Los muertos divinos. Sacrificios humanos entre los aztecas

El sacrificio humano practicado por los aztecas, o mexicas, despierta desde la incómoda aceptación hasta el repudio, la negación e incluso la censura, pues fuera del ámbito académico ha sido juzgado a partir de parámetros ajenos al mundo mesoamericano.

Para entender esta práctica hay que explicarla desde el punto de vista de los antiguos mexicanos.

Los sacrificios humanos desempeñaron un papel muy importante en la cosmovisión de los aztecas. No sabemos con exactitud con qué frecuencia tuvieron lugar esos ritos. Pero, igual que sin el sacrificio de Jesús no podríamos comprender el cristianismo, la religión azteca sería incomprensible sin reconocer estos rituales, de los que dan evidencia hallazgos arqueológicos, pinturas indígenas, algunos bajorrelieves en piedra, obras de evangelizadores y testimonios de cronistas españoles, como Bernal Díaz del Castillo.

Para los aztecas, el sacrificio humano se remonta a los mitos primordiales, al origen mismo del Sol y de la Luna. Según la Leyenda de los soles, manuscrito en náhuatl, escrito en 1558 y basado en un códice indígena hoy desaparecido, el mundo había tenido cuatro eras o “soles” que antecedían al que conocieron los aztecas. Con motivo de la creación del Quinto Sol y para propiciar su nacimiento, los dioses se reunieron en la ciudad de Teotihuacán. La Leyenda cuenta que mientras Nahuatl se arrojó al fuego y se convirtió en el Sol, Nahuitécpatl hizo lo propio sobre las cenizas, convirtiéndose en la Luna. Sin embargo, a pesar del sacrificio, el Sol permanecía estático en el cielo, y así transcurrieron cuatro días. Cuando los dioses mandaron un mensajero para preguntarle por qué no se movía, el Sol respondió: “Porque pido su sangre y su reino”. De inmediato, los dioses se reunieron para morir en Teotihuacán.

Una vez creado el Sol, los dioses se preguntaron quién habría de poblar la tierra, a lo que convinieron que los nuevos hombres fueran creados con los huesos preciosos que se encontraban en e Mictlán, la “región de los muertos”. Así, fue Quetzzalcóatl quien llevó los huesos desde el Mictlán hasta Temoanchán, donde los molió y los bañó con la sangre de su miembro. Inmediatamente después, los demás dioses hicieron penitencia para dar paso a la creación de los nuevos hombres.

CORAZONES COMO ALIMENTO. Habiendo dado los dioses su vida y ofreciendo su sangre en favor de la Humanidad, era menester que sus deudores reactualizaran el rito primordial y llevaran a cabo sacrificios humanos para ayudar al Sol en su tránsito por la bóveda celeste. Debido a este sacrificio, los humanos estaban obligados a pagar del mismo modo. Fue así como los corazones y la sangre humana fueron concebidos como alimento de los dioses.

El sacrifico debía llevarse a cabo dentro de un espacio y tempo que evocaran el mito. Un templo, un cerro, un medio acuático o cualquier lugar asociado a la deidad a la que se pretendía homenajear podían ser el lugar del sacrificio. El momento en que se llevaba a cabo era sumamente importante, pues la sustancia de los dioses llegaba a la Tierra en forma de tiempo, mientras la presencia de un dios se encontraba en el plano terrenal, esta opacaba a la de las demás deidades y ejercía mayor influencia sobre la vida cotidiana de los humanos. De manera que los sacrificios efectuados durante cualquier veintena o mes azteca, el de ochpaniztli, por ejemplo, momento en que se encontraban presentes deidades como Tici, la diosa abuela, Chicomecóatl y Cintéotl, deidades femenina y masculina del maíz, pretendían tanto homenajearlas como asegurar las buenas cosechas. El ritual correspondía, pues, a la presencia puntual de los dioses entre los hombres.

VESTIDOS COMO DIOSES.

Gracias a varias fuentes en náhuatl y en español que se elaboraron tras los primeros años de la conquista, sabemos que el sacrificio humano azteca tenía fuertes connotaciones metafísicas. Los individuos destinados al sacrificio en honor de los dioses eran llamados ixiptla, “representante” de los dioses. Tiempo antes de que llegara la hora del sacrificio, los hombres y mujeres que serían ofrecidos recibían un baño ritual que les quitaba la mácula de la esclavitud y después eran aderezados con las vestimentas y los atavíos del dios a quien representarían. De este modo eran investidos con la esencia del dios y estaban listos para asumir su papel.

