El mexicano que sustrajo y recupero el códice “Tonalámatl Aubin” en París.

CODICE.jpgEn junio de 1982 el abogado José Luis Castañeda del Valle se presentó en la Biblioteca Nacional de Francia y solicitó ver una serie de códices mayas. Ante la reticencia de la responsable de la sección, expuso que era mexicano, que estaba en su derecho, y ofreció su credencial de elector. 

 CODICE.jpg

En junio de 1982 el abogado José Luis Castañeda del Valle se presentó en la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y solicitó ver una serie de códices mayas. Ante la reticencia de la responsable de la sección, expuso que era mexicano, que estaba en su derecho, y ofreció su credencial de elector. Una vez frente a los códices tomó el Tonalámatl Aubin, lo guardó debajo de su saco y se lo llevó consigo hasta su residencia en Cancún.

El caso fue mencionado por el doctor en derecho Lee Keun-Gwan, de la Universidad Nacional de Seúl, Corea, durante el Seminario. La globalización de la protección del legado cultural. La Convención de la UNESCO de 1970. Los nuevos desafíos, a propósito de la figura técnico-jurídica de “préstamo vitalicio” a revisarse cada tres años, que hubo que establecerse para que el conflicto de nueve años entre México y Francia pudiera tener una resolución.

Pierre Charasse, ministro consejero de la embajada de Francia en México en 1991 y también embajador en Pakistán, Uruguay y Perú, y exdiplomático en Guatemala, fue localizado por Proceso para conocer los intríngulis del suceso.

“Yo fui el responsable de entregar en las manos de Roberto García Moll, en ese entonces director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el códice. Estaba a cargo del asunto porque el embajador Alain Rouquier se encontraba fuera en esos momentos.

“Debo decirle que la solución fue técnica, más que jurídica, había que llegar a un acuerdo porque el asunto era una piedra en la cooperación internacional de los dos países. Incluso había una prohibición para que los mexicanos entraran a la Biblioteca Nacional de Francia.

sustrajo         El mexicano que sustrajo y recupero el códice “Tonalámatl Aubin” en París.    

                                               El mexicano que sustrajo y recupero el códice “Tonalámatl Aubin” en París.

“Se tuvo que resolver el problema de forma diplomática, más que jurídica. Si bien el códice representa a la cultura de México, había sido adquirido legalmente por su anterior dueño y había pasado por todo un acuerdo para que pudiera ser aceptado en la Biblioteca Nacional de Francia como una donación de la viuda de su último coleccionista.”

En la versión de la responsable de los códices en Francia, Castañeda del Valle se había hecho pasar por un investigador profesional del tema, había visitado varias veces el lugar y se había granjeado la confianza del personal de la biblioteca. En cierto momento decidió sustraer el manuscrito –fundamental en la adivinación sacerdotal–, lo escondió y con tranquilidad entregó las cajas que se le habían permitido ver, una de ellas vacía, recogió su credencial y huyó al extranjero. Era un viernes en la tarde. La responsable se dio cuenta días después del ultraje, y se notificó a la Interpol.

Según Charasse, Castañeda del Valle “intentó vender el códice en Nueva York, pero como la Interpol había emitido una denuncia no pudo hacerlo. De vuelta en Cancún esa corporación lo encontró en agosto de ese mismo año, Castañeda entregó el libro sagrado a la Procuraduría Federal de Justicia y se dispuso que quedaría resguardado en la bóveda de seguridad del Museo Nacional de Antropología e Historia”.

El escándalo mediático alcanzó proporciones ilimitadas: mientras que en Francia y Europa se denunciaba “el robo al patrimonio histórico y cultural de Francia”, en México se señaló a Castañeda del Valle como una suerte de héroe que había emprendido la cruzada de “rescatar” los bienes del país para “devolverlos al pueblo”, sin tomar en cuenta cuál había sido el periplo del códice para salir de México, permanecer escondido y viajar de mano en mano hasta llegar a Francia.

La polémica tuvo consecuencias funestas: el destacado historiador francés Emmanuel Le Roy Ladurie, director de la BNF a mediados de los ochenta, exigía la devolución del códice.

En la respuesta que se observó en México se estableció que el códice era “parte de los monumentos históricos de México y por lo tanto debería permanecer en el país y no regresar a Francia”. En el acuerdo final de 1991 se asentó que el códice seguiría siendo propiedad de Francia, pero en calidad de préstamo a México, renovándose cada tres años, a condición de que el documento se preservara óptimamente e investigadores tuvieran acceso a él. Para Charasse la respuesta que surgió fue resultado de la voluntad de ambas partes “de encontrar con la mejor voluntad una solución, es decir una propuesta pragmática. Además, se trataba de no establecer un precedente que abriera la puerta al robo de bienes culturales con el supuesto objetivo de ‘recuperar’ ciertos objetos”.

Castañeda del Valle estuvo detenido dos días y la procuraduría determinó que no había causa en su contra. Contento, el abogado le envió una carta al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari cuando se solucionó el problema, y se vanaglorió de lo que había hecho.

Para el doctor Lee Keun-Gwan, de Corea, participante también en el seminario mencionado, que se efectuó en el Instituto de Investigaciones Jurídicas los días 22 y 23 de marzo, el arreglo mexicano es clave para resolver el caso de un Buda “extraído” de Japón por un grupo de coreanos del sur. Los encargados de la “extracción” lo hicieron perforando el techo de un templo, con tecnología de punta. Al regresar a Corea lo devolvieron directamente y fueron recibidos como héroes.

 

Tomado de: http://cienciaparatodos.org/antropologia-e-historia/el-mexicano-que-sustrajo-y-recupero-el-codice-tonalamatl-aubin-en-paris/

Contrabandistas chilenos intentaron llevarse 230 piezas catalogadas como bienes culturales de la Argentina

contrabansistas-chilenos.png

 contrabansistas-chilenos.png

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a través de la Dirección General de Aduanas, impidió en las últimas horas el contrabando de 230 piezas de bienes culturales que intentaban ser trasladadas desde el Paso Internacional Río Futaleufú hacia Chile.

Se trata de piedras y madera petrificadas que no fueron declaradas por un grupo de viajeros chilenos y que, como pertenecen al bosque petrificado Sarmiento, en la provincia de Chubut, no pueden ser retiradas del país.

Todo salió a la luz cuando personal aduanero que realizaba sus tareas habituales de control en el paso efectuó la revisión de una camioneta 4X4 que egresaba del territorio argentino.

Las piedras que intentaron sacar del país

Las piedras que intentaron sacar del país

A los agentes les resultó sospechosa la cantidad de equipaje que llevaban la conductora del vehículo y sus acompañantes, todos de nacionalidad chilena, por lo que comenzaron a observar con detenimiento los distintos bultos que transportaban.

Con la utilización del escáner, funcionarios de la Aduana visualizaron unos objetos dentro de los bolsos de mano que llamaron su atención. Los abrieron y encontraron piedras y partes de árboles petrificados.

