en arcilla se hicieron representaciones de viviendas y poblados, mamíferos, murciélagos, aves y mezclas entre hombres y varios animales que a veces alcanzan tal complejidad que se les ha denominado “bestias fabulosas”. No hay aquí, como en Tumaco, una especial atención a la fidelidad de la forma sino que se recurre a volúmenes gruesos y simples decorados con incisiones. Es gracias a este recurso que ingresa en esta iconografía mítica la serpiente; las sinuosas bandas escamadas rodean a hombres y mamíferos y les imprimen una inconfundible apariencia ofídica.

En la misma zona, durante el siguiente período cultural (YOTOCO) la metalurgia alcanzó un gran florecimiento. Los atuendos de los caciques comprendían coronas, diademas, narigueras, orejeras con platos colgantes, collares, pectorales, brazaletes, taparrabos con placas y ajorcas. Todo de oro y de gran tamaño adornado con pequeñas placas. Los caciques así ataviados semejaban verdaderos hombres dorados y producían una fuerte impresión al reflejar los rayos del sol desde su cuerpo cubierto de oro, a la vez que generaban un melódico tintineo metálico al caminar. Estos y otros recursos efectistas se usaron para realzar la presencia de chamanes y caciques, cuyo poder se fundamentaba, tanto en sus funciones sociales como en el manejo que hacían de la simbología y la iconografía sagradas.

Figura antropozoomorfa en cerámica. Cultura Tumaco, período prehispánico. 300 a.C. – 300 d.C. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. T-13502

 

Figuras antropozoomorfas en cerámica. Cultura Tumaco, período prehispánico. 300 a.C. – 300 d.C. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Regs. T-00033 y T-02495. Figura de un gran felino casi erecto y en posición de ataque. Cerámica antropozoomorfa. Cultura Tumaco, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. T-08838

La gran escultura lítica y funeraria, San Agustín y Tierradentro

Estos contenidos no solo se expresaron en la arcilla y el metal. En San Agustín (Huila), aproximadamente desde el siglo I a. de C., la escultura de piedra se convirtió en el vehículo fundamental de la cosmología. Las estatuas de piedra pueblan literalmente un territorio muy extenso del Macizo colombiano que, además de San Agustín, incluye a Tierradentro y Moscopán en el Cauca, Aguabonita en el Huila y Buesaco en el norte de Nariño. Son más de 400 esculturas, altorrelieves y bajorrelieves que se asocian a grandes tumbas y montículos, terraplenes y terrazas. Estas esculturas aparecen a veces aisladas o en grupos, particularmente cuando forman parte de grandes estructuras funerarias; en estos casos es usual encontrar dos guardianes que sostienen una gran losa horizontal, tipo dolmen y una escultura central, algo retraída que cierra el paso del corredor funerario que lleva a la cámara en la que el enterramiento principal está en un sarcófago monolítico.

Estatua de San Agustín que aún conserva la policromía original, sitio de El Purutal. Parque Arqueológico de San Agustín. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Colección Museo del Oro, Banco de la República.

Hay gran variedad de estilos, por lo que se presume que durante los casi mil años que duró la tradición de su talla fueron cambiando los patrones estéticos y las normas de talla. Los estudiosos del arte agustiniano han identificado los siguientes grandes grupos de esculturas:

1. Arcaico: esculturas columnares con los rasgos faciales y extremidades representadas por trazos sencillos.

2. Expresionista: la talla se concentra en la cabeza que ocupa un tercio de la altura total y en ella se combinan rasgos humanos y animales con predominio de los colmillos de jaguar.

3. Naturalista: representaciones humanas o animales con rasgos simplificados y a veces representando escenas como monos copulando o águilas con serpientes en el pico; conservan la simetría bilateral.

4. Realista: esculturas no simétricas, como los guardianes de los templetes funerarios.

5. Abstracto: esculturas simétricas con una gran simplificación de los rasgos que se representan por formas geométricas como rectángulos.