Los sacerdotes que tenían que sacrificar a las víctimas eran los ixiptla del dios al que estaban consagrados; se presentaban al ritual, al igual que las víctimas, con las vestimentas y los atavíos del dios al que estaba dedicado el rito.

En el rito prehispánico de pinturas y caracteres conocido como Códice Borgia se puede observar a los dioses Tezcatlipoca rojo y Tezcatlipoca negro asociados a un sacrificio humano en una cancha de juego de pelota. En este caso, los dos tezcatlipocas eran los receptores del sacrificio y su presencai en el códice alude a dos sacerdotes ataviados como estos dioses. Del mismo modo el Huey tlatoani, “gobernante”, quien era el ixiptla de Huitzilopochtli, dios de la guerra, también participaba en el sacrificio; una vez que el corazón de la víctima era presentado al Sol y a los dioses, se le mostraba al gobernante, en señal de ofrenda al dios que este representaba.

Tanto la víctima como el sacerdote se mostraban ante la gente representando al mismo dios, con la diferencia de que el dios-víctima tenía la muerte como destino y el dios-sacerdote se alimentaría de la fuerza contenida en el corazón y la sangre de la víctima para hacer resurgir al Sol y ayudarlo en su tránsito por el cielo. El contacto del sacerdote-dios con la sangre y el corazón de la víctima marcaban, además de la resurrección del Sol, la llegada del dios a la Tierra, que se alojaba temporalmente dentro del sacerdote. De esta manera, durante el sacrificio el tiempo de los dioses se hacía presente en la Tierra; el lugar del sacrificio se convertía en Teotihuacán y el Sol, junto con los demás dioses, hacían funcionar de nuevo el cosmos.

Hubo varias formas de sacrificios humanos entre los aztecas; desde ahogar, desollar o asaetear a la víctima hasta el degollamiento y el sacrificio por extracción del corazón. Aunque en los códices prehispánicos las imágenes más comunes son las de este último tipo de sacrificio, tenemos noticia de las variantes antes mencionadas gracias a las otras de algunos evangelizadores como fray Bernardino de Sahagún y fray Diego Durán, quienes, para redactar sus trabajos, se hicieron ayudar de sabios indígenas que, además de proporcionar información de viva voz, interpretaban los códices prehispánicos de los que se dispusieron los frailes.

Sabemos que el sacrificio por ahogamiento estaba consagrado a Tláloc, dis de la lluvia, y que las víctimas más comunes eran los niños que tenían dos remolinos en la cabeza.

El degollamiento era un sacrificio asociado a los rituales de fertilidad. De él quedan pruebas en el tiempo de la Serpiente Emplumada y en la Pirámide de la Luna, ambos en Teotihuacán, donde fueron depositadas varias víctimas degolladas; asímismo, se han encontrado, en un pequeño adoratorio adjunto al Templo Mayor, 38 cuerpos de niños degollados en la época de Moctezuma I.

PIEDRA DEL SACRIFICIO.

Del sacrificio por extracción de corazón se tiene evidencia tanto en los códices prehispánicos como en las crónicas de los misioneros. En el folio 255r. del Códice Matritense del Gran Palacio, los informantes indígeneas de fray Bernardino de Sahagún asentaron en náhuatl la forma en que este sacrificio, llamado tlacamictiliztli, se llevaba a cabo. En la actualidad se cuenta con una traducción al español del texto náhuatl elaborada por el doctor Miguel León-Portilla: “Tlacamictiliztli. Muerte sacrificial. así se hacía la muerte sacrificial: con ella muere el cautivo y el esclavo, se llamaba ‘muerto divino’. Así lo subían delante del dios, lo van cogiendo con sus manos y el que se llamaba colocador de la gente, lo acostaba sobre la piedra del sacrificio. Y habiendo sido echado en ella, cuatro hombres lo estiraban de sus manos y pies. Y luego, estando tendido, se ponía allí el sacerdote que ofrecía el fuego, con el cuchillo con el que abrirá el pecho al sacrificado. Después de haberle abierto el pecho, le quitaba primero su corazón, cuando aún estaba vivo, al que le había abierto el pecho. Y tomando su corazón, se lo presentaba al sol”.

