Las ‘monedas’ son en realidad placas metálicas que se utilizaban como medio de pago y proceden del territorio de los actuales estados de Guerrero y Michoacán.

Las ‘monedas’ son en realidad placas metálicas que se utilizaban como medio de pago y proceden del territorio de los actuales estados de Guerrero y Michoacán.
Platería y textiles son parte de las especies sustraídas desde el lugar.
Una denuncia por el delito de robo en lugar no habitado indaga la BICRIM Cañete desde esta mañana, delito que afectó al Museo Mapuche de esa ciudad, informó el Prefecto de la Policía de Investigaciones de Arauco, Jaime Monsalvez.
El oficial explicó que “en dicha ocasión desconocidos ingresaron hasta sus dependencias y sustrajeron distintas especies de un gran valor histórico, entre ellas platería mapuche y textiles de origen mapuche”.
De esta forma, tras las coordinaciones con el Ministerio Público, se determinó que personal del Laboratorio de Criminalística de la PDI realicen las pericias correspondientes para dar con el paradero de los autores de este ilícito y así recuperar las especies.
Por: Constanza Reyes / Fotografía Museo Mapuche de Cañete, sitio web
Tomado de: https://www.latribuna.cl/noticias/2020/09/18/indagan-robo-en-museo-mapuche-de-canete.html
Solicitan al CDE querellarse por robo a Museo Mapuche de Cañete
El Servicio Nacional del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, ofició al Consejo de Defensa del Estado para que analice la presentación de una querella criminal contra quienes resulten responsables del robo ocurrido durante el fin de semana en el Museo Mapuche de Can?ete Ruka Kimvn Tain? Volil – Juan Cayupi Huechicura, desde donde se sustrajeron 114 piezas de platería, tejidos y líticos.
La madrugada del pasado 18 de septiembre, desconocidos rompieron una vitrina del Museo Mapuche de Cañete desde la que sustrajeron objetos de platería, tejidos y líticos.
De acuerdo a antecedentes del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, de inmediato se presentó una denuncia a la PDI y se solicitó que la unidad de especialistas de la Bidema se hiciera cargo de la investigación tendiente a aclarar los hechos y recuperar las piezas sustraídas, la que fue ingresada a la Fiscalía de Cañete.
El personal del Museo Mapuche de Can?ete Ruka Kimvn Tain? Volil – Juan Cayupi Huechicura determinó que se trata de 114 piezas inventariadas.
“Nos duele enormemente que se hayan robado piezas de la colección que resguarda este museo, pues se trata de objetos que pertenecen a la cultura de un pueblo que es parte fundante de este espacio”, señaló el director del Servicio, Carlos Maillet.
“Sin ir más lejos, el museo y su predio, que incluyen una ruca y un espacio ritual, forman parte de la vida de las comunidades aledañas y por eso este robo representa un daño cultural inmenso, que lesiona parte de lo que somos como país y nación”, añadió.
La Mesa de Tráfico Ilícito del Servicio emitió una alerta de robo a la Dirección General de Aeronáutica Civil, al Servicio Nacional de Aduanas y a su red latinoamericana para evitar que las piezas se vendan ilegalmente.
Según Maillet, ahora apelan a que el CDE se haga parte con una querella, ya que “se trata de bienes que tienen categoría de monumento histórico”, y anunció que se tomaron medidas adicionales para resguardar aquellos objetos que quedaron sin protección ante el destrozo de las vitrinas.
Recientemente el espacio creado por ley en 1969, y cuya historia se caracteriza por contar con el reconocimiento y colaboración de la comunidad mapuche y no mapuche en su desarrollo museográfico e inserción territorial, había recibido un conjunto de mejoras en su infraestructura con una inversión cercana a los 20 millones de pesos, en un plan delineado por la directora de la institución, Juana Paillalef.
XV JORNADAS MUSEOLÓGICAS CHILENAS
COMITÉ CHILENO DE MUSEOS, ICOM-CHILE
EL MUSEO INTEGRAL-INTEGRADO y LA MESA REDONDA DE SANTIAGO HOY.
¿IGUALITARIO, DIVERSO E INCLUSIVO?