La tradición escultórica de San Agustín y las regiones aledañas desapareció hacia el año 1000 de nuestra era, pero en la vecina región de Tierradentro otra tradición funeraria se concentró en la construcción de algunas de las tumbas más elaboradas del continente. Se les ha dado a las tumbas de Tierradentro el nombre de hipogeo que significa cámara sepulcral subterránea; estas tumbas son, en realidad, mucho más que solo eso. Para empezar las tumbas son bastante grandes, la cámara puede tener más de 5 metros de diámetro y hasta 4 de altura. El principio arquitectónico es el de un pozo circular vertical a uno de cuyos lados se abre una cámara abovedada, a este principio se añadieron escaleras en espiral, nichos, columnas y pintura geométrica roja, blanca y negra sobre todas las superficies de la cámara. El resultado es un conjunto impregnado de una atmósfera sagrada, un mágico mundo de los muertos en el que el visitante queda completamente sumergido. Este tipo de tumbas de pozo son la forma más elaborada de arquitectura que nos quedó de la época precolombina, pues las viviendas, templos y demás construcciones se hicieron por lo regular en materiales perecederos. 

Quimbaya y el estilo internacional

Las tumbas de pozo están muy extendidas por el territorio colombiano y algunas, también muy elaboradas, excavadas en la cordillera Central alojaron los enterramientos de los grandes señores de la cultura Quimbaya. Los enterramientos colectivos, como el que se encontró en el Municipio de Quimbaya, Caldas, contenían gran número de piezas de orfebrería del llamado estilo quimbaya temprano. Aunque hay una buena variedad de objetos, los cascos, recipientes y poporos son las piezas más notables. De nuevo el centro temático de exploración es el cuerpo humano; aquí, no obstante, el estilo cambia otra vez. Las piezas quimbayas se caracterizan por líneas curvas muy suaves, armoniosamente combinadas en tres dimensiones para formar piernas, vientres, brazos, rostros y también frutos, calabazas y ahuyamas. La superficie tiene un pulimento de espejo que produce reflejos intensos y a la vez difusos acentuando las curvaturas de los objetos. La cerámica que acompaña estos objetos de orfebrería exhibe el mismo tipo de superficies redondeadas y pulidas y, por lo general, semeja frutos o cuerpos humanos. 

Recipiente para cal o poporo. Cuello de recipiente para cal. Cauca medio. Quimbaya, período temprano. 500 a.C. – 700 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Fotografía: Clark Rodríguez

Durante el período tardío del área quimbaya los patrones estéticos cambiaron radicalmente; de la figura humana se pasó a un énfasis en los animales, en especial las aves, lagartijas y batracios representados en pectorales y colgantes, algunos de ellos con adornos sumamente esquemáticos de aves, tan solo un esbozo de pico y un ojo que son, no obstante, suficientes para poder reconocer la imagen del animal. Los grandes recipientes para cal y hojas de coca dejaron de hacerse en esta región, pero la influencia del estilo se propagó hacia el norte alcanzando el sector de Urabá y parte de Panamá. Allí se consolidó un estilo cuyos rasgos básicos tuvieron gran influencia en buena parte del Caribe occidental: este estilo internacional, como se le ha llamado por aparecer en el sur de Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia se caracteriza por figuras humanas simples y de animales en pares, tríos o más con la cola levantada y sin mayores particularidades, lo que lo hacía bastante neutro y fácil de asimilar por distintos grupos étnicos en esta extensa área.

En la región Zenú, que ocupa gran parte de las llanuras del Caribe en los departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar, la influencia del estilo internacional es evidente. Los materiales que se conocen como parte de la cerámica y la orfebrería zenú pertenecen a distintos períodos cronológicos y a diferentes sub-regiones de esta gran zona. Hay, sin embargo, algunos temas comunes que cubren todos los períodos y regiones; el principal de ellos es la preponderancia de lo femenino. Las figurinas de mujeres en cerámica son muy abundantes, ya sea por sí solas o como decoración modelada en grandes vasijas. Hay también enormes y pesados pectorales de lámina de oro con prominentes bustos. Este tipo de objetos concuerdan con la tradición recogida por los españoles en el siglo XVI según la cual la mujer era el género más importante en la vida social de los zenúes y había cacicas y chamanes mujeres.

