A pesar de la prohibición, las peleas continúan, especialmente durante las festividades locales y en ciudades donde se realizan al menos una vez al mes.
En Sonora luchan contra las leyes de protección animal que prohíben peleas de gallos, argumentando que 550 mil familias se benefician de la industria en nueve estados.
El pasado viernes, alrededor de mil personas de todo Sonora se congregaron en Hermosillo para iniciar una campaña que comenzará con negociaciones con el gobierno y activistas, aunque podría llevarse a los tribunales, con el objetivo de legalizar las peleas de gallos, una práctica actualmente clandestina que genera una derrama económica anual de más de 8 mil 250 millones de pesos en México.
México es un líder mundial en la cría de gallos de pelea, con una población estimada en más de 50 millones de aves, lo que beneficia a cientos de miles de familias directa e indirectamente. En nueve estados, incluyendo Jalisco, Sinaloa, Estado de México, Guerrero, Zacatecas, Aguascalientes, Tlaxcala, Nayarit e Hidalgo, las peleas de gallos son legales, y en algunos lugares se consideran patrimonio cultural intangible. Sin embargo, en el resto del país, las leyes de protección animal las consideran actos de crueldad.
Francisco Ezequiel Ramos, médico, y Enrique Ung, gallero, han expresado su intención de dialogar con el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, y con organizaciones protectoras de animales para encontrar una solución regulada en lugar de prohibir la actividad, buscando evitar una batalla legal similar a la que permitió el regreso de la tauromaquia.
En el estado, hay un millón de gallos de pelea, que representan el sustento directo para 11 mil personas y de manera indirecta para otras 20 mil involucradas en la cadena de suministro de esta industria.