5, 6 y 7 de Octubre 2020
Contacto: http://jornadasmuseologicas.org/
Presentación
En el año 1972, se realizó en Santiago de Chile, la Mesa Redonda titulada “La importancia y el Desarrollo de los Museos en el Mundo Contemporáneo”. Según Miguel Ángel Azócar (2007) el origen de la Mesa Redonda de Santiago hay que buscarlo en la 16ª Asamblea de la Conferencia de la UNESCO en donde se aprobó una Resolución que promovía el desarrollo de los museos en los estados miembros, estimulandolos a adaptarse a las necesidades de la realidad contemporánea. Aprovechando la recién concluida Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Justo y Desarrollo (UNCTAD III), se realizó la convocatoria para la realización en Chile de este encuentro Museístico convocado por la UNESCO, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y el Comité Chileno de Museos (ICOM-Chile), presidido por la Dra. Grete Mostny. Entre el 20 y el 31 de mayo de 1972 se llevaron a cabo reuniones, visitas a terreno y encuentros con sus respectivas resoluciones que dieron paso a la firma de la Declaración de Santiago.
Dicha declaración se transformó en un hito clave para la reflexión sobre el rol de los museos en el mundo y en Latinoamérica, sentando las bases para distintas corrientes museológicas como la Nueva Museología, la museología crítica y la museología social. Poniendo entre sus acentos, el trabajo multidisciplinario para el desarrollo de los museos en el mundo contemporáneo, así como su conexión con los contextos urbanos, rurales y naturales.
De igual forma, otro de sus grandes aportes es la denominación del MUSEO INTEGRAL o INTEGRADO, al cual se lo definía como “…una institución al servicio de la sociedad, de la cual es parte inalienable y tiene en su esencia misma los elementos que le permiten participar en la formación de la conciencia de las comunidades a las cuales sirven y a través de esta conciencia puede contribuir a llevar a la acción a dichas comunidades, proyectando su actividad en el ámbito histórico que debe rematar en la problemática actual; es decir anudando el pasado con el presente y comprometiéndose con los cambios estructurales imperantes y provocando otros dentro de la realidad nacional respectiva” (Resoluciones, 1972: 5). Este rol social del museo ha trascendido en el tiempo como parte de la actual definición del Museo.
Dicha vigencia del Museo integral e integrado, permite asumir también las problemáticas del pasado, del presente y el futuro. Por eso es que hoy, en palabras de la ex presidenta del ICOM, Suay Acsoy: “queremos celebrar las múltiples perspectivas que conforman los museos, sus comunidades y personas. Queremos defender los instrumentos que permiten identificar y superar los prejuicios que los museos exhiben en las historias que cuentan”.
De esta forma, atendiendo al lema del ICOM para el Día Internacional de los Museos 2020 “Museos por la igualdad: diversidad e inclusión”, queremos abordar estas problemáticas actuales que interpelan a los museos en medio de la pandemia que nos afecta, y en que las crisis sanitarias, sociales, económicas y políticas, se convierten en cuestiones ineludibles para la sociedad contemporánea, ante lo cual, y mirado a través del Museo Integral- Integrado, deseamos invitar como antesala de lo que será el año 2022 la conmemoración de los 50 años de la Declaración emanada de la Mesa de Santiago, a una discusión y reflexión en las próximas XV Jornadas Museológicas Chilenas a celebrarse los días 5, 6 y 7 de octubre de 2020, que llevará por título: El Museo Integral-Integrado y La Mesa de Santiago hoy. ¿Igualitario, diverso e inclusivo? Actividad que en esta ocasión se desarrollará en formato virtual.
XXVIII Encuentro del ICOFOM LAM
“Hacia una definición de museo en perspectiva latinoamericana y caribeña: Fundamentos epistemológicos”
Modalidad Virtual
04 al 06 de Noviembre de 2020
Estimadxs colegxs:
Se ha prorrogado hasta el día 20 de septiembre el plazo de entrega de las propuestas referentes al XXVI Encuentro de ICOFOM LAM.
Adjuntamos nuevamente la 2da. Circular actualizada.
Quedamos a su entera disposición para esclarecer dudas o consultas.
http://icofom.mini.icom.museum/wp-content/uploads/sites/18/2020/09/2a-CIRCULAR-ICOFOMLAM-2020-Pro%CC%81rroga-sp.pdf
El Gobierno de Sebastián Piñera lleva adelante la Ley de Patrimonio Cultural, eludiendo la debida consulta a los pueblos indígenas,
y estableciendo en su lugar una encuesta on line, que violenta el derecho a la consulta previa, libre, de buena fe y a través de sus propios procedimientos y autoridades a los pueblos indígenas en las medidas legislativas susceptibles de afectarles directamente, que exige el Convenio Nº 169 de la OIT. El gobierno prosigue así de una manera espuria, a despecho que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recomendara, en su Resolución 1/2020, abstenerse de promover iniciativas legislativas respecto a los pueblos indígenas durante el tiempo en que dure la pandemia, en virtud de la imposibilidad de llevar adelante los procesos de consulta (debido a la recomendación de la OMS de adoptar medidas de distanciamiento social).