Recipiente para cal. Calima, Valle. Período yotoco. 200 a.C. – 1300 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Reg. O05564. Fotografía: Rudolf Shrimpff
Orejera. Llanuras del Caribe, Serranía de San Jacinto, bajo Magdalena. 1000 d.C. – 1700 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Reg. O21214. Fotografía: Clark Rodríguez

El segundo gran tema son los animales, representados en remates de bastón y pectorales de oro con tal grado de realismo y atención a los detalles que es posible determinar las especies biológicas a partir de los objetos. Una gran parte de las representaciones corresponden a aves de las que pueblan las sabanas y ciénagas de la región, algunas de ellas migratorias. Igualmente se representaron saurios, jaguares y mamíferos. En el período más tardío de la región algunos pequeños remates de bastón en cobre y tumbaga muestran curiosas escenas en las cuales saurios y jaguares luchan y se devoran.

Figura Urabá. 300 d.C. – 1600 d.C. Figura de cerámica que representa una anciana al final de su vida. Costa Pacífica sur, Tumaco, Inguapí. 700 a.C. – 350 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Regs. C13238 y C13436. Fotografía: Clark Rodríguez

El último tema importante en el arte de esta región es el tejido. A decir de quienes han trabajado el tema, se trata de una metáfora que une territorio, sociedad y objetos en un solo gran tejido cósmico. La cerámica y las delicadas orejeras de filigrana fundida son expresiones de este gran tejido. La tradición de los tejidos en el Zenú eventualmente dio origen al famoso sombrero “vueltiao” de los campesinos de la región; en algunas figuras de cobre se pueden ver representaciones de sombreros tejidos con caña flecha, con alas y viseras, muy parecidos y ancestros directos de los actuales.

Los chibchas, Sierra Nevada y cordillera Oriental

La Sierra Nevada de Santa Marta con sus poderosas cumbres nevadas constituyó un área relativamente aislada con un desarrollo particular. Hecha esta salvedad es necesario reconocer que la Sierra también estuvo sujeta a influencias desde el exterior; fue poblada por grupos de habla chibcha procedentes de Costa Rica y Nicaragua alrededor del inicio de nuestra era y mantuvo contactos rituales con sus parientes étnicos de la cordillera Oriental y la serranía de Mérida, posiblemente hasta la época de la conquista.

Un primer período cultural (NAHUANGE) acusa una marcada influencia del estilo internacional y un énfasis en la producción de figuras femeninas curvilíneas y con poca decoración. Alrededor del siglo X de nuestra era se nota un cambio y las figuras de mujeres son sustituidas por hombres–murciélago, hombres–jaguar y hombres–ave, profusamente decorados. Arranca así el período tairona notable por su cerámica, orfebrería y lapidaria. Los animales ancestrales, águilas, serpientes, jaguares y murciélagos son muy abundantes, ya sea como figuras independientes o formando parte de conjuntos iconográficos en vasijas de cerámica o en piezas de oro y tumbaga. La serpiente usualmente se esquematiza mediante una hilera de dientes, un ojo y una lengua bifurcada que se devuelve en línea recta hasta la cabeza del animal.

Ocarina. Sierra Nevada de Santa Marta. Período tairona. 900 d.C. – 1600 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Reg. C01038. 
Vaso. Cerámica antropozoomorfa. Cultura Tairona, período prehispánico. Colección Museo Arqueológico, Casa del Marqués de San Jorge. Reg. TA-09765

La mitología en la Sierra Nevada tiene representaciones muy explícitas; es frecuente en pectorales circulares o semi-circulares la figura de un hombre sentado sobre unas andas, que a veces son cargadas por figuras menores. Rodeando a la figura central hay cuatro puntos protuberantes y pueden aparecer otros detalles menores. Las exploraciones etnográficas realizadas a principios del siglo XX entre los indígenas koguis y arhuacos, descendientes de los grupos productores de las piezas orfebres, revelaron el probable significado de esta escena recurrente: se trata de Serankua, un personaje mítico, que es a la vez el sol, quien es llevado en su recorrido entre los solsticios. Los sacerdotes indígenas actuales usualmente confirman esta interpretación.

