Con la UNESCO, las tradiciones textiles se convierten en herramientas de autonomía y desarrollo en América Latina

El Encuentro Binacional de Arte Textil reunió a cerca de 90 artesanas de México y Perú para fortalecer sus condiciones, el patrimonio inmaterial y la igualdad de género.

En México y Perú, el bordado es mucho más que un arte decorativo: es un patrimonio vivo, transmitido de generación en generación por mujeres que, a través de cada hilo, perpetúan la historia, las creencias y la identidad de sus comunidades. Sin embargo, estas técnicas están amenazadas por la globalización, la reproducción industrial y la falta de reconocimiento oficial.

Un patrimonio artesanal

En 2025, la UNESCO, en colaboración con sus oficinas de México y Perú, organizó en el Museo de Arte de Lima y en el Museo de Ropa Étnica de México en Valladolid el Encuentro Binacional de Arte Textil 2025, un encuentro único que reunió a 24 bordadoras mexicanas del estado de Yucatán, y a 63 artesanas peruanas, todas ellas beneficiarias de proyectos culturales de la UNESCO que las apoyan en su actividad. Su misión: compartir sus técnicas, debatir sus realidades económicas, estrategias empresariales e innovaciones y tejer juntas caminos para un futuro sostenible y equitativo, al poner en valor el patrimonio inmaterial, reforzar la igualdad de género y mejorar las condiciones socioeconómicas de las artesanas.

“Estando unidos es como se fortalece la interculturalidad” Luzmila Carrasco, artesana peruana.

En una región donde el arte textil es a la vez memoria viva y motor económico, la UNESCO trabaja junto a las artesanas para preservar un saber ancestral en peligro de extinción, reforzando al mismo tiempo la autonomía de las mujeres y el tejido social local. 

Lanzado en 2023 con la Fundación Banorte y la Secretaría de la Cultura de Yucatán, el proyecto «Desarrollo económico y social con perspectiva de género mediante el arte textil» apoya a más de 350 bordadoras de 26 localidades de México mediante la formación en gestión, finanzas y salvaguarda del patrimonio textil, al tiempo que promueve la igualdad de género.

En Perú, la iniciativa “Segundo Vuelo”, en marcha desde 2018 con LATAM Airlines, transforma viejos uniformes en artesanías. De esta forma, se han desviado del vertedero más de 30,000 prendas y 6.4 toneladas de materiales. Este modelo de economía circular, que ha generado más de 115,000 dólares en ingresos y ha permitido vender 15,000 prendas, está empoderando a artesanas de las regiones de Cajamarca, Ayacucho y Lima.

El arte textil como herramienta de resistencia

En ambos países, las artesanas destacaron la dificultad de hacer frente a la competencia desleal de la industria. La producción en masa ofrece ropa de bajo coste y baja calidad, amenazando los ingresos y el reconocimiento del trabajo artesanal.

“No debemos rendirnos ante el mundo moderno. Ambas culturas buscamos que esto no desaparezca, (…) que prevalezca y se difunda el arte textil. Esto es una forma de vida para nosotras y nosotros.” Yanina Guerreros, artesana peruana.

Frente a esta realidad, las artesanas afirman que volver a conectar con el valor de su trabajo y del patrimonio que conservan ha reforzado sus herramientas para avanzar hacia una mayor equidad comercial y una competencia más justa. La UNESCO responde promoviendo una visión renovada de la relación entre tradición, innovación y creatividad.

El Encuentro organizado por la UNESCO fue también un espacio donde las artistas tradicionales identificaron las similitudes y la especificidad de sus técnicas, como las puntadas de bordado, y reconocieron que el trabajo colectivo impulsa grandes transformaciones como para la salvaguarda del conocimiento heredado principalmente gracias a las mujeres.

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