El 31 de mayo, es el día del patrimonio. En estos momentos se nos recuerda como nuestro patrimonio cultural es la herencia siempre viva que nos constituye como sujetos y actores sociales.
Ahora se nos recuerda también la necesidad de adecuar el marco normativo actual, ligado a la anquilosada ley de monumentos nacionales de 1970. Pero también se hace evidente que quienes apoyan el actual proyecto de ley de patrimonio cultural buscan seleccionar las culturas que quieren que sean dominantes y desechar las culturas que pretenden que continúen siendo dominadas en Chile.
El proyecto de ley de patrimonio cultural del gobierno de Sebastián Piñera, que busca actualizar el marco normativo de protección patrimonial, deniega profundamente los derechos humanos de los pueblos indígenas sobre su cultura y patrimonio cultural. Se inscribe así en una larga trayectoria de negación de las culturas de los pueblos indígenas, y de su asimilación forzada a las culturas mestizas creadas en torno al Estado chileno, donde se priorizan ciertas formas de ser y pensar, muchas veces fantasiosas o artificiales, para imponer una identidad homogénea a una realidad cuya historia proclama su irreductible diversidad.
Las propuestas del Boletín Nº 12712-24, se caracterizan por modernizar la institucionalidad y las categorías de protección patrimonial, dejando de lado por completo a los pueblos indígenas. Donde había solo monumentos nacionales, históricos, públicos, arqueológicos, santuarios naturales y objetos culturales, el proyecto crea categorías de protección referidas al patrimonio cultural mueble, inmueble, inmaterial, paisajes, monumentos públicos, sitios de memoria y memoriales, y zonas de interés cultural.
Sin embargo, el proyecto carece de una categoría de protección, que debería ser transversal a las mencionadas, que es la del patrimonio cultural indígena. Dicho patrimonio consiste en el conjunto de imaginarios, prácticas y objetos que manifiestan las maneras de hacer y pensar de los pueblos indígenas y que revelan los significados culturales, incluyendo su cultura material, formas de organización sociopolíticas, su espiritualidad, filosofías, modos de pensamiento y formas distintivas de relacionarse con el entorno.
Respecto de dicho patrimonio, los pueblos indígenas están intitulados con derechos humanos. La Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas señala en su art. 31º, que “Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas, comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales.”
Por lo anterior, los Estados tienen el deber de adoptar medidas eficaces para reconocer y proteger el ejercicio de estos derechos. Este es el deber que el proyecto está incumpliendo, negando los derechos de los pueblos indígenas y desconociendo, de paso, los acuerdos que había celebrado el Estado durante la consulta indígena de 2014 sobre la creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, donde se comprometió a incorporar el concepto de patrimonio cultural indígena.
Haciendo mayor la falta, en ninguna parte de la nueva institucionalidad – Consejo Nacional del Patrimonio Cultural y el Consejos Regionales del Patrimonio Cultural – creada por el proyecto se incorpora la representación de las organizaciones y autoridades propias de los pueblos indígenas.
Tampoco existe un tratamiento diferenciado del patrimonio indígena en los inventarios de patrimonio cultural y sus registros regionales, haciendo caso omiso de la importancia de dichos registros para evitar el lacerante ascenso de la apropiación indebida del patrimonio cultural, especialmente de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas por empresas que expolian para sí su autenticidad y sentido de pertenencia.
El Gobierno lleva adelante esta iniciativa legal, eludiendo la debida consulta a los pueblos indígenas, y estableciendo en su lugar una encuesta on line, que violenta el derecho a la consulta previa, libre, de buena fe y a través de sus propios procedimientos y autoridades a los pueblos indígenas en las medidas legislativas susceptibles de afectarles directamente, que exige el Convenio Nº 169 de la OIT. El gobierno prosigue así de una manera espuria, a despecho que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recomendara, en su Resolución 1/2020, abstenerse de promover iniciativas legislativas respecto a los pueblos indígenas durante el tiempo en que dure la pandemia, en virtud de la imposibilidad de llevar adelante los procesos de consulta (debido a la recomendación de la OMS de adoptar medidas de distanciamiento social).
Con todo eso, es evidente que la comprensión de la patrimonialización subyacente en este proyecto es simplemente continuar la apropiación y estatalización de las culturas indígenas para alienarlas de sus formas de vida, para seguir permitiendo su comodificación y expoliación comercial por terceros, y, en definitiva para mantener la subordinación de los pueblos indígenas, mediante la denegación de los derechos humanos sobre su patrimonio cultural.
