Un análisis del proceso de preservación y valoración del Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, enfocándose en la exclusión histórica de áreas significativas del barrio de Santa Ana y su importancia para la identidad urbana y nacional.
La consolidación del corregimiento de San Felipe y unas cuantas calles del corregimiento de Santa Ana, en cuanto al proceso de rescate de algunos edificios históricos e infraestructura de la zona sobre lo que fue la península sobre la que se asentó la ciudad de Panamá por segunda vez a los pies del cerro Ancón, ha definido lo que hoy se considera el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá. En sus límites, declarados bajo una protección patrimonial de Unesco, abarca principalmente la ciudad amurallada y unas cuantas calles del arrabal, es decir el perímetro de la iglesia de Santa Ana.
Dentro de esta expresión o reconocimiento del patrimonio construido se valora principalmente el pasado español, con su conjunto eclesiástico y civil, además del doméstico representado en una arquitectura hispana colonial. Sin embargo, dentro de esta consideración la gran riqueza del discurso de la evolución urbana de la ciudad y del país, que evolucionó principalmente durante el s. XIX e inicios del s. XX y que se desarrolló a lo largo y ancho de los barrios, Santa Ana y El Chorrillo han sido desconsiderados o excluidos.
El barrio de Santa Ana como bastión urbano del nacimiento de la República
¿Qué áreas específicas del barrio de Santa Ana estamos considerando? En primera instancia lo que se conoce como Barrio Chino, de primordial importancia, que además de ser el primer asentamiento de la colonia china en Panamá, fue sede de la primera estación del Ferrocarril Transístmico del Pacífico en 1850 sobre el sector de la Ciénaga. La franja completa de la Avenida Central, desde la calle Salsipuedes hasta la plaza 5 de mayo, demás decir que es uno de los principales vestigios de los caminos históricos como Real y Cruces hasta su bifurcación en Calidonia, hasta La Cuchilla de Calidonia y el sector de Casino, en la antigua entrada de Bella Vista.
Desde la caída de una parte de la antigua muralla este gran boulevard fue el eje neurálgico sobre el que se desarrolló la ciudad de Panamá hasta la colocación de nueva estación del Ferrocarril en la plaza 5 de Mayo con su diverso inventario arquitectónico.
Adicionalmente, los ejes de la avenida Ancón, calle Estudiante y la avenida de Los Mártires-4 de julio, escenarios fundamentales para comprender la historia e independencia de la República y la construcción del Canal entre 1903 y 1914, época de mayor auge. También incluye el conjunto del antiguo parque Lesseps, que luego se utilizó para construir la sede de la Asamblea Legislativa y donde también funcionó el hotel Tívoli, espacios que prácticamente se han desgarrado de la memoria.
Si bien se ha considerado un polígono como conjunto de patrimonio histórico sobre la plaza 5 de Mayo, excluye los edificios y se le han añadido estructuras nuevas que son discordantes, tampoco han existido iniciativas gubernamentales para rescatar el edificio moderno original de la Asamblea Legislativa y sus espacios públicos.
Actualmente la Alcaldía de Panamá da seguimiento a una intervención que inició la administración del exalcalde José Fábrega en el sector de Barrio Chino, que decidió intervenir las calles e infraestructura, con el adoquinado de las calzadas. En la administración de José Blandón también hubo intervenciones sobre la calle Salsipuedes, relleno El Javillo y Terraplén. Sin embargo, aún no existen acciones coordinadas para una visión estratégica sobre el desarrollo urbano de cada una de estas zonas en el barrio de Santa Ana.
¿Debe considerar la ciudad la expansión de los límites del Casco Antiguo hacia todo el barrio de Santa Ana? ¿Cuál es su valor añadido al conjunto monumental existente? La incorporación del conjunto monumental puede ser una oportunidad para la densificación de la zona, con una convivencia y rescate del enorme catálogo arquitectónico y de usos mixtos de los edificios Art-Deco, Neo-Historicistas, Eclécticos, Hispanicistas y Moderno-Racionalistas existentes, con arquitectura contemporánea curada mediante concursos de diseño, con nueva oferta de vivienda y servicios, en una propuesta inmobiliaria y soluciones de vivienda para diversos ingresos, desde la vivienda asequible hasta la vivienda reformada o restaurada a precio de mercado inmobiliario.
Existen una serie de amenazas que desafían la incorporación de una estrategia de rescate de los edificios y del entorno urbano. Los masivos proyectos multifamiliares de baja calidad, ya deteriorados, que se han convertidos en guetos y tugurios, unas condiciones donde los habitantes viven sin pagar renta ni servicios públicos como el agua o la recolección de la basura. Aunado a la desconexión de los servicios de transporte urbano adecuado y ajustado a un centro histórico que lo convierte un bolsón de marginalidad, delincuencia y pobreza a los ojos de las máximas autoridades del país instaladas en el barrio de San Felipe.
Hasta el momento, la visión de Santa Ana y El Chorrillo solo ha sido como una zona de transición, de amortiguamiento que mengua físicamente hacia el patrimonio colonial del Casco Antiguo, representado en la antigua ciudad amurallada y su perímetro. Es en una actitud negacionista del pasado de la ciudad y los lugares que han construido el Panamá que se forjó en los siglos XIX y el primer cuarto del s. XX en acontecimientos trascendentales como la construcción del Ferrocarril Transístmico, la Independencia de Panamá de Colombia, la construcción y apertura del Canal de Panamá y el nacimiento de la antigua Zona del Canal.
Estos dejaron una huella innegable y de gran valor en la diversidad etnográfica y de razas que es expresión de un cohesivo conjunto arquitectónico y urbano que cada día se va desgastando, olvidando y destruyendo. Tal como ha ocurrido en el sector de San Felipe, la renovación y reutilización del barrio de Santa Ana, que permita la valoración y rescate de sus edificios y entorno urbano es fundamental de un centro histórico más íntegro y completo.