50 años del Planetario: historias de un fascinante ícono porteño

planetario-baes.pngLa primera función se realizó en junio de 1967 para un grupo de estudiantes. A cinco décadas de ese día, un repaso por los primeros tiempos del mágico lugar

 

 

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Postal nocturna de Buenos Aires. De noche, las luces del Planetario engalanan la ciudad.

 

Querer mirar de cerca las estrellas nos lleva a pensar, casi automáticamente, en visitar la construcción redonda y hasta galáctica que engalana el parque Tres de Febrero, en Palermo. No es para menos, desde su construcción la ciencia y la astronomía comenzaron a ser difundidas y entendidas por todos los inquietos que buscaban en el cielo cada una de las constelaciones y misterios del Universo.

El Planetario Galileo Galilei, el centro de divulgación de las ciencias, tiene una cúpula de 20 metros de diámetro y sobre ella pueden llegar a reproducirse 8.900 estrellas fijas, constelaciones y nebulosas. La primera función se realizó en junio de 1967 y, gracias a las modificaciones que comenzaron en 2011, el público es constante, por lo que se estima que cada año llegan más de 350 mil visitantes para sorprenderse con sus espectáculos de Astronomía y Astronáutica, observaciones por telescopio, clases magistrales, conferencias, cursos, exposiciones, espectáculos para personas ciegas y sordas, conciertos de Música bajo las estrellas, su propia revista Si Muove, el programa Planetario Itinerante, entre otras propuestas.

Como toda buena obra, es el legado de un grande que pensó en su propio tiempo en la importancia de “bajar las estrellas” y hacer de la ciencia materia de estudio e interés para los ciudadanos.

 

La historia del Planetario, según su mentor y director, Antonio Cornejo

“En agosto de 1923, brilló por primera vez un cielo estrellado artificial producido por un instrumento llamado planetario en la ciudad de Jena (Alemania). Unos años después, a comienzos de la década del treinta, numerosas personalidades e instituciones de nuestro país, se hicieron eco de lo que en Europa se denominó ‘El milagro de Jena'”, escribió en 2010 el profesor Antonio Cornejo, a cargo de la puesta en marcha del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires en 1967 y su director durante 33 años, hasta que se jubiló. Su continuidad posibilitó una organización sólida y sostenida en el tiempo que hizo crecer al Planetario con propuestas superadoras, basadas en la experiencia y el conocimiento, ya que tuvo a su cargo no sólo poner en funcionamiento el complicado proyecto sino también, elaborar los primeros espectáculos, que fueron siempre de producción propia, desarrollar las actividades y organizar administrativamente la institución.

En el libro “Planetario, recuerdo de sus orígenes”, Cornejo cuenta la historia del lugar y repasa los momentos previos a la realización del tan esperado espacio para estudiar lo desconocido. “Recién en 1958, por iniciativa del entonces Secretario de Cultura de la Municipalidad, Dr. Aldo Armando Cocca, se designa una comisión asesora honoraria para estudiar la adquisición y la futura ubicación de un planetario. El 17 de septiembre de 1959 ingresa al Concejo Deliberante el Proyecto de Ordenanza presentado por los concejales José Luis Pena, Roberto Etchepareborda y Armando Parodi que textualmente expresaba ‘…La ciudad de Buenos Aires clama hace más de un cuarto de siglo por un planetario del cual disponen las principales ciudades del mundo…'”.

 

Fue en 1960 cuando se aprueba el proyecto de resolución que autoriza la adquisición de un planetario a la empresa Carl Zeiss de Alemania y se encomienda el diseño del edificio al arquitecto Enrique Jan, miembro del equipo de profesionales de la Dirección General de Arquitectura de la Municipalidad. En junio de 1961 se llama a licitación pública para su construcción y luego se adjudica la obra a la Compañía Argentina de Construcciones Civiles S.A.

Fueron los miembros de la Sociedad Italiana Leonardo da Vinci y de la Federación General de Sociedades Italianas de la República Argentina quienes propusieron que la obra en construcción lleve el nombre Galileo Galilei, la cual fue aceptada por el entonces intendente.
 

