La ministra Mariana Garcés Córdoba hará la entrega este 29 y 30 de marzo de los cuatro templos a los cerca de 3.000 habitantes de los resguardos indígenas de Togoima, Chinas, Avirama y Suin, en el nororiente del Cauca. La restauración permitirá su uso como centros culturales, educativos y religiosos.
Los recursos fueron aportados por el Ministerio de Cultura y administrados por Findeter y permitió las obras de restauración integral de los cuatros templos y de las colecciones muebles, en su mayoría religiosa, asociadas a cada capilla.
El uso será educativo y cultural, incluyendo las actividades religiosas y diversas expresiones artísticas de la comunidad, todas ellas acordes con la dignidad de estos templos.
Los templos, patrimonio cultural de la Nación, fueron construidos como parte de la labor evangelizadora de los españoles en cuatro resguardos indígenas de la comunidad Nasa. Inicialmente eran 12 capillas en la región de Tierradentro, de las que solo quedan seis.
Están elaboradas en materiales de la región como guadua, madera, piedra, paja, fibras vegetales y animales, y con técnicas de tapia pisada y bahareque.
La cubierta o techo se hizo en madera recubierta en paja u hoja de palma, materiales que en la mayoría de las capillas fue sustituido por teja de barro.
“Las capillas que permanecen son una excepcional muestra del sincretismo religioso y arquitectónico entre la cultura indígena y la occidental”, expresó Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
Los templos intervenidos presentaban deterioro generalizado por falta de mantenimiento o intentos de restauración sin la debida técnica.
Esta vez se utilizaron técnicas y materiales tradicionales gracias al saber de los indígenas de cada resguardo, quienes le imprimieron un carácter particular a la recuperación de cada templo, con leves diferencias en las dosificaciones y procedimientos empleados para las mezclas, repellos y enlucidos.
Además se realizó la restauración de 69 bienes culturales muebles como esculturas policromadas en madera y yeso, al parecer traídas de Ecuador, elementos litúrgicos como copones, cálices, custodias y misales, así como por mobiliario asociado a las celebraciones litúrgicas.
Los bienes son de carácter religioso y corresponden a los siglos XVII, XVIII y XIX y algunos del XX y dan cuenta del proceso evangelizador adelantado en la época colonial.
“Todo el trabajo sobre estas colecciones se hizo in situ, a la vista de la comunidad, lo cual fue clave dentro del proceso de restauración y de apropiación social del patrimonio”, concluyó Escovar.