Por: Salvador Millaleo
Tomado de: https://www.elmostrador.cl/destacado/2020/05/31/negando-el-patrimonio-cultural-indigena/
Biólogos de la UdeA nombraron su hallazgo como ‘Magdalenasaura’, en honor a su lugar de origen.
En el interior de un frasco, en el Museo de Herpetología Universidad de Antioquia, se esconde un tesoro sin precedentes para la biología colombiana.
Se trata de 13 lagartos, de entre 12 y 20 centímetros de largo, que fueron colectados durante investigaciones en el oriente antioqueño, la mayoría de ellas llevadas a cabo como parte de las evaluaciones de diversidad biológica cerca de centrales hidroeléctricas, en el año 2015. (Lea tambiém: Así encontraron el primer pterosaurio en Colombia)
Los animales tienen una coloración opaca, y son parecidos a las lagartijas que comúnmente se encuentran en los jardines, pero los rasgos de sus rostros recuerdan más a “pequeños dinosaurios”.
Tan pronto las muestras fueron llevadas al Museo, el biólogo Juan Manuel Daza, quien dirige el laboratorio de genética del Grupo Herpetológico de Antioquia, donde hacen análisis de la fauna de reptiles y anfibios colombianos, se puso a la tarea de estudiarlas y pudo constatar que se trataba de ejemplares no asignables a ningún lagarto conocido.
Un ejemplar de Magdalenasaura Leurosquama. Foto: Estefany Cano
Más tarde, a comienzos del 2018, el investigador José Fang, también biólogo de la UdeA, decidió echar una mirada a aquellos animales. Tras observar detalladamente su morfología notó, con sorpresa, que había dos grupos, cada uno con características particulares que lo diferencian del otro. Sus apreciaciones eran acordes con lo que el profesor Daza había encontrado a nivel genético.
“Vi que posiblemente no se trataba de una, sino de dos especies inéditas de lagartos, lo cual ya era una ganancia significativa”, asegura Fang, quien, en ese momento, constató sus observaciones con los análisis de ADN.
El siguiente paso lógico era describir formalmente a estos animales. “En cuestión de un mes identificamos que entre los dos grupos también había diferencias genéticas significativas, y confirmamos que, en efecto, no teníamos una, sino dos especies nuevas de reptiles para Colombia”, continúa Fang.
Emocionados, los investigadores no se conformaron con sus hallazgos, sino que continuaron estudiando a los pequeños reptiles durante algunas semanas.
Finalmente, y tras detallar sus características, como el número de escamas, y de hacer comparaciones con animales similares, principalmente de Ecuador, llegaron a la conclusión de que no solo estaban ante especies nuevas, sino que había suficiente evidencia como para asignarlas a un género totalmente inédito de lagartos, el cual, además, es endémico del territorio colombiano.Los géneros son las categorías taxonómicas superiores a las especies y sus hallazgos no son habituales.
Un ejemplar de Magdalenasaura adercum. Foto: Juan Manuel Daza
“Una de las características más importantes para diferenciar a estas especies de las del género más cercano, ‘Gelanesaurus’, que se distribuyen principalmente en Ecuador, fueron las escamas dorsales, pues de las dos especies nuestras, una tenía las escamas lisas y la otra escamas débilmente quilladas (que tienen una pequeña protuberancia en forma de cresta). Las de Ecuador, en cambio, tienen escamas dorsales fuertemente quilladas y cuentan con unas crestas longitudinales que empiezan en el cuello y van hasta la cola. La otra diferencia estaba en las escamas del costado de la cabeza y que se llaman escamas loreales”, asegura Fang.
Los científicos decidieron nombrar al nuevo género como ‘Magdalenasaura’, en honor a la región donde fueron encontrados los especímenes y, a las dos especies, como ‘Magdalenasaura adercum’, palabra que viene del griego ‘aderkes’ y significa poco visto o inesperado, y ‘Magdalenasaura leurosquama’, que significa de escamas lisas. Su hallazgo acaba de ser publicado en la revista ‘Systematics and Biodiversity‘, en un artículo del que también es autor el biólogo Juan Daniel Vásquez.
Vásquez explica que este descubrimiento no solo sirve para aumentar el catálogo de la biodiversidad colombiana, sino que ayuda a llenar un vació en el conocimiento sobre los reptiles de la región.
