La teledetección, especialmente a través de satélites pero también con drones, ha permitido descubrir nuevos geoglifos en la provincia de Palpa que limita con la provincia de Nazca, famosa por sus antiguos geoglifos…
La teledetección o detección remota, especialmente a través de satélites pero también con drones, ha permitido descubrir nuevos geoglifos en la provincia de Palpa, situada en la costa sur de Perú y que limita con la provincia de Nazca, famosa por sus antiguos geoglifos (las líneas de Nazca) con representaciones geométricas, laberínticas, vegetales, animales y humanas.
Los geoglifos, unos enormes dibujos plasmados sobre las pampas, cuya naturaleza y función siguen siendo objeto de grandes debates, no fueron trazados únicamente por la cultura nazca, sino que esta práctica “se extendió a todos los valles contiguos y estuvo presente desde tiempos aún más tempranos de lo pensado”, explican los responsables del Proyecto Arqueológico Palpa-Nasca a National Geographic.
La cultura nazca surgió de una cultura anterior, la de Paracas, se desarrolló durante los primeros siglos de la era cristiana y entró en decadencia a partir del siglo VII d.C. Algunas de las nuevas líneas descubiertas pertenecen a la cultura nazca, pero los arqueólogos sospechan que la mayoría de las nuevas imágenes pertenece a las anteriores culturas de Paracas y Topará, que trazaron los geoglifos entre el 500 a.C. y el 200 d.C. A diferencia de las líneas de Nazca, que se aprecian sobre todo desde lo alto, los geoglifos de Paracas fueron trazados en las laderas de las montañas y eran visibles desde las aldeas situadas al pie de las montañas.
Las líneas de Nazca consisten, como su nombre indica, en líneas o polígonos, pero “muchas de las figuras de Paracas recientemente halladas representan a humanos”, destaca Michael Greshko en la edición internacional de National Geographic. “Muchas de estas figuras representan a guerreros; podían ser vistas a una cierta distancia, pero con el tiempo desaparecieron completamente”, afirma Luis Jaime Castillo, uno de los principales descubridores de los nuevos geoglifos, de la Pontificia Universidad Católica del Perú y director en América Latina de Sustainable Preservation Initiative.
Los nuevos sitios arqueológicos, prácticamente imperceptibles a simple vista, han sido descubiertos gracias a GlobalXplorer, un programa de identificación, documentación y protección del patrimonio cultural, dirigido por Sarah Parcak y con la colaboración de National Geographic Society, entre otros. GlobalXplorer fue lanzado en 2017 y, durante una iniciativa de tres meses para encontrar evidencias arqueológicas en Perú, fueron detectados cientos de sitios por voluntarios de todo el mundo y usando imágenes satelitales.
El trabajo de campo, en la región comprendida entre los valles de Palpa y Nazca, fue realizado entre diciembre de 2017 y enero de 2018 por un equipo dirigido por Jaime Castillo y que incluyó a los estudiantes de arqueología Karla Patroni, Fabrizio Serván y al fotógrafo Diego Ochoa. “La realización de enormes geoglifos fue una tradición de más de 1.000 años, anterior a los famosos geoglifos de la cultura nazca, por lo que se abre una nueva puerta para formular hipótesis sobre la función y significado de estos geoglifos”, expresa Johny Isla, arqueólogo del Ministerio de Cultura de Perú, quien también ha guiado el trabajo de campo en dicha región.
Así son las increíbles 50 nuevas figuras de Nasca descubiertas en Perú
Al enigma que ya rodeaba a los geoglifos de Nasca, en Perú, se suman ahora algo más de medio centenar de figuras que indican que estos misteriosos diseños son más antiguos de lo que se pensaba.
Un equipo de arqueólogos peruanos, apoyados por la revista National Geopgraphic e investigadores internacionales, hizo el descubrimiento en las laderas de los valles de Palpa .Éstas se encuentran a unos 50 kilómetros de donde están las primeras figuras y dentro de lo que se conoce como la Pampa de Nasca, en la zona costera de Ica, en el sur del Perú.
Según el equipo investigador del Proyecto Paracas, estos nuevos geoglifos son más antiguos que los que ya se conocen. Fueron diseñados por la cultura Paraca, que vivió antes que la Nasca, hace más de 2.700 años.
Las imágenes fueron descubiertas gracias al estudio detallado de imágenes de satélite, escaneos 3-D y las fotografías tomadas por drones que no se habían utilizado antes en la zona.
Derechos de autor de la imagenLUIS JAIME CASTILLO/DIEGO OCHOA/ PROYECTO PARACASImage caption
“Los drones permiten tomar una visión muy precisa sin dañar el lugar”, cuenta a BBC Mundo Luis Jaime Castillo, co-líder del proyecto junto al arqueólogo Johny Isla y profesor de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Guerreros más que animales
Uno de los misterios que rodean a las figuras del valle de Palpa es que representan imágenes de figuras humanas.
Al contrario de lo que ocurre con las de Nasca, donde son líneas geométricas y animales, en Palpa son representaciones de seres humanos y animales asociados a ellos.
“Esto representa un cambio fundamental”, insiste Castillo, “es una representación antropocéntrica, mucho más centrada en el propio ser humano y sociedad que lo rodea”.
Las nuevas figuras son en muchos casos conjuntos formados por figuras humanas o un guerrero junto a un animal.
Derechos de autor de la imagenKARLA PATRONI/LUIS JAIME CAMPILLO/PROYECTO PImage caption
Otro de los misterios, asegura Castillo, reside en el tamaño. En los tiempos de la cultura Paraca, “los geoglifos podían verse perfectamente desde abajo” porque las figuras están situadas en las laderas de las montañas, lo que hacía posible su visión desde los cerros.
Las de Nasca, por el contrario, solo podían observarse desde arriba porque están en una planicie.
Un hallazgo casi casual
La exploración de la zona comenzó hace años casi por casualidad, después de una protesta que llevaron a cabo activistas de Greenpeace en 2014 muy cerca de las líneas de Nasca y que dañó el terreno.
Los trabajos de reparación y protección descubrieron “una línea junto a la figura del colibrí que nunca se había visto antes”, recuerda Castillo.
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Fue a partir de ahí cuando se intensificaron más los trabajos hasta llegar a las más de 50 figuras recién descubiertas. Pero Castillo advierte que podría haber muchas más.
“Con todo lo que hemos hecho solo hemos cubierto el 5%, nos falta aún el 95% restante así que se espera descubrir cientos de geoglifos más que después habrá que restaurar y proteger”.
Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias-43752696