A continuación, prosiguieron con la revisión física del automotor y detectaron más piedras ocultas debajo de los asientos. Dentro del equipaje, también había piedras envueltas en ropa y escondidas en el calzado.

La maniobra fue advertida a través del uso de escáneres

La maniobra fue advertida a través del uso de escáneres

Todo este material, valuado en USD 1.400, no puede ser trasladado por los viajeros como equipaje. Por lo tanto, se determinó el secuestro de las piezas porque incumplía con el régimen de equipaje.

El procedimiento se llevó a cabo en conjunto con personal de Gendarmería Nacional, que dio aviso al Juzgado Federal de Esquel y solicitó la ayuda de agentes especializados en bienes culturales.

Los turistas fueron acusados por infracción a la Ley 25.743 (Protección del patrimonio arqueológico y paleontológico) y al régimen de equipaje.

Con este tipo de tareas, la AFIP refuerza su compromiso con el cuidado y protección del patrimonio argentino, a través del control de entrada y salida de restos fósiles, bienes arqueológicos, obras de arte y materiales históricos, entre otros elementos.

 

Tomada de: https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2019/07/04/contrabandistas-chilenos-intentaron-llevarse-230-piezas-catalogadas-como-bienes-culturales-de-la-argentina/

Ecuador: Pueblo Indígena Waorani gana fallo contra petroleras en la Amazonía

000_1fy8co_0.jpg

 000_1fy8co_0.jpg

Los Waorani o Huaorani son un pueblo indígena de la Región Amazónica del Ecuador ubicado en las provincias de Napo, Orellana y Pastaza que actualmente cuenta con cerca de 2.000 habitantes. Se caracterizan por su cosmovisión tradicional en la que no hay distinción entre el mundo físico y el mundo espiritual, teniendo a la selva amazónica como base esencial de su supervivencia física y cultural. Para esta comunidad indígena el bosque es el hogar que brinda protección contra el ataque y la esclavitud del mundo moderno.

Es en base a este arraigo por el territorio, la naturaleza y las distintas formas de vida,  el pueblo Waorani presentó una demanda para exigir protección por parte del gobierno frente a la extracción petrolera en el llamado bloque 22, en licitación por el Ministerio de Energía e Hidrocarburo. El argumento principal en el que se basaron los demandantes fue en la vulneración del derecho a la consulta previa, teniendo en cuenta que en Ecuador este mecanismo de participación tiene como base el artículo 6 del Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo.

En dicho documento, que es el referente internacional para la reivindicación de derechos de miles de pueblos indígenas,  se establece que “los Gobiernos deberán consultar a los pueblos mediante los procedimientos apropiados frente a medidas legislativas y administrativas susceptibles de afectarles, así como de participar libremente con los medios adecuados y bajo el principio de buena fe».

La victoria que no solo es para los Waorani sino para todo el mundo teniendo en cuenta la importancia de la Amazonía, se dió el pasado 26 de abril en un tribunal de Puyo, capital de Pastaza.  Con un fallo a favor de los demandantes se reconoció la vulneración del derecho a la consulta previa libre e informada, además de la autodeterminación de los pueblos ante la explotación petrolera en la zona.

No obstante, aunque la Ley reconoce la jurisdicción  indígena del territorio, mantiene la potestad del Estado sobre el subsuelo, lo que representa la continuidad de la lucha en tanto no se garantiza la protección a largo plazo del territorio y sus ecosistemas. Cabe mencionar que este triunfo evidencia la capacidad que tienen los pueblos indígenas para hacer frente a las situaciones que a diario amenazan sus formas ancestrales de vida y así mismo invitan a la reflexión sobre la normalización que han creado los gobiernos ante este tipo de atentados a la naturaleza.

Por: Karina Porras Niño. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

Tomado de: https://www.elcampesino.co/pueblo-indigena-waorani-gana-fallo-contra-petroleras-en-la-amazonia/

Ekekos y miniaturas invaden Bolivia por la tradicional fiesta de las Alasitas

alasitas-portyap.jpgLa feria de Alasitas se celebra en honor al Ekeko, un ídolo familiar aymara que simboliza la fecundidad, la alegría, la abundancia y la prosperidad. El motivo original religioso, fue transformándose en una devoción profundamente arraigada hacia el antiguo Dios de la Abundancia, el Ekeko.

alasitas-portyap.jpgLa Fiesta de las Alasitas se festeja principalmente en la ciudad de La Paz, constituye la más importante muestra artesanal de la ciudad, son dos semanas y media de miniaturas, juegos de azar, comidas y tradición. se realiza el 24 de enero, al inicio del solsticio de verano y se prolonga oficialmente hasta el 4 de febrero, aunque generalmente permanece hasta fines de ese mes y no será la excepción la Alasitas 2016.

Sebastián Segurola, gobernador e intendente de La Paz dispuso el año 1781 que se realice este festejo en homenaje a quien salvó a la ciudad del asedio indígena, y así fue ordenada la fiesta del mercado de miniatura, costumbre que los indígenas traían desde de los antiguos collas.

En el Cerro Santa Bárbara conocido antes como el Cerro del Calvario es donde ahora se realiza feria de Alasitas, allí los brujos aymaras, detentaban el negocio de la venta de medicinas, hechizos, sahumerios y se mezclaban cultos religiosos y superstición, allí se simulaba la compra de terrenos donde los nuevos propietarios construían sus casitas con piedritas, se celebraban matrimonios, se adquirían diferentes artículos y esta práctica era motivo de la Ch’alla con cerveza y licores, celebrando el acontecimiento y pidiendo la protección de la Pachamama.

La Alasita, voz aymara que significa comprame, no es exclusiva de Santa Bárbara, durante muchos años la zona de la plaza de San Pedro la albergó,y todo el barrio se convertía en feria de Alasitas. La plaza de Churubamba y la avenida Montes también la cobijaron, hasta que, por el crecimiento de la ciudad y de su parque automotor se decidió reponerla a la zona Santa Bárbara. El campo utilizado para este propósito se extiende en todo lo que era el zoológico de La Paz, sigue por las calles que lo circundan, la avenida del Ejército, la calle Roosevelt y toma por algunos días la plaza Alfredo Domínguez, en el atrio del Teatro al Aire Libre y el Parque del Scout.

La feria de Alasitas se celebra en honor al Ekeko, un ídolo familiar aymara que simboliza la fecundidad, la alegría, la abundancia y la prosperidad. Se trata de un personaje rechoncho y sonriente que se va cargado de una variedad de productos en miniatura, de primera necesidad y también otros, que simbolizan lo que cada persona ansía obtener como casas, vehículos, dinero, etc. El motivo original religioso, fue transformándose en una devoción profundamente arraigada hacia el antiguo Dios de la Abundancia, el Ekeko.

Por un momento, las personas dejan de lado sus actividades y preocupaciones cotidianas y salen a las calles para comprar las representaciones de sus sueños y luego ofrendan sus nuevas pertenencias a este dios de la abundancia y a los santos.