A menudo, a la extracción de corazón le seguían prácticas como desollar el cuerpo y vestir la piel de la víctima durante más de veinte días en honor al dios Xipe Tótec. Entre los aztecas hubo una especie de comunión con los dioses. En muchas de las fiestas que tenían lugar cada veinte días, en particular durante la llamada tlacaxipehualiztli, “desollamiento de hombres”, el cuerpo de la víctima que hacía las veces del dios era desmembrado y repartido entre los participantes del rito para elaborar una comida a base de granos de maíz y carne humana llamada “tlacatlaolli, maíz desgranado de hombres”. Esta comida era sumamente apreciada, pues guardaba la fuerza del dios y permitía que los humanos se pusieran en contacto con su esencia.

Aunque no se puede afirmar que los tratamientos dados al cuerpo después del sacrificio por extracción de corazón fueron comunes para toda Mesoamérica, esta forma de sacrificio no fue exclusiva de los aztecas. En varios códices mixtecos de área de Oaxaca, en particular en el Zoche Nuttall, se representaron escenas donde tiene lugar la extracción de corazón.

El sacrificio humano era entendido por los aztecas como la muerte ritual de los dioses, por medio de la cual estos se renovaban, al tiempo que se conmemoraba el mito de creación y se reestablecía el orden del cosmos. Como “rito de Estado”, el sacrificio tenía, a través del gobernante, la función de regenerar al dios Huitzilopochtli, que también era tenido como una representación del Sol. Desde el punto de vista metafísico, era el medio por el cual la Humanidad y los dioses establecían un constante diálogo armónico dentro de un mismo tiempo y espacio, a través del cual el orden de las cosas, tanto naturales como sobrenaturales, respondía a los principios básicos del bienestar común; gracias a los corazones que alimentaban al Sol las fuerzas de la naturaleza conspirarían en favor de la Humanidad.

Por: Roberto Sobera

Tomado de: https://adncultura.org/los-muertos-divinos-sacrificios-humanos-entre-los-aztecas

 

 

 

   

El fascinante y oscuro mundo del robo de arte

España acaba de recuperar una carta de Cristóbal Colón, de 1493, que había sido hurtada y vendida en el mercado negro por $1 millón.

El robo de arte se ha convertido en una práctica usual en las grandes ciudades del mundo y, para conseguir sus propósitos, los ladrones recurren a las más inverosímiles estrategias, a veces tan ingeniosas que ni siquiera la ficción estaría a la altura para contar esos atracos.

Los museos, que por la crisis han tenido que regular sus presupuestos en seguridad, son el principal foco para sustraer obras, pero las colecciones privadas también han sido objeto de los delincuentes.

En Costa Rica, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), no existe una unidad especializada para robos de arte, por lo que son atendidos por la sección de Robos y Hurtos.

España, tras 13 años de rastreos, negociaciones, infiltrados y búsquedas, recuperó recientemente la carta escrita por el Almirante Cristóbal Colón, impresa en Roma en 1493, en la que relata a los Reyes Católicos la travesía rumbo al Nuevo Mundo.

La carta fue sustraída de la Biblioteca Nacional de Cataluña, y resultó un golpe tan bien perpetrado que los servicios de ese centro se percataron del robo un año después, cuando ya posiblemente el documento había sido sacado de España.

El robo de arte es una lucrativa práctica que los expertos de Scotland Yard y del Federal Buró de Investigaciones (FBI) ubican solo por detrás del tráfico de drogas y de armas, e involucra a delincuentes comunes, narcotraficantes, bandas criminales, anticuarios, marchantes e, incluso, en el pasado se asoció con terroristas y grupos relacionados con guerrillas. También, muchas veces las bandas que roban arte están relacionadas con la trata de personas y el tráfico de drogas y armas.

A la par del robo de arte se da otro fenómeno: el tráfico de objetos y arte antiguo, en el caso de América Latina, precolombinos, por ejemplo, el cual muchas veces se mezcla y se confunde con el primero, pero en realidad merece una consideración especial que no es el objeto de este artículo.

El Columbus Chistopher Epistolae de Insulis Indie supra Ganger Nuper Inventis fue impreso en 1493 en Roma y solo existen 16 copias autentificadas en el mundo. Por dicha razón, el incunable es un gran valor histórico. La muestra es que entre 2005 y 2006, los investigadores del caso, que involucró al Homeland Security Investigation (HSI) de la Oficina de Investigación de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, determinaron que la carta había sido vendida en Italia por unos $700.000, y posteriormente por $1millón en el 2009 en Brasil.

