En esta foto sin fecha emitida por el Ministerio de Cultura guatemalteco, velas iluminan una cueva durante una ceremonia indígena en el sitio maya “Salinas de los Nueve Cerros” en Alta Verapaz, al norte de la capital de Guatemala. Según el ministerio, arqueólogos han descubierto un centro maya de la era Preclásica donde se fabricaba sal mineral para su envío a varios reinos mayas en Guatemala y el sur de México. Las excavaciones comenzaron en 2010.
Arqueólogos han descubierto un centro maya de la época preclásica, que según estudios fue escenario de fabricación de sal no marina en forma artesanal y que suministraba el mineral a varios reinos mayas en toda Guatemala y parte de México, anunció el viernes el gobierno guatemalteco.
El sitio Salinas de los Nueve Cerros, con una extensión aproximada de 30 kilómetros, fue localizado con el apoyo de arqueólogos de la Universidad de Luisiana en Lafayette y la Universidad de San Carlos de Guatemala, anunció el Ministerio de Cultura y Deportes. Se encuentra ubicado en el departamento de Alta Verapaz, al norte de la capital guatemalteca.
El arqueólogo a cargo del proyecto, Brent Wpoodfill, informó que “se encontraron evidencias de producción de sal en forma artesanal, también grandes ollas, que usaban para guardar la producción”.
“Sabíamos que hacían esto en forma masiva”, dijo el arqueólogo, y precisó que el hallazgo más impresionante es una plataforma artificial de 200 metros de ancho por hasta 100 de largo y hasta 13 de profundidad, donde se producía la sal.
Los estudios indican que los mayas en esa época elaboraban hasta 24.000 toneladas de sal al año hirviendo agua de un río salado que fluye desde un domo de sal que se encuentra en el centro del sitio. Luego la sal era transportada hacia las ciudades de Tierras Bajas del occidente en el Petén, Alta Verapaz y Chiapas, a través de los ríos Chixoy y Usumacinta.
“Salinas de los Nueve Cerros fue una de las ciudades más antiguas del mundo maya, con evidencia de asentamiento basado en la producción de sal desde el Preclásico Medio Temprano (1000 a 800 a.C.). Durante el Clásico Tardío (600 a 900 d.C.) se expandió hasta cubrir aproximadamente 35 km2, con una economía que se basó no solamente en la sal sino también en la agricultura y la exportación de otros bienes como navajas de obsidiana”, explicó el Ministerio de Cultura en un boletín de prensa.
Se cree que los habitantes de Salinas de los Nueve Cerros suministraban la sal a otros reinos, pues en el sitio se ha encontrado vasijas y otros objetos que eran originarios de otros reinos mayas, lo que da un indicio de trueque a cambio del mineral, dijo Woodfill.
Rosa María Chan, viceministra de Cultura y Deportes, dijo que los habitantes del sitio pudieron incluso vivir 1.000 años a.C.
“Aquí hay una riqueza de un yacimiento de sal que se producía en forma artesanal, no marina que se producía antes, pero también hay pirámides y palacios que no se habían dado a conocer” dijo Chan.
Según los arqueólogos, cuando colapsaron los centros contemporáneos como Tikal, Ceibal, Dos Pilas, Cancuen y Toniná, los habitantes de Salinas de los Nueve Cerros aprovecharon el florecimiento Posclásico en el Altiplano, exportando su producto a las ciudades nuevas al sur. La ciudad sobrevivió hasta alrededor de 1200 d.C., aunque aún después del colapso fue un recurso importante para varios grupos de mayas hasta que los españoles conquistaron la región y se apoderaron de la fuente de sal a finales del siglo XVII. Desde entonces se proveyó la sal que presentó sobre las mesas de las casas de Cobán, Sayaxché y otros vecinos hasta el siglo XX, cuando la construcción de carreteras y el ferrocarril permitió la importación de sal barata del mar.
Las excavaciones y estudios en el nuevo sitio se iniciaron en 2010 luego de un año de visitas y negociaciones para las excavaciones con los dueños de las tierras del lugar. Actualmente el sitio es resguardado por personas que viven en comunidades aledañas a éstas. La comunidad y sus líderes pretenden fundar un parque ecológico y arqueológico dentro del sitio para preservar las salinas, el bosque, los restos arqueológicos y las tradiciones q’eqchi’es.
Según las fotografías mostradas en una rueda de prensa, el lugar se encuentra entre verdes prados y montañas, hay lagunas que cambian de color, entre ellas rosada, morado y verde fluorecente. En el sitio también se ha localizado obsidiana y jade, además de 3 pirámides de poco más de 8 metros, 2 canchas de juego de pelota y artesanía.
“Si logramos llegar debajo de la plataforma donde estaba la producción de sal, creemos que podemos encontrar incluso restos de los primeros habitantes del nuevo mundo” dijo el arqueólogo.
Chan dijo que en Guatemala hay unos 64 sitios arqueológicos descubiertos y resguardados de al menos 4 mil que existen en el país.