Fernando Almarza-Risquez, Editor
Las colecciones son la columna vertebral sobre la que gira la mayoría de las actividades del museo. La presente reflexión (en su I entrega de II) quiere encajar, muy específicamente y en términos de útiles analogías, con el enfoque que para este año ha desarrollado el ICOM: Las colecciones hacen conexiones.
Siempre hay con las colecciones algún tipo de conexión o involucramiento por parte de las instancias internas del museo: desde la Dirección General hasta la Investigación, Adquisición, Curaduría, Registro y Catalogación, Conservación, Educación, Museografía, Bibliotecas y Archivos generales, teniendo un punto de “destino final” en el Público. No obstante, la analogía evoluciona, y pasa de la “retroalimentación” (feedback) lineal y secuencial, al “circuito de realimentación”, multilineal), en el que cada una de estas instancias aporta y realimenta las informaciones, sentidos y significados que portan las colecciones, de manera abierta y no limitada.
Fernando Almarza-Risquez, Editor
Las conexiones (internas) de las colecciones del museo.
Las colecciones son obviamente la columna vertebral, el centro sobre el que gira la mayoría de las actividades y justificación del museo. La presente reflexión quiere encajar, muy específicamente y con útiles analogías, con el enfoque que para este año ha desarrollado el ICOM: Las colecciones hacen conexiones.
La conectividad (interna) de las colecciones del museo
Siempre hay con las colecciones algún tipo de conexión o involucramiento por parte de las instancias internas del museo: desde la Dirección hasta la Investigación, Adquisición, Registro y Catalogación, Curaduría, Conservación, Educación, Museografía, Bibliotecas y Archivos generales, teniendo un punto de “destino final” en el Público.
Cada instancia hace lo suyo con los ítems de la colección, aportando elementos e informaciones específicas. No obstante, no se producían mayores enriquecimientos de esa información una vez salida de la instancia de Curaduría, tradicionalmente entendida como la que “pensaba y explicaba” los ítems de las colecciones. Esto sigue siendo cierto, pero actualmente esa capacidad se hace presente y estimula también en otras instancias del museo, incluyendo al Público. Tocaremos eso a continuación.
Estos ítems llegaban al “destino final” o Público de manera ya procesada, especialmente en sus sentidos y significaciones, en la manera como debían leerse, entenderse o consumirse. Ese “destino final” o Público era el último eslabón, eminentemente pasivo.
Hasta hace poco, yo venía analogizando el involucramiento o conexión dinámica entre las colecciones del museo y los referidos componentes o instancias internas, como los eslabones de una Cadena. Ésta expresaba una dinámica lineal, secuencial, unidireccional, que comenzaba en la instancia de Registro y Catalogación hasta llegar al Público. Este Público, no obstante, ya implicaba un nivel de apertura y adicional incorporación como elemento de conexión externa al museo (que será tratado en la II entrega de este artículo).
La dinámica de las conexiones que preveía esta Cadena era la de una “retroalimentación”, limitada analogía hoy superada.
Consideración previa. El flujo de trabajo del Registrador de las colecciones
La dinámica que despliega un actualizado Registrador de las colecciones dentro del museo es en sí conectiva en múltiples niveles, que van desde el más simple y referido a los objetos materiales de la colección, su documentación y almacenamiento, hasta otros más complejos, que requieren recursos de tipo teórico-conceptual y abstracto. Y todos implican una labor conectiva con el resto de las instancias del museo. Ese el flujo de trabajo del Registrador.
Pero dentro de este flujo de trabajo conectivo, el concepto general de conexión ha evolucionado, y se analogiza con otros recursos. Esto tiene sus consecuencias en las conexiones e involucramientos internos que se producen en y con las colecciones de los museos en la actualidad, y en el flujo de trabajo del Registrador. Y eso nos resulta de enorme utilidad y actualización, y conecta actualizadamente con el enfoque propuesto por el ICOM este año.
Visualizando conexiones (internas) en la colección. La analogía anterior de la conexión: “el feeback” o “retroalimentación”
Una conexión es una relación entre varios componentes. Anteriormente se expresaba con el término analógico “retroalimentación”, imagen de una dinámica conectiva meramente lineal, unidireccional y de dos sentidos, un “input-output” simple de estímulo y respuesta.
Organizacionalmente, la “retroalimentación” expresa acciones conexiones simples, en dinámicas igualmente simples. Las instituciones museísticas no habían escapado de ello, y tampoco la dinámica en el manejo de sus colecciones.