Luego de años de agarrarse de los débiles rastros que iban dejando los movimientos concernientes al documento, dieron con él, y en el 2014 el comprador entregó la carta en Wilmington, Estados Unidos, tras ser cercado por los investigadores.

 

A comienzos de setiembre de 2018, después de haber sido examinada por expertos y confirmar que era la carta sustraída de la Biblioteca de Cataluña, esta fue devuelta a España y en los próximos días esperan trasladarla a Barcelona.

EL NAVAJAZO MÁS FAMOSO

Para los amantes del arte, la madrugada del domingo 18 de marzo de 1900 marca un hito en la historia, dado que un total de 13 obras, por un valor de $500 millones fueron sustraídas del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, sin que 28 años después se conozca el paradero del botín robado.

Conocido como el robo del siglo, esa noche dos hombres vestidos de policía, según constató una cámara de seguridad, entraron al museo, redujeron al guarda de turno y acto seguido se pasearon por las diferentes salas durante 81 minutos, y apunta de navajazos fueron cortando obras de un gran valor artístico y económico.

Entre ellas destacan La tormenta en el mar de Galilea de Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669), que para los expertos es especial porque es el único paisaje marino que se conoce del pintor holandés, y El concierto, de Johannes Vermeer (1632-1675).

El robo incluyó también una pintura de Édouard Manet (1832-1883), cinco de Edgar Degas (1883-1917), otra de Govaer Flinck (16615-1660) y una matraz de la dinastía china Shang, entre otros valiosos objetos.

Stephen Kurkjian, periodista del Boston Globe, lleva 27 años vinculado al caso al igual que agentes del FBI que continúan investigando y han seguido miles de pistas en casi tres décadas.

En 2016, Kurkjian publicó Ladrones maestros, donde hace un pormenor seguimiento a lo ocurrió hasta ahora con el atraco.

 

Para Kurkjian, hay algunos elementos clave: en primer lugar los ladrones no eran amantes ni conocedores del arte, porque no se llevaron pinturas que bien podrían tener un valor similar a las de Vermeer y Rembrandt, y cortaron a cuchillazos los lienzos, con lo cual ya dejaban entrever que no tenían conciencia del valor de lo que sustraían.

El otro aspecto que el autor maneja es que los ladrones ya están muertos. A partir de ahí se abre un abanico de conjeturas, que en su momento llevó a algunos investigadores a vincular el robo con el ejército irlándes (IRA).

Como no podría ser de otra manera, Ladrones maestros se convertirá en una película que será dirigida por el brasileño José Padhila, quien la rodará para la cadena Sony.

El valor de las pinturas y los objetos robados esa trágica madrugada del 18 de marzo de 1990 hizo que el Isabella Stewart Gardner ofreciera en 2017 una recompensa de $10 millones a quien diera pistas fehacientes que permitieran la recuperación de las obras.

NEGOCIO EN EBULLICIÓN

La empresa londinense The Art Loss Register (Registro de Obras de Arte Robadas) cuenta en su base de datos con más de 360.000 obras que han sido robadas.

Esta empresa supera con creces los números de Scotland Yard, el FBI e Interpol. Es liderada por Julian Radcliffe y fue creada en 1990, aunque sus antecedentes se remontan a 1976 con una fundación sin fines de lucro. Actualmente, tiene oficinas en Nueva York, París, Colonia y Amsterdam.

Cuando un coleccionista, un marchante o alguien que se interese por el arte, por una determinada circunstancia, quiere saber si lo que le ofrecen no procede del mercado negro, lo primero que hace es ponerse en contacto con ALR para saber la condición legal de la obra. De hecho, las principales agencias de policía del mundo suelen consultarla también.

 

Uno de los aspectos que llama la atención de quien navegue en la página web son los numerosos libros que ALR ha contribuido a que se escriban, ya sea por piezas recuperadas o porque los escritores se han apoyado o inspirado en la organización. Algunos de ellos son: Stolen: The Gallery of Missing Masterpieces, de Jonathan Webb; Museum of the Missing: A History of Art Theft, de Simon Houp; Art and Crime: Exploring the Dark Side of the Art World, editado por Noah Charney, y Priceless: How I Went Undercover to Rescue the World’s Stolen Treasures, de Robert K. Wittman y John Shiffman. (Estos libros se pueden comprar en línea en su versión original en inglés).

La tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt, es una de las obras que el Museo Isabella Stewart Gardner perdió hace 28 años.