Durante esta celebración el tiempo parece detenerse, aunque paradójicamente la ciudad está más conmocionada que de costumbre. Es natural, el dios de la abundancia está llegando como cada año y trae una carga de fortuna para los que creen en él.

La fe es tal y las necesidades tantas, que el campo ferial ya no es el único lugar de reunión para quienes salen de sus casas y oficinas llevando aquellas miniaturas que representan sus máximas aspiraciones materiales.

Alasitas tradición extendida al mundo

“Alasitas” de la palabra en aymara Alasiña que significa Comprar para sí. Es la celebración al Ekeko, el dios de la abundancia a quien se le obsequia miniaturas, para convertir los sueños en realidad, por ejemplo: los billetes para que no falte dinero, la maleta para ir de viaje, un coche para tener uno, las canastas llenas de conservas para que no falte alimentos durante todo el año, un saco de granos de cereales para la buena cosecha, una pequeña tienda para que prospere el negocio que se tiene, una negrita o un negrito de yeso para tener una pareja.

Según la tradición todas las personas acuden, justo al medio día del 24 de Enero, a la compra de las miniaturas que deben ser cha’lladas por el Yatiri con incienso, alcohol, vino y posteriormente bendecidos en una iglesia católica, pues así éstos se harán realidad durante el presente año.

La costumbre también dice que el Ekeko tiene que ser atendido todos los martes y viernes poniendo en su boca un cigarrillo encendido y nada le faltará a la familia. Se dice que para tener un mayor efecto, es necesario que el Ekeko sea un regalo de amigos o familiares que desean la prosperidad.

Esta manifestación, convertida en la “Feria de Alasitas” tuvo su inicio en la actual Plaza Murillo, luego se extendió al Paseo del Prado que se conocía como la Alameda. Posteriormente a la Plaza de San Pedro, la Av. Montes, la antigua Aduana, la Av. Tejada Sorzano y ahora, tiene su asiento en el ex parque zoológico o Parque Urbano Central.

Los residentes de Bolivia en el mundo, han difundido esta tradición en distintas regiones, sobre todo, en el Norte Argentino y en el Sur del Perú, y no es extraño ver en varios países de Europa, Norte y Centro América, manifestaciones de esta tradición milenaria, expresión de fe para conseguir prosperidad y bien estar de las familias que provienen de la región de los Andes Tropicales.

Alasita1

Las investigaciones del sociólogo especialista en patrimonio cultural, David Mendoza, muestran que la celebración de las Alasitas y su relación con el Ekeko no han dejado evidencias escritas acerca de su origen. Sus antecedentes más conocidos están sostenidos en mitos y leyendas.

Esta festividad de la miniatura se celebra en la ciudad de La Paz al mediodía de cada 24 de enero, y en diferentes fechas en el resto del país.
Los autores más conocidos que escribieron sobre esta festividad fueron Antonio Paredes Candia, Rigoberto Paredes, Antonio Díaz Villamil, Carlos Ponce Sanjinés, Ernesto Cavour y Arthur Posnasky, cuyas obras están envueltas en leyendas y mitos sobre la feria y el personaje en miniatura.

Mendoza elaboró un expediente sobre esta festividad, pero no detectó una evidencia histórica en los archivos del país sobre la tradición, aunque sí memorias orales que atestiguan la celebración.

Una de las causas por las que no existiría documentación, según el investiador, habría sido «la colonización española que no permitió desarrollar ciertos sistemas de creencias; entonces la historia ha sido proscrita, atacada, por eso no se tiene bien definido (la fecha, la localidad de las Alasitas) qué es el Ekeko, porque hay muchas interpretaciones».

Para comenzar, el nombre de Alasitas tiene diferentes significados, en aymara el más conocido es el reflexivo «cómprame». «Trata de la compra de las illas, ispallas (amuletos, imágenes), miniaturas con el atributo de volverse reales, en medio de un ritual celebrado por el yatiri (adivinador) a las 12.00. Antiguamente, indígenas de comunidades venían a la feria a comprar illas, ispallas, animales y semillas, y duraba un día hasta dos, pero hoy dura como 15 días».

Las versiones sobre el origen geográfico de la festividad son diversas, pero coinciden en que sucede en la región andina de Bolivia. Unos autores dicen que es en Tiawuanaku (antes Kollasuyo), en los pueblos kallawayas (enclave quechua) y otros en Chuquiago Marka (ciudad de La Paz), todos en el departamento de La Paz.
Sobre Chuquiago Marka, una versión dice que estaba formada por comunidades y ayllus, y la Alasitas habría nacido en la actual zona de Santa Bárbara, antes ayllu Uturuncu. Posteriormente la exposición recorrió por la plaza Murillo, la plaza San Francisco, el paseo El Prado, la Terminal de Buses y la avenida Tejada Sorzano, hasta asentarse en el ex Parque de los Monos o campo ferial.

Tampoco existe claridad respecto de la fecha de celebración. «La alasitas se fue ubicando en una época, unos dicen en octubre, otros el 21 de diciembre (solsticio de verano), al final se quedó en 24 de enero, relacionado con la fiesta de Nuestra Señora de La Paz y después del cerco del caudillo Tupac Katari, en 1781».
Esta afirmación fue abstraída de una obra de Antonio Díaz Villamil, pero Mendoza observa que no existen pruebas para afirmar que, evidentemente, en 1781 se haya instaurado oficialmente la Alasitas.

«Gran parte de los historiadores -afirma Mendoza- eran hijos de hacendados quienes les contaban lo que hacían los campesinos. Por ejemplo, Antonio Paredes, Rigoberto Paredes son hacendados y seguro recogieron de algunos cuentos de los indígenas (sobre la Alasitas y el Ekeko) y le dieron una narrativa literaria. Por tanto, son cuentos de tatarabuelos a abuelos, lo más particular y sospechoso es que esta fiesta no existe en el campo. En fin, la leyenda no surge de la nada seguro tiene algún sustento».

Tres versiones sobre el origen de las Alasitas

El investigador Galo Illatarco elaboró el estudio Alasitas: Festividad ritual del Eqeqo y las Illas. Una tradición andina viva, en la que analiza tres versiones y coincidencias sobre esta tradición.

La primera versión que comparte Illatarco dice que la Alasitas deriva del verbo aymara Alathaña (comprar), es una festividad sagrada de culto a la deidad andina de la reproducción y la fertilidad animal, vegetal y humana, de la buena fortuna, del amor y propiciador de las uniones sexuales (Ekeko), es además una festividad prehispánica celebrada en el Qhapaj Raymi cada solsticio de verano (21 de diciembre), caracterizada por la presencia e intercambio de dijes y miniaturas como símbolos de la tradición andina.

La segunda explicación dice que Alasitas proviene del verbo aymara Chhalaqa o Chhalaqasiña (intercámbiame). En el pasado habría sido un ritual sagrado (en el Qhapaj Raymi) dedicado al dios Sol con la presencia del Eqaqo Illa a través del intercambio de miniaturas illas, llallawas e ispallas que representan la fuerza reproductiva de los objetos, alimentos, animales y personas o símbolos con poderes reproductores y propiciatorios de producción y fertilidad.

