A poco más de tres meses del hallazgo que impactó al mundo científico el arqueólogo, Francisco Gallardo, profundiza sobre el vínculo de los pueblos originarios de la Patagonia.
En diciembre de 2017 en el marco de un programa realizado por el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (Ciir) de la Universidad Católica, cinco investigadores dieron con uno de los hallazgos más importantes del último tiempo para la Región de Magallanes. Se trata de pinturas rupestres encontradas en la bahía Yendegaia, en el extremo sur de Tierra del Fuego, lugar en el que aseguran han encontrado más de cien sitios arqueológicos del pueblo yagán.
“El hallazgo de las pinturas rupestres forma parte de una investigación que estamos realizando en bahía Yendegaia, que está asociada al camino que está haciendo el Ministerio de Obras Públicas para unir el canal Beagle con el estrecho de Magallanes”, sostuvo Francisco Gallardo, investigados del Ciir, quien lideró el grupo de arqueólogos que se encontraban indagando las “habitaciones” del pueblo yagán que todavía se pueden encontrar en esta zona de la isla.
“En este momento, sin haber hecho ninguna investigación arqueológica más que hacer los registros, lo más probable es que en esta bahía esté la secuencia completa de ocupación de los yamanas (yaganes), desde que colonizan el canal Beagle, hasta el periodo de contacto con los europeos”, manifestó el arqueólogo que además resaltó que estos descubrimientos deberían tener una antigüedad de entre 5.000 a 6.000 años.
Frente a las pinturas encontradas, Gallardo sostiene que pertenecen a un sitio rocoso clavado en uno de los pantanos, algo así como un humedal. “El hallazgo evidentemente es una sorpresa porque en la isla de Tierra del Fuego no existían antecedentes de arte rupestre. Se habían encontrado algunos en la isla Picton y otro en cabo de Hornos, que también son muy recientes, a lo cual se suma este, el cual prueba que los canoeros tenían un sistema de representación visual de mucha importancia, al igual que los kawésqar”, contó.
Por otro lado, el experto destacó la concordancia de este hallazgo con otros que se han encontrado antes en la región y de los cuales ya se tenía conocimiento, señalando que “este arte rupestre forma parte de un sistema visual que tiene una amplia cobertura regional, como puede ser cerca de Pali Aike, en Cerro Benítez o en la isla Madre de Dios. Es una cobertura de enorme extensión y además funciona muy bien con las pinturas corporales que conocemos de la época de contacto”.
En tanto, el investigador del Ciir subrayó que este tipo de descubrimientos tienen que ver con una razón de acceso a los lugares que antes eran casi imposibles de visitar y mucho menos recorrer. “Se ha ido cambiando la percepción de esto porque creo que tiene que ver con la posibilidad que tenemos hoy día de desplazarnos dentro de los archipiélagos, cosa que en el pasado era muy difícil”.
Finalmente, Francisco Gallardo, se refirió a los próximos trabajos que se aprontan a realizar en el futuro, en la bahía Yendegaia, para poder seguir en la búsqueda de este arte rupestre que ha impactado al mundo de la arqueología. “En este momento estamos tratando de crear un plan de trabajo para el Ministerio de Obras Públicas y, una vez que este plan esté acordado, tendríamos que presentarlo al Consejo de Monumentos Nacionales y éste nos dé la autorización correspondiente. Pero por las condiciones climáticas esperamos que sea a fin de este año o comienzos del siguiente” concluyó.