LOS SHERLOCK

Robert Wittman fue a quien le correspondió organizar el área del FBI para atender los casos de arte robado. Con el paso del tiempo se convirtió en un especialista en acciones encubiertas, lo que lo convirtió en una leyenda del ramo. En su libro Cómo me convertí en agente encubierto para rescatar tesoros robados cuenta la forma en que recuperaron valiosas obras alrededor del mundo.

“Durante tres años fui el único agente dedicado a estas tareas en el FBI. Solo te infiltras cuando todo lo demás ha fallado. Hay dos técnicas: o te pones en contacto con el sospechoso preparando un encuentro que parece accidental o alguien te presenta como un posible comprador. Te ganas la confianza y luego traicionas. La primera regla de un agente encubierto es trabajar en un solo caso cada vez y contar las mentiras mínimas para evitar patinazos. Pero yo llevaba hasta tres casos en distintas partes del mundo. Era caótico llevar tres teléfonos encima y tener que recordar tu personalidad ficticia con cada interlocutor”, le dijo al XL Semanal de España.

Y a este Sherlock Holmes del arte no podía pasársele por encima el robo del siglo. En él estuvo tanteando aquí y allá.

“¿El sueño de cualquier detective de arte? Recuperar los cuadros robados en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston en 1990. Rembrandt, Vermeer. Les seguí el rastro durante dos años. Tuve que tratar con la mafia corsa. Estábamos cerca de recuperarlos, pero todo se fue al garete por la burocracia”.

Richard Ellis es otro de los veteranos en la lucha contra el robo de arte. Trabajó durante muchos años para Scotland Yard y en la actualidad lo hace para The Art Management Group, una empresa privada que también se dedica a recuperar obras sustraídas de museos y colecciones particulares.

Ellis contaba a la prensa internacional que el negocio del arte robado mueve entre $5.000 y $6.000 millones al año. De ahí que en el mercado negro solo sea superado por el tráfico de drogas y de armas.

“El valor de una pieza robada lo establecen los medios de comunicación. Un museo no dirá nada. Los delincuentes trabajan en el mercado negro con una horquilla que va entre el tres y diez por ciento del máximo valor fijado por la prensa. Muchas veces me veo obligado a negociar con criminales, pero, ojo, con limitaciones. Comprar propiedad robada es un delito en la mayoría de los países. Nunca pago un rescate; eso sería ilegal. Solo pago por información y el pago se realiza una vez que el objeto ha sido devuelto y se ha comprobado su autenticidad y que no ha sufrido daños”.

“La mujer sentada” de Matisse y “Retrato de un hombre” de El Greco, recuperados por Christopher Marinello, quien en su momento perteneciera a ALR y ahora posee su propia empresa Art Recovery, le valieron el bautizo como el verdadero Sherlock Holmes del arte, como lo conocen en Europa.

La devolución de La mujer sentada le llevó 18 meses de negociación, porque las acciones en estos ámbitos son sutiles y frágiles.

Abogado de profesión, Marinello tiene una amplia experiencia en este campo y se sabe al dedillo los trucos y los procedimientos de los ladrones, muchos de los cuales, confesó tras los citados hallazgos, no tienen ni idea de las joyas con las que tratan.

PARENTESIS OBLIGADO

El lunes 21 de agosto de 1911, Vicenzo Peruggia pasaría a la historia por haberse robado la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, pintura que hasta entonces tenía su innegable valor, pero que tras el robo se convertiría en el cuadro más famoso del mundo.

Durante dos años, las autoridades del Louvre en París estuvieron en vilo, mientras la policía realizaba sus pesquisas en busca de conectar con pistas fidedignas de quiénes tenían la obra de Da Vinci.

Peruggia, curiosamente, no era un ladrón especializado en arte, sino que aprovechó la rara oportunidad que tuvo, en un día en que el museo estaba cerrado, para salir campante con la obra.

A raíz del hurto surgieron leyendas, historias, pistas falsas, conjeturas, acusaciones y un sin fin de cotilleos que hicieron que el cuadro se transformara en una especie de celebridad.

Al propio Pablo Picasso lo tuvieron como sospechoso de habérsela robado y al poeta Guillaume Apollinaire lo encarcelaron durante una semana.

Peruggia nunca supo explicar los motivos que lo llevaron a robarse la Mona Lisa, por lo que pagó con un año de cárcel, pero hizo que la pintura de Da Vinci se convirtiera en un mito hasta el día de hoy.