Una tercera versión señala que Alasitas derivaría de la festividad incaica llamada Sitwa o Alaui Situa y sería una fiesta ritual del Eqeqo, de las takas y de las illas vinculadas a la fertilidad y a la salud, supuestamente realizada desde el 21 de septiembre hasta el 21 de diciembre.

En conclusión Illatarco considera que actualmente la Alasitas es «una festividad paceña de carácter cíclico y se caracteriza por la tradición de adquirir, intercambiar y/o comprar illas de muchos tipos y formas vinculadas a la producción agrícola y ganadera, a la fertilidad vegetal, animal y humana, y en general, al bienestar material, físico y espiritual».

Tanto Illatarco como Mendoza coinciden en que no se conoce información fehaciente de esta fiesta en el momento de la fundación de La Paz.

    La leyenda del Ekeko

    Las versiones existentes sobre el origen del Ekeko son variadas, sin embargo, la tradición menciona que nació a raíz de las sublevaciones indígenas de 1781 y el cerco de Tupac Katari a La Paz.

    El año de la revolución que enfrentó a blancos e indios, dio fuerza a la tradición indígena del 24 de enero, fecha elegida por el gobernador Sebastián Segurola para rendir homenaje a la Virgen de Nuestra Señora de la Paz en agradecimiento a la liberación de la ciudad de La Paz.

    El rebelde Julián Apaza y su esposa Bartolina Sisa emprendieron un crudo encuentro con españoles y criollos dirigidos por Don Sebastián de Segurola.

    El 14 de marzo de 1781, La Paz se vio rodeada por miles de indígenas que habían guardado el rencor de muerte hacia blancos.

    Mientras se presenciaba esta gran pugna, acontecía otra escena en Laja, donde Paulita Tintaya, una humilde muchacha perteneciente al repartimiento del español Don Francisco de Rojas, se encargada a servir a Doña Josefa Ursula de Rojas Foronda, esposa del Brigadier Don Sebastián de Segurola, quien fue Gobernador y Comandante de armas de esta ciudad. Sin embargo, para Paulita, fue dolorosa la despedida del lugar donde dejaba a su amado el galán Isidro Choquehuanca que con dolor entregó a paulita, un pequeño amuleto de yeso que él mismo lo había fabricado como muestra de su cariño.

    Según la tradición era el amuleto que guardaba la felicidad. Isidro tomó la imagen del encomendero Rojas y la copió en la estatuilla que tenía forma de hombre, pequeña, de rostro enrojecido y grueso de cuerpo, pues dependía de Rojas el destino de los dos amantes. Además de la apariencia puesta por Choquehuanca, le puso pequeñas bolsitas con alimentos y otros bienes que formaban parte de la felicidad que soñaba el joven Isidro.

    Pasó mucho tiempo de esperanzas para el reencuentro del gran amor, mientras la ciudad se encontraba aislada. Cerca de siete meses toda la ciudad sufrió la escasez de alimentos, las despensas donde se guardaban los víveres se encontraban vacías. Solo por algo inexplicable había un poco de alimento en el rincón de una casa y que una vez consumidos eran renovados por arte de magia. Esas provisiones las poseía Paulita, una bolsa de maíz tostado, kispiña (galleta de harina de quinua) y un trozo de charque(carne seca) de llama, que casualmente puso junto al Ekeko que
    Isidro le había dado.

    La situación empeoraba cada día más, Isidro decidió protegerla y salvarla, por eso vino a su encuentro y trajo consigo algunos alimentos como tostado, kispiña y charque. Desde es día, nunca más faltaron esas provisiones que misteriosamente estaban colocadas junto al Ekeko.

    Ya en el quinto mes de asedio, la esposa del Brigadier Segurola, se encontraba en una situación de muy grave de desnutrición, su esposo no podía atenderla pues su preocupación mas importante era vigilar, organizar y dirigir la defensa de la ciudad encomendada a él. Pero Paulita encargada de su protección y al sentir lástima por ella, le dio una parte de sus alimentos. Desde entonces fueron el Brigadier, su esposa y Paulita quienes podían alimentarse un poco.

    Al sexto mes cuando las esperanzas se agonizaban, llegó la noticia de la aproximación de un ejército a la ciudad, dirigida por el Comandante General José Reseguín. Entonces la ciudad fue liberada y la paz había vuelto otra vez La liberación de la ciudad de La Paz también trajo la resurrección de una tradición que fue difundida de generación en generación: La feria de Alasitas en la que se permutaban piezas pequeñas que tenían valor cambiario.

    Así fue que el Brigadier Segurola devoto de Nuestra Señora de La Paz autorizo que el 24 de enero de 1783 se restaurase el mercado de miniaturas Alasitas; donde reapareció el Ekeko.

    El Ekeko

    El Ekeko es un muñeco de terracota que puede presentarse en varios tamaños, pero que generalmente tiene alrededor de 20 cm de altura. Representa a un hombre con las típicas vestiduras de la región andina, de su cuerpo cuelgan pequeñas bolsitas, que a modo de alforjas contienen cereales, tabaco y billetes enrollados. El poseedor del Ekeko puede agregar nuevas ofrendas en miniatura que se colgarán de la estatuilla o se ubicarán a su lado, representando aquello que se desea obtener.

    El Ekeko era considerado por los antiguos collas como el dios de la fortuna y la prosperidad, según las creencias este ídolo se encargaba de traer al hogar fortuna y alegría, además ahuyentaba las desgracias, debía ser el compañero inseparable de la familia. Pero también se cree que es vengativo, ya que si no se le presta atención castiga quitando todo lo que su dueño tiene o con enfermedades, una de las formas de rendirle culto, y para lograr los favores solicitados, hay que hacer «fumar» al Ekeko en el momento en que se pone el objeto, la figura presenta un hueco en la zona donde debería estar la boca, y es allí donde debe colocarse un cigarrillo encendido. Si el deseo o pedido es aceptado, del cigarrillo saldrá humo como si realmente el Ekeko fumara.

    En ese marco, todo lo que uno quiere poseer en el año se compra en Alasitas, además de objetos en miniatura: casas pequeñas, bolsas de arroz, de azúcar, fideos, pan, se pueden adquirir artesanías en mimbre, barro, madera, ropa de alpaca, vicuña, instrumentos musicales. Por el principio de la magia imaginativa, la gente del campo adquirirá con preferencia, figuras de animales, vacunos, ovinos, llamas y aves, camiones, camionetas, bicicletas; que representaban las necesidades de su entorno, en cambio, se prepara para los vecinos de las ciudades: casas, edificios, artículos de construcción, palas, ladrillos, celulares y dinero, para ello ya se imprimen bolivianos, dólares y euros.

