“La base para la protección del Patrimonio Cultural es la educación respecto a su valor y significado como testimonio”

Entrevista a Fernando Gómez Benigno, Jefe del Departamento Protección del Patrimonio Cultural de Interpol, en el marco de la muestra “El Caso Breccia” en el Centro Cultural Borges, que exhibe originales del artista Alberto Breccia que fueran hallados tras el robo de sus obras y que ahora forman parte del proceso judicial que investiga este delito. “El objeto de la muestra es aunar esfuerzos en la prevención de los delitos que atentan a los bienes culturales que requiere una labor articulada y en conjunto entre los diversos organismos vinculados en la temática”.

Revista Broquel: ¿Cómo surge la investigación por la desaparición de las obras de Breccia?

Fernando Gómez Benigno: La investigación surge a raíz de la desaparición de una gran cantidad de obras originales de Alberto Breccia, que se encontraban en Depósito Judicial para su resguardo y custodia en la Empresa de Seguridad FIRME SA, por tratarse de bienes del acervo sucesorio de la familia del mencionado dibujante, teniendo en cuenta el gran valor comercial que poseían. Las diversas obras del artista, permanecieron en la caja fuerte de la citada empresa hasta la quiebra de la entidad en el año 2005, fecha en la cual se produjo la sustracción de las obras. La familia fue alertada de que algunas de ellas se estaban comercializando en el exterior, es así que realizan la denuncia en autoridad judicial.

RB: ¿Cómo toma contacto con el caso y cuál fue su participación allí?

FGB: Tomé contacto con el caso en virtud del requerimiento del Juzgado de Instrucción n° 38 de la Dra Wilma López, en virtud de la función específica de la Dependencia en la investigación de casos relacionados sobre los bienes culturales y artísticos que sean objeto de delito en nuestro país. Como primera medida se procedió a insertar en la base de datos de obras de arte robadas de la Secretaría General INTERPOL, a la que tienen acceso las policías de los 195 países miembros, como así también en la Base Nacional de Bienes Culturales sustraídos que posee la Policía Federal Argentina, la cual se destaca por ser de acceso público a través del sitio web del Departamento Interpol. En ambas bases de datos, se registran los objetos sustraídos con su correspondiente descripción y fotografía, con el fin de acotar su comercialización en el mercado del arte por parte de los autores del ilícito.

Seguidamente se profundizó la investigación consultando distintas casas de subasta dedicadas a la comercialización de este tipo de obras, en especial las europeas dado el valor que alcanzan al momento de la venta. Es así que se pudo determinar que algunas de ellas se estaban vendiendo en subasta pública en países como Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia e Italia, por un precio de base de 3 mil a 5 mil Euros cada una. Es por esto que se anotició a la autoridad judicial y se solicitó el secuestro de los elementos ofrecidos en los distintos países, mediante las comunicaciones vía Interpol y las correspondientes rogatorias internacionales continuándose los trámites para la restitución de otros tantos dibujos localizados. La investigación permitió recuperar casi doscientas (200) obras en la Argentina y localizar casi un centenar en el exterior, lo que motivó el procesamiento de los implicados por encubrimiento agravado por el ánimo de lucro.

RB: ¿Cuál es la actualidad de la causa? ¿Qué se espera que suceda con las obras faltantes?

FGB: Tenemos obras recuperadas que permanecen en carácter de Depósito Judicial en la sede de este Departamento esperando la resolución del Tribunal Oral Federal, de las cuales algunas fueron seleccionadas para ser expuestas en el Centro Cultural Borges con la debida autorización de la autoridad judicial. El objeto de la muestra es aunar esfuerzos en la prevención de los delitos que atentan a los bienes culturales que requiere una labor articulada y en conjunto entre los diversos organismos vinculados en la temática. De esta forma, se pone al alcance de la sociedad la información referente a los casos de prevención y lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales. También se apela a la sensibilización, permitiendo que estas piezas sean accesibles al público durante el tiempo de la muestra. Consideramos que la base para la Protección del Patrimonio Cultural es la educación respecto al valor y significado del mismo como testimonio.

