El guacamayo posiblemente fue enterrado junto a un difunto en una cueva del estado de Chihuahua y debido a las condiciones ambientales se momificó de forma natural.
Un guacamayo momificado de forma natural ha sido hallado en una cueva de San Francisco de Borja, un municipio del estado mexicano de Chihuahua, según reveló el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México el pasado 10 de julio. Los restos del guacamayo, un ave de gran colorido de la familia de los loros, fueron hallados junto a un posible contexto funerario por unos vecinos de dicha localidad, quienes estaban haciendo unas obras para nivelar el suelo de una cueva de su propiedad. “El ave estaba completa, según los pobladores de San Francisco de Borja, pero sólo cogieron la cabeza y entre la tierra dejaron los otros pedazos de su cuerpo”, comenta Emiliano Gallaga Murrieta. El arqueólogo explica que la gran mayoría de bibliografía hace referencia al uso ritual del guacamayo en el período medio de Paquimé, del 1060 al 1340 d.C., por lo que esa podría ser la antigüedad del hallazgo.
Por primera vez se ha descubierto este pájaro completo en un contexto arqueológico
En contextos ceremoniales y funerarios se han encontrado fragmentos de esqueletos y plumas de guacamayos, pero es la primera vez que se descubre este pájaro, supuestamente completo, en un contexto arqueológico. Los investigadores creen que en la cueva debió de haber una tumba o fardos funerarios de al menos dos individuos: se han excavado dos cráneos de adultos, varios huesos largos, una cesta, una base para una olla de cestería, material textil, cordel de algodón y de pelo humano, una posible bolsa o taparrabo de piel de venado, un caracol y la cabeza de una guacamaya bandera, que se distingue por el gran colorido de sus plumas. “La guacamaya se convirtió en un animal importante en el imaginario colectivo de los pueblos del norte de México y del suroeste de Estados Unidos porque representaba un ave solar, también tenía vinculación con la lluvia por sus colores azulados y verdosos y para los antiguos indígenas guardaba relación con el agua”, asevera Gallaga Murrieta.
Por: Alec Forssmann