“Lo más parecido a ‘Magdalenasaura’ se encuentra en el amazonas ecuatoriano, con cientos de kilómetros de separación del oriente antioqueño, donde estas nuevas especies se encontraron. En medio de esta región geográfica tenemos un enorme vacío de conocimiento. Ahora, esta brecha la estamos llenando con estas especies que, además, nos ayudan a hacernos nuevas preguntas sobre evolución y biogeografía”, asegura Vásquez.
Mapa de la zona donde fueron encontrados los ejemplares del género Magdalenasaura. Foto: Juan Manuel Daza y colaboradores.
Lo más parecido a ‘Magdalenasaura’ se encuentra en el amazonas ecuatoriano, con cientos de kilómetros de separación del oriente antioqueño, donde estas nuevas especies se encontraron
Hasta el momento, es poco lo que se sabe de ‘Magdalenasaura adercum’ y ‘Magdalenasaura leurosquama’, pues solamente han podido estudiar pocos ejemplares vivos.
“Lo único que sabemos es que viven cerca de los cuerpos de agua y entre las rocas; posiblemente se alimentan de pequeños insectos. No son fáciles de ver, aunque las posibilidades aumentan de noche, cuando duermen sobre la vegetación”, asegura Vásquez.
La zona en la que viven comprende tan solo tres localidades conocidas en los municipios de San Rafael, Alejandría y Carmen de Viboral. De acuerdo con Vásquez, al contar con una distribución geográfica tan restringida, las especies descritas sirven para mandar un mensaje sobre la importancia de proteger los ecosistemas de la región.
“Con el ritmo tan rápido al que estamos deteriorando la naturaleza los humanos, podemos estar afectando especies que habitan lugares específicos y que, desafortunadamente, podríamos no llegar a conocer. Estos dos lagartos son una prueba de que debemos seguir explorando nuestro territorio”, apunta Vásquez.
Por: Nicolás Bustamantes Hernández
Tomado de: https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/reptiles-en-colombia-se-descubre-el-primer-genero-de-reptiles-endemico-del-pais-519470
En el sitio cercano a San Fernando del Valle de Catamarca vivió la cultura La Aguada entre el siglo IV y V.
Se llama Pueblo Perdido de la Quebrada del Tala, aunque está acostumbrado a recibir turistas, científicos y estudiantes que llegan interesados por conocer los vestigios de un singular fenómeno arqueológico conocido como la Aguada. Está situado al oeste de la ciudad catamarqueña de San Fernando del Valle y se accede por la ruta provincial número 4. Si bien sobresale su fina alfarería, aún atesora reliquias por desenterrar. En plena pandemia se produjo en este poblado de montaña el último descubrimiento de un montículo ceremonial atribuido a esa cultura.
El Pueblo Perdido fue denominado así en 1996, por el investigador y académico de la Universidad Nacional de Catamarca (Unca), Néstor Kriscautzky, que evaluó su complejidad como poblado, debido a sus características y a la gran superficie que ocupa. Los estudiosos actuales lo interpretan “como si fuese una aldea, ya que son grupos de casas que se fueron adosando una al lado de la otra con el correr del tiempo, manteniendo patrones arquitectónicos y de distribución”, explica Ezequiel Fonseca, integrante del Grupo de Estudios Arqueológicos (GEA) de la Unca, que concretó el hallazgo conocido en junio pasado.
Cada unidad habitacional de este sitio arqueológico, donde aún se desarrollan investigaciones y donde antes de la pandemia del Covid-19 se organizaban visitas para que los turistas puedan conocer parte de la historia de Catamarca, “está compuesta por entre cuatro y ocho recintos adosados que se conectan a un patio y luego a un espacio mayor, que puede ser interpretado como un espacio común público. En ellos se desarrollaron diversas actividades cotidianas de la vida doméstica y también vinculadas con lo ritual y lo político”, describe el arqueólogo Fonseca, consultado por LA NACION.
La Quebrada, que posee una extensión de 40 kilómetros, “formó parte de una dinámica social que comprendió a las poblaciones originarias del primer milenio y parte del segundo, como otros lugares de América, y su paisaje posee muchas capas significativas vinculadas con nuestra historia”, sobre las que el GEA viene trabajando desde el 2004. “Las primeras exploraciones se remontan a la década de los 80 y desde los 90 el sitio se puso en valor y es muy visitado por turistas y científicos”, remarca el experto.