En cuanto a las faltantes, las obras están publicadas tanto en la Base de Datos Nacional de Bienes Culturales Sustraídos que posee la Policía Federal Argentina a través del sitio web de Interpol Buenos Aires (www.interpol.gov.ar), como así también la Base de Datos Internacional de Obras de Arte Robadas de Interpol Lyon. El personal del Departamento lleva a cabo diversas tareas de investigación a diario para poder recuperar y restituir los elementos sustraídos a sus legítimos propietarios.

RB: Teniendo en cuenta esta experiencia, ¿cuáles son las acciones que pueden realizarse para la defensa del patrimonio cultural argentino?

FGB: Son muchas las acciones que pueden llevarse adelante. Principalmente, concientizar a la comunidad, brindando capacitaciones en conjunto con el Instituto Universitario de PFA como también junto a los Ministerios de Seguridad y Cultura. Capacitar al personal policial, tanto federal como provincial, aduana, funcionarios públicos, etc., que puedan estar en contacto con bienes culturales. Crear comités técnicos locales o jurisdiccionales para establecer un espacio de debate y transmisión de información en el ámbito de la cultura. Actualizar las estrategias mientras se perfeccionan las modalidades criminales, al tiempo que se mantienen actualizadas las bases de datos. Impulsar la realización de inventarios de las colecciones tanto de museos como de particulares, con fotografía y características principales, esto permitirá ante cualquier eventualidad de robo, contar con la información precisa en las tareas dirigidas a su recuperación. Manteniendo un contacto fluido con la comunidad o con el ámbito de la cultura, es decir coleccionistas, etc.

Pero también contamos con nuevas herramientas tecnológicas, como la aplicación móvil ID-Art, que ayuda a descubrir bienes culturales robados, reducir el tráfico ilícito y aumentar la probabilidad de recuperar los objetos sustraídos. La aplicación puede ser usada por policías, funcionarios de aduanas, el público en general, coleccionistas privados, marchantes de arte, periodistas, estudiantes o amantes del arte. Su utilización permite no sólo acceder a la Base de Datos de INTERPOL sobre Obras de Arte Robadas, que contiene más de 52.000 objetos de arte de 134 países miembros, sino también crear un inventario de colecciones de arte privadas, informar del robo de un objeto, o notificar sitios culturales en peligro o excavaciones ilícitas. La aplicación ID-Art puede descargarse de forma gratuita e instalarse en teléfonos móviles.

RB: ¿Está interviniendo en algún otro caso similar a este?

FGB: Constantemente se llevan a cabo distintas investigaciones, muchas de ellas de carácter internacional como este caso, ya que se trata de un delito que trasciende las fronteras de los estados. Es importante resaltar que el caso de los dibujos de Breccia es un valioso ejemplo, que deja al descubierto la forma en la que opera el mercado ilegal de obras de arte, donde las sustracciones de objetos culturales se producen en un país o región, rápidamente son trasladadas al exterior para su venta y colocación. Es muy común que el robo de las obras de arte producidas en nuestro país aparezca a la venta en casas de subastas de distintos países del mundo. Esta cualidad delictiva amerita la intervención de esta Dependencia tanto para la protección de bienes culturales de origen nacional o extranjero, y evidencia la necesidad de conectividad internacional. La red Interpol, a la que pertenece este Departamento, posibilita la cooperación de Instituciones policiales del extranjero.

RB: El comercio mundial de arte es un negocio multimillonario, ¿qué límites pueden imponérsele y cómo ve a futuro su evolución?

FGB: Según la Organización de las Naciones Unidas el comercio mundial del arte tiene un monto de 3.600 a 4.500 millones de dólares anuales. No solo eso, sino que también se encuentra vinculado con otros delitos tales como el lavado de activos, financiación del terrorismo, entre otros. Los límites a la evolución de este negocio se fueron construyendo a lo largo de los años, donde se fortalecieron los lazos entre los distintos organismos con injerencia en la temática. Es así, que a partir del conocimiento acabado de las circunstancias en que se producen los delitos contra el patrimonio cultural, se pudo abordar la problemática del tráfico ilícito de bienes culturales, considerando que la respuesta debe ser multidisciplinaria, global y mancomunada. Hoy en día contamos con herramientas más eficaces en la prevención y lucha contra esta tipología delictiva, que sin lugar a dudas permiten recuperar y restituir diversos bienes culturales sustraídos a sus legítimos propietarios. Sin embargo, continuamos trabajando en la capacitación para concientizar a la sociedad y generar sensibilización sobre este flagelo.

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