Las actuales dinámicas conceptuales y organizacionales son más complejas en la interacción de sus componentes (incluyendo las de instituciones museísticas, sus instancias internas y sus colecciones), y se expresan en términos de conexión múltiple, a modo de circuito multidireccional que se realimenta.
La analogía actual de la conexión: el “circuito de realimentación”
En la actual analogía conectiva, más compleja, se usa la expresión “circuito de realimentación”. Incluso estas conectividades se analogizan como “redes neuronales”, por sus conexiones en múltiples direcciones, puntos de vista e interpretaciones, sentidos, al modo de las conexiones neuronales en el cerebro, donde ninguna neurona es centro privilegiado, sino que se activa según las múltiples y ricas conexiones que produzca.
La analogización acá involucra los ítems de la colección del museo y las instancias internas del mismo, ya señaladas. Su realimentación refiere a los sentidos, significaciones e interpretaciones que pueden sostener o portar los ítems de una colección.
Cada día se legitima crecientemente en los museos, sobre todo de arte, etnografía y objetos “culturales”, la apertura a los aportes que hagan los Públicos (entes externos al museo) a los significados e interpretaciones de los ítems de las colecciones. Los ejemplos e iniciativas que invitan al público (incluso vía websites de los museos) a “etiquetar” (tagging) sus colecciones abundan.
Obviamente, hay una enorme seguridad y confianza en quienes ejercen las instancias de Curaduría en esos museos, quienes se abren a las valiosas y enriquecedoras opiniones de los públicos, sin verse “invadidos” por éstos. Si hay algo abierto y realimentador son las significaciones y sentidos potenciales de los ítems de las colecciones museísticas.
En esta dinámica de conexión multilineal lo que vale es la capacidad de conexiones (de significaciones e interpretaciones) múltiples y multidireccionales.
Es sencillo ir visualizando esta analogía en las colecciones del museo, y la conectividad del flujo de trabajo del Registrador con el resto de las instancias internas del museo, y la consecuente alimentación que se produce.
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Retroalimentación: una sola dirección y sentido.
Pobre analogía para la colección del museo
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Circuito de realimentación: red neuronal de conexiones múltiples.
Rica analogía para la colección del museo
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Reflexionando más orgánica y actualizadamente esta relación-conexión en las instancias internas del museo y sus colecciones, el elemento Público-destino final que colocábamos como último eslabón de aquella Cadena, es en realidad un constante comienzo o centro potencialmente dinámico (al igual que cada instancia interna del museo, al igual que las neuronas de la red).
La conexión actual en la organización interna del museo estimula esta nueva analogía
En términos de gerencia actual (la “cultura organizacional”) se replantea la existencia de aquellas instancias museísticas que antes analogizaba como Cadena. Estas instancias (Dirección hasta la Investigación, Adquisición, Registro y Catalogación, Curaduría, Conservación, Educación, Museografía, Bibliotecas y Archivos generales) ahora están entendiéndose y ejerciéndose ya no como departamentos separados definidos por las paredes de su “coto de caza”, sino por la relación que existe entre cada uno con los demás.
Por ejemplo, las colecciones del museo no son pensadas únicamente por la instancia de Curaduría, aunque en ésta se desarrolle más profundamente esa labor. Todas esas instancias tienen capacidad y legitimidad para aportar informaciones, sentidos y significaciones a los ítems de las colecciones, desde el Registro y Catalogación hasta el Público mismo, realimentándose mutua y abiertamente.
La analogía actual en la cultura organizacional del museo, entonces, ya no es la del terreno delimitado por instancias o departamentos, sino la del espacio compartido, donde se dan las más fértiles conexiones. De modo que tales conexiones, ahora en circuito de realimentación o red neuronal, comienzan desde la misma estructura organizacional actualizada, que favorece otras conexiones posibles, en nuestro caso con las colecciones del museo, sus sentidos y significaciones.
Es decir, cuando los ítems de las colecciones se ponen a disposición del Público (en exposiciones en salas o en los websites del museo), llegan muy rica, conectada y realimentadamente potenciados en sus significaciones e interpretaciones. Esto se potencia aún más cuando se abre la posibilidad de que esos Públicos aporten su alimentación de significaciones e interpretaciones a ese “circuito de realimentación” que acá analogizamos.
Las conexiones entre las colecciones y el mundo resultan no solo obvias, sino repotenciadas. La idea y útil analogía de la conexión (interna y externa) en las colecciones podía acaso ya existir, pero hoy día el planteamiento del ICOM favorece y amplía su conceptualización.
Epílogo I. Evolución de las analogías de conexiones en Cadena a las conexiones en Circuito de Realimentación
Desde 2007, en mis Talleres ILAM sobre Registro y Catalogación de Colecciones, venía planteando una específica visión analógica de la colección de un museo, también conectiva, en cuanto a quienes se vinculan operativamente con ella.