    Entre los pobladores antiguos, la fiesta del Ekeko se realizaba en el solsticio de verano, reunían de sus cosechas los elementos más extraños, si alguien no los tenía debía recoger piedras con formas raras para cambiarlas por objetos, nadie podía negarse al intercambio. Al haberse reintroducido esta fiesta donde los indígenas practicaban el intercambio de objetos pequeños por monedas, se reestableció paulatinamente este culto, donde el Ekeko debe conseguirse ya sea regalado o robado, jamás comprado, ya que los sueños nunca se compran con dinero y cada viernes o cada martes hay que colocar un cigarrillo encendido en su boca, si este se mantiene encendido hasta el final, los sueños se harán realidad.

    Tal vez el origen de esta tradición en el Altiplano, en la región sur de los Andes, donde la comparten Perú y Bolivia, alrededor del Lago Titicaca, se remonte a aquellos comerciantes españoles que viajaban solitarios por todo el país, visitando los pueblitos y llevando consigo diversas mercancías para intercambiarlas por productos locales. Muchas de estas mercancías eran productos totalmente inútiles para los indínegas, chucherías, pero constituían símbolos procedentes de un mundo dominante. En cierta forma estos viajeros blancos representaban también sueños hechos realidad a través de productos que venían de lugares lejanos, así el viejo comerciante español se fue convirtiendo en un símbolo de buena suerte y felicidad.

    Durante la Colonia, los Ekekos se fabricaron en oro y plata, también en estaño y cobre, actualmente se hacen en yeso o arcilla, pero a pesar de lo humilde de estos últimos materiales, este ídolo ha extendido su influencia a otras regiones andinas y costeñas y continúa llevando felicidad a la gente que cree en él.

    Quien lo posea, se sentirá más confiado para conseguir lo que necesita y podrá creer que este amuleto le ha de proporcionar dinero, trabajo, alegría y especialmente mucha esperanza. En los tiempos difíciles que vivimos esta ayuda es generalmente muy buscada.

    Publicado por EaBolivia


    Fiesta de las Alasitas: cuando los bolivianos vuelven a ser niños

    Por Mónica Savdie

    En el muelle internacional de El Dorado es medianoche. Largas filas de personas aguardan ser llamadas a bordo con rumbo a Ciudad de México o a Buenos Aires. La sala de espera de los que vamos hacia La Paz está casi vacía, como casi vacío despega el avión que nos llevará a la capital boliviana. Es 23 de enero, víspera de una fiesta nacional esperada por los paceños todo el año: las alasitas, el festejo de las miniaturas.

    Durante el vuelo me pregunto qué adquisiciones nuevas podrán engrosar mi colección de miniaturas. Me lleno de expectativas desde que contemplé en la embajada de Bolivia unas fotos de las calles paceñas atiborradas de puestos donde se venden miles de miniaturas, cuando ciertamente encontrar una sola de estas requiere de mucha paciencia y un agudo entrenamiento ocular. De eso doy fe después del último inventario de mi Museo: 2.500 coleccionadas en medio siglo.

    Es oportuno aclarar que heredé las miniaturas de una dulce mujer llamada Lucía Pulido, quien dedicó su vida a la pasión de buscarlas por el mundo. Las ordené por temas en pequeñas vitrinas y les di el nombre de Museo.
    A pocas personas les comenté el motivo de mi viaje, por demás muy largo, en busca de lo más pequeño. Me limitaba a comentar que iba a realizar un reportaje y punto. Una lástima que la jaqueca, producto del poco sueño y del mal de altura, no se presentase en formato pequeño. El 24 madrugo ya más recompuesta, para no perder detalle del festejo, y aun cuando las frías calles están vacías, el expendio de periódicos ya está abierto.

    Primera sorpresa: ¡la prensa se vende en miniatura! Los periódicos de habitual tamaño tabloide en este día no miden más de quince centímetros, y es preciso esforzar la mirada para leer el contenido de La Razón, Opinión o Página Siete en su versión alasitera. Hoy, como ningún otro día, aprovechan para decir con desparpajo lo que seguramente callan el resto del año. Contienen, a vuelo de pájaro, todo lo opuesto a un periodismo serio, pues abordan con acidez y burla situaciones de personajes de la farándula y la vida política, sus mejores blancos. Periódicos y revistas en miniatura son productos que los ciudadanos aprecian cada vez más por su ingenio y su espíritu alegre, ideal para abrir la fiesta.

    Alasita2

    Los bolivianos mantienen viva una tradición ancestral que consiste en la fabricación de miniaturas. Se trata de un festejo heredado de sus antepasados, los aimaras, quienes intercambiaban productos de siembra y objetos religiosos para augurarse prosperidad en la vida cotidiana. Incluían en ello objetos alusivos al amor, el sexo y la felicidad, y el encargado de exhibirlos tenía por nombre Ekeko.

    Según cuentan los historiadores, los conquistadores españoles apropiados de La Paz y sus alrededores, y abiertamente temerosos de los ritos andinos, que consideraban satánicos, emprendieron una cruzada de “extirpación de idolatrías” que afectó la pintoresca festividad de las Chalasitas, como se la llamaba. El trueque de los buenos deseos no tuvo otra opción que pasar de la plenitud a lo prohibido, y por ahí a lo clandestino, pues era imperativo mantener vivo el ritual de intercambio de deseos.

    Para facilitarlo, todas las ofrendas cambiaron de tamaño hasta llegar a su mínima expresión, de manera que el intercambio pasaría inadvertido por los invasores. Siglos después vendrían el renacimiento y la expansión de esta costumbre, hoy celebrada libremente y conocida como la Fiesta de las Alasitas.

    La Paz es una ciudad convertida por excelencia en miniatura. Según cuentan los herederos de esa lejana tradición, que se repite año tras año, “en los pequeños objetos habita el espíritu de todas las cosas”. Y ‘Comprame’ es el eslogan de esta fiesta, en la que los objetos elaborados a escala se hacen bendecir por las dos grandes autoridades religiosas, para que estas adquisiciones se materialicen en algún momento del año, en la vida real.

    A los curas no les quedó otra opción que unirse al rito indígena oficiado por el chamán o yaitiri, para confiar la realización del deseo. Jesús repetiría con toda justificación su arenga del templo al ver a los miles de desaforados fieles ingresar a las iglesias cargados de miniobjetos propios de los tiempos modernos para ser bendecidos. A mano llena intentan persignarse las personas, mientras sostienen con recelo sus más recientes adquisiciones: computadores, cámaras, iPods, iPads y hasta celulares que no superan los 3 centímetros, mientras esperan la comunión bendita (del cura) o el vino de la tierra (del chamán). Este sincretismo entre las autoridades católicas y la religión indígena es lo máximo para un boliviano.

    Rompen récord de venta los billetes de todo el mundo impresos en variados tamaños. Después de estos, los minigallos y gallinas, elaborados con pasta, se llevan el segundo lugar en ventas, pues están destinados a ellas (los gallos) y a ellos (las gallinas).

    No es difícil percibir en ello el implícito deseo de una pareja. A veces una gallina va acompañada de huevitos, ¡más procreación, para desespero del escritor Fernando Vallejo!