Una particularidad que destaca Fonseca sobre la quebrada de El Tala, “es que en ella residen muchos artesanos provenientes de diversos lugares de la Argentina, que tienen un fuerte arraigo y compromiso con el ambiente. Por eso, cuando encaramos un trabajo de investigación y puesta en valor, no sólo tratamos con las autoridades gubernamentales, sino que trabajamos con esa comunidad que está en mayor contacto con el sitio arqueológico”.
“Como fenómeno cultural, La Aguada es típica, única y propia del noroeste argentino” y, teniendo en cuenta su patrimonio, “le dimos el nombre del sitio más característico en que habían sido aisladas sus tumbas: el Vallecito de La Aguada, aledaño del Valle del Hualfín (entre 1961 y 1964) en la provincia de Catamarca”, precisa el arqueólogo y antropólogo Alberto Rex González, reconocido estudioso de las culturas precolombinas de América del Sur.
Al respecto, Fonseca acota que “existió una relación muy activa entre lo que hoy es el Valle Central con los otros valles de la provincia y del noroeste. Entre las décadas del 70 y del 80 se establecieron manifestaciones locales de Aguada, diferenciables según el ámbito geográfico y cada una de ellas con expresiones propias de cada región, pero con un sustrato ideológico común”. Aunque el especialista considera que el estilo Aguada “es el más representativo, por cantidad”, también rescata “otros estilos conocidos, como Ambato y Hualfín”.
Actualmente, el Pueblo Perdido, “ubicado sobre una montaña de regular altura, frente al Balneario municipal” -como lo describe la secretaría de Gestión Turística provincial- exhibe habitaciones, talleres y corrales construidos con cimientos de piedras, techos y paredes con ramas y barro, que fueron habitados por este típico poblado andino, entre los siglos IV y V de nuestra era.
Aquellos antecesores “integraron una red interdependiente de unidades familiares autosuficientes, donde la integración económica era de especial importancia debido al intercambio de bienes y servicios”, distingue Fonseca.
El cultivo del maíz y la cría de camélidos fueron esenciales para esa antigua sociedad, donde además fue importante el uso del algarrobo, “tanto para recolectar sus frutos, como para la sombra de los montes o la madera como combustible”, según destaca Rex González, que además considera muy posible que las “múltiples y complejas obras de irrigación” que existen en el valle de Catamarca hayan sido construidas “por los pueblos de La Aguada”.
Felinos, dioses y guerreros
El conocimiento de la cerámica de Aguada fue fundamental para los arqueólogos, porque les permitió interiorizarse en la organización social y religiosa de aquellos primeros catamarqueños instalados en el territorio donde antes habitaban los diaguitas, y también en aspectos de su cultura, vestimenta, adornos y hasta gustos musicales. Entre su “rica iconografía”, como remarca Rex González, se distinguen imágenes de presuntas deidades y guerreros, pero por sobre todo, una gran variedad de figuras felínicas.
En su libro La Cultura de La Aguada del Noroeste Argentino, Rex González menciona la existencia de distintos tipos de cerámicos, según cómo fueron cocidos, y señala que, si bien la alfarería culinaria es de superficie tosca, se encontraron numerosas estatuillas que presentan un cuidadoso modelado y detalles que están resaltados mediante pinturas de distintos colores.
También menciona que con bronce y hasta en ocasiones con oro, elaboraban piezas rituales, como cetros y suntuosas hachas que utilizaba la élite política o religiosa, aunque no los aplicaban en elementos de utilidad práctica. Comenta además que “utilizaron muy poco la piedra, aunque se hallaron algunos pequeños objetos de adorno, mientras que casi no se encontraron piezas de madera y textiles, porque las condiciones climáticas no permitieron su conservación”.
Rex González describe que las tumbas halladas “son simples pozos cilíndricos excavados en los sedimentos blandos”, que en su mayoría contenían un solo esqueleto, aunque en otras había dos o más, junto a un “ajuar fúnebre constituido por piezas de alfarería que debieron contener bebidas o alimentos para ser utilizados en el más allá por el o los difuntos sepultados”, junto a otros objetos de metal, hueso y piedra.
Actualmente, el GEA realiza investigaciones que giran en torno de la arqueología, la historia y el ambiente. Para ellos, una de las formas de conocer el terreno “es por medio de recorridos pedestres, comúnmente llamados prospecciones”, cuenta Fonseca. Como consecuencia de esas minuciosas caminatas, estos profesionales se toparon recientemente con una estructura monticular tipo piramidal que, por su disposición y forma, los condujo a pensar en su función ceremonial, ya que formaría parte de “una continuidad de este tipo de configuraciones”, como los encontrados anteriormente, en 1975 y en 1997.
