La nueva especie ‘Teyujagua paradoxa’ vivió al sur de Brasil hace unos 250 millones de años, justo después de la extinción masiva del Pérmico-Triásico
A comienzos de 2015, un equipo del Laboratorio de Paleobiología de la Universidad Federal de Pampa (Brasil) descubrió el fósil del cráneo de un reptil, de unos 250 millones de años de antigüedad, en un conocido yacimiento de fósiles situado a unos diez kilómetros al este de San Francisco de Asís, al sur de Brasil. El fósil, casi completo, mide 115 milímetros de largo y aún conserva las fenestras anteorbitales y mandibulares (aberturas en el cráneo), los dientes aserrados y el hueso temporal inferior cerrado, es decir, una serie de características propias de los arcosauriformes, un grupo muy amplio que incluye todos los dinosaurios y pterosaurios (“lagartos alados”) extintos, además de las aves y cocodrilos actuales. Sin embargo, esta nueva especie de reptil se diferencia de otros fósiles del mismo período, inmediatamente posterior a la extinción masiva del Pérmico-Triásico, ocurrida hace unos 250 millones de años y que fue el proceso más catastrófico en la historia de la vida animal. Algunas especies sobrevivieron y evolucionaron y esta fue una de ellas. El estudio del cráneo fosilizado, desarrollado por tres universidades brasileñas y la Universidad de Birmingham, fue publicado el 11 de marzo en Scientific Reports.
El ‘Teyujagua’ fue un animal pequeño, de dieta carnívora y que vivía en las márgenes de ríos y lagos
La nueva especie ha sido denominada Teyujagua paradoxa, un nombre que hace referencia a Teyú Yaguá, uno de los siete monstruos legendarios de la mitología guaraní, representado como un lagarto con cabeza de perro y que siente predilección por la fruta. Teyujagua paradoxa fue un pequeño animal cuadrúpedo que podía alcanzar el metro y medio de longitud. Sus dientes curvados y puntiagudos indican una dieta carnívora. Las fosas nasales sobre la parte superior del hocico son una característica típica de algunos animales acuáticos o semiacuáticos, como por ejemplo los cocodrilos actuales. Probablemente vivió en las márgenes de los ríos y lagos, cazando anfibios y procolofónidos, que eran pequeños reptiles con forma de lagartos robustos. “El Teyujagua teníauna combinación de características nunca vistas hasta ahora, que indican una posición única en el árbol evolutivo de un grupo importante de vertebrados”, explica Felipe Pinheiro, de la Universidad Federal de Pampa, según recoge la Universidad de Birmingham en un comunicado. “Se trata de un descubrimiento realmente importante porque nos ayuda a comprender los orígenes de un grupo de vertebrados llamados arcosauriformes, de una diversidad espectacular y que incluyen a los colibrís, cocodrilos y dinosaurios gigantes como el Tyrannosaurus rex y elBrachiosaurus. El Teyujagua llena un vacío en la evolución entre los arcosauriformes y los reptiles más primitivos y, además, nos ayuda a entender cómo empezó a evolucionar el cráneo del arcosauriforme”, expresa Richard Butler, de la Universidad de Birmingham.