Música y escultura sobre arcilla se combinan en los silbatos y ocarinas en forma de hombres, animales y hombres-animales. Hay algunas esculturas en piedra de mediano tamaño en forma de serpiente, pero el trabajo en piedra descuella en lo muy grande y en lo muy pequeño. La Sierra Nevada es la única región del país en donde se edificaron poblados completos con basamentos de piedra. Se han registrado más de 300 de diversos tamaños en las vertientes occidental y norte del macizo. La arquitectura es esencialmente funcional; muros, escaleras, caminos, puentes, plazas y acequias se trazaron y construyeron con bloques irregulares acomodados entre sí con tierra apisonada, de tal manera que formaban superficies bastante regulares. En algunos puntos de las aldeas el trabajo es más cuidadoso y preciso, pero no hay detalles de ornamentación en las estructuras; probablemente las viviendas y templos de madera y paja que se edificaron sobre estos basamentos sí tuvieron elementos decorativos. 

Vasija ceremonial. Sierra Nevada de Santa Marta. Período tairona. 900 d.C. – 1600 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Reg. C00738. 
Pectoral de tumbaga del período nahuange con la representación de Serankua (aplicación). Sierra Nevada de Santa Marta. 200 d.C. – 900 d.C. 
Figura de ofrenda muisca que representa a un personaje bicéfalo dentro de un cercado (figura votiva). Cordillera Oriental. 600 d.C. – 1600 d.C. Colección Museo del Oro, Banco de la República. Regs. O15451 y O32866. Fotografías: Clark Rodríguez

La talla de pequeños objetos en piedra es también notable. La geología de la región ofrece una variedad de piedras de colores diversos que se usaron para hacer cuentas de collar, colgantes, pipas y placas aladas. La cornalina roja, la jadeíta verde, las andesitas negras y los cuarzos transparentes, blancos y rosados, se combinaron en pesados collares que se inhumaron como ofrendas funerarias.

Al sur de la Sierra Nevada, y separada de ella por el angosto valle del Cesar–Ranchería, discurre la cordillera Oriental, asiento en la época precolombina de numerosos grupos indígenas. En el siglo XVI y probablemente desde unos mil años antes varios grupos chibchas, de origen centroamericano, habitaron los altiplanos, valles intercordilleranos y vertientes de la cordillera. Entre estos, los muiscas son los más conocidos; la iconografía muisca está determinada en muy buena parte por la función de ofrenda de muchos de sus objetos. Los muiscas dedicaron más de la mitad de los objetos de metal que produjeron a las ofrendas que hacían regularmente en lagunas, montañas, cuevas, cruces de caminos, terrazas agrícolas, viviendas y tumbas. El hecho de que las piezas no fueran objeto de exhibición pública no impidió que se dedicara mucha atención a la representación de detalles y rasgos particulares. Un total de 85 tipos distintos de hombres, mujeres, personas asexuadas, escenas, animales, objetos personales y objetos domésticos, de diferente tamaño y tipo de metal, se combinaban en diversas cantidades y frecuencias para conformar conjuntos de ofrenda en los que las figuras individuales aportaban fragmentos de significado que contribuían al mensaje completo. Las figuras se colocaban dentro de vasijas de cerámica, ofrendatarios en forma de hombre, animal o combinación de hombre y animal, que a su vez portaban su propio simbolismo.

En las copas muiscas de cerámica aparecen dos cabezas de serpiente que se asoman hacia adentro mientras sus cuerpos ondulantes recorren el exterior de la pieza; esta escena recurrente recuerda el mito de origen de la humanidad en el cual la diosa Bachué y un niño salieron como

Defensoría pide repatriar 402 piezas precolombinas colombianas que aparecieron en museo argentino

Se trata de la colección D´Alessandro, que actualmente reposa como propiedad de la fundación Malba en Buenos Aires, Argentina. No se sabe cómo sacaron este tesoro del país.

