Forma parte de un proyecto urbanístico de los años 20 construido por el arquitecto Bruno Taut.
El arquitecto alemán Bruno Taut (1880-1938) fue uno de los máximos representantes del Expresionismo arquitectónico de las primeras décadas del siglo XX y un innovador urbanista. Fue un visionario y revolucionario en sus conceptos arquitectónicos, con un carácter aperturista muy acorde con las vanguardias del siglo XX aunque, por su singularidad, resulta imposible encasillarle en alguna de ellas. Una de sus obras más emblemáticas y conocidas es de Pabellón de Cristal para la Exposición de Colonia de 1914. También ha pasado a la historia por sus trabajos utópicos, como sus bocetos para una Urbanización Alpina, o sus proyectos con marcadas influencias de la arquitectura nipona tras trabajar años en Japón.
Pero uno de sus mayores proyectos fue el Horseshoe Estate, un plan pionero de vivienda social a gran escala construido en Berlín entre 1925 y 1930 y que en 2025 celebra su centenario. Forma parte de un conjunto de urbanizaciones de apartamentos pensados en la época como casas de trabajadores en un contexto histórico y social que requería una mejora de las condiciones de la clase obrera tras la I Guerra Mundial. Se trataba de construcciones de costo relativamente bajo, con baños y jardines privados, basadas en el prototipo de ciudad-jardín influenciada por lo que entonces imperaba en otras ciudades de Europa y también por planteamientos del Movimiento Moderno de principios del siglo XX, sobre todo en la innovación en cuanto materiales de construcción como el hormigón y el acero. El Horseshoe Estate en Britz es uno de los seis conjuntos destacados que se incluyeron en 2008 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como los “complejos habitacionales del modernismo de Berlín”.
Allí, se encuentra esta adorable casa, tal cual Taut la concibió en su momento, un tesoro arquitectónico cuidadosamente restaurado para ofrecer las comodidades de hoy pero sin perder ni una de sus señas de identidad. Así, mantiene el encantador esquema de color que Bruno Taut marcó en el interior, una curiosa combinación de primarios muy al estilo De Stijl y tonos pasteles que aún hoy continúa siendo muy actual; también están los muebles originales o realizados ex profeso según modelos de los años 30; y, tal cual Taut lo diseñó, el patio delantero restaurado según los planos. Forma parte de la red mundial Iconic Houses y, además, uno de los encantos de esta casa es que se alquila por días. Una oportunidad única de “turismo arquitectónico” para quien quiera vivir una experiencia de conexión con una obra de arte de la arquitectura del siglo XX, tal y como su autor, Bruno Taut, la concibió.
Cortesía Tautes Heim/Iconic Houses
Cortesía Tautes Heim/Iconic Houses