ESCUELA CONTRA EL CRIMEN

La Asociación para la Investigación de los Delitos contra el Arte (ARCA, por sus siglas en inglés) fue creada por Noah Charney en 2007 y entre sus distintas funciones ofrece una maestría para profesionales que deseen especializarse en combatir y entender cómo funciona el mundo criminal que roba, saquea y trafica con arte en el mundo.

La idea del fundador es que se mezclen conocimientos del área policíal, de la historia del arte y de otras áreas, porque en su momento los investigadores sabían solo de un campo y para el combate del robo, sustracción y tráfico de arte se requieren representantes con conocimientos en distintas disciplinas.

La sede de la agrupación se encuentra en Italia y no es una elección gratuita: este es el país del mundo en que más robos de arte ocurren, entre 20.000 y 30.000 por año.

“Las obras de arte son utilizadas por bandas de delincuentes profesionales en sus negocios con drogas o armas; es decir, es habitual que paguen un cargamento de cocaína o de cualquier otro narcótico con un cuadro de un pintor famoso”, explicó Charney en su oportunidad.

Ya sean las entonces trascendentales revelaciones de Colón a los reyes de España, una pintura de Manet, Vermeer, Pablo Picasso, Degas u objetos de gran valor histórico y cultural, a los ladrones de arte les fascina esa nebulosa en que se mueven y los excéntricos riesgos que corren con tal de hacerse con un atraco que no solo afecte a museos y colecciones particulares, sino que riñan con la más pura ficción, dada las altas cuotas inverosímiles que suelen envolver a sus golpes.

Por: José Eduardo Mora

Tomado de: https://semanariouniversidad.com/cultura/el-fascinante-y-oscuro-mundo-del-robo-de-arte/

   
 

Thompson, el arqueólogo que saqueó 30 mil piezas de Chichén Itzá

Edward Herbert Thompson murió el 11 de mayo de 1935. Llegó a Mérida en 1855 y tras 30 años logró enviar a Estados Unidos 30 mil piezas arqueológicas. Aquí te contamos los detalles.

El 11 de mayo murió el arqueólogo estadounidense Edward Herbert Thompson. Su pasión fueron los mayas y en sus vestigios invirtió 40 años de su vida.

Si estás leyendo esta nota es porque te importa el patrimonio y sabes de la importancia que tiene a nivel cultural y como parte de la identidad que permea a los pueblos.

Lamentablemente, era una época en la que la identidad mexicana estaba en formación —finales del siglo XIX— por lo que la protección de las piezas arqueológicas no tenía una regulación.

Recordemos que el Instituto Nacional de Antropología e Historia nació en los albores del siglo XX.

En este contexto, quizá sea posible entender que un estadounidense haya podido comprar un terreno que incluía el Cenote Sagrado de Chichén Itzá por solo 300 pesos.

Luego, que haya construido una draga para sacar los tesoros que se arrojaban con fines rituales al fondo de dichas aguas.

Con este artefacto sacó durante 30 años, lo que se estima serían 30 mil piezas arqueológicas mayas, mismas que envío (regaladas o vendidas) a los Estados Unidos.

Muchas de estas piezas forman parte de acervos de estos museos en Estados Unidos, otras de colecciones particulares y, algunas, fueron repatriadas gracias a las gestiones del INAH.

Sin embargo, esta historia tiene varias voces: una de ellas, quizá una de las más críticas, es la del historiador Pedro Castro Martínez quien publicó El fabuloso saqueo del cenote sagrado (2016, Tirant Humanidades/UAM Iztapalapa). En su obra realiza una fuerte crítica al estado mexicano en la tarea de repatriar las piezas y cuenta con detalle las acciones que el diplomático estadounidense realizó durante los 30 años de estadía en Yucatán.

En un tono más mesurado, tenemos el documental narrado por el escritor Juan Villoro producido por el UNAH y Canal 22 el cual da cuenta de cómo varias de las piezas fueron rescatadas. En todo caso, ambas voces resultan valiosas para tomar conciencia sobre la importancia de respetar las piezas arqueológicas cuando estamos de visita en los lugares. Y esto es igualmente importante para las conchas de mar o las piedras que, a veces, nos atraen tanto y queremos llevarnos a casa.

Thompson y su pasión por la arqueología

En 1893 el Thompson adquirió la hacienda Chichén Itzá, que está a un lado de la zona arqueológica. Ese mismo año y durante 30 más Edward dragó el Cenote Sagrado de Chichén Itzá.Se estima que en total el diplomático estadounidense saqueó 30 mil piezas de la cultura maya.