    Internarse en la festividad de las Alasitas es compartir no solo el fervor hacia los objetos más pequeños, sino el deseo de atesorar algún día lo más grande. Se trata de una pasión silenciosa, casi mística, que comparten fabricantes, vendedores, devotos y aquellos que afinan la mirada para encontrar ese objeto preciado que represente su deseo.
    “Es el comienzo del juego, un día en que los bolivianos vuelven a ser niños”, comenta la periodista boliviana Lupe Cajías.

    Largas cuadras de toldos organizados entre el olor del incienso, el cerdo asado y la empanada salteña enmarcan la escenografía paceña, hasta que en ese eclecticismo de sensaciones entra en escena el estallido de un petardo.
    Sin darme cuenta, me he salido de los límites de la fantasía hasta llegar al Ministerio de Minas, donde un centenar de indígenas le reclama al Gobierno que les permita tomar en arriendo las minas. Un tema de grandes proporciones, en medio del festejo de las cosas más pequeñas.

    Me reintegro velozmente a la calle de las Alasitas, en esta ciudad sitiada por cerros tapizados con ladrillo. Miles de casas que no dan tregua a la mirada cercan a La Paz de hoy. Por algo será el ladrillito la tercera miniatura más vendida. Tanta construcción en los cerros permite creer sin mucho esfuerzo aquello de los deseos cumplidos, a pesar de cualquier norma ambiental.

    También se venden pequeñitos terre

    México: Qué especies sufren por el derrame de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés, “el acuario del mundo”

    En el mar de Cortés habita el 39% de los mamíferos marinos conocidos en el mundo. (Foto: Semarnat)

    En el mar de Cortés habita el 39% de los mamíferos marinos conocidos en el mundo. (Foto: Semarnat)En el mar de Cortés habita el 39% de los mamíferos marinos conocidos en el mundo. (Foto: Semarnat)

    El Mar de Cortés es una de las regiones más importantes en cuanto a biodiversidad se refiere en el planeta. En 2005, fue declarado Patrimonio Natural Mundial de la Humanidad e incluso el afamado oceanógrafo francés Jacques-Yves Cousteau lo considero como el “acuario del mundo”.

    Sobre este manto de agua, hogar de muchas especies naturales, Grupo México, la minera más grande del país, vertió accidentalmente 3.000 litros de ácido sulfúrico, el cual es un componente altamente corrosivo, que en concentraciones de entre 5% y 15% puede causar irritación en la piel y ojos, pero si se supera ese rango, se pueden producir quemaduras.

    La relevancia de este ecosistema para México es mucha, pues en sus aguas, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), habita el 39% de los mamíferos marinos conocidos en el mundo, así como un tercio de los cetáceos y peces que resultan emblemáticos para la región como el tiburón ballena, que es el más grande del mundo.

    También destaca el hecho de que a sus costas arriba la ballena gris con el fin de reproducirse. Además, también hay muchos avistamientos de ballenas azules, principalmente entre Loreto y Los Cabos, durante los meses del invierno y de la primavera.

    A las costas del mar de Cortés arriba la ballena gris con el fin de reproducirse. (Foto: Semarnat)

    A las costas del mar de Cortés arriba la ballena gris con el fin de reproducirse. (Foto: Semarnat)

    Los cielos del Mar de Cortés igualmente son un espacio ideal, pues lo ocupan más de 56 especies de aves marinas, 26 de las cuales son migratorias y seis son casi endémicas. Asimismo, hay 154 clases de aves terrestres de 30 familias distintas.

    En sus aguas, por si fuera poco, habitan dos especies endémicas que se encuentran en peligro de extinción: la vaquita marina y la totoaba. La primera es un cetáceo perteneciente a la familia de las marsopas y hoy en día es uno de los animales más amenazadas alrededor del mundo.

    Por su parte, la totoaba es un pez muy apreciado en China debido al exquisito sabor de su vejiga natatoria, la cual es considerada un manjar en aquel país y por la cual se ha sobrepescado.

    Otro elemento de la riqueza insular del Mar de Cortés son sus reptiles, pues ahí viven 864 especies, 115 se mueven tanto en las aguas como en las costas del mar y 48 de ellas son endémicas de la región. Según el Foro Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en el Mar de Cortés también residen cinco de las siete especies de tortugas marinas del mundo.

    En esta misma zona habita la vaquita marina, la cual está en peligro de extinción. (Foto: Especial)

    En esta misma zona habita la vaquita marina, la cual está en peligro de extinción. (Foto: Especial)

    Respecto a la diversidad floral, en sus islas y costas hay casi 700 especies de plantas vasculares como los cactcus columnares, los cuales pueden alcanzar una altura de 25 metros. También se puede encontrar a la planta Larrea tridentata, que tiene uso medicinal para el tratamiento de afecciones de vías urinarias, así como los cálculos renales.

    Por estas razones es que la zona cuenta con 19 Áreas Naturales Protegidas, 10 de ellas con la categoría de Reserva de las Biosfera, las cuales representan el 24% de las reservas en todo México.

    El investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Carlos Gay, considera que “el Mar de Cortés y sus islas son un laboratorio natural para el estudio de la especiación y el conocimiento de los procesos de evolución oceánicos y costeros, ya que casi todos ellos se dan en sus parajes”.

    Cómo se produjo el derrame de ácido sulfúrico

    Abraham Larios Velázquez, titular de la Administración Portuaria de Guaymas, informó a los medios de comunicación locales que las altas temperaturas provocaron que se venciera una de las válvulas de la planta ubicada en el puerto, y esto ocasionó que se hicieran charcos y el ácido sulfúrico cayera al mar.

    La empresa informó que habían sido 3.ooo litros los que se habían vertido sobre el mar y que después del accidente las válvulas habían sido cerradas, además de que se había realizado el rebombeo de retorno para evitar un derrame más grande.

     

    Tomado de: https://www.infobae.com/america/mexico/2019/07/11/que-especies-sufren-el-derrame-de-acido-sulfurico-en-el-mar-de-cortes-el-acuario-del-mundo/

    México pierde otra batalla por 44 piezas de arte precolombino subastadas en Francia

    1572544644_868267_1572555662_noticia_normal_recorte1.jpg

     1572544644_868267_1572555662_noticia_normal_recorte1.jpg

    México parece derrotado en la lucha por la recuperación de arte precolombino. El Gobierno del país norteamericano ha perdido una nueva batalla por la venta en Francia de una colección con piezas de las culturas maya, olmeca, azteca, zapoteca y teotihuacana. 

    La casa Sotheby’s ha subastado la noche del miércoles 44 objetos, solo el 60% de la colección que era ofrecida en París. Suficientes para intensificar la brecha diplomática abierta entre los dos países a partir de la disputa por permitir la comercialización de los objetos prehispánicos. La secretaria de Cultura mexicana, Alejandra Frausto, ha calificado la legislación francesa como “muy hostil” a la recuperación de patrimonio cultural y ha insistido en la necesidad de transmitir a la comunidad internacional el mensaje de que “el valor de los bienes que se expropian, no es económico, sino cultural”.