“Para nosotros este fue un hallazgo inesperado -continúa- puesto que la mayoría de los descubrimientos son construcciones de viviendas vinculadas a espacios agrícolas; esta es una estructura piramidal de 1300 años, característica de la sociedad Aguada”, con altas paredes levantadas entre rocas y lajas.
Los días previos a que se declarase la cuarentena total obligatoria en el país, el GEA prospectaba la zona del montículo ceremonial. “Obviamente, el 20 de marzo pasado tuvimos que parar todas las actividades. Catamarca fue una excepción a nivel nacional y estuvo mucho tiempo sin contagios. Cuando habilitaron la fase de distanciamiento social pudimos continuar con las tareas que nos quedaban pendientes”, rememora Fonseca.
No obstante, “en el lugar propiamente dicho, debido a la situación de pandemia en que nos encontramos, sólo pudimos realizar algunas tareas de desmalezamiento para confeccionar un croquis del lugar, toma de muestras de material diagnóstico y realizar reuniones con la actual comunidad de artesanos que se encuentra muy próxima al lugar”, especifica.
Fonseca puntualiza que el GEA “constituye un espacio académico de investigación interdisciplinario que vincula arqueólogos, historiadores, geógrafos, geólogos, agrimensores, especialistas en turismo, patrimonio, en cartografía y (el sistema de información geográfica) GIS que trabajan “en el Valle central, la Vertiente occidental del Ambato y el oriente del Bolsón de Pipanaco”, en Catamarca.
Cucharín y GPS, clave para excavar
El desarrollo de la cultura de La Aguada “es paralelo, en nuestro país, al progreso de las técnicas arqueológicas, cada vez más precisas y sofisticadas”, sostiene Rex González en su libro y agrega: “Por esa época, junto a los cambios conceptuales que se operaban dentro de la disciplina, se agregó el conocimiento de nuevas técnicas, como el uso del carbono 14 como método de datación”. Fonseca amplía acerca de las actuales herramientas que hoy se utilizan y asegura: “Nos hemos modernizado bastante”.
“En arqueología para las excavaciones continuamos con el cucharín, pincel e hilo para marcar cuadrículas, cintas métricas, los gráficos en el campo los hacemos a mano y luego en el laboratorio se digitalizan con una tabla de dibujo y luego se pasan a AutoCAD para realizar planos. En cuanto a los métodos de registros se han incorporado niveles digitales, estación total, cámaras fotográficas con gran angular y teleobjetivo”, detalla.
El arqueólogo de la Unca agrega que cuando realizan prospecciones “ya no usamos papel para las planillas, sino tablet, pero siempre una libreta y un lápiz en el campo es una herramienta irremplazable. También para nuestros recorridos utilizamos la información provista por fotografías áreas e imágenes satelitales. Una herramienta indispensable para nosotros es el GPS, puesto que debemos ubicar los sitios en el espacio para luego volcar esos datos para una cartografía por medio de programas como GIS”.
El número de esqueletos de mamut descubiertos en el sitio donde se está construyendo
un aeropuerto al norte de la Ciudad de México, aumentó a cuando menos 200, y una gran cantidad aún no es excavada, dijeron expertos el jueves.
Los arqueólogos tienen esperanzas de que el sitio que se ha convertido en una especie de “central de mamuts” — las orillas de un lago ancestral que atrajo, y atrapó, a estos animales en su suelo pantanoso — pudiera ayudar a solucionar el misterio de su extinción.
Los expertos dicen que aún se están haciendo descubrimientos en el sitio, incluyendo indicios de que seres humanos pudieran haber fabricado herramientas con huesos de los animales muertos entre 10 mil y 20 mil años atrás.
Hay tantos mamuts en el sitio del nuevo aeropuerto de Santa Lucía que observadores acompañan a cada bulldozer que excava en el suelo para asegurarse de que el trabajo sea suspendido cuando se descubren huesos de esos animales.
“Tenemos cerca de 200 individuos de mamuts, unos 25 camellos, cinco caballos”, dijo el arqueólogo Rubén Manzanilla López, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, refiriéndose a animales que se extinguieron en las Américas. El sitio está a sólo unos 20 kilómetros (12 millas) de fosos artificiales —en esencia trampas poco profundas para mamuts— construidas por los antiguos habitantes del área.
Manzanilla López dijo que está comenzando a surgir evidencia de que, incluso si los mamuts en el sitio murieron de causas naturales tras quedar atascados en el lodo del ancestral lecho lacustre, sus restos podrían haber sido extraídos por seres humanos, en forma similar a aquellos hallados en el sitio de trampas en la localidad de San Antonio Xahuento, en el municipio vecino de Tultepec.