El rescate del trono jaguar rojo

De acuerdo con el arqueólogo Rafael Cobos, la fascinante pieza maya ya estaba lista para ser embarcada y sacada del país, cuando Teoberto Maler, arqueólogo austriaco que vivía en Yucatán, dio la alerta a las autoridades mexicanas quienes impidieron que Thompson robara el trono rojo.

Maler fue uno de los principales críticos del saqueo de Thompson, a tal grado que se dedicó a denunciarlo en medios de comunicación y ante las autoridades de México.

Afortunadamente varias de las piezas robadas por Thompson ya fueron repatriadas.

 

Tomado de: https://www.mexicodesconocido.com.mx/thompson-el-arqueologo-que-saqueo-de-30-mil-piezas-de-chichen-itza.html

 
   

Roban obras de Jorge Marín

La Galería Nuun Arte, de Querétaro, denunció la sustracción ilegal de las obras del célebre artista mexicano.

Malas noticias para el mundo de la cultura. Y es que el lunes de la semana pasada la Galería Nuun Arte, ubicada en Querétaro capital, fue víctima de un robo en el que fueron sustraídas esculturas y pinturas, entre las que se encontraban cinco obras del maestro Jorge Marín.

En total, se  sustrajeron 14 obras, incluidas pinturas de artistas como Luz Marielle García, Patricia Sánchez Saiffe, Pablo Llana, Aidee de León, Moisés Cervantes y Fernando Garrido. El propio Garrido le señaló al Diario de Querétaro que “la delincuencia no respeta la cultura ni el arte. No respeta nada”.

No es el primer hurto que recientemente golpea a Marín. Se suma a las dos obras que le fueron robadas recientemente en la Galería New Forum, en Estocolmo (Suecia).

A través de un comunicado, la Galería Nuun Arte llamó a evitar alimentar el mercado negro, en “el que se comercializan obras de arte robadas y falsificaciones; las cuales desafortunadamente encuentran demanda en personas que desconocen el mercado de arte o en algunas ocasiones, en personas que carecen de integridad y actúan aun conociendo la procedencia de las obras”.

La Fundación Jorge Marín señaló por su parte que “estos hechos ponen de manifiesto, que entre los efectos colaterales de la pandemia, está el robo de obras de arte, vulneradas por la soledad de los espacios expositivos, bodegas y museos que se han visto obligados a parar actividad”. El artista denunció en su Facebook (@JorgeMarinMX/) el robo, y externó que ya antes obra suya ha engrosado el mercado negro y puesta a la venta incluso en mercados y tianguis.

 

Tomado de: https://www.informador.mx/cultura/Roban-obras-de-Jorge-Marin-20200518-0017.html

 

 

 

   

Perú recuperó un valioso manuscrito sobre los incas robado por Chile hace 140 años durante la Guerra del Pacífico

El manuscrito “Recuerdos de la monarquía peruana o bosquejo de la historia de los incas” fue escrito en la década de 1830 por Justo Apu Sahuaraura Inca (1775-1853), descendiente por línea materna del emperador inca Huayna Cápac (1493-1525) y del príncipe Cristóbal Paullo Inca (1518-1549).

Estaba desaparecido desde el momento en que las tropas chilenas ocuparon Lima en 1879, allá cuando comenzó la Guerra del Pacífico, pero ahora Perú lo recuperó: se trata de un valioso manuscrito con las memorias de los antiguos gobernantes incas y que, aseguran, tiene un valor “incalculable”.

“El valor de este documento del año 1838 es incalculable. Siempre se consideró una joya documental sumamente rara, no tenemos otro caso de está naturaleza”, dijo Gerardo Trillo, director de Protección de Colecciones de la Biblioteca Nacional, al presentar este jueves el valioso manuscrito hallado en Brasil.

El manuscrito lleva el título de "Recuerdos de la monarquía peruana o bosquejo de la historia de los incas". Foto: AFP

El manuscrito lleva el título de “Recuerdos de la monarquía peruana o bosquejo de la historia de los incas”. Foto: AFP

Miembro de la nobleza indígena de Cusco, sacerdote católico y prócer de la Independencia de Perú, Sahuaraura se dedicó a rescatar la memoria del imperio inca, que cubrió en los siglos XV y XVI la zona occidental de Sudamérica desde el sur de Colombia al centro de Chile.