    Una cuchara olmeca vendida en 8.400 dólares, una vasija maya de 110.000 y una máscara de piedra de la cultura teotihuacana a 153.000, fueron algunas de las piezas subastadas. El catálogo contenía desde estatuas hasta una urna funeraria. “Este gran conjunto de arte precolombino es un testimonio del refinado gusto de un coleccionista francés cuya vida estaba definida por la estética y la integridad del arte”, anunció Sotheby’s, que no quiso difundir el nombre del antiguo propietario. 

    La colección estaba compuesta por 74 objetos procedentes en su mayoría del patrimonio cultural mexicano, según aseguran las autoridades de este país. Algunos habían sido puestos bajo sospecha. De las 57 piezas que México ha reclamado como propias, 35 han sido señaladas como auténticamente prehispánicas. 22 fueron calificadas como imitaciones de reciente manufactura. Pese a eso, la venta ha dejado una recaudación de 1,9 millones de dólares. “Esta colección encarna la belleza y el alma de estas grandes civilizaciones”, promocionó la casa británica.

    La inacción de las autoridades francesas ante la comercialización de estos objetos genera poca simpatía en el Gobierno mexicano. “La Embajada de México en Francia y la Secretaría de Relaciones Exteriores reprueban la subasta de piezas de arte prehispánico organizada por Sotheby’s en París”, publicó este miércoles la cancillería en un comunicado. El ministerio de Relaciones Exteriores hizo la solicitud de manera formal a la empresa británica de no subastar las piezas, pero la respuesta fue negativa.

    “Esas culturas no están muertas, sus herederos están vivos”, reclamó Frausto este miércoles. De manera simultánea a la subasta, la secretaria de Cultura se encontraba compareciendo en el Senado sobre los avances en su área desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador al Gobierno. Uno de los puntos a debatir en el Congreso fue lo que el Ejecutivo ha denominado como “lucha contra el tráfico de patrimonio histórico”. “Hay 85 piezas en trámite de repatriación. Reconocemos la estrecha colaboración de Estados Unidos, Italia y Alemania, que son acordes a esta política, pero por desgracia no todo es así”, dijo la funcionaria antes de anunciar lo que sucedía en París. “Es una de las cosas que más nos lastiman”, insistió.

    Las autoridades mexicanas aún se relamen las heridas dejadas por un episodio similar el pasado septiembre en el que no pudieron frenar la subasta, también en Francia, de 120 piezas precolombinas. Así como lo hicieron en esa ocasión, el Instituto Nacional de Antropología e Historia elevó el asunto e interpuso quejas ante el Ministerio de Justicia francés. En ninguno de los dos casos México recibió respuesta.

    La posibilidad de México para recuperar el patrimonio que se encuentra en el exterior naufraga ante la falta de acuerdos que faciliten el traspaso de los bienes entre los diferentes países. Una limitación que rebaja la cifra de logros del Gobierno mexicano. “Es necesario avanzar para la ratificación de convenios internacionales que fortalezcan los mecanismos para reclamar la recuperación de las piezas”, aseguró Frausto.

     

    Por:

    Tomado de: https://elpais.com/cultura/2019/10/31/actualidad/1572544644_868267.html?ssm=FB_MX_CM&fbclid=IwAR1R6s18Jma2aQhjBLJGwo61Dd81Xn7BKH206aeKgG6YTnVlw46GtSttnls

    México: Inician la restauración de la pirámide de Kinich Kakmó

    piramide-kinich.png

     piramide-kinich.png

    El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del Gobierno Federal, inicio la restauración de la pirámide de Kinich Kakmó, ( Kinich-Kak-Moo) a 66.5 kilómetros al este de Mérida y a unos 60 kilómetros al noroeste de Chichén Itzá, en Izamal, Yucatán.

    La pirámide de Kinich Kakmó, ( Kinich-Kak-Moo) se encuentra dedicada al dios solar, puesto Ich, que quiere decir cara; Kaak, fuego; Moo, guacamay, que es el basamento más voluminoso del norte de Yucatán y la tercera más grande, después de las pirámides de Cholula en Puebla y Teotihuacán, en estado de México.

    En el proyecto se invierten dos millones de pesos, y consiste en la limpieza de toda la pirámide, y restauración y consolidación del cuerpo superior. Los trabajos se encuentran a cargo de los arqueólogos Luis Millet Cámara, Rafael Burgos Villanueva y Yoly Palomo Carrillo de la Sección de Arqueología del Centro INAH Yucatán.

    La historia de la pirámide

    La pirámide de Kinich Kakmó se remonta probablemente al siglo VI d. de C. en el periodo clásico mesoamericano, ubicada al norte de la plaza principal de la ciudad de Izamal tiene un volumen de 700 000 m³ y fue sede de una de las entidades de mayor importancia, demográfica, política y económicamente de Yucatán en el mundo mesoamericano.

    En Izamal hay otros monumentos arqueológicos de grandes dimensiones de los cuales están en proceso de ser excavados y expuestos por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro INAH Yucatán.

    Una de las más grandes de Mesoamérica

    La pirámide de Kinich Kakmó es una de las estructuras mas grandes de Mesoamerica, su basamento mide 200m de largo por 180m de ancho, su construcción se estima entre 400 y 600 DC.

    En el Códice Dresde aparece Kinich Kakmó con cabeza de guacamaya y cuerpo humano portando una antorcha encendida en cada mano, lo cual es una forma de validar la interpretación del nombre hecha por el Arqueólogo Alfredo Barrera Vásquez.

    Excavasiones y consolidaciones

    También colaboran en el proyecto los arqueólogos Rodolfo Canto, Adal Dzul, Cristian Méndez, quienes realizan las excavaciones y consolidaciones de dicha pirámide.

    Según Eduardo López Calzada, Director del Centro INAH Yucatán “los trabajos de consolidación en dicha pirámide son de gran importancia para el INAH, puesto el gobierno de la republica invierte en acciones de salvaguarda del patrimonio cultural de los Yucatecos y de todo el país, es un orgullo que investigadores yucatecos, realicen los trabajos para beneficio de todos los visitantes”.

    Cinco pirámides monumentales

    .Al término de la restauración, el INAH permitirá la visita a la cúspide la pirámide prehispánica. Según el Arqueólogo Luis Millet Cámara, codirector del proyecto arqueológico “La pirámide denominada de Kinich Kakmó en el municipio de Izamal, es la más visible y mejor restaurada de la localidad, y es una de las 5 pirámides monumentales que se encuentran en la población. Es una gran estructura de diez niveles dedicada a la deidad solar maya, construida encima de una enorme base. Hacia el sudeste se encuentra otra gran pirámide llamada Itzamatul.”

    Preciso que en Izamal, también existen otras pirámides en espera de restauración entre las que se encuentran: Hun Pik Toky en el oeste el espacio público se cierra con el templo del Kabul, Tuul (El Conejo), Habuc y Chaltun Ha.

