UNESCO busca mejorar el habitar y vivir la ciudad con enfoque en el patrimonio vivo y en barrios y comunidades que lo salvaguardan en países latinoamericanos como México.
Alfredo Hernández Orozco es artesano textil y creció en Santo Tomás Xochimilco, un barrio tradicional de Oaxaca, México. Sus habitantes fueron de los primeros en hacer suyo el telar de cuatro pedales. “Ahora es parte de nuestra esencia”, dice Alfredo, al recordar un tiempo cuando el trabajo artesanal no sólo ocupaba grandes espacios, sino también las calles, junto con una alta producción y remuneración. Ahora, las artesanas y los artesanos se adaptan a talleres cada vez más estrechos.
El patrimonio vivo preserva identidades, brinda sostén a familias y comunidades y enfrenta desafíos también en las ciudades, por eso la UNESCO implementa un programa en nueve ciudades de América Latina y el Caribe para generar una relación renovada entre la planificación urbana y el patrimonio cultural inmaterial, junto con un turismo sostenible y ético. Una de esas ciudades es Oaxaca.
El objetivo del programa es que el patrimonio vivo se integre plenamente en el diseño, planeación y regulación de territorios urbanos, para que se siga practicando y que sus conocimientos y técnicas se sigan transmitiendo, lo cual apoya a mejorar la condición social y económica de quienes lo salvaguardan: portadoras y portadores del patrimonio cultural inmaterial.
Las dinámicas urbanas, entre ellas el turismo, pueden apoyar al reconocimiento y la remuneración de quienes mantienen vivo al patrimonio, si se mitigan riesgos como la reducción de espacios comunitarios, el encarecimiento de los barrios o el deterioro de entornos naturales o vías de tránsito para acceder a materiales.
El turismo puede ser bueno para mover al turista no sólo a comprar, sino también a aprender, apreciar y convivir.
Alfredo Hernández Orozco, artesano textil oaxaqueño.
Textiles Orozco es un taller familiar con 100 años de tradición y Alfredo es uno de los herederos de ese legado cultural que, además, innova mediante piezas e instalaciones artísticas textiles. Al hablar de su trayectoria, menciona que el Estado debe escuchar y brindar proyección a las artesanas y artesanos, priorizando a las personas en la gestión urbana por sobre lo comercial e implementando un turismo responsable.



Los procesos participativos son indispensables para lograr resultados integrales y sostenibles, por lo que la iniciativa de la UNESCO, auspiciada por el Ministerio de Cultura del Reino de Arabia Saudita, reúne a servidores públicos y comunidades para construir soluciones concretas y ponerlas en práctica.
Funcionarios de distintas áreas del gobierno estatal y municipal de Oaxaca y personas portadoras de expresiones del patrimonio vivo oaxaqueño tuvieron una primera jornada de trabajo y abordaron desde conceptos e instrumentos internacionales culturales, hasta propuestas de vinculación entre la planeación territorial y el patrimonio cultural inmaterial, como procesos de reconocimiento y compensación al trabajo artesanal local, la gestión cultural participativa y el rescate de espacios colectivos.
Fue muy significativo, cuando empezamos a identificar prácticas culturales inmateriales, ver que también yo, mi comunidad, somos parte de esas prácticas. No lo había visto, no lo había reconocido y claro que me importan.
Lourdes Nava Jiménez, funcionaria pública estatal.
Uno de los acuerdos tras el primer encuentro presencial fue el desarrollo del primer Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de Oaxaca, tras lo cual se construirán lineamientos técnicos integrales de planeación urbana con una perspectiva cultural y del patrimonio vivo.
La iniciativa sobre patrimonio cultural inmaterial y planeación urbana es uno de los componentes del proyecto para América Latina y el Caribe de “Comunidades por el patrimonio”, mediante el cual se busca fortalecer la sostenibilidad y la resiliencia de destinos Patrimonio Mundial mediante un turismo sostenible, como la capacitación para la mejora de la gestión de los visitantes.