Un gran tesoro de la Colombia precolombina es el objeto de controversia entre un museo argentino y las autoridades colombianas. Lo que está en juego es el legado ancestral y cultural de varios pueblos indígenas que habitaron el territorio colombiano antes de que los europeos pisaran suelo americano.

Un total de 402 piezas de arte precolombino se encuentran exhibidas en este momento en el museo de arte de la fundación Malba en Buenos Aires, Argentina. La colección D´Alessandro está conformada por  329 piezas de alfarería, 22 de metal, 45 artefactos de piedra, 2 de hueso y 4 de valva.

De acuerdo con las arqueólogas Marina Marchegiani y Romina Spano quienes describen la colección, se trata de una  obra  de arte precolombino que data entre el año 1500 AC y el 1500 DC, muchos de los objetos habrían sido extraídos de tumbas.

Las piezas son mayoritariamente figurinas antropomorfas, instrumentos musicales, recipientes, objetos de uso cotidiano, adornos, armas y urnas funerarias, entre otros.

La colección habría sido formada por el doct Antonio D’Alessandro, quien residió en Colombia por más de 20 años, tiempo en el cual fue coleccionando las figuras, y las donó en el año 2015 a la fundación Malba, tal como lo registró el diario El País de España en ese momento.

El patrimonio arqueológico habrían pertenecido a distintos grupos ancestrales y regiones colombianas, tales como los Tumaco, Calima,  Quimbaya, Sinú, Bajo Río Magdalena, San Agustín, Nariño, Muisca y Tayrona.

La exhibición en Argentina de este patrimonio arqueológico de origen colombiano llamó a atención de la Defensoría del Pueblo, que este martes le pidió a las autoridades colombianas verificar el patrimonio cultural arqueológico indígena.

La solicitud sería al Gobierno Nacional para que adelante acciones para proteger la colección de arte precolombino que tiene el Malba, la cual constituye un elemento del patrimonio e identidad cultural colombiano.

Ahora le corresponde al Ministerio de Cultura y al Ministerio de Relaciones Exteriores adelantar todas las gestiones diplomáticas, administrativas, económicas y judiciales necesarias ante el Gobierno de Argentina a fin de conseguir que esa importante colección esté en Colombia.

No es claro cómo las piezas donadas por D’Alessandro al Malba fueron sacadas de Colombia y cómo llegaron hasta Argentina, teniendo en cuenta las legislación contra el tráfico ilícito de bienes culturales.

Tomada de: https://www.semana.com/nacion/articulo/defensoria-pide-repatriar-402-piezas-precolombinas-colombianas-que-aparecieron-en-museo-argentino/651566


 

Ministerio de Cultura de Guatemala recupera 1,042 piezas prehispánicas

Cumplimiento a la Ley para Protección del Patrimonio.

La recuperación de 1,042 piezas arqueológicas forma parte de los logros obtenidos por el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD) en 2019, mediante gestiones administrativas y legales ante el Ministerio Público, coordinadas por el Departamento de Registros de Bienes Culturales y Coloniales. Así se detalla en  la memoria de labores del cuarto año de gobierno de la dependencia, dirigida por el ministro Elder Súchite. 

El documento indica que, de la cantidad de piezas recuperadas, 992 pertenecen a la era prehispánica y 50 son de manufactura reciente. También se registraron 4 mil 627 bienes culturales.

4

mil

627

bienes

culturales fueron registrados en 2019.

Dichos bienes están distribuidos entre muebles e inmuebles de la época Prehispánica, Colonial y Republicana, Hispánica y Republicana de proyectos arqueológicos, colecciones particulares, de museos y eclesiásticas, que forman parte del Patrimonio Cultural de Guatemala. 

Además, por medio del Departamento de Prevención y Control de Tráfico Ilícito de Bienes Culturales se coordinaron acciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores para la recuperación de un fragmento de la Estela número 9 del sitio arqueológico Piedras Negras, Petén, la cual sería subastada en París, Francia. 

 

Por: Patricia Gonzalez

Tomado de: https://dca.gob.gt/noticias-guatemala-diario-centro-america/mcd-recupera-1042-piezas-prehispanicas/