“Por fin el 13 de junio de 1967 se realizó la primer función para un grupo de estudiantes que contempla el cielo estrellado proyectado por el reluciente Planetario Zeiss modelo IV Innovaciones y actualizaciones”, contó Cornejo en su libro sobre el nuevo espacio que desde entonces   brinda funciones para el público. “El desafío a lo largo de todos estos años fue sumar atractivos a las proyecciones acorde a los avances de las tecnologías vigentes en cada etapa. Por esta razón fueron necesarias muchas adquisiciones que permitieron la permanente actualización”, explicó sobre las innovaciones.

Desde 1971, el Planetario tuvo modificaciones y nuevas adquisiciones. Entre otros detalles, se instaló un proyector de la Luna en condiciones de representar eclipses (uno total y 4 tipos de eclipses parciales); proyector del Sol (que ofrecía 10 posibilidades de eclipses: total, parciales y tránsito de Venus por el disco solar), el proyector de Saturno, proyectores de nubes y escalas de coordenadas esféricas, mencionó el ex director en su texto.

El año siguiente reciben seis proyectores panorámicos de horizonte y proyector del globo terráqueo. Más tarde llega un sincronizador Fasten con el fin de automatizar a los proyectores auxiliares. Ya en 1981 se instalan 22 proyectores de efectos especiales. 10 proyectores Kodak Ektagraphic.

En 1993, el Gobierno de Japón dona un estudio de video, tres proyectores de video, proyectores para diapositivas, para nubes crepusculares y un zoom 1:6. En ese mismo año, se incorporó un reproductor de laserdisc. Cinco años más tarde, instalan un sistema para la automatización de los efectos especiales de sala y el equipo de proyección de imágenes fijas que cubren completamente el domo All sky system; tres proyectores de efectos especiales, diapositivas, laser disc y un grabador de cinta abierta, con cuatro canales, sumado a un sistema digital para programar y activar efectos.

En 2011 comienza el proyecto de renovación de la pantalla de la Sala de espectáculos y se realiza una renovación completa de los equipos de proyección, entre ellos suman lámparas LED que muestran estrellas de hasta una 11° magnitud, 140 cúmulos, nebulosas y la Vía Láctea.

Funciones destacadas

La primera función en el Planetario se realizó el 13 de junio de 1967 y participaron alumnos de la Escuela Comercial Nº 1 de Banfield y del Colegio de la Santa Unión de los Sagrados Corazones, de Capital Federal. Fue el propio profesor de Geografía y Matemáticas, Antonio Cornejo, quien les mostró cómo se vería esa noche la galaxia sobre Buenos Aires, la Antártida Argentina y el Polo Sur. La apertura definitiva para el público en general se realizó el 5 de abril de 1968.

 

Entre las distintas funciones que actualmente brinda el Planetario, se destacan las que fueron pensadas para personas ciegas y sordas.

Estas funciones arrancaron en junio de 2001 y son inéditas en América Latina y cuenta con la colaboración de la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC). En la función se combinan mapas celestes táctiles, gráficos en relieve, un relato grabado, música y efectos sonoros. Además, un amplio sector de la Sala de Espectáculos posee un aro magnético para amplificar el sonido y facilita la audición, mediante el uso de los audífonos, de los hipoacúsicos. Ambas funciones son libres y gratuitas.

 

Más información en la página oficial del Planetario .

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Entre las distintas funciones que actualmente brinda el Planetario, se destacan las que fueron pensadas para personas ciegas y sordas.

Estas funciones arrancaron en junio de 2001 y son inéditas en América Latina y cuenta con la colaboración de la Biblioteca Argentina para Ciegos (BAC). En la función se combinan mapas celestes táctiles, gráficos en relieve, un relato grabado, música y efectos sonoros. Además, un amplio sector de la Sala de Espectáculos posee un aro magnético para amplificar el sonido y facilita la audición, mediante el uso de los audífonos, de los hipoacúsicos. Ambas funciones son libres y gratuitas.

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