    Una zona de historia

    En el centro de Izamal en el lugar donde hoy está el convento franciscano estaba la pirámide Pap Hol Chack. Después de años de trabajos, se han descubierto una gran cantidad de estructuras arqueológicas en la zona urbana y sus alrededores, calculadas en más de un centenar en la región que formaba parte, antes de la llegada de los conquistadores españoles del cacicazgo maya llamado Ah Kin Chel.

     

    Tomada de: https://www.yucatan.com.mx/imagen/inician-la-restauracion-de-la-piramide-de-kinich-kakmo

    XXVII ICOFOM-LAM: museos, tradiciones y construcciones colectivas en América Latina y Caribe

    71810059_2453804664904447_2457359130315194368_o.jpg25 al 28 de noviembre, 2019, Ciudad de Guatemala, Guatemala

     71823732_2452441705040743_8796009287525597184_n.jpg

     

    Contacto: ICOFOM <“>

     

     

    VIII Congreso de Educación, Museos y Patrimonio

    Captura_de_Pantalla_2019-10-03_a_las_13.39.52.png25 y 26 de noviembre, 2019, Valparaíso, Chile

     IMAGEN_CONGRESO_VIII_EDUCACION_MUSEOS_Y_PATRIMONIO_-_CHILE.png

    VIII CONGRESO DE EDUCACIÓN, MUSEOS Y PATRIMONIO

     

    La asistencia no tiene ningún costo, plazo para registrarse es hasta el jueves 21 de noviembre.

     

     

    El VIII Congreso de Educación, Museos y Patrimonio, titulado “Compartir, incluir e integrar para el futuro”, que se efectuará el 25 y 26 de noviembre de 2019, en la ciudad de Valparaíso, Chile, ha abierto las inscripciones para los interesados en participar.

    La asistencia no tiene ningún costo, pero los cupos son limitados. El plazo para las inscripciones es hasta el jueves 21 de noviembre.

    El encuentro es organizado por el Comité de Educación y Acción Cultural, CECA- ICOM Chile, con el apoyo del Comité Chileno de Museos (ICOM Chile), de la Subdirección Nacional de Museos,  el Museo de Historia Natural de Valparaíso, el Instituto Duoc U y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

    La apertura del congreso estará a cargo de la gestora cultural y curadora española Encarna Lago González, quien es actualmente gerente de la Red Museística Provincial de la Diputación de Lugo, con diecinueve años de experiencia en la dirección, programación y gestión de museos dentro de las líneas del “Movimiento Internacional para una nueva Museología” (MINOM-ICOM).

    Asimismo habrá cuatro mesas integradas por 12 ponencias de profesionales de Chile y el extranjero, y un espacio de entrevista al director del Museo de La Ligua, ganador del “Premio Grete Mostny a las Buenas Prácticas Museológicas”, Darío Aguilera.

    Para mayor información e inscripciones visitar el

    sitio web https://viiiongresoeducacionmuseosypatrimonio.home.blog o

    escribir al correo electrónico congresoeducacionmuseos@gmail.com

    Honduras recupera 1.008 piezas saqueadas de su patrimonio cultural

    Piezas-mayasefe1.jpg

     Piezas-mayasefe1.jpg

     

    El Estado de Honduras recuperó este miércoles 1.008 piezas de su patrimonio arqueológico y religioso que fueron saqueadas en los últimos diez años de varias regiones del país, de las que unas 200 fueron halladas en Estados Unidos.

    Así lo informó a Efe el gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), Héctor Portillo, quien recibió las piezas de parte de la fiscal especial de Etnias y Patrimonio Cultural, Jany Delcid, en la otrora Casa Presidencial, en el centro histórico de Tegucigalpa.

     

    «Se ha logrado rescatar 1.008 piezas del patrimonio nacional que en su momento fueron objeto del crimen común y organizado», enfatizó Portillo.

    De las 1.008 piezas rescatadas, solamente 50 están siendo mostradas ahora al público, pero según explico Portillo, el resto serán expuestas sucesivamente en el mismo sitio cultural para que el público las pueda conocer todas.

    «Ahora se tiene la oportunidad de dar paso a labores de conservación y a la divulgación de este patrimonio, ya que es un derecho de todos los hondureños en general conocerlo», acotó el gerente del IHAH.

    Añadió que la recuperación de las piezas «ha significado muchos años de esfuerzo, recursos humanos y materiales».

    Portillo destacó la importancia del trabajo conjunto del IHAH, la Policía Nacional y la Fiscalía Especial de Etnias y Patrimonio Cultural para la recuperación de las 1.008 piezas, por cuyo saqueo fueron enjuiciadas unas 18 personas en los últimos diez años.

     

    Concluidos los procesos judiciales contra los acusados del saqueo al patrimonio cultural, la Fiscalía procedió hoy al traslado oficial de las piezas al Estado de Honduras, representado por el IHAH.

    El jefe de la Unidad de Registro y Control del IHAH, Omar Talavera, señaló a Efe que las piezas arqueológicas rescatadas corresponden a los períodos prehispánico, entre los años 600 y 900 de la era cristiana; colonial y republicano.

    Añadió que, por desconocimiento de los sitios de donde fueron saqueados los bienes arqueológicos y religiosos, y la falta de registros, no se puede determinar por ahora a qué cultura e iglesias pertenecen.

    Sin embargo, en lo que respecta a los bienes arqueológicos, serán los arqueólogos del IHAH quienes determinarán a qué culturas pertenecen.

     

    Entre las objetos mostrados hoy figuran ollas globulares, cuencos polícromos, figurillas zoomorfas, antropomorfas, vasijas y cuentas malacates.

    Se suman piezas relacionadas con el culto religioso como una corona decorada con motivos vegetales, dos junquillos o corona de espinas, imágenes de San Antonio con un niño en brazos y de San Martín de Porres, y un Cristo esculpido en madera con pelo y barba labrados y ojos de vidrio, adornado con un resplandor con decoración vegetal y pedrería, entre otras.

    Talavera dijo que los objetos sustraídos proceden del sur, oriente, centro, norte y occidente de Honduras.

    Además, entre las 1.008 piezas figuran unas 200 que fueron recuperadas en Ohio, Estados Unidos, que pudieron haber sido sacadas del país o vendidas por un hombre de apellido Monterroso, de quien Talavera no precisó más detalles.

    Talavera también indicó que Honduras sigue esperando la recuperación de un pequeño pectoral de jade, de la civilización maya, que fue extraviado hacia 1999 del Colegio San Ildefonso, en la Ciudad de México, al que había sido prestado para una exposición.

    En el año 2000, las autoridades mexicanas entregaron el valor de 100.000 dólares en concepto de seguro por la estatuilla, que Honduras espera recuperar como parte de su patrimonio cultural, dijo Talavera.

    Talavera consideró además que el tráfico del patrimonio cultural es el tercer flagelo que afecta a la humanidad, solo superado por el tráfico de armas y el de drogas. EFE

     

    Tomado de: http://www.radioamerica.hn/honduras-recupera-1-008-piezas-saqueadas-de-su-patrimonio-cultural/