El gobierno peruano denunció ante la Unesco el despliegue de una bandera de protesta de la organización ecologista en el sitio arqueológico; buscan que los 12 activistas no puedan salir del país
Por: Víctor Ingrassia
LIMA (De un Enviado Especial).- Indignación, asombro, condena y búsqueda de justicia. Así vive hoy el pueblo del Perú la inédita jugada que hizo esta semana la organización ecologista Greenpeace cuando desplegó una enorme pancarta al lado de uno de los famosos dibujos conocidos como las Líneas de Nasca.
Mientras el gobierno de Perú notificaba a laOrganización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), sobre los daños causados a las Líneas de Nazca, Patrimonio de la Humanidad, el director internacional de Greenpeace llegó ayer a Lima para pedir públicamente disculpas por la acción ilegal cometida y hablar con las autoridades.
En medio de las críticas y la indignación internacional que causó la acción de los ecologistas, el sudafricano Kumi Naidoo, cabeza de la organización internacional, se reunió con representantes del gobierno peruano. “Haremos todo lo necesario para subsanar el problema”, dijo escuetamente Naidoo a su llegada a Lima.
El cartel colocado por 12 activistas de Greenpeace, hecho con letras de tela sujetas con piedras, decía “Time for change: The future is renewable” (Tiempo de cambio: el futuro es renovable)”, e iba dirigido a los líderes que participan de la XX Conferencia Mundial sobre Cambio Climático (COP20) de las Naciones Unidas en Lima, para que pongan fin al uso de los combustibles fósiles.
La acción generó el inmediato rechazo de la opinión pública y de las autoridades peruanas, como el presidente Ollanta Humala, que ratificó que habrá acciones judiciales contra el grupo ecologista Greenpeace por invadir el histórico sitio arqueológico.
Según el gobierno de Perú, el daño por pisadas cerca de las líneas está comprobado. Foto: Archivo
“He podido apreciar dos mensajes”, dijo Humala al referirse a la acción de Greenpeace: “Uno sobre el tema que estamos abordando acá ( cambio climático), pero hay un mensaje más grande que es una falta de respeto a nuestro patrimonio cultural y a las leyes peruanas”, destacó Humala.
Greenpeace aseguró que la intervención se realizó “con extremo cuidado” y emitió un comunicado en el que ofreció disculpas “sin reserva alguna” por la intervención, aunque la restringió a “cualquier ofensa moral que se haya causado al pueblo peruano”.
“Lo lamentamos profundamente y somos plenamente conscientes de que nuestro mensaje no ha sido percibido como esperábamos”, señaló en un comunicado la ONG. Sin embargo, el gobierno de Perú rechazó esas declaraciones.
DISCULPAS NO ACEPTADAS
“No hemos aceptado las disculpas. Ellos no aceptan el daño ocasionado”, explicó el viceministro de Cultura, Luis Jaime Castillo, tras recibir al argentino Mauro Fernández, vocero de Greenpeace en la COP20, que se realiza en Lima desde el 1 de diciembre.
Las líneas de Nasca de la época preincaica, con más de 2000 años de antigüedad, y que representan figuras geométricas, antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas, sólo pueden ser apreciadas desde el cielo.
Están localizadas sobre las pampas de Nasca a 450 kilómetros al sur de Lima y fueron declaradasPatrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1994 y legalmente tienen el estatus de zona intangible, por lo que está prohibido acercarse a ellas sin autorización.
La fiscalía aceptó la denuncia del Ministerio de Cultura contra los activistas de Greenpeace, para quienes solicitó el impedimento de salida del Perú y su posible detención. Pero el Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Nasca desestimó la solicitud de prisión preventiva e impedimento de salida del país para los 12 miembros de Greenpeace.
La fiscal provincial de esa ciudad, Velia Begazo, explicó que el Poder Judicial devolvió el expediente a la Fiscalía por la falta de domicilio para notificar a los miembros de la ONG ambientalista.
La presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara Velásquez, criticó la decisión judicial a través de Twitter, y consideró como “el colmo” que se haya devuelto el expediente a la Fiscalía por no poder notificar a los acusados.
Según la fiscalía, se constató “daños irreparables” en un área de 40m2 en la zona donde está localizada la figura del colibrí. Begazo señaló que lo hecho por Greenpeace constituye “un delito contra el patrimonio cultural que es penado de tres a seis años de prisión”.
DENUNCIA ANTE LA UNESCO
En una misiva dirigida a la representante de Unesco en Perú, Magaly Robalino, la ministra de Cultura, Diana Álvarez, expresó su “profunda preocupación” que causó el lunes la colocación de letras gigantes de tela junto a la figura del Colibrí, uno de los geoglifos más conocidos de las líneas de Nazca, en el departamento sureño de Ica.
“Greenpeace ingresó al sitio arqueológico sin autorización, aprovechando la oscuridad de la noche y caminando sin los implementos de protección necesarios, hasta llegar al geoglifo conocido mundialmente como el Colibrí”, señala el documento.
De acuerdo con Álvarez, la Fiscalía y la Policía inspeccionaron la zona y confirmaron “los graves daños causados al entorno del geoglifo”.