La analogía de la Cadena, cuyo primer eslabón (luego de las instancias directivas de decisión y de comités de adquisición) estaba en el Registro-Catalogación, continuando linealmente hacia las restantes instancias. Este enfoque, útil e ilustrativo al principio, resultaba lineal, unidireccional y monótonamente secuencial en la dinámica en la que tales instancias internas del museo se iban involucrando con los ítems de las colecciones.
Pero los conceptos y analogías evolucionan, y son bienvenidos cuando contribuyen a esclarecer los roles y relaciones de trabajo, y cuando mejoran el flujo de trabajo mismo, en este caso el del Registrador. Así, se pasó del concepto-analogía de conexión de las colecciones dentro del museo, entendido como eslabones de una cadena lineal, al de conexiones neuronales, múltiples y no necesariamente uni-lineales o secuenciales.
Esta evolucionada analogía de la red neuronal entre colecciones, evidencia del flujo de trabajo del Registrador e instancias internas del museo, lleva implícitos componentes inventivos y cognitivos, de útil interoperatividad, que redundan en acciones y ventajas, aprovechables por todos los involucrados en el museo, incluyendo a las instancias externas (que trataremos en la entrega II de este artículo).
Epílogo 2. Una ventaja de esta analogía dinámica interna del museo: el rol ampliado del Registrador de colecciones. Un punto de partida del “circuito de realimentación”
Uno de los recursos que he venido desarrollando en mi práctica profesional y en mis Talleres ILAM (que ya llevan 10 ediciones) es el de la ampliación del rol de Registrador de colecciones. Ahora éste es concebido como un Registrador Pre-Curador; puede decirse que es un Registrador Conector.
¿En qué consiste eso? Pues, en que teniendo en cuenta las consideraciones que planteamos en los primeros párrafos del presente artículo, el flujo de trabajo del Registrador lleva implícita la exigencia de sus ampliaciones, técnicas y conceptuales. Al registrar un objeto se inicia un proceso tendente al conocimiento complejo de ese objeto.
Dijimos que el trabajo del Registrador, sobre todo en colecciones artísticas o culturales en general, de muchos niveles de significación, simbolización y trascendencia, implica el manejo de ciertos niveles de abstracción conceptual y recursos teórico-metodológicos.
Una de estas ampliaciones es la capacidad de captar e interpretar –al menos en un nivel básico- las significaciones de esos objetos de las colecciones. Esas significaciones deben ser parte de los “datos técnicos” de cada ítem, incorporables a las fichas técnicas. Un Registrador con esta necesaria capacidad es un Registrador Pre-Curador, capaz de generar listas y más ricas relaciones-conexiones y registros de sus colecciones que incorporan esos niveles de significación, siempre disponibles para la consulta interna y externa.
Lo anterior abre una importante y más efectiva conexión realimentadora –orgánica, neuronal- con las instancias de Curaduría, Investigación y Educación del museo, entre otras (en la II entrega referiremos otras externas).
Adicionalmente, esta mejor conectividad genera un peculiar, potencial y específico circuito de realimentación, dado entre el Registrador Pre-Curador y el Curador. Si bien ambos son “roles diferenciados pero integrados”[1] (al igual que las demás instancias internas del museo referidas), pueden integrarse y realimentarse ricamente. El Curador, entonces, legítimamente puede devenir también en un Curador Post-Registrador, y no menos Curador-Conector.
Esto es posible por la apertura de ese circuito de realimentación que analogizamos, cuya dinámica incluye la multidireccionalidad de informaciones y significaciones: las que mutua y ricamente se generan desde la instancia del Registrador hacia la de Curaduría (y luego con las otras instancias del museo antes referidas), y la que se genera simultáneamente desde ésta hacia la de Registro.
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Hasta aquí una primera muestra de las ventajas analógicas de conectividad de las colecciones del museo, en la útil analogía del “circuito de realimentación” entre las colecciones y las instancias internas del museo. Nuestra entrega II referirá las conexiones externas de las colecciones del museo. Y, obviamente, esta reflexión es una evidencia de que las colecciones sí hacen conexiones, y de múltiples maneras.
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[1]Esta expresión la tomo, con oportuna notificación a ella, de Gloriana Amador, Manager de Colecciones de la costarricense Fundación Teorética, quien la aportó al tomar mi reciente Taller ILAM sobre Registro y Catalogación de colecciones el pasado enero. De hecho, la frase citada me inspiró a acuñar la expresión “Curador Post-Registrador”.