Aunque aún se realizan pruebas en los huesos de mamut para intentar hallar posibles marcas de matanzas, los arqueólogos han encontrado docenas de herramientas hechas a base de hueso de mamut — usualmente mangos utilizados para sostener herramientas o instrumentos para cortar —como las halladas en Tultepec.
“En Tultepec se encontraron herramientas hechas de los mismos huesos”, dijo Manzanilla López. “Aquí hemos tenido ya varios indicios de que tenemos ese tipo de herramientas, pero hasta que no se hagan los estudios de laboratorio donde se puedan ver las huellas de estos instrumentos o posibles instrumentos, no queremos decir que sí tenemos esas evidencias; tiene que ser con sustento, y además más académico”.
El paleontólogo Joaquín Arroyo Cabrales dijo que “con esta gran muestra tan impresionante (el sitio del aeropuerto) va a ser un lugar importante para probar esta hipótesis” sobre la extinción masiva de los mamuts.
“¿Qué causo la extinción de este animal? Por todos lados hay la discusión, si fue el cambio climático o fue la presencia humana directa”, dijo Arroyo Cabrales. “Creo que al final nuestra decisión a nivel continental va a ser que hubo un efecto sinergístico entre el cambio climático y la presencia humana”
Ashley Leger, una paleontóloga en la compañía Cogstone Resource Management, con sede en California, que no participó en las excavaciones, hizo notar que esas muertes colectivas naturales “son raras. Tienen que cumplirse unas condiciones muy específicas que permiten que haya un conjunto de restos en un área, y también que se preserven como fósiles. Es necesario que existan medios para que queden enterrados rápidamente y experimenten bajos niveles de oxígeno”.
Ahora el sitio cercano a la Ciudad de México parece haber superado al sitio de mamuts en Hot Springs, Dakota del Sur — que tiene unos 61 conjuntos de restos — como el mayor hallazgo de huesos de mamut en el mundo. Otras concentraciones grandes han sido descubiertas en Siberia y en los pozos de alquitrán en La Brea, en Los Ángeles.
Por ahora parece haber mamuts por todas partes en el sitio del nuevo aeropuerto, y los descubrimientos pudieran desacelerar, aunque no frenar, su construcción.
El capitán del ejército Jesús Cantoral, que supervisa las labores para preservar los restos en el sitio de la construcción encabezada por esa fuerza militar, dijo que “están pendientes de ser intervenidos un gran numero de unidades de excavación”, y que observadores tienen que acompañar a las retroexcavadoras y a los bulldozers cada vez que comienzan a trabajar en una parte inexplorada.
El proyecto es tan enorme, dijo, que las máquinas pueden ir a cavar a otra parte mientras los arqueólogos estudian el área.
Está previsto que el proyecto del aeropuerto sea completado en 2022, y entonces concluirán las excavaciones.
Tomado de: https://www.jornada.com.mx/ultimas/ciencias/2020/09/03/suman-200-mamuts-los-encontrados-en-santa-lucia-7955.html
Una ruca (casa tradicional mapuche) que tendría más de 600 años
fue hallada en un terreno del sector Angachilla de Valdivia, donde el Servicio de Vivienda y Urbanización busca construir viviendas sociales.
El hallazgo fue realizado por el arqueólogo, Rodrigo Mera, quien comenzó a trabajar el año pasado en un terreno ubicado en dicho sector, aledaño a la Villa Galilea, donde ya se habían encontrado piezas que corresponderían a cerámicas mapuche.
Precisamente a raíz de eso, la empresa que allí construiría viviendas sociales, contrató al profesional que empezó a realizar labores de sondeo, hallando este año una estructura que se reconoció como una ruca.
Así lo expuso el arqueólogo en un seminario realizado recientemente por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, dando cuenta que la ruca habría sido abandonada hace unos 600 años.
La encargada de la Oficina Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales, Claudia Jiménez, indicó que en el lugar se identificó un conjunto de improntas dispuestas en secuencias, con formas ovaladas y tendientes a cuadrangular.
Éstas han sido interpretadas preliminarmente como postes de una ruca, ante lo que se autorizaron unidades de excavación que permitan ir definiendo cuál es la forma de dicha estructura, estando a la espera de un informe para definir los pasos a seguir.
La Radio se comunicó con el Serviu de Los Ríos para conocer cómo se actuará en torno a la construcción de viviendas y este hallazgo, si será conservado o si el proyecto habitacional se ha modificado, lo cual aún no es respondido.