Durante décadas, su autenticidad fue puesta en duda debido a esta historia de su descubrimiento, a cómo fue llevado al club Grolier de Nueva York (de donde adquiere su nombre) y lo raro de su iconografía…
Los saqueadores pusieron un paño sobre la brújula de la avioneta cuando llevaban al famoso coleccionista mexicano Josué Sáenz a la selva del sureste de México.
Era 1964, cuando muchos de los tesoros mayas estaban siendo descubiertos, y no querían que este millonario aficionado al arte supiera adónde iban.
Al llegar a un punto en el estado de Chiapas, los saqueadores entregaron seis piezas mayas, entre ellas una máscara de madera y un cuchillo de sacrificios, así como un misterioso documento.
Tiempo después el libro fue bautizado como Códice Grolier, 10 páginas con ilustraciones mayas sobre rituales y un calendario sobre el movimiento de Venus, “la estrella de la mañana”.
Durante décadas, su autenticidad fue puesta en duda debido a esta historia de su descubrimiento, a cómo fue llevado al club Grolier de Nueva York (de donde adquiere su nombre) y lo raro de su iconografía.
Pero una amplia investigación en la Universidad Brown, en colaboración con expertos de Harvard, Yale y California-Riverside, acaba de llegar a una conclusión: el Códice Grolier es auténtico y tiene más de 750 años.
“Tiene la distinción de ser no solo el más antiguo de los cuatro códices mayas, sino el manuscrito nativo más antiguo del Nuevo Mundo”, afirma el arqueólogo Michael D. Coe, uno de los autores de la investigación, a BBC Mundo.
¿Qué es este códice?
El Grolier es llamado “el cuarto códice maya” ya que existen otros tres grandes documentos que reciben su nombre según la ciudad en donde están resguardados: Dresde, París y Madrid.
En el caso del Grolier, es un fragmento de 10 páginas —se cree que eran 20—decoradas con iconografía de rituales maya y un calendario de Venus.
Fue creado cuando ciudades grandes como Chichén Itzá y Tula estaban en declive y los investigadores creen que fue hecho por “un escriba que trabajaba en tiempos difíciles”.
“Este códice nos dice mucho acerca de los mayas en el turbio siglo XIII del que no sabíamos mucho antes”, explica Coe.
“Nos dice lo que necesitaba un escriba o sacerdote lejos de cualquiera de las grandes ciudades para llevar a cabo sus deberes sacerdotales”, añade.
Como otros códices, “ayudaba a los sacerdotes con la adivinación y explica la práctica ritual, así como las decisiones sobre cosas como cuándo hacer la guerra”, dice la investigación.
Dudas y respuestas
Para el arqueólogo Baltazar Brito, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano (INAH), las dudas sobre el Códice Grolier se centran en determinar su antigüedad y probar que su escritura tenga lógica.
“Porque mucha gente ha estado interesada en el códice, sin embargo nadie ha podido decirnos a ciencia cierta si es de época antigua, prehispánica, o no”, dice Brito a BBC Mundo.
La investigación en la Universidad Brown quiso “volver y mirarlo con mucho cuidado, para comprobar las críticas una por una” y descartar “dogmas”.
En la investigación, publicada en la revista Arqueología Maya, comprobaron que el papel usado, llamado papel amate, es efectivamente del siglo XIII, de acuerdo con la prueba de carbono-14.
Los colores rojo y azul corresponden con los pigmentos usados por los mayas de forma “convincente”.
Hasta ahora los escépticos han dicho que el papel podría ser original, pero la iconografía les resulta sospechosa.
Al respecto, la investigación liderada por Stephen Houston cree que es casi imposible que un falsificador hubiera hecho las ilustraciones por tres motivos:
- El falsificador tendría que haber intuido la existencia de dioses que no fueron descubiertos antes de 1964, cuando salió a la luz el códice
- Tendría que conocer la técnica para crear el azul maya, sintetizado en un laboratorio en la década de 1980
- Debió haber tenido a su disposición “una gran cantidad y variedad de recursos” y conocimientos que no se tenían del mundo maya hasta años recientes
“Hemos sacado a la luz un gran cuerpo de evidencia histórica del arte, glifos y evidencia astronómica que ningún falsificador de mediados de 1960 hubiera podido imaginar”, afirma el arqueólogo Michael D. Coe a BBC Mundo.
¿Auténtico?
El investigador mexicano se mantiene escéptico.
Desde el INAH no podría validarse si el códice es “genuino o no” hasta que se realice una investigación propia, considera el arqueólogo Baltazar Brito.
“Los estudios a veces no son precisamente congruentes entre sí, tienen diferencias y cada uno de los investigadores defiende su punto de vista”, dice el investigador del INAH.
Un gran “tesoro”
El Códice Grolier ha estado bajo resguardo en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México, y solo ha estado disponible para los investigadores.
Es considerado como parte del acervo de “documentos raros”, explica Brito, los cuales pueden resultar dañados por la luz, una temperatura inadecuada y debe estar bajo una humedad controlada.
Además de ser el documento más antiguo de América, para los investigadores en EE.UU. tiene un alto valor para el conocimiento de los mayas del posclásico temprano.
“Solo podemos esperar que pronto se muestre al pueblo mexicano, y no esté herméticamente sellado para el público en general”, dice Coe.
“Todos los mexicanos deberían estar orgullosos de este tesoro”.
Por: Darío Brooks
Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/noticias-37323789