El investigador solía autodenominarse el “último descendiente del linaje imperial de los incas”. Para este manuscrito, Sahuaraura consultó documentos -hoy extintos- con los que retrató el periodo inca hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI.

El texto contiene información sobre el Inca Garcilaso de la Vega, el primer intelectual mestizo de América (1539-1616), así como una serie de relatos del ingreso de los españoles a Cusco, la capital del imperio inca, en el sureste de Perú. Además, incluye una cronología incaica y otra información. 

“Es un manuscrito bastante raro, extraño porque lleva láminas iluminadas con color que representa a los diferentes incas”, comentó Trillo.

fue escrito en la década de 1830 por Justo Apu Sahuaraura Inca. Foto: AFP

El funcionario explicó que el manuscrito fue extraído de la Biblioteca Nacional durante la ocupación de Lima entre 1881 y 1883 por el ejército chileno en la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Perú y Bolivia contra Chile.

“En ese proceso desapareció de la biblioteca y llegó a Chile, pero no fue a parar a su biblioteca, sino a manos de coleccionistas”, explicó Trillo.

La Dirección de Bibliotecas de Chile restituyó a Perú en años recientes 4.518 libros llevados desde la Biblioteca Nacional de Lima durante la ocupación.

En noviembre de 2019, la familia brasileña Mindlin accedió a entregar el valioso manuscrito que poseía desde 1970 a la Biblioteca Nacional de Perú, lo que se realizó a través del consulado peruano en San Pablo.

fue escrito en la década de 1830 por Justo Apu Sahuaraura Inca. Foto: EFE

“Ha sido una década de gestiones para que este manuscrito sea devuelto. Incluso invitamos para quienes lo poseían para que contribuyan con la memoria histórica de los peruanos. En esos términos se hizo la devolución”, señaló Trillo.

Una vez de regreso en la Biblioteca Nacional de Lima, el manuscrito fue digitalizado y puede ser consultado en línea.

Tomado de: https://www.clarin.com/mundo/peru-recupero-valioso-manuscrito-incas-robado-chile-hace-140-anos-guerra-pacifico_0_57CU0rjw.html

Subasta de arte prehispánico mexicano vende más de un millón de euros

A pesar de la inconformidad del gobierno de México, la venta se realizó en París; la pieza mejor vendida fue una máscara, que alcanzó los 237 mil euros.

Un total de un millón 281 mil euros, es decir unos 33 millones 232 mil pesos, obtuvo la casa Christie’s, de la ciudad de París, por el remate de 46 piezas de arte precolombino, incluidas varias decenas del patrimonio arqueológico mexicano.

De las piezas que fueron vendidas, al menos 27 corresponden a objetos atribuibles a culturas del México antiguo, incluidas la maya, tolteca y mexica

La venta estelar fue el lote 32 que correspondió a una Máscara Chontal, que logró un precio de remate de 237 mil 500 euros (unos seis millones 160 mil pesos). De acuerdo con el catálogo, la pieza procede de una colección europea privada y perteneció a la The Merrin Gallery, de Nueva York y hasta 2003 a la Colección Gérard Geiger.

Otro de los éxitos del remate fue el lote 26, consistente en un par de vasos mayas del periodo clásico cuya posesión ha pasado de mano en mano, que alcanzó un precio de 87 mil 500 euros (alrededor de dos millones 269 mil pesos). 

Otra pieza que superó las expectativas fue el fragmento de un yugo, procedente del sitio veracruzano de El Tajín. Esta pieza, fue vendida en 56 mil 250 euros, es decir, alrededor de un millón 459 mil pesos mexicanos.

Varios de los objetos subastados, de acuerdo con la casa subastadora, formaron parte de The James and Marilynn Alsdorf Collection y Fiore Arts Collection.

Frente a la comercialización del arte prehispánico, el gobierno mexicano ha apelado a labuena voluntad de las casas subastadoras para echar atrás los remates. Los ruegos, sin embargo, han resultado infructuosos y hasta el momento no ha sido cancelado ningún remate.

En el origen de las subastas, admiten los expertos, está el tráfico ilícito de bienes culturales. En septiembre del año pasado, cuando México se inconformó por una venta realizada en París, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, reconoció que el tráfico ilícito incrementa las subastas del patrimonio en el mundo.

 

Por: Luis Carlos Sánchez

Tomado de: https://heraldodemexico.com.mx/artes/subasta-arte-prehispanico-mexicano-millon-de-euros-venta-objetos-culturas-mexico-antiguo/